Partida Rol por web

Sutu escuchó las palabras de Habib en silencio y con el semblante serio, como hacía por costumbre cuando alguien hablaba. Cuando el hechicero hubo terminado, respondió a la parte que le tocaba. No iba a hacerlo, pero la situación y la palabra que le unía a Habib lo obligaban en su extraño y bárbaro código de honor.

-Mi familia desapareció de mi hogar. Dijo con sequedad. Al regreso de una larga noche de caza en el mar de arena que es el yermo, me encontré con mi hogar saqueado y ningún rastro de mi mujer y mis dos hijas. El dolor me pudo, pero la ira fue lo que hizo que no me derrumbara. Así que viaje a Zalas, convencido de que aquello había sido cosa de los esclavistas. Tras un tiempo deambulando sin un rumbo fijo, y confuso por la civilización encontré a una bruja de ciudad que aseguró que podía ayudarme a recuperar a mi familia y que lo único que necesitaba para ello era un objeto del señor de Raivah. Fue en la misma taberna en la que nos conocimos mediante Eremy, ya que animado por el trabajo que Eremy ofrecía, aproveché la ocasión para venir aquí y conseguir lo que necesitaba, no sin ciertas dudas sobre la palabra de la bruja.

El bárbaro detuvo su historia, y miró hacia las estrechas ventanas del castillo, en donde las carcajadas de Milaszor que resonaban por los corredores habían llamado su atención, luego continuó.

-Tras mucho pensarlo durante la noche, hoy a la mañana fui a hablar con el señor de Raivah. Esperaba conseguir el objeto que necesitaba en lugar de la recompensa que nos dió por el trabajo, pero sabía que algo como lo que me pidió la bruja no sería fácil de conseguir. La ciencia de la hechicería está fuera de mi alcance, y no la entiendo. Es cosa de brujos y prefiero que se quede entre ellos. Pero conozco las leyendas y los mitos, y me imaginaba que esa bruja no querría el objeto para buenos fines, tal y como me demostró la reacción de Milaszor. Sutu tomó aliento. El señor de Raivah me ofreció un nuevo trato que ya oisteis, pues llegasteis a su salón en ese mismo momento. Y pienso cumplirlo, como cumpliré con el de la bruja...

Y al decir aquellas palabras, mostró a sus compañeros con una amplia sonrisa los grilletes que Milaszor le había dado para encadenar a la mujer.

-Yo le daré a esa bruja lo que me pidió. Cumplo con mi palabra. De lo que no estoy seguro es de si a ella le gustará este objeto apresándola.

Sutu terminó con su historia, y aquello hizo que sintiera a sus compañeros un poco más cercanos a lo que una vez fueron sus hermanos de tribu. Aún así, mucho tendrían que vivir juntos para que ellos alcanzaran una condición semejante.

-La misión va a ser peligrosa. Le dijo a Habib mientras este sanaba sus heridas una vez más. Ya lo sospechaba. Pero cumpliré con mi palabra, o moriré en el intento. Se lo debo a mi familia. En cuanto a la escalera, sigue en mi mochila.

Vuestros pies se entierran en la arena, llevais horas caminando, aprovechando el aliento que permite la noche para hablar entre vosotros, Zalas aún está a varias horas y hará falta una parada ante la imposibilidad de avanzar durante el día, pero poco hay que preocuparse por eso ahora, pues el desierto... tan desierto... tan solitario... tan yermo y estéril, rebosa de vida en la noche, escuchais el grillar de insectos enormes y correteando por las dunas, algun enorme bichejo que se mueve en la oscuridad... y cuando las presas vagais en la noche... los depredadores acuden al festín.

No es fácil sobrevivir al desierto, habeis perdido a una compañera en una de las grietas del páramo montañoso.... pero no conteis con que será la única pérdida que sufrais, pues en Has'sara, son muchos los desgraciados como vosotros se internan en la arena en busca de algo con lo que malvivir, y muy pocos los que regresan.

Cuando todo estuvo preparado se pusieron en camino, y una vez más Sutu se enfrentó junto a sus compañeros a la nocturnidad de la noche del desierto.

El camino iba a ser igual de peligroso que la vez anterior, e incluso más, una vez acometieran las tareas que Milaszor les había encomendado, pero aquello no amedrentaba al bárbaro, cuyo empeño por encontrar a su familia desaparecida lo inundaban de una temeraria valentía.

Caminando en una formación adecuada para el viaje, comenzaron a atravesar el desierto rumbo a su nuevo destino, alertas, pero nunca seguros de por dónde les amenazaría la muerte la próxima vez.

