Partida Rol por web

Un frase corta sale de los labios del picaro - Yo me apunto, mi nombre es Rhaztamel - seguidamente si esperar a nadie mas, se dirige hacia las escaleras en busca de ese tal Eremy.

Pensativa me quedo al recordar aquel, no se porque lo habia olvidado, en realidad, bueno, siempre estoy buscando como sobrevivir. Mmm trabajo es trabajo... supongo..

Aunque no me convence eso de capturar al hombre, seguro hizo algo inadecuado y le buscan, pero el tabernero no lo describe como un mal tipo, hay que aceptar que siempre hay algunas injusticias.

Aunque no se porqué esto no me suena bien, aqui hay gato arreglado.

Yo podría pensar en unirmeles,  mi nombre es Matrirna. Oh por los dioses, en que me voy a meter.

El musculoso hombre que había llamado vuestra atención queda atrapado en el baile de velos de la exuberante mujer, creando una justa pero reprimible envidia en todos los hombres de la taberna, incluso Marl se gana una colleja bien merecida por mirar demasiado los asuntos ajenos

Los tres hombres, de aspecto semejante, suben las escaleras en busca del tal Eremy, seguidos de la orca que en busca de algo de trabajo curioseará en los asuntos que están por negociar

Al subir al primer replano de la escalera una serie de golpes os alarman de sobremanera haciendoos retroceder con precaución, un semigigante cae por las escaleras para quedar mal encajado en una esquina, su cara lleva un arañazo superficial y en pleno pecho una apuñalada de la que sale a borbotones intermitentes una sangre oscura.

Al acercaros a él veis que está muerto y no lleva nada de valor, ni siquiera un arma con la que defenderse, ésa probablemente fuera la causa de su muerte, al otro lado de la escalera, viendo como os acercais con una mueca de desagrado, un duérgar mal barbado seca con un pañuelo sucio una espada corta.

~Tsk~

Baja las escaleras, haciendo caso omiso a lo que tengais que decirle, pues esta, es la Ley de Zalas, la Ley del más fuerte, y no hay nadie débil en Zalas, pues los más débiles, yacen en el piso de una escalera tiñendo el suelo con su sangre. Una triste realidad, pero alguien que no tuviera nada, si no moría apuñalado, probablemente hubiera muerto de sed en menos de dos días.

La primera habitación del primer piso tiene la puerta abierta, y al poner un pie en ella, el "supuestamente" Eremy se gira con un arco largo en su mano y una flecha encajada en la cuerda.

Aquí nadie baja la guardia, aquí nadie fía su espalda

Al alzar las manos desarmadas baja el arco pero mantiene la flecha en la cuerda.

Supongo entrais aquí por el anuncio.... uno, dos, tres y cuatro, bien bien, buscaremos si podemos a alguien más ahí abajo

Por cierto soy Eremy, subordinado de Vadrian

Todos entrais en la habitación y espera vuestra presentación, tras lo cual expone el trabajo y espera nuevas preguntas por vuestra parte, pues lo que tengais que decir, él os lo resolverá antes de ir a hablar con Vadrian.

El trabajo consiste en escoltarme a mí, en protegerme de las bestias del desierto ida y vuelta al Castillo de Raivah

Tengo un negocio que tratar con él, un intercambio importante, no os puedo decir de que se trata, si Vadrian lo desea que os lo cuente él.

Tengo que partir hoy mismo, tan pronto como el sol comience a ocultarse y sea posible caminar por el desierto.

Os proporcionaré comida y bebida durante la jornada de ida y vuelta, y los posibles días que nos retrasemos

A la vuelta.... a quienes viváis.... se os recompensará con 20 piezas de oro más

Contaremos con un carro, pero es pequeño, por lo que hareis el camino a pie, son 2 jornadas, durante el dia nos refugiaremos en las montañas, así que el asedio de las bestias del desierto está más que garantizado

Una muerte asegurada.... ¿Estais lo suficientemente desesperados?

Esta todo bastante claro, de la misma manera, claro como el agua está la posibilidad de una muerte horrible y casi segura, aún así, Eremy parece bastante necesitado de vuestra escolta, y espera impacientemente que acepteis el urgente encargo

El dolor de la desaparición de su familia seguía estando demasiado presente en Sutu como para que el exótico, y erótico baile de la mujer hiciera mella en él. Pero sus instintos bárbaros luchaban por aflorar y resultaba difícil mostrarse indiferente ante las insinuaciones de la bella mujer.

