Partida Rol por web

Rhaz escuchaba las palabras de sus compañeros, hasta que por fin Habib se decidió - Bien Habib, pues sin perder mas el tiempo como ya nos hemos puesto de acuerdo en las prioridades, que os parece si vamos a ver de nuevo a nuestro amigo Variam - dice este con una sonrisa picaresca.

La noticia de la falsedad de las gemas parecía haber hecho reaccionar al grupo.

Compañeros, no me fío de Milaszor y no lo haré de la Reina-Hechicera, pero no porque sean hechiceros sino porque son poderosos y ambiciosos y para ellos no somos más que peones prescindibles. Solo pienso en salir bien parados de esta. Así que voy a hablar con el posadero, esperadme unos minutos y vamos a ver a Vadrian en la torre de la hechicera.

Habib bajó a hablar con Marl.

Se acercó al posadero y esperó a que este puediera atenderle.

Señor Marl, quiero pedirle disculpas por lo sucedido hace unos minutos. Debió sentirse ofendido después de ofrecernos sus hospitalidad y atención. Sólo quiero que comprenda que mi compañero Sutu es una buena persona, parco en palabras y carente del trato que podamos tener hombres de mundo como usted o como yo. Pero al conocerle resulta ser alguien de espíritu noble como pocos hombres que se encuentran hoy en día. Sutu temió que usted pudiera hablar de nuestra conversación privada y no supo pedirle que fuera discreto. Para que se quede tranquilo, una persona muy importante nos ha encargado atraparla, pero nosotros no queremos hacerlo si no es por justicia. Así que hemos decidido no hacer el encargo mientras no veamos nada hostil por su parte ni nada que atente contra los demás, pues desconocemos los motivos por los que nuestro encargo se ha realizado.

Le pido, señor Marl, que no diga nada de esto a nadie y menos a la bruja o a su amo. Por supuesto, le estaremos muy agradecidos por su apoyo.

No hará falta - Marl señala el rincón donde estaba la bruja, pero ya no está - De todos modos, si pensais hablar de cosas privadas procurad buscar un entorno privado, esta es Mí posada, y aunque rehuyo del todo la violencia, aún recuerdo como usar mi hacha. Si soy de los pocos que poseen agua para vender, debe ser porque soy capaz de defenderla de toda la ciudad, que tu amigo lo tenga en cuenta la próxima vez.

Caminais por la ciudad, los zapatos se arrastran por la calle baldosada, suena el raspar de la suela de esparto con la arena fregando la piedra, el sol está caído hacia el oeste, es plena tarde y cuando una de vuestras gotas de sudor cae al suelo inmediatamente desaparece toda huella de que haya estado ahí.

Las calles se hacen cuesta arriba conforme os acercais a la altísima torre, de piedra lisa y muy gastada, tiene una diminuta ventana mirando a cada punto cardinal, apenas unas aperturas para que pase el aire en cada piso. Al final un ancho balcón sobre el que se eleva un último santuario.

 Podeis ver unos niños jugando a plena tarde, con toda probabilidad los únicos niños de Zalas, en otro rincón de la calle un pequeño chacal, habitante y carroñero común de la ciudad, se esconde de vuestro paso en busca de una sombra más segura.

Llegais a las puertas de la torre, un doble portón de piedra maciza cerrada a cal y canto, justo al otro lado, está el pozo del que los ciudadanos acreditados para ello extraen su agua semanal, y más arriba las misteriosas estancias de la bruja. Picais al portón a la espera de una respuesta, a la altura de vuestras cabezas, una ventanita se abre y una pequeña, torpe y deforme criatura asoma sacando medio cuerpo fuera, observandoos uno a uno durante largo tiempo antes de hablar

- ¿Qué queréis? No sois ciudadanos, la bruja informa que no hay agua para todos, por favor, esperen al reparto semanal para poder adquirir agua.

La criatura gira la cabeza, y al contrario que pudiera pasar en otros lugares no cierra la diminuta puertita sino que espera que os aparteis del portón o deis alguna respuesta a la que de manera incansable responderá.

