Partida Rol por web

Sutu se zarandeó hacia un lado y otro tras la acometida de los zombies, y su cuerpo comenzó a sangrar por profundas heridas causadas por las viles criaturas no muertas.

Gruñó de dolor. El cansancio, y la batalla contra Alaszor habían pasado factura, y aquello se convertía en una lucha titánica por la supervivencia, pero no caería allí. No lo haría por ellas.

La imagen de su familia acudió a su mente, y lo llenó de vigorosa fuerza. La posibilidad de no volverla a ver, lo lleno de furia.

-¡WAAAAAAAAAAAARGH! ¡BÉSAME EL HACHA! Le gritó al no muerto antes de asestarle un contundente golpe con su arma.

El hechicero apuntó con su dedo a la mole de carne carcomida que era el lagarto zombi en esos momentos.

Saeta infalible!

El proyectil mágico se hundió en el costado de la criatura sin aparentes efectos, aparte de un agujero visible del tamaño de un espazado.

Ayudemos a Willem. Le dijo a Rhaz.

Rhaz tras poder huir de las garras del lagarto, lanza un virote que sale muy desviado, debido quizas al mareo del zarandeo producido por la criatura. - Mierda... he fallado, tengo que afinar la punteria - se lamenta el pícaro.

Zombies, carcasas vacías que poco o ningún miedo inspiraban en los héroes de antaño que acudían divertidos y gozosos a las abandonadas necrópolis a purgar el mal que en ellas se respiraba, a devolver los cadáveres andantes a sus nichos y a las almas perdidas a su genuíno hogar, poco o nada tenía que ver el horror que estais viviendo con las epopeyas que cantaban los ociosos cuentacuentos de Zalas.

Lejos quedaban esos monstruitos de las arenas que atacan a los rebaños al alba y son fácilmente ahuyentados, los muertos no tienen conciencia, no tienen miedo, y atacan siempre con la misma ferocidad, incansables podrían perseguiros hasta más allá de donde vuestras fuerzas puedan llevaros, incansables pueden destrozar vuestros cuerpos y seguir mordisqueandoos hasta que, en esta tierra maldita que es 0k'Ragna, vosotros mismos os levanteis con la mirada perdida y una vida olvidada.

El enorme lagarto se echa hacia adelante, Willem hace acto reflejo de detenerle con ambas armas, de mantenerlo a raya con la punta de sus afiladas espadas que henden en su cuerpo ya muerto cuando se abalanza sobre él, derribándolo en el suelo, un grito ahogado surge de sus labios cuando una de las garras del lagarto se apoya en su pecho dejando escuchar muy claramente el crugir de varias costillas rotas, y con un torpe mordisco empieza a arañar la cabeza del exporador con sus afiladísimos dientes.

Vuestro explorador ha caído, ha muerto, será un nuevo problema ver su cadáver andante en este lugar, tal vez aún la magia del hechicero pueda devolverle a la vida, tal vez si su alma aún no ha partido ya al otro mundo, el zombie frente a Sutu ha sido partido en dos pero el otro se tira torpemente encima del bárbaro, logrando darle un pequeño pero muy doloroso mordisco a Sutu en el antebrazo.

Las cosas no pintan bien, vuestras ganas de descargar ira, vuestras espectativas al inicio del combate se desvanecen rápidamente, una vez más os veis luchando por sobrevivir, una vez más, podeis llorar al despiadado destino cuya urdumbre os depara un doloroso futuro.

Sutu volvió a rugir llenó de furia, con los ojos inyectados en sangre, con el rostro deformado por la ira, con los dientes apretados en una mueca de rabia sedienta de sangre.

Su letal arma descendió una vez más sobre su enemigo, y la pesada hoja realizó el trabajo para el cual fue insertada en el mango de aquel objeto, mientras el bárbaro lanzaba gritos de batalla que clamaban muerte y destrucción.

