Partida Rol por web

Los acuerdos de Pazo Pajar

Introducción: Cuando el río suena...

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17/08/2017, 19:13
Director

Han pasado ya unas cuatro semanas desde la caída de la Casa Errol. Así es como han pasado pasado a la historia aquellos acontecimientos, no como la traición de Sebastion Errol ni como el día en que Rodrick Othar perdió su brazo. El día en que Padre dejó de ser el mismo...

Egil estaba a su lado cuando aquello sucedió, no era el único pues en el fragor de la batalla todo el orden se disipa y torna en caos. Ese desorden en el que ya no hay tiempo para tácticas ni para formación y es donde la disciplina y el entrenamiento salen a colación para diferenciar a los ganadores de los perdedores. También se encargan los números de diferenciar claramente esos dos bandos. 

A la Casa Thalassos le tocó junto con los Gower y los Horpe estar en ese fragor mientras Lord Ralph Buckler flanqueaba el campo de batalla con sus tropas hasta llegar a Pazo Pajar. Todo marchaba bien y se estaban imponiendo con claridad. Padre e hijo luchaban juntos codo con codo, hasta que el caos en forma de los caballos de guerra de los Blackstorm -quienes oportunamente llegaron tarde- volvió a hacer acto de presencia para romper las filas. Sin embargo hacía mucho que estas se habían roto y sólo sirvió para desordenar aún más el campo de batalla.

Nadie sabía quiénes estaban a su lado, si era enemigo o aliado. Y así fue como sucedió, un presunto aliado resultó ser un banderizo de los Errol. No tardó en morir, sin embargo el daño ya estaba hecho...

Y ese fue el día en que Rodrick Othar tuvo que dar un paso atrás y Egil otro adelante. Nathan Ostlich, castellano de los Thalassos estuvo de acuerdo con su padre en hacerlo así, y así se hizo. No ha dejado de ser comandante y consejero, simplemente no podía hacer su labor igual.

Así es como llegó a esa situación: encaramado en lo alto de uno de los muros que circundan el castillo y supervisando las patrullas del asentamiento. Las olas azotaban las rocas situadas unos metros más abajo mientras hacían que el único barco con el que contaban se agitase violentamente a su merced. Un camino salía uniformemente del muro perdiéndose en la lejanía.

El sol empieza a estar bajo, el cambio de guardia debe estar próximo. Sospecha que se confirma cuando otro de los soldado encaramados en lo alto del muro hace una señal para pedir el cambio de guardia. Toca aguardar hasta que llegue para que en ningún momento el muro quede sin vigilancia.

Notas de juego

Y empezamos con la introducción, he aprovechado para meter tu drama familiar un poco como punto de partida a modo de flashback. Puede que no sea un inicio que te de mucho margen para hacer cosas pero quiero ir poco a poco para conocer tu psicología respecto a los sucesos y sus actores. 

Hazme tirada oculta de percepción, dificultad 6

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17/08/2017, 20:20
Director

El deber es el deber. Es lo primero que pensaría uno cuando se encuentra en el gran salón de la familia Thalassos, hogar de banquetes y grandes celebraciones. Ahora, el escenario donde el señor concede audiencia a sus súbditos. Hoy son pocos, no por ello menos importantes.

Lord Clessen, Señor de la Casa Thalassos presidía la escena sentando como estaba en una gran silla de madera con alto respaldo en el que se encontraba tallada disimuladamente una sierpe, símbolo de la Casa. Una Casa muy joven y que fue fundada hace apenas un par de generaciones por el abuelo del actual señor. En torno a su origen hay muchas historias cada cual más descabellada y nadie conoce cuál es la verdadera. Por supuesto preguntar eso a Lord Clessen sería una osadía.

A su lado se encontraban tanto Nathan Ostlich, el Castellano de la casa quien siempre acompañaba a su señor en estas situaciones a falta de un maestre que no se podían permitir; como Rodrick Otar, uno de los comandantes más leales y recientemente inhabilitado por haber perdido el brazo en la batalla que precedió a la Caída de la Casa Errol. Eso último era una cortesía que habían tomado para con el comandante, para evitar que éste se sintiese inválido por la pérdida de su extremidad. El hijo de Rodrick había dado un paso al frente mientras su padre lo había dado hacia un lado, sin embargo aún era joven e ignorante, por el momento. De hecho mientras se encontraban allí, en el gran salón, Egil se encontraba patrullando las murallas.