De camino les contaba Habib el diálogo amistoso con el dueño de la posada.

Por lo visto, la bruja estaba por ahí mientras hablábamos de ella, pero el posadero no le ha dicho nada y ella marchó. Desconozco si pudo escuchar algo también. No sé más que eso, pero podemos confiar en que no nos delatará Marl. 

Llegaron a la majestuosa torre, aunque discreta salvo por su altura y que no estaba en ruinas, ya que armonizaba con el entorno. Los niños se sienten seguros jugando allí, lo que le llamaba la atención. Un homúnculo les interrogó sobre su visita.

Disculpad, no es nuestro deseo importunar, no venimos a tratar asunto alguno con su majestad la Reyna, sino con uno de los ciudadanos que esperan audiencia. El señor Vadrian espera noticias nuestras de un viaje comercial suyo que escoltamos. Si podéis comunicarle el mensaje de que estamos aquí, nos haríais un gran favor.

Al decir el nombre de Vadrian el homúnculo pierde parte de su absorto automatismo y presta y rememora para sí mismo cada una de las palabras que has pronunciado, aún queda un rato pensando con la boca abierta la información recibida, o tal vez sopesando sus posibilidades, sin más palabras asiente a Habib y desaparece por la ventanilla a lo que se puede escuchar el revoloteo de sus diminutas alas desapareciendo en un eco vacío.

Pasa un par de minutos... pasan diez y casi hasta veinte minutos de espera hasta que el homúnculo vuelve a aparecer, vuelve a hablar con ese tono de voz en que parece haber memorizado la retaíla de palabras para él sin sentido que procede a comunicaros.

Vadrian lleva con la Bruja desde la mañana, la Reina Bruja de Zalas os invita a pasar

La puertecilla se cierra y se escucha un descomunal madero deslizarse hasta caer a un lado, y una cerradura recibe la manipulación de una llave en un ruido que parece preceder a algun gran evento. Ante vosotros, un impresionante gólem de hierro abre la puerta silencioso, es uno de los grandes guardianes del agua, están a las órdenes de la bruja, y durante décadas han conseguido disuadir a cualquiera que quisiera obtener el agua por la fuerza, y han eliminado a quienes les han hecho frente, auténticas máquinas de matar, en las que la bruja confía su propia seguridad.

Pasais bajo su sombra al patio interior, en el que podeis ver el pozo de agua de la bruja, una enorme obertura de más de veinte pies de absoluta negrura en la que nada se ve y frente a la que semanalmente se hace cola para conseguir agua. El homúnculo vuela hasta una escalerilla sin pasamanos en la que vuelve a repetir

Vadrian lleva con la Bruja desde la mañana, la Reina Bruja de Zalas os invita a pasar

El golem, tras vosotros recoge el madero y empieza a empujar el enooorme portón

¿Hay vuelta atrás? ¿Deseábais llegar hasta aquí? o ¿Hasta donde planeais llegar?

Solo vosotros lo sabeis, y solo vosotros vereis el resultado

El picaro camina con sus compañeros mirando de un lado a otro, observando como un felino cuando acecha a la presa, tras un momento andando por las calles que cada vez hacia que pesaran mas lo pies debido a su inclinación, llegamos frente a la puerta de la gran torre. Tras llamar al porton, se abre una abertura en la puerta de donde sale una voz. - Habib se encarga de indicarle nuestras intenciones a sea quien fuere el que hablaba - despues un larga espera casi me hace perder la paciencia, pero justo a tiempo otra vez esa voz nos deja pasar. Tras abrirse el inmenso portón, un mole de hierro aparece frente a nosotros - Vaya parece que la hechicera esta mas que bien salvaguardada - piensa Rhaz. Seguidamente seguimos al homúculo pasando por un pasillo donde vemos en un patio y gran pozo - Agua en cantidad.... Esto es mas que un tesoro - y llegamos hasta unas escalerillas.

Mucho tirando a demasiado confías tu en la gente. No hay más que ver lo que has hecho con el crio. Si el padre vuelve por pura casualidad seguro que lo tenemos pegado al culo para que les consiga un suministro de agua mientras estemos por aquí. Aun así yo no me fio de quien le gusta meterse en conversaciones ajenas.

