Partida Rol por web

El lago Gweld.

Allí estaba, como hacía años.

Vuestros recuerdos volvían a vuestra mente ahora más clarificados: la noticia del frente, la pesca, las botellas de ron y la escopeta. La escopeta de Gwylim. Aquel chico no se portó bien, y su venganza no fue sino su propia tumba.

Divisábais el monte bajo el que se escondía el lago. Estaba todo nevado y vuestros pies sufrían, puesto que el frío si que lo notábais. Tardásteis en llegar unos diez o quince minutos. No se veía un alma en los alrededores. Y si el "espíritu" de Gwylim (como alguno de vosotros pensaba) estuviera en algún sitio, seguramente estuviera allí: donde se encontraba su cadáver, aun en el fondo del propio lago.

Huw se acercó al lago para caer de rodillas a sus orillas. No había rastro de Gwylim. ¿Podían hacer ahora? Era un callejón sin salida, tendrían que esperar en el limbo hasta que los rezos y plegarias de sus parientes les dieran un paso al cielo o al infierno, tendrían que esperar hasta el día del Juicio Final donde juzgarían sus pecados.

¡Gwylim, lo siento! Grito desesperado el mayor de los hermanos. Todo fue una broma que se fue de las manos. Yo también soy un cobarde… tampoco quería ir al frete. ¡No tenía derecho a insultarte! Nadie tenía derecho a insultarte.

Christopher miró al lago desde lo algo. Aquel lugar siempre le había parecido como sacado de un cuento de hadas. Solía ir mucho por allí a distraerse deleitándose en el paisaje, ya fuera solo o con sus hermanos. Y en los días más cálidos del verano, acudían allí a bañarse. 

Pero desde lo de Gwylin aquel lugar había cambiado. Al menos para él. Se le encogía el alma. Ahora todo lo que evocaba era muerte, traición, mentiras,...vergüenza.

Miró a sus hermanos. Sabía que cada uno, a su modo, compartía esa sensación. Huw probablemente, fuese el que mejor lo llevase. Dylan se encomendaría a Dios pidiéndole perdón y se reconfortaría en la oración pero Dafydd, el pobre Dafydd al que todo parecía quedarle demasiado grande, debía estar aterrorizado.

Fue el mayor de los evans el que rompió el silencio dirigiéndose a Gwylim, como si éste pudiese escucharle. ¿Quién sabe? Quizá podría. Huw tenía razón, no tenían derecho. Chris se acercó a él y apoyó su mano sobre su hombro derecho.

-¿Qué hacemos ahora? Si estamos muertos, podemos buscar su cuerpo. Tiene que estar ahí abajo, en el fondo del lago.
 

El infierno para Dylan tenía forma de lago y temía pasar la eternidad allí. Pero todos los pecadores tenían la oportunidad de limpiar sus culpas con un último acto y tal vez por eso se encontraban por última vez en su pueblo natal. Ahora les tocaría la verdadera prueba de fe. – Por todos los cielos, hemos regresado por ti Gwylim. Mereces un entierro digno y una plegaria. Amén. – Dylan avanzo entre sus hermanos y al llegar al borde del lago se persigno antes de comenzar a caminar aguas adentro.  Tras caminar algunos pasos giro hacia el resto de los Evans y les hablo con un tono sereno y apacible como si toda culpa y carga hubiese desaparecido. – Voy por Gwylim. Gracias por todo. – lentamente reanudo su marcha hacia el interior del lago rezando en susurros.

-Este camino debemos hacerlo juntos. Te acompaño, hermano.

Y sin mirar hacia atrás, Christopher se adelantó hasta meterse en el agua, a la par de Dylan.

Huw suspiro y decidió acompañar a sus hermanos, parecía que esa era la única opción y la situación no podía empeorar más. A pesar de lo fría que estaba el agua del lago siguió a sus hermanos.

Cuando llegaron al lago Huw fue el que actuó primero. Había desatado su rabia contra Daniel un rato antes, pero ahora se encontraban en la otra parte, ahora eran los causantes de aquel incidente.