A la altura del resto del pueblo llano, junto con los escasos soldados que se encontraban en el lugar se encontraba el primogénito del Señor de la Casa Thalassos, Rickard quien asistía silencioso a una nueva lección. Sin embargo la atención de todo el público no se encontraba centrada en ninguna de estas personas, si no en el puñado de personas que declamaba por el favor de su señor...

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17/08/2017, 20:54
Aldeanos

-Lord Thalassos, sois sabio y honorable. -Comenzó con un exceso de cortesía que delataban un discurso ensayado que buscaba la predisposición de su señor. -Por ello sus pedimos que nos ayudés en nueso sufrimiento. Las cosechas este año son pocas y no ayudan los bandidos. -Tomó aire antes de continuar-Sin ir más lejos, hace cuatro noches, a Peter el molinero le robaron la harina que aguardaba fuera esperando a ser recogida. -Uno de los hombres asintió dando a entender que en efecto él era el molinero.

-Otra noche fue el porquero quien se encontró a su marrana abierta con las tripas pafuera y no vió a 3 de sus lechones. Y a mí... a mi hija... -Su voz se rompió, parecía que le costaba avanzar en su historia...

Notas de juego

Un poco de cotidianeidad para ir empezando, y una oportunidad para partir el bacalao líderes XD.

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17/08/2017, 22:01
Director

El castillo se vislumbraba en la lejanía, delante de éste se veían una sucesión de muros dispuestos de manera extraña y sobre éstos parecían estar desfilando algunos de los soldados de Lord Clessen. Bajo éste se alzaba un promontorio rodeado por las aguas del mar angosto. Las olas lamían el contorno de la península buscando redibujar sus límites.

El contraste entre el mar y la colina hacía que algunos de los comerciantes que llegaban de manera estacionaria, lo comparasen con el archipiélago Pyke. Aunque no tardaban en dejar claro que no era ni igualmente impenetrable ni imponente. Sin embargo tenía un aspecto bastante digno si se comparaba con algunas de las fortalezas de los alrededores. No se podía decir lo mismo de las tierras circundantes las cuales se caracterizaban por ser pobres y escasas como sus gentes.

Lejos de aquella hogareña estampa se encontraban dos de los hijos del Lord de esas tierras: Samuel y Myria. Ambos detestaban los asuntos que tenían que ver con su Casa y en estos momentos su señor padre estaba concediendo audiencia a sus súbditos que así lo habían requerido. Su hermano también estaba convocado y quisiera o no, no podría librarse. No en vano era el primogénito.

La pareja se encontraba refugiada en la sombra del pequeño oasis que suponían un puñado de árboles dispuestos en tierras limítrofes con la Casa Gower. Los límites estaban a estas alturas bastante desdibujados y no tardaban en salir conflictos que se acaban dirimiendo con un mediador por medio, el cual se encargaba de sentenciar a quién pertenecía cada brizna de hierba. Lo que siempre había quedado claro es que aquel oasis era de la Casa Thalassos y uno de los refugios favoritos de los tres hermanos.

Notas de juego

Dejo este párrafo a modo de inicio para situaros y daros pie a que interactuéis entre vosotros.

Tirada oculta de percepción dif. 6

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18/08/2017, 16:10
Myria Thalassos

Apoyada en uno de los árboles de la zona, necesitaba un respiro, hoy disfrutábamos de un día realmente cálido y en estos momentos la brisa del mar se había detenido, provocando que empezara a sudar ligeramente.

Acerqué la mano para juguetear con unas florecillas moradas con forma de campanilla que habían brotado recientemente, les daba suaves golpes con los dedos para verlas moverse de lado a lado, imaginándome el sonido agudo que provocarían si estás fueran metálicas.

-Menos mal que hemos venido a dar una vuelta, no quiero imaginarme como estaríamos en casa con esa reunión.- Digo tranquilamente pero con un tono que denota lo poco que me habría agradado estar ahí, mientras  miraba con la vista perdida a la maleza que brotaba verde alrededor del oasis.

Almendra estaba bebiendo, refrescándose por el trayecto que había realizado, la yegua estaba sudando, su largo pelaje no era el más adecuado en estos días de calor, su cola se movía de lado a lado de una manera muy rítmica.