Al fin todos habían dicho que seguirían adelante. Habib se sorprendió, pero empezaba a pensar que sus compañeros eran de la misma pasta temeraria y curiosa que él.

Gracias, compañeros, yo tampoco espero que nos arrepintamos, pero si de algo estoy seguro, es que lucharé hasta el final.

Ahora que sé que estáis locos como yo, quiero haceros otro propuesta:

Os acordáis de las inscripciones del templo? No pude identificarlas, así que no sabemos qué pueden revelarnos sobre el artefacto. Sabemos que no funciona sin las piedras, pero no para qué sirve. Necesitamos volver. Por eso, amigo Sutu, te recordé la escalera de mano. No haremos todo el recorrido, amigos, podemos descolgarnos del techo, copiar en pergaminos los jeroglíficos y volver a retomar el camino a la ciudad, sólo nos retrasará unas horas. Pero si logramos que alguien nos ayude a descifrar lo que hay escrito, no iremos a ciegas. Estáis de acuerdo? Solo deberemos dar un pequeño rodeo para no alertar en el castillo.

Estaba tan enfrascado en mis conversación que no estaba el hechicero atento a los peligros. Tampoco Crik, que estaba alegre por salir de ese lugar tan siniestro. Qué les pasaría?

Rhaz caminaba un poco mas adelantado que sus compañeros, la noche para él era mágica, era su manta, le encantaba la noche y se sentía comodo, tras un largo rato de camino, Habib hablo de nuevo para decir otra locura de las suyas - En serio? quieres que volvamos a la cueva donde perdimos a Matrina?, Habib, una de dos o estas loco o realmente quieres que te maten, y como sigas diciendo mas chorradas voy a enterrarte en estas arenas hasta el cuello y voy a echarte algun que otro escorpión y ciempies en la cabeza. Ahora vamos a realizar la misión, no quisiteis salir huyendo cuando teniamos el guantelete para averiguar sus poderes y ahora que lo tiene le maldito hechicero quieres que busquemos información sobre él? - Rhaz movio la cabeza en señal de negación - Vamos a acabar con la misión, ya creo que estamos haciendo bastante y no hay mas que hablar - Justo cuando terminaba de decir estas palabras, escucho un enorme batir de Alas y saco la ballesta mientras aviso a mis compañeros - Algo se aproxima!!!! atentos!!!! - exclama el pícaro.

Una nueva caminata por el desierto. Ya me lo decía mi madre, “hazte panadero como tu abuelo”. Pero cualquiera se quedaba en un pueblo en el que lo más emocionante que pasaba era que alguien pisara la mierda de una mula. Y encima tampoco pasaba todos los días.

Habib, ¿te has olvidado de que esa cueva es la madriguera de un montón de lagartos hiperdesarrollados y con muy mal genio? Y más después de que rebanar a un par de sus hermanos. ¿Quieres que nos juguemos el cuello por unas palabras que bien podrían ser la receta del escorpión asado? ¿No crees que llevas demasiado tiempo bajo el sol? respondo mientras caminamos al sol sorprendido por las ganas que tenía el hechicero de volver a aquel agujero nauseabundo cuando un ruido atrae mi atención. Al principio creía que no era más que le viento moviendo la arena de las dunas, pero después de concentrarme un poco más pude distinguir que se trataba del batir de unas alas. Y no precisamente pequeñas. Un desagradable recuerdo acude a mi mente y un escalofrio recorre mi cuerpo mientras desenvaino mis dos espadas ¡atentos todos! ¡Esta vez no dejare que mo cojas desprevenido bichejo del demonio!

El brujo anda cavilando acerca de las inscripciones de la cueva comentando la posibilidad de volver a la gruta, menospreciando al desierto, pasando por alto la continua posibilidad de morir, en el momento en que Crik comienza a gritar soltando plumas con violentos aleteos

MONSTRUO MONSTRUO MONSTRUO

Crik sale volando del hombro de Habib y el brujo sabe que esto no puede ser buen augurio, y girándose muy lentamente solo alcanza a murmurar ~Mierda~

El enorme quiróptero bate sus alas levantando la arena en la oscuridad, todos os cubrís por su llegada impidiendoos ver el combate que tiene lugar en medio de su envergadura. Su hocico se abre y unos enormes colmillos agarran uno de los brazos de Habib mientras sus garras se cierran en torno a sus extremidades inferiores y levantándolo del suelo.