Dafydd se sentó unos metros más atrás observando a sus hermanos. Hacía frío pero ¿por qué? estaban muertos, aquello rompía con las cosas que siempre se habían contado del mas allá. Entonces sus hermanos decidieron entrar a buscar a Gwylim al interior del lago.

Los observaba mientras avanzaban y Christopher dijo que harían eso juntos, pero él no quería, no estaba nada seguro de todo aquello. La muerte era un engaño, era algo desconocido y ellos se iban a meter en un lago helado.

-Pero sentimos frío-pensó mientras se debatía entre acompañarlos o no- ¿y si nos quedamos ahí abajo sin poder hacer nada más?.

Se había imaginado las posibilidades de su "estado" actual, y cada vez que daban saltos en el tiempo de la vida del pueblo sentía que aquello no era lo que parecía. Pero ahora se imaginaba en el fondo del lago, paralizado sin poder hacer nada y tal vez sufriendo un frío terrible sin llegar a morir nunca.

-No pienso entrar- volvió a decirse -no tiene ningún sentido, fue un accidente y si no, tal vez nos habría matado él...además, si lo que nos espera es el purgatorio ¿cómo se juzga a alguien que ha hecho lo que nosotros hemos hecho?.

Agachó la cabeza hasta esconderla entre las manos, junto a las rodillas y pensó en sus padres, en el guiso de madre y en el taller de padre. Habían perdido a sus cuatro hijos y ni sabía si aún estaban vivos.

Entonces se acordó de lo que había escrito en el cuadro en la casa de sus padres. Observó a sus hermanos meterse en el agua y salió tras ellos con rápidos pasos, pues los Ewans siempre están juntos y siempre sería así...

En un vano intento de redencio, Huw no recibió respuesta. Si esperaba algúna respuesta de su amigo ya muerto, se llevó una decepción, porque no ocurrió nada. Claro que, como buenos hermanos que érais, os apoyábais los unos en los otros. Christopher enseguida entendió que las súplicas de Huw por redimir su culpa podrian mitigarse si encontraban el cuerpo. Dylan pensó tal vez lo mismo, siendo el primero en encaminarse al lago Gweld. Sin embargo, quedaba Dafydd.

Dafydd.

El más jóven, el más cauto tal vez.

Se hizo un ovillo desde el terraplén (precipicio más bien) mirando cómo sus hermanos comenzaban a meterse en el lago de agua verdosa y congelada. Si la temperatura bajara algunos grados más (pese a que había en los alrededores nieve), habría hielo en vez de líquido. Claro que, nada más volver a mirar a sus hermanos, ya con las piernas dentro del gélido charco, Dafydd vio una silueta acercarse a lo lejos, procedente de la dirección del pueblo.

Aquella escena le recordó el momento en que Gwylim llegó con una escopeta. Pero no. Esta vez, tras unos segundos divisó que aquella figura carecía de un brazo. ¡Era Daniel! Subía con desprecio y degana por el camino, ascendiendo poco a poco. A veces e paraba, se llevaba las manos a la cabeza y también al estómago. Parecía como frustrado, temeroso y desesperado. Su ascenso era tedioso...

Mientras Dafydd se metía en el agua y los cuatro hermanos Evans comenzaban a mojarse ya hasta el pecho, Daniel se sentó justo en el sitio donde se había hecho un ovillo Dafydd. Por supuesto no os vió, miraba al agua sin más... hasta cierto momento. Notásteis que se levantó, como el vigía que se alza cuando ve novedades en el frente... Su cara de extrañeza lo decía todo: algo estaba pasando en el lago. Había acudido allí por, seguramente, los razonamientos de las cartas de Christopher, así como los deseos internos de encontrar pistas sobre su hermano.

Era entonces cuando Daniel veía al agua ondular, hacer ondas concéntricas que se alejaban, como si alguien estuviera en el agua. Cuatro grandes núcleos de ondas concéntricas, muy juntos, en la orilla. Y cada vez se adentraban más al fondo. Y fue entonces cuando lo comprendio: eran los Evans. Los Evans estaban allí. Por un momento habían salido de Llandwydd, de su casa, y habían venido al lago.  ¿Pero porqué?