Levanté la mirada y miré a nuestro alrededor, aunque estas tierras no fueran las más ricas, a mí siempre me habían parecido muy bonitas, aunque claro, eran las únicas que había visto realmente, de las otras solo había escuchado las historias de los marineros, tierras heladas al norte, inmensos mares de arena al sur, exóticas ciudades hacía el este y aun no había visto ninguna de ellas, ni siquiera conocía Pike, pero como decían que se parecía a esto, tampoco despertaba mi curiosidad, además que las historias sobre los hombres del hierro no me parecían las más emocionantes.

Las tierras de los Gower, estaban aquí al lado, era una de las casas que conocía debido a su cercanía y algunos incidentes sin importancia, al menos yo no se la daba, pero siempre quedaba cierta aversión y antipatía debida a las historias que contaban en casa.

-Samuel ¿Quieres ir por ahí?- Indicando con el dedo la zona en que acaban nuestros dominios, los cuales ya me los conocía demasiado bien y así podríamos ver cosas nuevas.

Me levanté ayudándome con las manos y fui a coger las riendas de Almendra, para que no se fuera muy lejos, no solía escaparse, era muy fiel pero me gustaba que me acompañara, me sentía más segura a su lado, ya que era enorme comparada conmigo pero solo eran apariencias, era un animal incapaz de hacer daño a nadie.

- Tiradas (1)
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20/08/2017, 20:53
Samuel Thalassos

Con las audiencias de padre y mi hermano, no había mucho mejor para hacer que escapar un rato con Myria a rondar por los terrenos que rodeaban a nuestro Castillo. Aquello era una excelente excusa para cabalgar y mejor aún hacerlo con la compañia de mi hermana. Estaba algo cansado del gris del Castillo y ya antes había estado en las audiencias y padre nunca había escuchado lo que tenía que opinar al respecto de algunas cuestiones. 

-Las ventajas de no ser el heredero...- dije mientras Pisapinos, mi caballo rebuznaba, atado junto a Almendra. No era que me disgustara caminar pero mi parte preferida solía ser el trayecto que hacía a caballo - si si, vamos, pero esa zona es nuestra o es de los Gower?- pregunté, ya que más allá del oasis se volvía demasiado confuso dónde empezaba y dónde terminaba una parte. 

Lo cierto era que no entendía del todo porque ella llevaba a Almendra, pero la imité y fui a buscar las riendas de Pisapinos para llevarlo conmigo. 

-Podríamos hacer una pequeña carrera al regresar, no? Le va a venir bien un poco de emoción a Almendra- caminé con ella a dónde sea que quisiera ir, me hubiera gustado ir más allá incluso de dónde decía a lomos de mi caballo, pero luego quizás tuvieramos problemas con los dueños de la tierra.

- Tiradas (1)
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21/08/2017, 18:31
Director

La pareja de hermanos azuzaron a sus respectivas monturas para desafiar los límites de la Casa Thalassos cuando de repente percibieron un sonido en la lejanía lo que les hizo interrumpir la carrera que estaba a punto de dar comienzo. El origen del mismo era incierto hasta que el sonido se fue haciendo más próximo y más claro...

Cascos de caballo, al galope... Y venían del oeste.

No tardó en divisarse en el horizonte una columna de polvo y bajo la misma un jinete que espoleaba a un caballo de pelaje oscuro que iba haciéndose cada vez más grande. El caballo que resultó ser negro corría desbocado como alma que llevaba el diablo y no tardó en ponerse a la altura de los dos hermanos más el jinete no aminoró su galope hasta que -tal y como vieron los menores de los Thalassos-, casi llegaba a las puertas del castillo de su padre.

La presencia del jinete era un soplo de aire fresco en la aburrida monotonía de aquellas tierras, sin embargo su llegada no era suficiente para prometer grandes acontecimientos, si no los colores de los que hacía gala en su uniforme que lo confirmaban como un enviado de la Casa Buckler de Puertabronce. Aquello daba fe a los rumores que se habían escuchado por los pasillos del castillo al que llamaban hogar, rumores que a pesar de los pobres intentos de Lord Cleesten por acallarlos hablaban de una invitación a Pazo Pajar a los que ayudaron en la Caída de la Casa Errol

Notas de juego

Notas de trasfondo:

  1. Sois tan pobres que no tenéis maestre, lo único parecido a un consejero son Rodrick Otar quien ha quedado manco recientemente y el castellano Nathan Ostlich. Y ninguno de ellos sabe nada de cuervos así que las noticias suelen llegar por mensajero desde sitios con cuervos. Mensajeros como el que acaba de pasar.
  2. Los rumores que lleváis oyendo es lo que básicamente ponía en la introducción de la partida.
  3. La Caída de la Casa Errol es como se llamó a los acontecimientos que comenzaron con el alzamiento de éstos y terminó con la ejecución de los miembros de la familia.
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21/08/2017, 20:43
Rickard Thalassos

Rickard estaba de pie, junto a su padre.