Decidí quedarme en la habitación descansando mientras Habib hablaba con el posadero. Que fuese él el que centrara la atención, así el resto podríamos pasar desapercibidos. Cuando marchamos todos en busca de Vadrian me mantuve un poco al margen, como ausente, pero atento a cada sombra del camino. Cuando llegamos a la puerta de la casa de la bruja deje que fueran alguno de los que tenían una misión el que hablara, ya que sonaría más convincente.

La espera entre desde vimos desparecer la cosa amorfa esa y su vuelta se me hizo eterna. Casi esperaba que en cualquier momento una lluvia de virotes nos dejara clavados al suelo, pero al parecer me estaba pasando de paranoico… o tal vez no, después de entrar y ver al gigantesco golem cerrar la puerta después de que entráramos. Pero ya no había marcha atrás. Por enésima vez en los últimos días. Así que no queda otra que ver a Vadrian y esperar que la suerte nos siga acompañando…

Tras un pequeño debate sobre el siguiente curso de acción, el grupo de compañeros se decidió a continuar con la tarea de recuperar las joyas que el Señor de Raivah quería poseer, y por las cuales había sido engañado.

Sutu y los demás recibieron las explicaciones que les faltaban para terminar de atar los cabos de todo aquello en lo que estaban metidos, y cuando tuvieron una idea clara de todo lo que giraba en torno a ellos, se pusieron en marcha. Habib habló con el posadero, y pusieron rumbo a la torre de La Gran Reina Bruja de Zalas por las sofocantes y calurosas calles de una ciudad, que al igual que el desierto del que habían vuelto, se mostraba inclemente con los habitantes de aquel mundo.

Confiando en las decisiones de Habib, Sutu dejó hacer al mago con lo que iban a acometer. No tenía nada que decir y su papel en todo aquello se limitaba a la protección de su compañero, algo que iba a cumplir.

Observó con atónitos ojos a la pequeña criatura que los recibió, sin salir de su asombro ante semejante aberración de la naturaleza.

Brujería... el mundo estaría mucho mejor sin ella. Pensó. Por su culpa nos encontramos como nos encontramos.

Tras unas palabras con la criatura, esta les permitió la entrada y antes de poder pensar siquiera en lo extraño de que los dejaran entrar de esa forma, los cuatro compañeros ya se encontraban dentro del edificio, vigilados por los inmensos golems de hierro que aseguraban la protección de la gran bruja.

Entrar en la torre era para Habib una experiencia similar a la de entrar en el castillo de Milaszor. Un santuario de una gran hechicera, poseedora de grandes secretos sobre la magia. El estanque, los golems, formaban parte de ese sueño echo realidad, pero también de la realidad misma. Si todo salía mal, no habría posibilidad de salvarse.

Todos contemplamos la abundancia de agua como ostentosa, mas por un segundo su brillo me recordó a que hubiera parecido de hermoso a los ojos de Crik. Eso le entristeció, pero también le hizo dibujar una sonrisa imaginando cómo volaría directo al agua y él tendría que ordenarle que no lo hiciera.

El homúnculo repetía su mensaje y nostros le seguimos en dirección ascendente. La inquietud seguía subiendo al igual que nuestros pasos.

Subís y subís, son escalones muy pequeños y por tanto parecen del todo interminables, subís al menos 3 plantas hasta dejar las escaleras para entrar por una puerta en una sala que, al igual que el piso inferior, la habitación ocupa toda la planta, está totalmente cubierta de alfombras y contra las paredes hay gran variedad de cojines. En el lado opuesto a las escaleras puede adivinarse un trono totalmente cubierto de velos, tras los cuales se adivina la delgada figura de la bruja.