Aún de pie, Daniel comenzó a descender con poca precaución el precipicio. Trastabillo dos veces, y tuvo que hacer acopio de su única mano para no perder el equilibrio. Pero por fín se detuvo en la orilla. Las ondas no cesaban. Fue entonces cuando os sumergísteis, casi sin pensarlo, y Daniel dejó de ver movimiento sobre el lago Gweld.

Bajo el agua, tras un rato buscando, encontrásteis el cuerpo de un hombre joven, desfigurado y en un estado de descomposición avanzado.

Dylan ayudó a sacar el cuerpo de Gwylim del agua. Había pasado mucho tiempo y el cadáver no se encontraba en mejores condiciones pero era obligación suya, y seguramente de sus hermanos, llevar a la superficie el cuerpo del hermano de Daniel. Al menos sentía la obligación de hacerlo pese al frío insoportable del agua. Posiblemente sólo no podría pero contaba con sus hermanos porque al final y como siempre seguían unidos en las buenas y en las malas. Finalmente tras muchas penurias Dylan se sentía feliz...

Algo no estaba bien. Dylan había llegado a suponerlo pero sin llegar a confirmarlo: No podían interactuar con el cadáver de Gwylim. Lo habían encontrado pero no podrían hacer nada por el al menos por sus propios medios. Ta vez su hermano si podría, ¿pero como harían para que el supiera que su hermano se encuentra en el fondo del lago? – Debemos encontrar alguna forma de informar a Daniel. Debe saber que su hermano se encuentra aquí. – Dylan habla para sus hermanos luego de regresar hasta la orilla. Solo regresa lo suficiente para poder hablar.

Christopher advirtió que de alguna forma, los Evans eran capaces de interactuar, aunque de forma muy limitada, con el agua. Sus cuerpos generaban ondas cuando entraban en el agua. ¿Podría nadar? Lo intentaría. Si conseguía llegar a la superficie, podría crear una señal. Sabía que Daniel estaba ahí fuera observando y la vería. Y de esa forma, señalaría la ubicación del cuerpo.

Allí estaba el cuerpo, pero no podían hacer nada con él. Era algo que tendrían que haber pensado antes, pero realmente esperaban encontrar el espíritu de Gweld allí, pero no parecía estar por ninguna parte.

-Tal vez ya no esté aquí, tal vez haya marchado a otro lugar, o esté donde murió.

A Dafydd no le gustaba aquello y no se sentía nada cómodo con su búsqueda por miedo a lo que podía ocurrir si encontraban el espíritu de Gweld.

Si Gweld, no está aquí es porque su alma descansa en paz. No como la nuestra que no puede descansar aún en paz. Dijo apesadumbrado el mayor de los hermanos.

¿Cómo podían señalar la localización del cadáver? podían escribir un mensaje, pero sería demasiado largo y farragoso. Podemos saltar alrededor de la localización del cuerpo, puede que Daniel se acerque para ver qué pasa y así vea en cuerpo en el fondo del lago.

Sus hermanos intentan marcar en el agua el sitio donde yace Gwylim y Dylan también piensa ayudar pero no dentro del agua. Cree que ya son suficientes allí. Lentamente llega a la orilla y con un dedo dibuja una flecha cerca de la orilla para Daniel. La flecha señala el sitio donde yace el cuerpo en el fondo del lago. Tal vez esa indicación junto a las marcas en el agua ayuden a Daniel a tomar una decisión.

Son ellos.
¡Ellos!

Santo Dios, quiero morir. Ahora mismo.

Lo que no logro entender...,
... lo que no entiendo es...

¿porqué ahora? ¿Quieren venganza?
¿Qué quieren los Evans?

Estaba furioso, y habían arruinado la vida a mis padre.
Son ellos, ellos, ¡malditos! ¡maldi..!

¡¿... eh?! -exclamó Daniel mientras pisaba la orilla llena de fría arena-. Y fue entonces cuando vio un par de chapoteos en el agua. Uno, dos, tres, cuatro, ¡diez! ¡aquello no se detenía!