Apenas se había podido dar un agua después de la última expedición en busca de bandidos que había dirigido.

En muchos aspectos prefería estar con sus hombres, casi podía olvidar sus responsabilidades y su futuro. Le gustaba esa vida sencilla. Ya se había empezado a hacer un nombre como capitán de soldados y siempre estaba dispuesto a organizar una partida para castigar forajidos.

Su mente empezaba a organizar la siguiente expedición, sólo saber que habían dañado a una joven hacía que le hirviera la sangre. Su deber era proteger a estas gentes, cada vez que ocurría algo así, Rickard debía esforzarse por contener la furia que le invadía.

Esperaba la decisión de su padre, por respeto no hablaría antes que él. Pero esperaba que le mandara con unos cuantos hombres a perseguir a esos bandidos.

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21/08/2017, 21:11
Egil Othar
Sólo para el director

Desde lo alto de los muros del castillo de la familia Thalassos, a la que servía lealmente, era difícil no pararse a pensar dada la poca actividad de los alrededores. Un largo suspiro se escapaba por la boca de Egil en un inútil intento de olvidar lo ocurrido hace cuatro semanas, pensar le había llevado a eso, nuevamente, no lograba sacarse de su cabeza aquel incidente por más que lo intentaba. Y es que a pesar de la victoria sobre la Casa Errol, para los Othar aquel fue un día triste, pues fue el día en el que Rodrick, perdió el brazo derecho y se convirtió en poco menos que un inútil en lo que tanto a padre como a hijo les gustaba y se les daba bastante bien, batallar.

No todo fue malo para los Othar, a raíz de este triste suceso la posición de Egil en el castillo mejoró y empezó a tomar responsabilidades de la posición de su padre gracias a las enseñanzas de este, las cualidades mostradas por el caballero, y la recomendación de su amigo Nathan, castellano del lugar. El ascenso no era del agrado de Egil, a quién le preocupaba perder gran parte de su libertad por adquirir responsabilidades que no le apetecía tomar, pero aceptó, por contentar a su padre y ayudar a la familia Thalassos, era lo que querían, así que no podía dar una respuesta negativa.

Perdido en sus pensamientos el tiempo de guardia pasó más rápido de lo acostumbrado y se acercaba a su final, algo que estaba deseando el caballero, pues no quería perder la costumbre de visitar su taberna favorita tras acabar con su trabajo, era un buen día para no perder esa costumbre. Hoy lo necesitaba para tratar nuevamente de olvidar las imágenes del fatídico momento en el que el brazo de su padre fue separado del cuerpo, no querían irse y necesitaba una vez más las distracciones de la vida nocturna para intentar olvidarlas.

- Tiradas (1)
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21/08/2017, 23:50
Myria Thalassos

 Estaba sonriendo, aunque era un día caluroso, estaba contenta de poder pasear por aquí, además disfrutaba de la compañía del pequeño de la familia y su bonito caballo.

-Tienes suerte de no serlo.- La responsabilidad de nuestro padre, era algo que no le deseaba a nadie, demasiadas ocupaciones aburridas, eso no era algo que a mí pudiera gustarme.

Miré las tierras a las que nos dirigíamos, no sabía mucho de fronteras, aunque me gustaban los mapas, pero en nuestro hogar no teníamos muchos y ninguno era muy bueno, al menos no eran como yo me esperaba.  -Creo que no son nuestras, ya que no suelo ir por ahí pero quien sabe, quizás sí.- Alzándome de hombros, tampoco era un crimen pasear por ahí, no creía que eso  pudiera causar algún problema, seguramente nadie se enteraría nunca.