Al parece el destino era de lo mas caprichoso. Después de sobrevivir a dos travesías por el desierto, a la cueva de los lagartos, incluso al mismísimo rey brujo iba a ser un muerto viviente el que acabara conmigo. Y encima los dioses tenían sentido del humor, pues se trataba nada más y nada menos que del zombie del lagarto que yo mismo quería utilizar como cebo en caso de apuro. Al parecer era cierto lo que decía mi madre, los dioses dan la espalda a aquellos que les apartan su mirada. Debí de hacer caso a madre y hacerme curtidor…

Pero había llegado demasiado lejos como para rendirme. No iba a morir tan fácilmente con la victoria tan cerca. Si había algo que si había aprendido de mi madre era a ser testarudo como pocos. Así que reuní toda la fuerza de voluntad que me quedaba para mantenerme en el mundo de los vivos, rezando por primera vez en muchos años para que alguno de mis compañeros llegase a tiempo de quitarme aquella bestia de encima.

Al ver la situación de Willem, Habib pensó que había que llamar la atención del monstruo reptiloide para que no siguiera atacándole.

Saeta infalible.

Pronunció las palabras mágicas de su hechizo con el fin de producirle daño y que se girara al nuevo peligro.

Venga, bicho putrefacto, persígueme.

Y corrió en una dirección en que el bicho tuviera que moverse mucho sin poderle alcanzar.

El zombie de Sutu se revuelve intentandole alcanzar y el lagarto arrastra su cuerpo por el suelo en busca de su siguiente víctima, abre la boca en un intento de alarido, podeis ver su interior, dientes torcidos, encías sangrantes y lengua mutilada, sangre semi-coagulada aún se agolpa al final de su garganta, Sutu puede verle bien de cerca y sentir el fétido olor de la criatura casi encima suyo mientras sus problemas se agolpan al filo de su hacha.

Rhaztamel, arco en mano, queda unos valiosos segundos perplejos, a los gritos de sus compañeros y la inesperada caída de Willem, y es que, aquí cada minuto de vida es un auténtico privilegio. Arriba, Willem que agoniza aún consciente pero incapacitado del todo, puede ver lo más extraño que ha visto en su vida, allá arriba..... se están acumulando.... ¿nubes? ¿tiras de nubes empiezan a reunirse? Aún translúcidas y blancas, pero de lo más antinatural en este desierto, no hay generación actual que recuerde la última lluvia en Zalas.

Rhaz intenta buscar una posición ventajosa para que el barbaro pueda atacar con mas contundecia, y tras un pequeño recorrido lanza un virote directo a la criatura mas grande ensaltando una de sus cortas patas y haciendo que el bicho suelte un quejido de dolor. - Eyy lagartija, aquí - dice este levantando la ballesta. - Voy hacerte con un poquito de cebolla maldito - gritaba este intentando llamar la antención del largarto.

Pese a ver como el lagarto zombie se alejaba de mi me quede completamente quieto en el suelo haciéndome el muerto, porque si alguno de los zombies se me echaba encima dejaría de parecerlo para convertirme en uno eso, ir a por el resto, yo ya no cuento. ¡Animo compañeros, devolver a esas cosas a la tumba antes de que nos manden a nosotros a una!

La enorme bestia reptiliana decidió moverse buscando a un enemigo más juguetón para ella, y se fue derecha a Sutu, quien le pareció tener más carne sobre sus huesos a la que hincarle el diente.

El bárbaro se vió enfrentado a dos enemigos, pero aquello no le hizo flaquear, y asestó un nuevo golpe al zombie contra el que luchaba desde el comienzo, mientras sentía el aliento del enorme lagarto sobre él.

El hacha descendió y golpeó el torso envejecido y putrefacto del no muerto, mientras Sutu continuaba echando espuma por la boca como un perro rabioso.

Habib se acercó por detrás al bárbaro y le curó las heridas más recientes. Debía resistir los duros golpes del lagarto gigante si queríamos sobrevivir todos.

Soy el canal de tu sanación.

De su mano brotó una energía cálida y suave.

