Partida Rol por web

El tipo no se lo piensa dos veces, y dando un par de golpecitos al lomo de su lagarto gigante lo encara hacia Sutu, mientras él mismo queda a horcajadas sobre el lomo del animal, arco en mano y espada en el otro, tratando de alcanzar con la mayor precisión posible la cabeza del aguerrido y temerario bárbaro, el lagarto abre sus fauces, y trata de morder a Sutu, no tiene muchos dientes, su boca está rellena de unas diminutas sierras curvadas, que de atrapar un miembro, sin duda lo desgarrará muy dolorosamente.

Sutu presta demasiada atención al lagarto, quien por la torpeza de su jinete, se ve indispuesto a morder, pero sin embargo, el acechador demuestra ser mejor espadachín que arquero, y con un certero golpe acierta a Sutu en toda la cabeza, hundiendo la hoja de metal en la carne del bárbaro, sin llegar a perforar la cabeza causa una gravísima herida que sin hacer tambalear a Sutu, le tiñe la visión de rojo, la sangre chorrea de su cabeza bañándole en cuatro anchos regueros que corren por su cara y espalda.

¿Dispuesto a luchar? ¿Dispuesto a morir?

Rhaz adelanto la posición y desde un lugar mejor situado para el disparo, solo un virote, esta vez certero que va directamente al hombro el enemigo - Sii!!!! Vamos grandullón, enseñale a esa alimaña de que material esta hecha tu hacha - Grito el picaro dando animos a Sutu. Rapidamente volvio a cargar un virote en la ballesta.

Habib, ante el certero disparo de su compañero, piensa que el combate va a durar poco, pero quiere que no le de tiempo a acabar con Sutu de otro espadazo. Así que se levanta y corre con todas sus fuerzas hacia el enorme guerrero.

Bueno, ahora la cosa esa tendrá entretenimiento para un rato con el bárbaro y nos dejara en paz al resto. Pero será mejor no relajarme por si el bárbaro cae en combate. Esperemos que no sea así, porque su fuerza y resistencia será necesaria en la necrópolis, pero mejor el que yo…

Sin levantarme ni moverme del sitio vuelvo a recargar el arco y apunto a la criatura por si el bárbaro no es capaz de acabar con él. Al contrario que Habib tengo demasiado aprecio a mi pellejo como para acercarme a la cosa esa, prefiero la seguridad del ataque a distancia.

Cegado por su propia sangre y la visión de la muerte acosándole, la mente del bárbaro se aferró a la naturaleza animal de todo ser humano, y dejó que esta invadiera su cuerpo, tomando el control de la situación.

-¡WAAAAAAAAAAAAAAAARGH! El bárbaro lanzó un grito de furia desatada y golpeo con toda la fuerza animal que su cuerpo le proporcionaba, intentando alcanzar al jinete sobre la bestia para descuartizarlo con saña por atreverse a intentar arrebatarle la vida.

El virotazo de Rhaztamel es muy certero, y se le clava al cazador echandolo atrás de la silla, pero con el mismo impulso de volver a ponerse derecho levanta la espada, aún con energías más que suficientes para rematar al bárbaro, sin embargo, Sutu, encendido por la rabia y el dolor es mucho más rápido que su oponente y le sesga la cabeza de un potente hachazo, el jinete cae al suelo a los pies de Sutu, un pie aún colgando de la silla, la sangre mana de su cuello cortado, y el bárbaro le asesta un segundo golpe en el pecho, no sea que, aún sin cabeza, sea capaz de levantarse.

El lagarto se sacude el pie soltando al cadáver y alejándose unos pasos emitiendo un gruñido parecido a un mugido disgustado, y mira de reojo a su antiguo amo. El sol termina de salir, vuestro camello brama a vuestras espaldas. Sutu, ahora más calmado, descubre al atacante, un orco delgaducho y bastante consumido.

El reloj alarga sus sombras con las primeras luces y un nuevo y sangriento día comienza en Has'sara, la necrópolis aún debe encontrarse a dos jornadas de viaje a pie, y sin la velocidad de los camellos para disuadir a los perezosos depredadores, estas dos jornadas van a resultar un auténtico infierno.

Habib siguió corriendo a la lenta velocidad que le permitían sus piernas en la arena. Alcanzó a Sutu y siguió hasta el animal, el cual les iba a salvar, al disponer de una segunda montura. Le tomó de las riendas y se las entregó al bárbaro.

Sutu, has sido muy valiente, pero he de curarte esas heridas. Por un momento, temí que te segaría la vida antes de que llegase. Pero no, la fortuna nos ha sonreido, amigo.