Al mencionar la carrera, me giré y lo miré. -Lo que quieres es ganar, ya sabes que Almendra no es la más rápida. Para que este igualado nos tienes que dar ventaja.- Dije sonriendo, sabía que no iba a ganar, mi yegua era tranquila y fuerte, pero no destacaba por su velocidad, aunque si mi hermanito quería una carrera, pues aceptaría, me gustaba verlo contento.

Me subí a lomos de Almendra, era enorme y solía costarme un poco, a veces no llegaba a la primera al estribo pero ella siempre tenía paciencia y no daba ni un paso hasta que estuviera encima.

En ese momento, escuché el inconfundible sonido de los poderosos cascos de un caballo golpeando la tierra con fuerza. Miré el recorrido que hacía hasta el castillo.

-Parece que tenemos visita.- Dando un fuerte resoplido, solo esperaba que lo que estos días se había escuchado por el castillo no fuera cierto y simplemente fuera algo sin importancia, aunque mandar un mensajero siempre denotaba cierta urgencia y por supuesto no se hacía por tonterías.

Bajé mi rostro hasta que era capaz de apoyar mi cara en las crines de mi yegua y le susurré. -¿Verdad que no queremos líos pequeña?-

Respiré fuertemente, notando el fuerte olor de Almendra, me gustaba, después me incorporé y miré a mi hermano. -¿Seguimos paseando o tienes prisa por saber que lleva ese mensajero?- Aunque me intrigara un poco, no quería volver a casa y tener que hacer lo que fuera que me dijeran, pero quería saber que prefería Samuel, quizás le interesaban más los asuntos de nuestra casa de lo que solía decir.

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22/08/2017, 15:07
Lord Cleesten of Thalassos

-Entiendo.- Dijo el señor de la casa cortando así el silencio tenso que se había creado a la hora de hablar de la hija. Hay cosas que no necesitan ser escuchadas para saber qué es lo que pasó.

–Levantaos mis buenos hombres. –Les invitó al tiempo que se levantaba para acercarse a éstos. –Poco puedo hacer para devolveros la paz que os ha sido arrebatada, sin embargo prometo que tendréis justicia. Hace tiempo que llevamos organizando batidas para acabar con la escoria que está surgiendo en estos tiempos sin embargo esta vez seremos inmisericordes. No tardarán en aparecer los culpables de estas fechorías.

Tras las promesas lanzadas a los testigos de la audiencia, Lord Clessten volvió a su asiento y se dirigió al castellano:

-Nathan, ¿a quién sugieres que podemos mandar?

Notas de juego

PNJOTIZADO

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22/08/2017, 20:28
Director

No tardó en llegar Jerome, un chaval bastante nervioso pero aplicado en sus labores. Vestía una armadura acolchada rematada por un cinturón de cuero del que colgaba una espada. Casco y escudo eran sus complementos al igual que para todos los que patrullaban la muralla.

-¿Pinta la noche en copas?- Preguntó con carácter risueño al ver cómo su compañero empezaba a dirigirse a su taberna favorita. Una opción que muchos más secundaban desde la Caída de la Casa Errol. -¡Tómate una a mi salud!- Le pidió mientras el joven Otar descendía las empinadas escaleras de piedra que le llevaban de vuelta a la tierra firme. Más resguardada y menos expuesta a las corrientes de aire que venían del mar y que podían ser especialmente frescas.

-¿¡Oye Egil, no has visto eso!?- Preguntó de improviso a viva voz en cuanto centró su atención en el horizonte. -¡Viene un jinete! -Tras escudriñar un rato más en la figura que se acercaba volvió a exclamar- ¡Con los colores de los Buckler! ¡Abrid el portón!

Un par de hombres que acababan de ser relevados se encaminaron a las puertas no sin antes tomar un par de lanzas largas. Cualquier sicario podía llevar unos colores, eso no les convertía necesariamente en mensajeros ni en miembros de una Casa. Una vez se colocaron en posición dieron el aviso y otro par de hombres empezó a manejar la gran rueda que levantaba el portón.

Notas de juego

Nota1: Debías haber tirado 2 y guardar 2. Habrías sacado 5/6 así que no la pasabas.

Nota2: Duda para ponerlo bien en todos los lados Otar u Othar (porque en tu apellido está de la primera forma pero en tus narraciones intercalas la h)

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23/08/2017, 00:05
Nathan Ostlich

El castellano escuchaba impasible, teniendo claro que pronto seria consultado al respecto. Con aplomo, miro hacia los campesinos mientras respondía.