El hecho de que las personas que se acababan de reunir alrededor del posadero llamarán la atención del bárbaro, le ayudó a alejar de su mente todo posible pensamiento lujurioso al centrar su interés en la curiosidad que sintió al ver al grupo hablando sobre trabajo. Sin embargo, las palabras susurradas de la mujer, pronto lo devolvieron a su situación, envidiada por la mayoría de los allí presentes.

-¿Seguridad? Preguntó socarronamente. Me maldigo por no haber sido capaz de dársela a quienes quería, y ahora pago las consecuencias. Pero si crees que puedo ofrecértela, tal vez lo haga. Mi mujer y mis tres hijos desparecieron de mi hogar cuando yo estaba de caza y sospecho de los esclavistas del circo ¿Puedes tú ofrecerme información sobre eso? ¿O solo seguirás ofreciéndome este calor sin sentimientos?

Si esta mujer no me dice nada útil, tendré que interrogar a ese posadero. Pensó. Como todos los de su clase, estará bien enterado de lo que ocurre en esta apestosa ciudad.

La mujer sonríe, parece que hay algo en tus palabras que le ha puesto de auténtico buen humor y continúa sonriente con su acento picaresco mientras de un suave empujón te sienta en una silla, y sentándose en la pequeña mesa de madera mueve suavemente sus preciosas piernas frente a tí. Una mano se desliza en el interior de una camuflada bolsita color púrpura entre su vestido, sacando de ella una pequeña pero muy brillante canica de cristal que mueve en un haz de luz solar que entra por la puerta haciendola brillar con un común destello de luz.

No eres de estas tierras ¿Verdad?

Pocos aquí se dedican al tráfico de esclavos, pues apenas tienen para poder beber ellos mismos. Esta es la tierra más seca y calurosa del mundo, y todos los que aquí vivimos nos vemos inexorablemente arrastrados a la extinción... a menos que...

La chica suelta una risita mientras aún con la canica en la mano se tumba sobre la mesa dejando al aire su viente plano

El único esclavista que mantiene siervos y monstruos por igual es Vanor, un duérgar corrupto, compra cualquier bestia viva que puedas traerle y toda la gente que cae en sus manos es rápidamente sacrificada en la arena o usada para alimentar a sus bestias.

Se rumorea entre los más viles de los habitantes de Zalas, que algunos fulanos han vendido a sus camaradas y otros caminantes del desierto al Señor del Castillo de Raivah

Sin embargo, si vivías a las afueras, ya es extraño que tú mismo sigas vivo, lo cual habla muy bien de tí. Este desierto es un hervidero de criaturas que también podrían haber acabado con ellos.

La chica pasa la canica ante tus ojos y vuelve a guardarla en su pequeño saquito, abriendo un poco las piernas y cubriendo las vistas al apoyar ambas manos sobre el borde de la mesa

Si... te acercaras por el castillo de Raivah... adivina quien es el Señor que ahora lo gobierna, y consígueme algo suyo

Aunque te parezca mentira, y tal vez con eso... pueda escrutar el desierto en busca de tu mujer y tus hijos y decirte algo más...

Subimos y vemos el mismo espectáculo cruel de siempre. Un duergar es el artífice maldito del destino de otro miserable. Aunque desagradable, estoy ya demasiado acostumbrado. No hace sino recordarme lo breve que es la vida y lo importante de vivirla a cada momento, además de lo importante que es saber sobrevivir, claro está.

Encontramos a Eremy preparado para un imprevisto. El gesto universal de levantar las manos es más efectivo que cualquier palabra /Eh, no somos enemigos, mira, voy desarmado/. Siempre me ha hecho gracia, pues yo no voy nunca desarmado con mi magia, pero puedo hacer cualquier gesto que me haga ganar tiempo o evitar un mal mayor. O hacer negocios. De hecho, el negocio en sí no es muy prometedor.

Comida, agua y 20 monedas de oro si no morimos. Esa miseria es suficiente para mí, pero si encontramos algo lucrativo por el camino quiero que se repartan los despojos como debe ser, equitativamente. Si es así, cuenta conmigo.