Crik revolotea entorno al monstruo mientras continúa gritando y Habib, presa del terror por la inminente muerte que va a ocurrir, mira enderredor buscando la ayuda de sus compañeros

Parece que este desierto no descansara hasta acabar con nosotros. ¡Dejalo en paz bestia inmunda! Le grito lanzandome contra el con la espada en alto. Una vez llego a su altura, descargo un golpe vertical con toda mi fuerza y mi mala leche el buitre se escapo, pero tu vas a pagarlas todas juntas como que me llamo Willem.

Vaya, todos pensáis que es una insensatez, pero esa información es muy importante. Además, para qué quieren guardar la cueva los lagartos si no tienen naga que proteger? No digo que la hayan abandonado, pero no creo que estén todos...

Rhaz nos avisa de un ataque, Crik sale volando y nos previene del peligro, me giro, pero me sorprende con la guardia baja. Es un ser volador, un murciélago enorme. Me agarra del brazo y quiere elevarme. Mis compañeros le atacan, incluso Crik defiende a su amo. Yo intento clavarle la lanza pero me ha desequilibrado y no pudo apuntar con destreza.

Como último recurso, antes de la inminente elevación y mi posible muerte, le grito a sus sensibles oidos todo lo fuerte que pueden mis pulmones para desorientarlo.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGHHHH! VOY A SER UNA CARGA MUY DESAGRADABLE, HIJO DE RATA VOLADORAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

La antorcha del pasillo es retornada al portantorchas. xD

Sutu estuvo a punto de  responder también a la idea del mago en volver a la gruta para así averiguar el secreto que encerraba la críptica escritura, pero lo que sucedió en el momento en que iba a hacerlo silenció sus palabras antes de ser pronunciadas.

La criatura descendió de los cielos de la noche como la muerte alada que era, intentando llevarse la vida de Habib para alimentar sus macabros instintos, y cogiendo al grupo por sorpresa. El bárbaro reaccionó aferrando su enorme hacha con ambas manos para liberar a aquel por el que había dado su palabra de proteger, pero su ataque erró en el blanco ante la incertidumbre de los primeros segundos a causa del ataque sorpresa.

El murciélago bate sus alas y apartando a Sutu y a Willem alza un torpe vuelo con Habib apresado, Rhaz se da la vuelta a tiempo para ver como el enorme monstruo desaparece en la oscuridad de la noche con su compañero y tan solo podeis oir los gritos de Habib y los graznidos de su desesperado córvido que gira entorno al monstruo que se lleva a su amo, en un momento os volteais sobre vosotros mismos, el ataque ha sido rápido y limpio, digno de un gran depredador como el vampiro de Has'sara, ¿Qué esperanza le puede quedar al pobre Habib en los colmillos de esta criatura?

Habib se ve elevado muy violentamente en el aire y con un vuelo al principio inestable, pronto pierde de vista a sus propios compañeros, colgando de cualquier manera, la referencia de la luna y la gravedad es lo único que le indican que aún sigue derecho, Crik no deja de llamarle y voltear entorno al murciélago.... Habib ya empieza a imaginar una guarida, en la que estos bichos se reúnen por millares, llegar allí es darse por muerto

¡Maldito bichejo inmundo! ¡Vuelve aquí! Grito al cielo con el puño con el que sostengo la espada en alto. ¿Y ahora que hacemos? ¡Se suponía que teníamos que escoltar a Habib! ¡Si el rey brujo se entera seremos pasto de los buitres en un abrir y cerrar de ojos!

Habib intenta desesperadamente soltarse de las fuertes garras del murciélago entre gritos desesperados, lo intenta una y otra vez. Mientras Crik intenta distraer al monstruo con sus picotazos por la espalda.

Pierdes de vista a tus compañeros, pero aún oyes voces cuando consigues zafarte de las garras del enorme bichejo, la caída resulta muy aparatosa y caes sobre una duna de arena rodando varios metros hacia abajo, logras levantarte, dolorido, desorientado y escupiendo arena, arriba puedes oir los graznidos de tu cuervo buscándote, todo sigue muy oscuro, y encender una luz podría alertar a tus compañeros de tu posición, aunque no fuera seguro que llegaran a tiempo....

El murciélago desciende sobre ti, y te golpea con las alas derribándote al suelo, a duras penas logras ponerte en pie de nuevo esquivando una dentellada del monstruo.... ahora estás solo.... ¿Temes a la muerte?

- El que quiera puede seguirme - son las ultimas palabras del picaro a sus compañeros, cuando rapidamente empieza a correr en la misma dirección del bicho, Rhaz no tenia pensado dejar a Habib a su suerte.