Partida Rol por web

Por fin la bestia había caído. Cuando ya creía que iba a tener que dar cuentas de todos mis actos ante los dioses el hombre lagarto cayó ante el hacha del imponente bárbaro. Como me alegro de que este de nuestro lado. Eso si, he de tener cuidado, no quiero tenerlo como enemigo en un futuro.

Parece que los… dioses nos sonríen comento al grupo relajando la postura y envainando lentamente la espada. En la situación en la que me encontraba el combate cuerpo a cuerpo. Así que sería mejor cambiar de sistema, por lo que saque el arco largo que llevaba a la espalda. Esta cueva nos… quiere muertos. Debemos… salir cuanto antes…de aquí.

El saurio cae habiendo combatido con valentía y nobleza.

Ha sido un duro contrincante. Espero que no sean todos como él. Sutu, has dado todo. Bravo! Compañeros. Puede que haya una esperanza. Registremos estos bichos y los tiramos al hoyo. No queremos que los pueda ver nadie.

Registro al último minuciosamente, le desnudo y saco hasta lo último que tenga.

El primer muerto llevaba una jabalina y un escudo, en su brazo, un precioso brazalete de oro mal tallado pero de buena calidad y aún aprovechable por un buen joyero, el último en caer tan solo tiene la triste jabalina que empuñaba y con la que tanta guerra ha dado

Como acostumbraba cuando descansaba y se relajaba, el bárbaro apoyó la cabeza del hacha en el suelo, y se apoyó en su mango de brazos cruzados.

Se dedicó a recuperar la respiración y la normalidad de los latidos de su corazón el tiempo que le fue necesario y mirando taciturno a los demás, les dijo:

-Ha tardado, pero finálmente hemos podido con él, sí. Esperemos que el próximo encuentro con estas criaturas sea en las mismas circunstancias, o peores para ellas, o lo pasaremos mal. Aunque no es mi intención retroceder ahora. Miró hacia la oscuridad de delante. Debemos seguir extremando las precauciones y pensar en cómo nos organizaremos si vuelven a atacarnos...

Qué viste Rhaz? Guardaban algo esos dos? Digo mientras enciendo una antorcha. Luego cago mi ballesta, preparo el saco con los frascos modificados y miro hacia el final del pasillo.

Rhaz, puedes ir delante? Luego iremos Sutu y yo, y justo detrás Willem con el arco. Creo que así podremos avanzar con cuidado, Rhaz nos informará y así podremos actuar en conjunto.

Adelante. Digo con ánimo.

Por fín, parecia increible, pero la pesada criatura yacia en el suelo sin vida, Sutu había vuelta ha hacer bien su trabajo, Rhaz se acerco y le dio una patada en la cabeza al reptil y despues le escupio - Sucio bastardo.... - solo dijo esas palabras. Seguidamente miro hacia Sutu - Grandullón me alegro de que estes con nosotros, de nuevo te doy la enhorabuena por tu trabajo, ahora debes descansar - Tras estas palabras, el picaro guardo su espada corta y se dejo la ballesta en la mano para despues terminar respondiendo a las palabras de Habib - No pude ver mucho mas que los hombres lagartos custodiando una puerta, asi que descansad vosotros también voy a registrar la habitación e intentar ver si oigo algo tras la puerta - despues hizo una breve pausa y continuo - Volveré - tras decir la ultima palabra Rhaz vuelve solo de nuevo a la habitación.

Te acompaño. Te iluminaré con la antorcha.

Dejo la lanza para que los demás vean y sigo a Rhaz.

Sutu se detuvo a inspeccionar lo que aquellos seres portaban para defender su territorio.

Hummm... estas criaturas tenían suficiente soltura como para manejar armas. Pensó. No son como el monstruo de fuego que nos sorpendió en la entrada, ni los ciempies y escorpiones que nos atacaron.

-Estas armas, y su forma de luchar demuestran que estos son los primeros seres con los que nos cruzamos que no se mueven por meros instintos animales. Su inteligencia puede poner las cosas más difíciles. Le dijo a Willem, que aún estaba allí

Sopesó el escudo, y a falta de una armadura que lo protegiera, decidió usarlo en los próximos encuentros con el enemigo en cuanto tuviera la lanza de Matrirna en la otra mano.