No tengo dinero, así que no me conviene permanecer en una ciudad. El viaje puede ser interesante. Algo puedo descubrir de Raivah y su fortaleza. Además, hace tiempo que no estoy con ningún grupo, casi todos los amigos mueren o dejan de ser amigos. Quizá sea una oportunidad de encontrar nuevos compañeros para objetivos mayores en el futuro. Miro a mis supuestos y posibles camaradas y pienso en lo difícil que es formar un grupo de buscavidas competente. Bueno, mi aspecto tampoco debe ser el de alguien honorable. Quién sabe!

Rhaz, vio la escena el pobre desgraciado que había caido y le echo la misma cuenta que a un trozo de hierba rodando por el suelo en un dia de fuerte viento, ni si quiera le dirigió una mirada.

Tras la entrada en la habitación de Eremy, un arco apuntaba a nuestros cuerpos - Buen recibimiento si señor - pensaba este, mientras su rostro no denotaba ninguna preocupación.

Cuando Eremy habló, a Rhaz no pudo aguantar que una sonrisa se le escapara, si es que a eso, se le podía llamar una sonrisa, un leve gesto con la boca. Posiblemente los demás no se hubieran percatado. - Aventuras, peligros, monstruos y muerte casi segura, bahhh es precisamente lo que estaba buscando, quien podría negarse a tal oferta? - respondió este a las palabras del individuo.

Observe la escena entre el duergar y el semigigante sin inmutarme. Esta era una escena a la que ya estaba bastante habituado. Incluso en alguna ocasión había “participado” en alguna situación similar. Subí rápidamente las escaleras sin hacer caso del cuerpo muerto. Lástima, a estas alturas ya no debe de quedar nada de valor en el cuerpo. Espero que el trabajo merezca la pena, o este habrá sido el más inútil de mis viajes.

Tampoco me sorprendió la reacción del supuesto Eremy. Acabábamos de ver lo que les pasaba a los que no estaban siempre alerta. Esboce una ligera sonrisa mientras esperaba con las manos en alto a que bajara el arco. El tipo aquel empezaba a caerme simpático.

Resulta que yo estoy igual de desesperado. Además, seguro que el desierto es más seguro que la ciudad jajajaja. Este tipo y el trabajo tiene ese olor a “ambigüedad” que tanto me gusta. Con algo de suerte podré sacar algo más que las monedas de oro con las que nos van a pagar.

Por fin, la mujer había despertado un verdadero interés en Sutu, quién encontró sumamente interesante la información acerca de aquel duérgar al que había mencionado.

¿Es posible? Pensó inquieto. No parece que haya otra persona que pueda estar implicada en la desaparición de mi familia.

La sensual mujer seguía pareciéndole de poco fiar, pero no había encontrado ninguna pista mejor para seguir, y sus palabras lograron aflorar algo de esperanza en el interior de Sutu. La mente del bárbaro, voló rauda a la conversación mantenida momentos antes entre el posadero y el grupo de personas que se le habían acercado preguntando por algún posible trabajo en la ciudad.

El bárbaro se acarició la barbilla pensatívamente y luego le habló a la chica.

-¿Me estás diciendo que ese Vanor puede tener algo que ver con la desaparición de mi familia? Preguntó. Y ¿Cómo puedes tu ayudarme si te traigo algo de ese castillo, en lugar de ir yo mismo a preguntárselo a Vanor?

La chica vuelve a reir divertida, parece un niño que tirando los dados tan solo gana contínuamente, y resulta inocentemente insultante, aunque no deja de perder su sensual naturaleza

Vanor vive en una finca cerca de la bruja, no tiene sentido que vayas a verle, pues si hubieran llegado esclavos lo hubieramos sabido, pues habría montado un festín para sus fieras en la arena a través de las que se saca un buen pico.

El único festival que está preparando es uno de gladiadores cuando encuentre suficientes.... voluntarios

No conozco quien es el Sr del Castillo, pero algo muy personal suyo.... me ayudaría a hacer algo de magia

Las sendas de la adivinación y el misticismo son tan misteriosas como traicioneras

Podrías ir tú mismo, y preguntar a ése tirano que no deja a nadie salir con vida de su castillo, tal vez te diga la verdad, si la conoce... o puedes arriesgar tu vida para traerme algo así, para tener la certeza de donde se encuentra tu familia...

