Partida Rol por web

Apenas podía creerme que hubiésemos vencido. Una parte de mi estaba segura de que las dos mitades del rey brujo se alzarían en cualquier momento y se lanzarían contra nosotros. Pero el tiempo pasaba y los restos del orco no se movían de su sitio. Finalmente la suerte y la victoria nos había sonreído a nosotros. Aunque sufriendo como no lo había hecho en toda mi vida, habíamos completado nuestra misión. O al menos parte de ella.

Envaine ambas espadas mientras trataba de regular mi respiración, agitada tanto por el esfuerzo como por el miedo que había sentido durante el combate. Ya que durante este combate no solo había sentido miedo a la muerte, sino miedo a algo peor. Miedo a ser convertido en uno de esos esqueletos, o miedo a lo que aquel ser hubiera hecho con nuestras almas si se hubiese salido con la suya.

Recorrí con la vista la penumbra de la sala. En algunos lugares se podía ver algo reflejando la débil luz de la antorcha. Al fin y al cabo no dejaba de ser la necrópolis de un rey brujo, algún tesoro debía de tener. Puede que al final el viaje no haya resultado tan mala idea… siempre y cuando seamos capaces de llegar a Zalas con vida. El bárbaro tiene razón, no debemos precipitarnos… pero tampoco tengo ganas de pasar en este lugar más tiempo del necesario. Recojamos todo cuanto podamos llevar y volvamos, aun nos queda la travesía por el desierto, y no creo que vaya a ser un paseo por el parque.

Alrededor del sarcófago enjoyado y laminado en oro tenía el brujo una buena colección de piedras preciosas, el sarcófago entero debe valer una fortuna pero desencastar sus piezas le haría perder casi todo su valor y requeriría de un par de días trabajándolo, en total, uno de vosotros puede vaciar su mochila para anotarse 30 libras de piedras preciosas, entre estas hay algunas sin valor y otras con gran valor, un buen tasador ahora ahorraría mucho peso*

También hay gran cantidad de collares y vasijas, anillos, coronas y brazaletes, figuras y estatuillas que, al igual que las piedras, parece que estén mezcladas entre las de gran valor y las que carecen de valor alguno. En total debeis llenar un saco de 40 lb de baratijas**

Hay cimitarras y escudos por los lados de la sala, espadas largas y cortas, huesos de formas no-humanas, un viejo libro que casi se desmonta al sujetarlo en el que un escriba dejó la vida de Alaszor y algunos años de su no-vida

Cargar todo el tesoro puede resultar tentador, pero hay un largo camino hasta Zalas para ver a la bruja o al Castillo de Raivah a recuperar el guante, y cuanto más ligeros andeis antes llegareis, de todas formas, intentar salir de noche en una necrópolis puede ser un suicidio, tal vez valdría la pena descansar en esta tumba hasta que se haga de día, cuando los muertos tienen menos actividad, y así vuestro hechicero recupere su magia.

Diferentes emociones salían a la luz después de tanta tensión y de ver la muerte tan de cerca. Rabia, dolor, angustia, a la par que alegría, agradecimiento y cansancio.

Queridos compañeros, hemos luchado con furia, valor y honor. Hemos vencido, aunque casi nos cuesta la vida. No sólo nuestros cuerpos han sido maltratados, también hemos sentido la  muerte de cerca y el temor de perder nuestra alma. Hemos dado lo mejor que teníamos y el destino nos sigue dando una oportunidad, a la par que un nuevo reto. El poder de Milaszor ha perecido con su padre. Si todo ha salido bien, y así lo creo, Milaszor ya no tiene poder alguno. Pero nosotros tampoco estamos en condiciones de salir ahí fuera, necesitamos recuperarnos. Descansemos y evaluemos la situación. Cuando despunte el día os podré curar, amigos míos. Ahora podemos decidir con qué llenamos los sacos y mochilas y qué dejamos para los muertos.

Aunque no podríais especificar bien su valor, sois hombres de Has'sara, y no es infrecuente ver gemas y joyas con las que se comercia tan bien, o incluso mejor que con el propio oro, pues pesan menos por más valor. Os dejo un listado de piedras y objetos que hayais valiosos y podeis anotároslos en el equipo, repartiendo imagino, podeis hacer un listado y ir tachando conforme vayais guardando cosas.