Soy el canal de tu curación! Soy el canal de tu curación!

-¡WAAAAAAAARGH!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUERE!¡MUEREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE! Sutu gritaba fuera de sí,ensañándose con un cuerpo cuyo corazón ya había dejado de latir y convirtiendo el cadáver en un despojo ensangrentado.

A cada golpe de su gran arma, la sangre salpicaba el torso y la cara del imponente bárbaro enloquecido, bañado en la sangre del orco, parecía una figura demoníaca salida de la peor de las pesadillas, debido a la sonrisa de locura que asomaba en sus labios, junto a la mirada pérdida en un punto más allá del cadáver que despedazaba.

Finálmente, exausto, cayó de rodillas en la arena. Jadeante y bañado en sangre, ni se percató de la presencia de Habib cuando este se acercó y uso su talento con la hechicería para sanarlo.

Uff, parece que los dioses nos siguen sonriendo… al menos por el momento. Pero si al ya de por si peligroso desierto tenemos que sumarle los esbirros de los que nos quieren ver muertos… la cosa se va a poner muy fea a partir de ahora. Por no hablar que si el Rey Brujo sabe que vamos para allá nos tendrá preparada alguna sorpresa.

Me levante lentamente y otee el horizonte. Pronto tocará ponerse en marcha, al menos pese al ataque habíamos podido descansar, porque sin los camellos mágicos el viaje iba a ser un autentico calvario. Como el camello que aun quedaba parecía nervioso por algo, me acerque a él para tranquilizarlo a la espera de que el bárbaro y el hechicero volvieran para decidir qué hacer. No tenía sentido ponerse a gritar, tan solo serviría para gastar saliva y para que las criaturas de los alrededores supieran donde estábamos.

El tipo vestia un cuero tachonado, en su mano ha quedado una espada larga y un arco largo corriente, tras una capa raída hay un carcaj con 14 flechas y una mochila con cinco raciones y un par de cantimploras con cuatro dosis de agua, lleva también junto a la silla un par de jabalinas y un par de dagas. El lagarto chasquea la lengua, aún rondando vuestro alrededor, lanzando esporádicas miradas y sacando una lengua plana y bífida entre sus dientes.

Rápido, desvestir al tipo. Podemos dárselo de comer, pero su equipo nos lo quedamos. Y el lagarto también. Jejeje.

El hechicero le tiró la cabeza al reptil. Luego le quitó la armadura al cuerpo lo más rápido que pudo y echó sus restos cerca del hocico del animal. Mientras comiera no les atacaría y estos animales aguantaban mucho sin comer. Bueno, eso había oído, pero podía referirse a otra especie, pues no estaba seguro de cual era esta.

Quien se encarga de manejarle? Jejeje. Yo no tengo conocimientos al respecto, amigos. Pero convendría equilibrar las cargas de ambos animales, así podríamos montar a buena velocidad los cuatro.

Luego se acercó al grandullón y le lanzó otro hechizo de curación.

Soy el canal de tu curación...

Sutu se incorporó cuando sus sentidos volvieron a la realidad que lo rodeaba. Miró a Habib, el más cercano a él, y luego a la carne picada que yacía a sus pies.

-Eso... ha estado cerca. Dijo. Gracias de nuevo brujo.

El bárbaro se inclinó para analizar los restos del orco, y frunció el ceño.

-Un orco persiguiéndonos. Creo que es más que una coincidencia. Aciago destino nos ha tocado cumplir al aceptar estos trabajos, con la muerte frente a nosotros, y persiguiéndono detrás.

El bárbaro desvistió el cadáver con ayuda de Habib, y se limpió la sangre que lo cubría con la tela de la prenda con capucha que había mantenido el rostro de su enemigo oculto. Luego procedió a hacer uso de su arma para partir el cuerpo en pedazos con los que alimentar al inmenso reptil, y Habib se los fue lanzando a una distancia prudencial. Cuando solo quedó un brazo, Sutu se lo quedó, y extendiéndolo frente a él, se lo ofreció a la bestia a medida que se acercaba a ella con sumo cuidado.

-Vamos, tranquilo... además de esta carne, la libertad del desierto te será ofrecida por tu favor...

Aquella escena era bastante encarnizada aunque claro esta sin el certero virotazo del picaro el Barbaro hubiera caido en esa batalla. Se acerco hasta Sutu y Habib - Todo Bien? - pregunta este a ambos, mientras ve como sutu intenta dar de comer al lagarto. Esta claro que esto iba a ser una tarea ardua y que por lo que podian haber comprobado con pocas pausas para descansar, mucho desgaste en un terreno tan dificil. Pero Rhaz no se iba a echar atras seguiria hasta el final.