Claro que... si encuentas la oportunidad de ir, yo me quedaré aquí solita

Sin tu protección, jummm

Pero no te preocupes, seguro que de ti, encontraré un pago equivalente que a ambos nos satisfacerá

Eremy os observa con tristeza, no es voluntad suya que el pago sea tan mísero, si bien es verdad que cada ración diaria de agua cuesta en la taberna de Marl 10po, si es que le quedan reservas, es tan consciente como vosotros de la pobreza y la desesperación de los tiempos que estais viviendo, y él mismo haría lo mismo que vosotros si estuviera en vuestra situación, pero el ser vasallo directo de un ciudadano, le garantiza el agua diaria, con lo que hace tiempo que dejó de tener estos problemas.

Lo que encontreis por el camino podeis hacerlo vuestro, a mí solo me atañe el trato que tengo con el señor del Castillo

Cuando alguno de vosotros piensa en presentarse Eremy alza la mano - No necesito vuestros nombres, ya os presentareis en un rato a Vadrian, él si os preguntará acerca de vuestras habilidades.

Abajo me espera Marl con las raciones de agua necesarias para el viaje, un barrilete de agua entero del que vivireis los siguientes dias... desenvainad vuestras armas pues es posible que a la salida de la taberna nos lo intenten quitar

Además, aunque vosotros cuatro me pareceis suficiente, no vendría mal si alguien más deseara unirse

Al fin y al cabo, partimos muchos, y tal vez, solo tal vez, volvamos alguno

Vayamos a presentaros a Vadrian y a prepararnos para la salida, a no ser que querais decir algo más....

Eremy lleva un cómodo cuero, en su cinto, una espada larga casi roza el suelo y a la derecha de la cadera un carcaj de flechas de plumón amarillo donde vuelve a dejar la que llevaba entre manos, y colgándose el arco al hombro coge aire para salir de la habitación con la cabeza bien alta, a fin de intimidar a cualquier ratero o bandido que le esté esperando abajo.

Escucho todo con atención, en realidad la muerte y la vida se cruzan en cada esquina, y así como los dragones mueren, los ratones comen de su carne. Yo estoy dispuesta, agua y comida aseguradas son una buena paga, mi nombre es Matrirna, y os acompañare.

Miro a todos los demás, aunque tengo habilidades en lucha, también conozco de hechiceria por un legado de mi abuela en paz descance, manejo la lanza y la ballesta.

Sera un gusto ayudarles.

No se si sobrevivire, pero por mucho tiempo he estado pensando que no conozco la misión de mi vida.

Hago lo que el señor dice, y protejo mis armas para que no sean robadas.

El agua hoy en día es más valiosa que el oro, por algo mis padres murieron de sed.

Observo el habitual trato algo distante, pero sincero de alguien que no quiere implicarse mucho con gente que puede que muera en poco tiempo.

De acuerdo, Eremy, te acompañamos en alerta. Yo también tengo habilidades mágicas, así que adelante.

Con razón, me había llamado la atención la semiorca. Qué tipo de lanzadora de conjuros será?

Dejo pasar a todos y me quedo el último. Me fijo algo más en Matrirna y luego paso a estar alerta a cualquier peligro, sobre todo por la parte trasera. Si son listos, nos atacarán cuando tengamos el agua  fuera de la taberna, pero nunca se sabe.

-Me inquietas mujer. Le dijo Sutu. ¿Tienes el don de la adivinación y lo vendes a gente como yo? Diría que tu precio es barato de no ser por que pretendes enviarme al fín del mundo en una misión que podría costarme la vida, según tus palabras. ¿Acaso no hay quién te pueda pagar mejor en esta ciudad?

Sutu no esperó una respuesta a su última pregunta.

-Da lo mismo. Algo de verdad percibo, ¿Qué es eso que te daría la oportunidad de encontrar a mi familia, bruja de ciudad? No conozco los caminos de la hechicería.

Finálmente la chica había ganado el interés total del bárbaro, no obstante, este continuaba reticente a creer las palabras de una desconocida.

Veamos lo que quiere... y lo que puedo averiguar de esta mujer. Pensó. Si su talento adivinatorio es real, no dudaré en jugarme la vida por que lo utilice para encontrar a mí familia.

Los términos del trato comienzan a ponerse interesantes. Al final puede que el viaje sea más productivo de lo que parecía.  Pero tendré que tener cuidado extra con la semiorca y con el hablador. Los lanzadores de conjuros pueden ser impredecibles y peligrosos. Aunque también una valiosa ayuda si se sabe manejarlos correctamente.