Sutu y Willem quedan algo rezagados por prudencia, dejando que sean Habib y Rhaztamiel quienes se adelanten, cuando desaparecen quedan tan solo alumbrados por la tenue luz de la lanza hechizada, y ni un solo sonido se escucha más allá del pasillo en el que se han adentrado, los minutos pasan sin que vuelva a haber señales de ellos

Avanzais por el pasillo y Rhaztamiel hace una mueca extraña cuando Habib le acompaña, Crik va saltando unos pasitos por detrás por el suelo, aleteando de vez en cuando al hombro de su amo para recibir unos piscoslasbis, la cámara a la que llegais es bastante grande, pero sobre todo, muy muy alta. Un agujero en el techo deja que entren los potentísimos rayos de sol iluminando el lugar, y de él desciende una tosca escalerilla de cuerda.

En el centro de la sala hay un pilar con agua, y a su alrededor, una montaña de botines apilados y sacos que albergan los bienes de las criaturas. Numerosas pinturas rústicas adornan las paredes, y pegadas a la pared, presidiendo esta enorme sala, tres enormes figuras de piedra demoníacas se elevan furiosas sobre pedestales.

Cuando la curiosidad vence a la prudencia y conseguís acercaros, veis en el interior del pilar de agua el enorme guantelete, sin duda es el que buscais, pues jamás habiais visto artefacto más extraño y aparatoso. Completamente hecho de hierro, enormemente desproporcionado pesará al menos 80lb. Embutido en una mano debe quedar incómodo y descompensado, cubierto de extrañas válvulas y alambres parece tener una función muy distinta a la de un guantelete mundano.

A los pies de las estatuas hay diversas inscripciones en la rústica lengua de los hombres lagarto, pero aún criptografiada, inscripciones al parecer, mucho más antiguas que la existencia de las propias estatuas, garabateadas en el aire antes de que estas se esculpiesen en su lugar.

- Vaya creo que ese es el guantelete Habib, lo hemos encontrado, creo que seria buena idea decirselo a los demas cogerlo lo que podamos y salir pintando de aquí para así poder recuperarnos - Rhaz empieza a buscar entre todo el botín buscando cosas de valor.

Las voces de Rhaztamiel llegan a Willem y Sutu quienes avanzan por el pasillo hasta ver el final de la cueva, la cámara a la que llegais es bastante grande, pero sobre todo, muy muy alta. Un agujero en el techo deja que entren los potentísimos rayos de sol iluminando el lugar, y de él desciende una tosca escalerilla de cuerda.

En el centro de la sala hay un pilar con agua, y a su alrededor, una montaña de botines apilados y sacos que albergan los bienes de las criaturas. Numerosas pinturas rústicas adornan las paredes, y pegadas a la pared, presidiendo esta enorme sala, tres enormes figuras de piedra demoníacas se elevan furiosas sobre pedestales.

Cuando la curiosidad vence a la prudencia y conseguís acercaros, veis en el interior del pilar de agua el enorme guantelete, sin duda es el que buscais, pues jamás habiais visto artefacto más extraño y aparatoso. Completamente hecho de hierro, enormemente desproporcionado pesará al menos 80lb. Embutido en una mano debe quedar incómodo y descompensado, cubierto de extrañas válvulas y alambres parece tener una función muy distinta a la de un guantelete mundano.

A los pies de las estatuas hay diversas inscripciones en la rústica lengua de los hombres lagarto, pero aún criptografiada, inscripciones al parecer, mucho más antiguas que la existencia de las propias estatuas, garabateadas en el aire antes de que estas se esculpiesen en su lugar.

En la sala no se escucha nada más que la voz de Rhaztamiel, quien se afana en rebuscar entre el montón de objetos haciendo recuento de lo que hay aquí. Una gran saca de monedas, la mayoria de plata es lo que llama la atención del pícaro, el resto son herramientas y objetos mundanos que guardaban aquí, hay tres jabalinas, una cimitarra, otro escudo grande de acero, tres clavas, una armadura de piel de lagarto, y varios huesos bien tallados.