¿Pero a que se supone que están jugando? No deberíamos de quedarnos quietos mucho rato, puede que esa cosa haya traído amigos. Y encima se marchan a hacer vete a saber que dejando todo el equipo atrás. Me quedo en el sitio junto al equipo, no vaya a ser que alguna criatura del desierto le coja gusto y se lleve algo, con las riendas del camello en la mano mientras miraba con curiosidad lo que hacia el resto del grupo.

Willem repara en un lagartijo de un palmo de altura que al notar su mirada se aleja correteando sobre dos patas en la arena, Willem se levanta y le ve correr y escurrirse en la tierra unos metros más allá, nada inusual, pero llamativo ante el estado de alerta del explorador, para su alivio y confort, nada sobrevuela el cielo.

Sutu se acerca al lagarto, observa la cabeza que le ha lanzado Habib y mira alejándose paso a paso el brazo que le enseña Sutu, no parece confiar, y cada paso que da Sutu, el lagarto se aleja un paso más, los movimientos de Sutu son tranquilos y los del lagarto también, pero no parece haber conexión y el bichejo escamoso no saca los ojos de encima a Sutu ni por un instante.

Habib permanecía atento a lo que hacían Sutu y el animal. Al principio parecía que Sutu sabía lo que hacía, pero no estaba teniendo resultado. Por si había un problema, el hechicero estaría allí para ayudar.

Venga Sutu, tú puedes!

No quería ni siquiera hablar para no interferir.

Harto de ver a mis compañeros perder el tiempo me acerco a ellos llevando el camello conmigo. Es entonces cuando veo los intentos de Sutu por dominar al animal que montaba nuestro enemigo gran idea, no debemos de despreciar esta montura que nos han regalado los dioses. Pero esto necesitaba de un toque más profesional, así que le entregue las riendas del camello a Habib y le hice un gesto a Sutu para que se apartara del lagarto.

Primero me quede mirándole fijamente a los ojos, tratando de entender al animal, de leer sus pensamientos. Luego me fui acercando, poco a poco, con los brazos abiertos como si fuera a abrazarlo, para hacerle entender que mis intenciones eran buenas. Finalmente, cuando estuve lo suficientemente cerca extendí la mano y se la puse en la cabeza, acariciándosela suavemente.

El animalejo menea la cabeza suave y cuando Willem se sigue acercando para acariciar la totalidad de su cabeza el lagarto lanza una dentellada de advertencia, está bastante bien domado, pero desconfía de los extraños como todo animal, llevará tiempo enseñarle para dar uso de él.

Es de día, y si el dia anterior casi morís por una insolación aún con el veloz trote de los camellos, el día de hoy promete ser tan caluroso como todos los demás, aún así, habeis demostrado ser muy resistentes y tal vez si podais hacer la jornada diurna completa, aunque el reloj de Has'sara no es mal lugar para montar la tienda y aguardar a la fresca de la noche, sea como sea, cada dia que pasa, podreis ir viendo vuestras reservas de agua y comida menguar, y vuestras fuerzas desfallecer.... poquito... a poquito

Ni Sutu ni Willem se hacen con el animal.

Uff, es mejor dejarlo en paz un poco. Lo podemos llevar con nosotros y luego veremos, no? Al menos mientras no tenga más hambre. Jejeje.

Bien, señores, qué hacemos? Nos vamos o nos quedamos? Si nos quedamos hasta la noche, podemos ser atacados de nuevo. Si vamos ahora, pasaremos mucho sufrimiento y he gastado casi todo mi poder de curar. Lo que decidáis, haremos. Lo dejo en vuestras manos.

Terminó Habib con un gesto de sacudirse las manos de la arena con una palmada.

Bueno, en caso de problemas y de que se resista siempre podemos usarlo para distraer a las bestias del desierto mientras nosotros escapamos. Yo creo que lo mejor será llevarlo, algún uso le podremos dar digo con gesto pensativo mirando al lagarto, preguntándome aun como es que no había podido domarlo completamente.

En cuanto a continuar el viaje… creo que el que debe de decidir es Sutu, el es que peor esta pues es el único que ha recibido daño. Pero creo que deberíamos de partir, no solo porque tenemos provisiones limitadas, sino porque si nos están persiguiendo solo les ayudaremos quedándonos quietos.