12x ojo de tigre
1xcuarzo azul
3x Ambar
2xEsmeralda
3x perlas blancas
7xlapislázuli
1xjade

1xjarra de plata
3xestatuas de marfil
2xbrazalete de oro
2xCáliz de plata con gemas
5xcollares de cuarzos y oro

Y al detectar magia de Habib un collar de platino con un par de ojos de tigre brilla tenue con una luz verdosa y casi imperceptible.

Después de una exhaustiva y entretenida criba de tesoros, decidieron cuales tenían valor y cuales dejaban sin más. Luego Habib empleó el último poder que le quedaba en detectar magia. En efecto, había un valioso collar mágico, del cual no tuvo tiempo de averiguar más.

Amigos, este collar necesita ser estudiado con detenimiento, lo guardaré hasta mañana. Ahora necesito descansar. Mi mente ya no puede más. Del sarcófago también se podrían obtener gemas, pero ahora lo usaría como puerta. Pongámoslo de pie en la entrada y descansemos. No os pediré que nadie haga guardia, pero sería conveniente. Rhaz, descansa, por favor.

Le revisó las heridas, le cambió de nuevo las vendas y... ya no pudo más, se dejó caer en una esquina.

- Gracias Habib, la verdad es que necesito ese descanso, compañeros siento haberos dado tanto trabajo - Rhaz entendia todo lo que sus compañeros habían hecho por el, pero ahora ya no daba para más. El picaro cae rendido tras el cansacio del combate las herida y casi la muerte.

A medida que estudiaban el alijo que habían encontrado en la tumba de Alaszor, la necesisad de descansar se fue haciendo más patente, y finálmente la decisión estuvo tomada cuando exhaustos por el combate, y por el análisis concienzudo del tesoro, cayeron rendidos por el agotamiento.

-No es por esto por lo que me he embarcado en esta peligrosa misión. Pero todas estas joyas tendrán su utilidad más adelante. Comentó el bárbaro mientras se guardaba algunas cosas con la inocente idea, de utilizarlas para conseguir otros bienes para su familia una vez la hubiera encontrado.

Bonito botín… lástima tener que compartirlo… aunque a lo mejor podemos hacer algo respecto a ello… Muy bien, entonces yo guardare las joyas a buen recaudo le digo mientras comienzo a guardar las joyas más valiosas en la mochila, mientras lanzo a los dados las baratijas que no servirían más que para aumentar el peso. Propongo que entre Rhaz y Sutu se repartan lo que queda, para así no sobrecargar a nadie. En cuanto a las guardias, creo que todos necesitamos descansar si queremos sobrevivir al viaje de vuelta por el desierto. Pero también es cierto que si morimos aquí de nada habrá servido. Creo que Rhaz debería de hacer la última que es el más necesitado de descanso. Yo me ofrezco para hacer la primera. Vosotros diréis si estáis de acuerdo.

Es mejor que repartamos todo, ya que el peso es irrisorio, una vez hemos dejado las joyas sin valor atrás. Pero os pediría, por favor, que me ayudaseis a colocar el sarcófago de pie en la puerta. No sea que vengan muertos vivientes y campen a sus anchas. No hace falta que hagamos todos guardia, ya que necesitamos descansar sobre todo Rhaz y yo. Es voluntario.

Dijo con claros signos de agotamiento.

Sutu asintió a la idea de Habib, y estiró sus músculos para ayudar en la tera de mover el sarcófago una vez lo hubieron vaciado. La tarea no les llevó mucho tiempo, o al menos no tanto tiempo como la clasificación y tasación de lo que habían encontrado, pero incluso para los poderosos y fuertes brazos del bárbaro, era una tarea agotadora despues de la titánica batalla librada contra Alaszor y sus soldados no muertos.

Me parece una buena idea lo del sarcófago, todos necesitamos un buen descanso. Hecho una mano al musculoso bárbaro, pues pese a su fuerza el cansancio también empezaba a hacer mella en el. Pero lo de repartir el tesoro no me pareció tan buena idea. Por el momento es mejor ceder ya que de nada sirve tener las joyas si no vuelvo con vida. Y la única manera de asegurarme de volver es haciéndolo con ellos. Muy bien, digo sacando nuevamente las joyas. Hagamos un reparto equitativo para poder llevarlo todo mejor.