Bueno, pues si todo está dicho vayamos a por las provisiones y a por un quinto compañero. Y no te preocupes si alguien nos asalta digo acariciando la vaina de mi espada con una maligna sonrisa en la boca se cómo defenderme.

¿Mmmmmmm qué podría ser..... ?

La chica ronronea como un gato y arrastra las uñas por tu piel dejando una marca apenas perceptible en un cuerpo del todo bronceado y bien curtido, sin perder de vista la otra mano, ves que saca un pañuelo morado y lo coloca en tu cinto

Cuanto más personal sea de él, mejor, algo discreto que él no heche en falta

Si pudiera ser, que formara parte de su cuerpo

Una sucesión de pasos pesados bajan por la escalera, y cinco hombres armados bajan por la escalera hasta la sala principal de la taberna. Aún sin haber pronunciado las palabras, como si ya lo supiera con antelación, la chica te da un empujoncito simbólico hacia ellos a lo que esperas unos segundos con mirada interrogante

Un grupo de cinco tipos baja las escaleras, el que va en cabeza va bien armado con una larga espada en su cinto y un arco en su hombro, los que le siguen entre capuchas y harapos se entreveen los destellos metálicos de algunas armas, el que va en primer lugar queda en el último escalón justo antes de bajar al piso de la taberna donde el tabernero parece esperarle con impaciencia tras el mostrador y su mujer Luna de la Tierra lleva enarbolada una gran hacha.

Soy Eremy, vasallo de Vadrian, esta noche partiremos al Castillo de Raivah

Buscamos un hombre capaz de atravesar el desierto con nosotros hasta allí y proporcionarnos su espada en nuestra defensa

Se le dará agua y comida durante todo el viaje y una pequeña compensación en oro al volver

¿Alguien?

La taberna queda sumida en un bullicio típico de una fiesta, y sin embargo los comentarios que se escuchan no son precisamente de jolgorio, acerca del despilfarro de agua que supone enviar a un grupo a la muerte, de lo bien que les vendría el agua, de rumores sombríos acerca del Castillo de Raivah y algunos simplemente colocan sus ojos codiciosos en el inseguro grupo

Mientras descendemos pienso que puede haber peligro, pero cuendo Eremy empieza a hablar y me percato de cómo nos miran los parroquianos, me doy cuenta de lo poco prudente que es dar voces a gentuza como esta. No sé si alguno dirá que sí, pero lo que sí creo es que nos vigilarán para robarnos antes de partir o ahora mismo, quién sabe.

Umm, este trabajo va a ser mal pagado si empezamos a pelear ya. El tal Eremy debe confiar mucho en él mismo o debe ser un insensato. Espero que ser vasallo de Vadrian le sirva para infundir respeto, pero no miran con respeto, miran con codicia.

Los movimientos de la chica comenzaban a poner nervioso incluso al fiel Sutu, quién a pesar de tener el corazón entregado a  su mujer, sentía la necesidad del calor que aquella moza que se restregaba contra su cuerpo podía ofrecerle. Por suerte, el hombre que bajó las escaleras hizo que la joven bruja dejara de lado los jugueteos y obligara a Sutu a reaccionar para llevar a cabo el trato que entre ellos dos estaban terminando de firmar.

Antes de darse cuenta, el bárbaro se encontraba dando un paso adelante obligado por el empujón de la moza, y escuchando los pasos del hombre que bajaba por las escaleras. Cuando habló realizando su oferta de trabajo, Sutu lanzó una mirada furtiva a la bruja.

O ya lo tenía perfectamente planeado, o reálmente puedo confiar en que tiene talento para la adivinación. Pensó el bárbaro.

Cuando el hombre terminó de hablar, Sutu dio un paso adelante, decidido a aceptar el trato de la mujer.

-¡Yo soy el hombre que necesitáis! Dijo el bárbaro, con su grave voz imponiéndose por encima del murmullo del local de forma poderosa. Soy Sutu, y provengo de las tierras de la periferia de la ciudad. Sé moverme en el desierto. Sé luchar en el desierto. Dijo simple y llanamente, con la pragmática forma de hablar de quién se ha criado sobreviviendo todos los días de su vida en el desierto de más allá de la ciudad.