Frente a ella, a unos metros, sentado entre cojines, junto a un barrilete y con una mesa baja de la que toma una cachimba y un buen surtido de dátiles está Vadrian, parece muy muy cansado, y suspira impaciente al veros. Tiene una espada larga enfundada a su lado sobre las alfombras, y parece querer hacer ademán de levantarse, mas no para saludar, pero en un último pensamiento se contiene y da un larguísimo tiro a la cachimba mientras se escucha la voz de la bruja

Es una voz gastada, vieja, forzada, afónica y reseca, que toma largas pausas entre frases para seguir hablando

- Vosotros, acercáos ..... ¿Sois vosotros los que habeis vuelto con vida del Castillo de Raivah?....

Decidme..... ¿Os ha enviado Milaszor para matarme? ....¿Por fin enviará a alguien que me de la paz?.....

¿O tan solo habeis venido con algun oscuro propósito que alargue mi tormento?

Vadrian, con una tensión muy bien disimulada, tan solo espera mientras vosotros os acercais muy despacio por el suelo ricamente alfombrado

Asuntos de hechiceros, nunca son un negocio provechoso. En el mejor de los casos pierdes todo lo que tienes. En la mayoría de los casos pierdes la vida. Y en los peores sufres tormentos horribles antes, durante y después de morir. ¿Qué será lo que nos toque?

Como los que tenían asuntos con Vadrian eran otros, decidí quedarme un poco atrás y esperar acontecimientos. Eso sí, desde que entramos en el edificio mis manos estaban sobre las empuñaduras de mis espadas. Si el mismo dueño pese a tener golems y a saber que otras tretas mágicas se sienta con una espada en el regazo será mejor no descuidarse.

Rhaz pasaba inavertido solo se dedicaba a escuchar y observar todo lo que le rodeaba, este era trabajo de Habib. Mi trabajo empezaría cuando llegara la hora y este no era el momento - Interesante, aun creyendo, de hecho, acertando, que somos enviados de Milaztor nos abre sus puertas para pasar - pensaba el picaro para el.

Sutu consideró que en aquel momento sus palabras no estaban invitadas. Las joyas eran cosa de Habib, y su protección cosa del bárbaro, por lo que eligió callar y dejar hacer al hechicero, quien parecía desenvolverse mejor con la labia que con las armas, algo que Willen y Rhaztamel debieron pensar también, puesto que se mantuvieron en un segundo plano, y por sus posiciones Sutu adivinó que estaban tan en guardia como él, a la espera de que la conversación fuera seguida por su compañero.

Estar aquí me produce escalofríos, pero ninguna brujería hará que retroceda en mi búsqueda... Pensó el bárbaro mirando desafiantemente a Vadrian. Espero que ese perro de motivos para afilar mi hacha en su gaznate, por que ardo en deseos de hacerlo...

El bárbaro, espero impaciente lo que Habib diría a sus anfitriones, como el que espera a una tormenta del desierto que se avecina desde el horizonte.

Habib, maravillado por la presencia de la otra potencia mágica de la región, además de Milaszor, pero sabedor de que también era peligroso hablar con ella y no decir lo apropiado, inclinó su cabeza a modo de respeto y le habló con gran calma, inconsciente de que sus compañeros esperaban su intervención.

Su Majestad, es un honor estar en su presencia. En efecto, somos los escoltas enviados por el señor Vadrian, aquí presente, para hacer llegar un cargamento de gemas falsas al Señor Milaszor. Desconocíamos la importancia de las gemas, así como su origen engañoso. El encargado de las negociaciones, el empleado Eremy, fue ejecutado cuando el Rey se dio cuenta de la naturaleza de las gemas. Nosotros no perecimos porque su adivino pudo ver que éramos inocentes. Hemos venido a ver al señor Vadrian y explicarle lo sucedido, así como pedirle explicaciones de tan peligroso encargo, ya que no corrimos el mismo destino que su empleado por muy poco.

El señor Milaszor la odia profundamente, Señora mía. Creo que no le extrañará que nos encargara su muerte, pero quiero que sepa que no hemos pretendido realizarla, ya que no somos más que títeres en una obra que de la cual no conocemos el libreto. Sólo es nuestra pretensión no hacer el mal y sobrevivir en este duro mundo, mi señora, cosa que es muy difícil mantener cuando las personas más poderosas pretenden jugar una partida de ajedrez mortal. Esperamos que sea comprensiva con nosotros, que no le pretendemos ningún daño.