-No se trata de quien, señor, sino de cuantos… Las patrullas siempre las dirige Egil, o Rickard cuando lo desea, así que es lógico que también vayan esta vez. Pero solo disponemos de un par de docenas de hombres por guardia para recorrer las tierras con ellos. Los demás están cuidando el castillo o vigilando el puerto.

Suspiro quedamente, sabiendo que estarían sentimentales con lo de la niña. Anticipando esto, continúo en el mismo tono.

-Podríamos retirar algunos de esos puestos para ayudar en esta ocasión. Con enviar la mitad bastara para duplicar los hombres en el campo y armar otra batida de castigo. Pero no puede hacerse costumbre desatender las defensas cada vez que sucede una desgracia... 

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23/08/2017, 10:10
Rodrick Othar

Rodrick Otar por su parte se aproximó por el otro lado a su superior y le dijo en voz de susurro:

-Mi señor. Vuestras promesas son más que suficientes, deberíais despachar a vuestra audiencia y deberíamos discutir en privado la mejor forma de abordar esto. Nadie tiene por qué saber nuestros movimientos de tropas ni los entresijos de vuestras declaraciones. Además así permites a vuestro hijo probarse.

Tras aquel consejo volvió a su posición inicial adoptando una postura digna.

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23/08/2017, 10:11
Rodrick Othar

Tras las duras palabras del castellano, las cuales fueron escuchadas por todos los asistentes de la sala provocando que más de uno se revolviese. Rodrick Otar quién se encontraba al otro lado de Lord Cleesten se aproximó al noble y le susurró unas palabras antes de volver a su posición original adoptando una postura digna.

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23/08/2017, 13:25
Lord Cleesten of Thalassos

 

Mis dos hijos irán a la zahurda por pistas de hacia dónde pudieron haber huído los bandidos.  Esto nos permitirá averiguar quien causó el daño a su hija.  Ayúdelos en lo que sea menester para esto.  Después, media batida irá en esa dirección (la falsa, anunciada, para tejonear a los soplones si hubiera, mientras la otra mitad va en la dirección correcta sin decir nada), es toda la gente que nos podemos permitir sin descuidar a otras familias. -explicó-  Armaremos a aquellos de su familia que quieran ser voluntarios, por supuesto.   Y así es cómo se recluta y preparan nuevos soldados.

 Lord Thalassos dejó ir a la gente de retorno a sus casas, penares y tareas, mientras en corto se puso a discutir con su castellano y su hijo.  Rickar -el acento de nieto de pirata de Essos (de essos piratas) aun no se le quitaba, por lo que de las "d"s al final de las palabras, tan común en Poniente medio, no le salía ni una.- ve, pero con tu hermana.  Necesitamos buscar pistas y quien mejor que ella.  Y tomen en cuenta todas las hipótesis (ese hablar raro le venía de andar leyendo tanto libro antiguo), todas las posibilidades, incluyendo el que sea un familiar.  No ofendemos a nadie si no lo decimos abiertamente hasta encontrar evidencia.

Una vez revisado todo, incluyendo el hablar de testigos sobre los bandidos -en cuyo caso la hipótesis del novio bien la podemos descartar, casi- si hay una pista de consenso, evidente, guía a la media batida y voluntarios hacia allá, dejando saber "sin querer" a algunos que le parezcan sospechosos a tu hermana donde es.  

Pero si ven una pista oculta, menos evidente, avisadle entonces sin que nadie más sepa a tu hermano, para que guíe a otro grupo de guardias con armas y armaduras ocultas hacia ese otro lugar.   Así no sólo eliminaríamos a los bandidos sino, de haberlos, hallaríamos a sus cómplices aquí en el pueblo. 

 ¿Alguna pregunta? 

 

Notas de juego

Máster: Nunca quise insinuar un secuestro si no una violación.  

R: arreglado.

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23/08/2017, 23:19
Samuel Thalassos

Me sorprendí al ver a mi hermana subirse a Almendra, pero cuando lo hizo, comencé a imitarla cuando yo también escuché que alguien se acercaba. A lo lejos, pude ver a alguien andando a caballo, probablemente un mensajero. La idea de una carrera con mi hermana era divertida, pero perseguir a un mensajero, era impagable. 