Ánimo, amigo, estamos contigo!

Algo está cambiando

Sutu cercena al último zombie humanoide y entonces podeis enfrentar al enorme lagarto zombi cuya cabeza se ve maltrecha por los recientes espadazos de Willem. Frente al lagarto, el rabioso bárbaro esquiva su ataque y prepara un nuevo golpe, tras él, el hechicero resguardado lanza su hechizo sobre Sutu, a los pies del lagarto, recibiendo su inmundo olor, vuestro explorador caído que os mira desde la arena sin poder levantarse. Y por detrás del combate, a unos pasos, Rhaztamel cargará su ballesta para dar un nuevo golpe a la virulenta bestia que exhala su pútrido aliento sobre su futura víctima, pero definitivamente.... no vais a morir aquí, y más allá de la arena, una figura encapuchada parte levantando una enorme polvareda

El picaro no pierde tiempo, carga rapidamente otro virote en su ballesta aguanta la respiración apunta a la cabeza y el virote planea hasta incrustarse en la parte trasera del craneo de la criatura. Esta vez había dado en el blanco y la sonrisa era patente en la cara de Rhaz - Siiii!!!!! hora de domir maldita largartija -

El cuerpo de Sutu comenzaba a sentir el agotamiento causado pr el sobresfuerzo del bárbaro, pero este ni lo sentía, por lo que el cansancio no le impidió tratar de aniquilar a la bestia escamosa. Sin embargo, el golpe fue errático y la hoja del enorme hacha no se movió con la precisión requerida, incluso para golpear a un animal como aquel.

Aún así no estaba todo perdido, puesto que seguían teniendo las de ganar, y mucho se tenían que torcer las cosas como para que ahora cayera uno de ello. Pero a pesar de que la amenaza del desierto quedaba lejos de sus pensamientos en el fragor de la batalla, lo cierto era que todavía debían enfrentar a aquel enemigo imbatible con los golpes de las armas.

Habib pudo ver al encapuchado huir mientras pronunciaba de nuevo su débil hechizo ofensivo.

Saeta infalible!

Gritó con rabia. De alguna manera se imaginó que no sería la última vez que viera a ese individuo. Intentó quedarse con la dirección por dónde huía y si iba con alguna montura o a pie. Luego movió hacia atrás para tener mejor ángulo para verle.

Vamos maldito lagartejo, ¡muérete de nuevo de una maldita vez! suplico en silencio mientras mis compañeros siguen luchando valientemente contra la bestia zombie.

El lagarto recibe el virotazo de Rhaz y la saeta del hechicero, ambos golpean su maltrecha cabeza dejando totalmente colgando la mandíbula inferior, el hacha del bárbaro impacta en hueco y no logra romper los huesos de la putrefacta criatura que una vez más alarga una garra para atrapar al bárbaro pero es una bestia torpe, y el estar en las últimas no le hace más versátil para el combate que antes, el bárbaro esquiva con facilidad el golpe y alza su hacha para terminar con esto de una vez.

La bestía era resistente, seguía resistiendo nuestros ataques pero, al parecer estaban haciendo efecto sobre ella puesto que sus movimientos cada vez se hacía mas torpes e imprecisos. Sin perder mas tiempo Rhaz cargo de nuevo su ballesta para lanzar otro virote certero a la parte trasera del cuello de la criatura. - Es que esta maldita lagartija no va a doblar las piernas nunca? - decia este mientras cargaba otro virote por si las moscas.

Sutu soltaba espumarajos de rabia con cada nuevo golpe, y el hacha volvió a descender una vez más, en otro giro del bárbaro.

Aquel reptil no muerto les estaba dando demasiados problemas para ser la última amenaza de la ciudad, pero dado el lamentable estado en el que se encontraban, era algo con lo que ya habían contado.

Otro grito de guerra, y otra lluvia de golpes podían acabar con la criatura, pero todos estaban al borde del desmayo, y la situación podía cambiar en su contra en cualquier momento.