Sin embargo, y si me lo permite, hay algo que me intriga, pues me ha parecido entender que Su Majestad espera la muerte con gozo. Es acaso verdad que ya no quiere vivir, que se alegra de que su enemigo pretenda lo mismo? Yo mismo he deseado mi muerte en alguna ocasión, tal era mi desesperanza, pero afortunadamente pude reconsiderarlo a tiempo.

Decidme, mi Señora, en qué puedo servirla con mis humildes capacidades?

¡¡ Erais escoltas, no mercaderes !! ¡¡ Teníais que protegerle a costa de vuestra vida !!

~Shhhhh~ un siseo de la bruja hace que Vadrian se calle, y vuelve a clavar la enojada y renocorosa mirada sobre vosotros, al igual que Sutu, él también acaricia su arma, y desea con todo su corazón que la charla entre brujos le de motivos para darle un baño al acero, pero en presencia de la bruja de Zalas cualquier movimiento en falso puede provocar la muerte, y hasta él se muestra prudente y relativamente sumiso en esta sala

~Shhhh~

He cuidado de esta ciudad como mejor he sabido desde hace más de doscientos años... cuidando de los que vivían en las cercanías, cuidando de mantener alejados a los monstruos más peligrosos..... Pero hace unos meses, un ciudadano muy allegado, hipnotizado .... por el oro de Milaszor me robó "mis ojos", .....la bola de cristal a través de la cual podía cuidar de todos, sobrevaloré la lealtad de quienes me... rodeaban, y ahora estoy ciega.

Pero no hace ....falta ver más allá de estas paredes para adivinar las intenciones de quienes salen del Castillo de ...Raivah con vida.

En mi poder ya solo ....queda "la gema azul", y Milaszor sabe que cuando consiga arrebatármela el pueblo entero de Zalas.... me devorará y él podrá erigirse como Rey Brujo de todo el desierto de Has'sara.... Y vosotros, infelices, no teneis ya manera de volver a vuestra vida, pues le lleveis o no la gema, Milaszor os dará caza y os matará.

Ahora.... él puede ver todo el desierto, y su poder es.... grande, muy grande

Hace muchas pausas, realmente es una voz muy cansada, desganada, rendida, una voz que ha pasado más allá de la ancianidad

Si él viene a por la gema... es porque quiere destruirme.... o porque gracias a la bola ha conseguido encontrar... el guante....

¿Qué pensais hacer? ¿Qué vais a hacer si .... suponeis que todo lo que os digo es cierto?

Si obedecerle o no solo os conducirá a la muerte

¿Qué podeis hacer vosotros?

Rhaz mira fijamente a la bruja como si intentara buscar la verdad en sus ojos.

Sutu se alteró momentaneamente y su bárbaro instinto casi le hace saltar hacha en ristre encima de Vadrian, pero pudo contenerse y se mantuvo en su sitio, escuchando lo que la gran hechicera tenía para responder a Habib, quién el bárbaro comprobó, sabía hablar con sensatez.

Eso ¿Qué podemos hacer nosotros? Se preguntó Sutu a sí mismo al oir mencionar al guantelete que ellos mismos recuperaron para el Señor del Castillo de Raivah. Ese tesoro es todo un misterio, pero a mí no me incumbe salvo por la parte que concierne al trato que me devolverá a mi familia, y Milaszor ya ha cumplido una vez, es más de lo que hizo Vadrian. Enemigo o no, su actuación llevándole joyas falsas a Milaszor lo deshonra y lo pone en evidencia. Su alianza con esta reina bruja, la pone en evidencia a ella también. Los tratos entre brujos y hechiceros están cargados de embustes y falsedades, no hay duda.

El bárbaro se mantuvo en su posición, esperando a lo que Habib respondería a la hechicera y completamente intrigado por el guantelete, algo que no dudaba, ocurría también a sus compañeros y esperaba que Habib supiera sacarle la respuesta del enigma a su interlocutora.