Habib sabía que necesitaban luz y algo de calor para pasar la noche, así que encondió la antorcha que tenía y guardó el tesoro en su saca.

Buenas noches.

Dijo antes de dormir.

Sutu fue arrastrando el pesado sarcófago poco a poco mientras los demás hacían inventario de lo que tenían para pasar la noche. Le costó acercarlo hasta la entrada de la tumba, pero empujarlo en lugar de tirar de él, lo hacía más fácil. Cuando el sarcófago estuvo en la entrada, se enderezó y sudoroso y jadeante, se tomó un momento para recuperar el aliento.

-Voy a necesitar que me echeis una mano para levantarlo. Les dijo a los otros. ¿Cómo estamos con nuestro equipo? Veo que ya habeis terminado de organizar las guardias, así que deduzco que podremos pasar la noche sin problemas.

Despues de terminar de colocar el sarcófago entre todos, el bárbaro hecho mano del botín que habían encontrado, y lo metió en su saco. Ya tendrían tiempo de ver lo que le tocaba a cada uno cuando volvieran. Si es que volvían.

Finálmente, se preparó para descansar un rato antes de su turno de guardia, y dejó que el sueño lo venciera.

Buenas noches digo escueto mientras saco las antorchas y acercándolas a la que había sacado Habib. Estaba tan cansado que ni tenía fuerzas para hablar. Ahora mismo lo único que me preocupaba era dormir, incluso me daba igual la posibilidad de que un zombie o un esqueleto entrara en la habitación y me acuchillara mientras estaba dormido. Dormir era el único pensamiento que entraba en mi cabeza.

Os tumbais a descansar, caeis rendidos, cerrais los ojos y vuestras mentes viajan más allá de los opresivos muros de esta vieja tumba, algo malvado entra en vuestros sueños, algo horripilante os revuelve por la noche y os hace despertaros una y otra vez, en la oscuridad, a unos metros, algo golpea el sarcófago y Willem alumbra con una antorcha pero no consigue ver más que sombras, en un par de horas Sutu oye claramente algo muy cerca y se da la vuelta teniendo tiempo de ver una figura menuda que se escurre cerca trepando por la pared y reptando en la oscuridad, el crugido de las patas de una cucaracha entre los escombros y el gemido en eco de un muerto correteando cerca del sarcófago. No es una noche tranquila

Sutu puede ver los cuerpos agonizantes y ensangrentados de su mujer y su hijo boqueando en charcos de sangre

Willem siente en su nuca el aliento del inmortal Alaszor que desea llevarse su vida más allá de la muerte

Habib escucha el batir de alas de un mamífero enorme que cruza el cielo nocturno del desierto

Rhaztamel escucha bajo su cuerpo el disparador de una trampa, que no llega a dispararse

Pesadillas

Finalmente tratais de remolonearos más, aprovechando que no parece que vayan a interrumpiros, vacíais vuestras cantimploras en vuestro estómago y comeis los mendrugos de pan, las pasas y las tiras de carne correosa que os habeis traido con vosotros, no hay más comida ni agua, habrá que volver a los camellos

La noche en una tumba era peor que dormir en un campo de batalla, en un calabozo con ratas o en un montón de basura. Sin embargo, el agotamiento pudo más que la resistencia y la incomodidad, además de la eterna sensación de peligro.

La barrera improvisada fue efectiva, aunque el olor a muerte y los sonidos de golpes y arrastrar de pies fueron constantes visitas.

Mas en algún momento, todo ese jaleo nocturno empezó a formar parte de nuestros inquietos sueños. Volvió a soñar Habib con aquel murciélago que mató una parte de él, su querido familiar. La sensación de impotencia le atenazó y despertó con el cuerpo tenso y gotas de sudor en su frente. Aprovechó para prender uno de los aceites con los restos de la antorcha que ya se apagaba.