Al entrar en la sala, es Willem el único que se percata de la enorme cantidad de huellas por toda la sala, a pesar de ser una sala cerrada y que no haya nadie más.... a esta guarida no tardará en regresar toda una tribu entera...

Sutu caminó desconcertado por el lugar ante la diversidad del tesoro hasta que su vista se detuvo sobre el bizarro guantelete que habían ido a buscar.

-Extraño objeto... murmuró. Me cuesta imaginar al ser por quién fue destinada a ser portada esa pieza de armadura.

El bárbaro se acercó a donde sus compañeros y se fijó en la armadura de piel de lagarto en el momento en el que esta destacó entre el resto de objetos ante su vista cuando se puso a indagar en ellos. Indudablemente necesitaría dinero en el futuro. O al menos algo con lo que hacer trueques para conseguir lo que se le pudiera resistir con otros medios. En última instancia su mayor deseo era recuperar a su familia, y el dinero no tenía valor comparado con eso, pero seguía siendo una herramienta pese a haberlo rechazado anteriormente, de modo que por una vez, decidió que si encontraba algo de eso entre todo aquello, como lo había hecho Rhaztamiel, lo tomaría.

Pero de momento me probaré esta armadura... pensó sopesándola entre las manos.

Es una armadura de piel de lagarto, grandes escamas cobrizas típicas de los grandes lagartos. Da un +3 de armadura y permite un bonif. máx. de destreza de +4, da un penalizador de -3 y reduce la velocidad de Sutu a 30'. Pesa 25 lb.

Entro en la sala maravillado por lo que descubro en ella.

No hay nadie, qué raro!

Rhaz se pone a ordenar el tesoro, pero a mí me preocupan las estatuas. Las observo y luego quiero asegurarme lanzando un detectar magia. Aunque antes les digo a mis compañeros, los cuales ya nos hemos reunido:

No perdamos mucho el tiempo. Carguemos lo que podamos de valor, los odres y marchemos. Quizá sea una buena salida el agujero del techo, aunque subirlo todo será costoso. Podemos emplear la escalera a modo de cuerda. Cuando estemos arriba subimos la escalera y así no nos podrán seguir tan fácilmente.

Enfoco mi hechizo en una de las estatuas, luego en otra y luego en la última si detecto magia en ellas. Si no, no desperdicio mi poder, lo enfoco al tesoro para ver si detecto algún objeto mágico. Si no, lo hago al guantelete y si no, la zona en busca de posibles trampas mágicas.

Una sola pasada te revela que no hay nada mágico excepto el guante, cuya aura mágica resulta abrumadoramente bestial, una potencia mucho mayor que la que pudiera emanar la Reina Bruja de Zalas de quien depende tu poder, una potencia de origen completamente desconocida

Tras terminar de detectar mágicamente la zona, sólo puedo detectar una fuerza muy poderosa en el guantelete. Sé que algo así puede hacer indetectable a otras fuentes mágicas cercanas si las enfoco a la vez, así que me sitúo entre el guantelete y las estatuas y luego los objetos mágicos.

Compañeros, estoy acabando de hacer algo, pero ya puedo deciros que este guantelete debe ser un objeto único y sumamente poderoso. Quizá fuese creado hace miles de años en otra época en que los poderes más grandes deambulaban por el mundo. Comprendo que nuestro benefactor quiera el guantelete, pero no sé si alguien como él debe tenerlo. Deberíamos saber para qué sirve, y no tengo suficiente poder para averiguarlo.

Al terminar por fin, me fijo en las inscripciones. Intento entender qué significan.

Aún buscando uno por uno, no hay nada mágico ni siquiera artesanalmente destacable entre los objetos, y el efecto del detectar magia, desaparece sin haber encontrado nada más.

Hay tres pedestales, y puedes realizar un intento por cada uno de descifrar escritura Cd20, sin segundas oportunidades ni escoger tirada 20, ya que las cosas o se saben.... o no se saben.

No entiendo nada! Digo mientras miro las inscripciones. Luego observo los dibujos antiguos de las paredes, aunque dudo que tengan que ver con el guantelete.

Amigos, me temo que no sabemos más del artefacto. Diría de probarlo, pero seguramente será más que peligroso.