-¿Y si lo perseguimos? ¿Como si fueramos unos bandidos, que dices?- pregunté divertido, acomodandome sobre Pisapinos. El plan era una locura, era solo para divertirse, probablemente ni siquiera llegaramos a alcanzarlo, pero pasear por ahí podíamos hacerlo siempre, perseguir a un mensajero como si fueramos unos perritos persiguiendo a quién entra a nuestro patio, era algo que me resultaba tanto gracioso como divertido y no me parecía que fueramos a hacer ningún mal. Después de todo estabamos en nuestras tierras. 

-Vamoooos!!- dije haciendo que mi caballo acelere el paso, esperando que Almendra pueda seguir aunque sea un poco. 

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24/08/2017, 12:01
Myria Thalassos

Sin dejar tiempo a que le contestara, salió al galope tras el mensajero, solté un resoplido mientras observaba la estela de polvo que creaba mi hermano y su montura.

Sí que tenía prisa.

Al parecer Samuel tenía bastantes ganas de llegar al castillo, algo que a mí no me apetecía demasiado, seguí contemplando como se alejaba en dirección a nuestro hogar, algo pensativa, mientras Almendra se giraba para mirarme de reojo, al verla le di unas caricias peinando sus crines.

-¿Ahora qué hacemos Almendrita?- Pregunté a la yegua sin esperar una respuesta. Supongo que tendré que volver. Pensé mientras le daba un suave golpecito con la pierna en un lateral para que empezara a avanzar.

Mi hermano ya estaba lejos, pero galopar no era algo que nos apasionara, ni a mi montura, ni a mí, era más incómodo que otra cosa con tanto saltito sobre la silla, así que no quise acelerar el ritmo, llegaríamos cuando llegáramos, no tenía prisa alguna. Al menos daría un paseo.

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24/08/2017, 13:50
Egil Othar
Sólo para el director

Para disipar posibles dudas sobre su cambio de guardia llegó Jerome, la aparición de su compañero confirmó que efectivamente el turno había acabado para Egil. Este dejó atrás los malos recuerdos y recibió a su recambio con otra sonrisa. Sonrisa que se ensanchó al escuchar la primera pregunta formulada por Jerome, aunque no todo quedó ahí, la acertada pregunta también le logró sacar una breve carcajada. –¿Acaso hay otra manera de pasar la noche?– contestó con una pregunta retórica, afirmando así que su compañero estaba en lo cierto. –¡Así lo haré! ¡Por Jerome!– se escuchó gritar a Egil cuando volvía a bajar las escaleras mientras ensayaba como iba a dedicarle una de las copas al guardia.

No se había alejado aún de la torre cuando escuchó una segunda pregunta, una que poco tenía que ver con la breve conversación que acababan de mantener. Con una rapidez propia de Egil, volvió sobre sus pasos para ponerse junto a Jerome y comprobar de primera mano que efectivamente era un jinete de los Buckler lo que se acercaba. Lo lógico sería ponerse a pensar en lo que hacía aquí un jinete de esa casa, no para el caballero, este pensaba que debería haber avistado a un jinete acercándose al castillo. Poco sentido tenía darle vueltas a eso ahora, y él lo sabía, por lo que decidió bajar a las puertas para hacerse cargo de la situación, las copas tendrían que esperar.

Notas de juego

Nota 1: Se me pasó, hace tiempo que no juego con este sistema ^^" ¿Había que guardar los mismos dados que los que tiras? Que es mi mayor duda ahora mismo.

Nota 2: No se que me ha pasado con eso la verdad, pero lo dejaré como Othar, me ha convencido más. ¿Lo demás todo bien? Que estoy acostumbrado a escribir en primera persona siempre.

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24/08/2017, 13:59
Director

Ante la perspectiva de dar alcance al mensajero que ya se encontraba a considerable distancia Samuel Thalassos espoleó a su montura con frenesí. Su hermana por su parte era más partidaria de tomárselo con calma por lo que no tardó en aumentar rápidamente la distancia que separaba ambos hermanos.

Para cuando Samuel logró dar alcance al mensajero éste ya se encontraba en el patio de armas y había entregado el mensaje a uno de los soldados quién se encontraba verificando la autenticidad del sello de lacre.

Un minuto después llegó de manera calmada Myria acompañada por el delicado trote de Almendrita.