El peso del sarcófago, que no hubieran movido sin la fuerza de Sutu, se había convertido en un tambor, en una caja de resonancia de los sonidos del otro lado. Pero de alguna manera poder sentir eso le reconfortó. Era la realidad y no un sueño. Sabía y conocía el peligro, estaba detrás de aquella caja ornamentada con gemas y pinturas, no se sentía impotente, podía luchar como lo había hecho hacía unas horas. Y tenía a sus compañeros. No estaba solo en el cielo nocturno, sujetado por las garras de un monstruo.

Despertó dolorido, pero con mejor cara que antes. Los cortes habían empezado a cicatrizar y pudo revisar las heridas de los demás, una vez se fueron desperezando. Le preocupaba especialmente Rhaz, al que examinó con atención.

Os diría buenos días si estuviéramos a millas de aquí, camaradas, pero estamos en lo profundo de una tumba donde no llega la luz del sol. Hemos de prepararnos para salir de aquí. Os tocaré con mi poder curativo.

A sutu no le pudo curar como quisiera, así que le examinó un poco más. Vaya, Sutu, estas heridas son resistentes. Cómo te encuentras?

Pese al cansancio el sueño no fue muy profundo, y cuando lo era mis sueños eran asaltados por imágenes del rey brujo. ¿Acaso aquel miserable ser podía seguir eludiendo la muerte? ¿Podía su espectro estar vagando por la tumba y atacarnos en sueños? Era totalmente imposible, nadie puede eludir la muerte tanto tiempo. Pero entre las mugrientas paredes de su tumba cualquier cosa parecía probable. Aquella idea me mantuvo inquieto durante toda la noche, incluso despertándome varias veces.

A causa de ello el descanso no fue tan reparador como hubiese deseado, pero dadas las circunstancias tampoco podía quejarme. Me incorpore sobre los codos mientras Habib se paseaba de uno en uno curándonos las heridas, gracias a lo cual me comencé a sentir mucho mejor. Muchas gracias compañero le digo a Habib mientras termino de levantarme y hago unos movimientos para desentumecer el cuerpo. Debemos partir cuanto antes, o al menos salir de este lugar. Prefiero mil veces el sol del desierto. ¿Cómo os encontráis vosotros dos? les pregunto a Rhaz y a Sutu, al fin y al cabo fueron los que sufrieron las heridas más graves durante el enfrentamiento con el viejo orco.

Sutu movió la cabeza inquieto una vez hubo despertado. El descanso no había sido placentero, a pesar de que su función reparadora no se le hubiera negado. Y por las ojeras de sus compañeros, ellos tampoco habían pasado una noche tranquila.

No es para menos. Este lugar está imbuido en brujería. Pensó con la imagen de su hija y de su mujer aún fresca dentro de su mente. Conspira contra nosotros incluso cuando alejamos los terrores que acechan al otro lado de esa maldita puerta.

El bárbaro lanzó una mirada a la cripta mientras su mano se movía hacia la empuñadura del enorme hacha que era su marca distintiva, y casi no hizo caso de su compañero el hechicero, cuando este trato d enuevo sus heridas haciendo uso de su talento con la brujería.

-El descanso ha sido reparador, a pesar de que sigo grávemente herido y de que esta corrompida tumba a turbado mis sueños con imagenes que hubiera deseado no ver. Respondió a Habib y a Willem. Aunque... no estoy seguro de que una de ellas fuera un sueño. Me pareció ver reptar una criatura dentro de esta cripta.

El bárbaro músito en un leve susurro un "gracias" cuando Habib terminó con su cura, y se incorporó sin dejar de escudriñar las sombras que los rodeaban.

Tras un buen descanso y la curación de su compañero Habib, Rhaz estaba algo recuperado pero la habia heridas que habian sido muy profundas y sus efectos quedaban patentes en el físico de este. - Chicos, no quiero engañaros, mi estado actual es un poco preocupante, estas heridas no terminan de sanar, y la debilidad esta pasando factura a mis musculos y huesos - el picaro se levanto un tanto incomodo. - Si me nos emboscaran, posiblimente no aguantaria ni un solo golpe - continuo informando a sus compañero - Pero lo que esta claro, es que debemos salir cuanto antes, asi que partamos enseguida - La valentia de Rhaz no tenía limites, no estaba dispuesto a ser un lastre para la compañia, preferia morir antes.