Partida Rol por web

Los cuervos de Llandwydd

La Misa del Gallo

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16/11/2014, 12:33
Narrador

No titubees, chaval -te dijo un soldado que debía tener un año más que tú-. Lo habían cambiado de batallón, al igual que tantos otros, y se notaba que estaba curtido en alguna batalla más de las que tu habías luchado-.

Te encontrabas a pie de fango, de la terrible trinchera, símbolo cruel de aquella maldita guerra. Estabas esperando a que el oficial diera la órden: un silbatazo, un sonido frío y estridente, automático, impoluto. Pocos instantes después lo escuchaste, y era tan agudo y terrible como lo pensaste. Fue entonces que empezaste a trepar por la maltrecha escalera de la trinchera, helada y llena de barro seco. Saliste a la carga, literalmente, con la compañía de ametralladoras justo detrás de tu cabeza, disparando al lejano y a la vez tan cercano horizonte enemigo. Detrás de tí, bajo tus pies, subía tu hermano Dylan.

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16/11/2014, 12:40
Narrador

La escalera estaba impregnada en barro. Era de madera, remendada hacía poco, llena de clavos oxidados para mantener sus palos en posición. El silbido del oficial había dado la señal. Subías trepando por la misma, pisando con fuerza tus botas, mientras que tus pies y tus dedos estaban entumecidos, helados por dentro. Al salir de la trinchera tras pisar el último peldaño, los muertos caían sobre tí. Los muertos. Nada más asomarte, notabas como los cuerpos de decenas de compañeros de trinchera era ametrallados desde la línea del frente, la línea enemiga, y cosidos a hileras de balas en el pecho, cabeza y extremidades, exterminando compañeros a mansalva. El infierno ardía delante de tí, delante de tus ojos, y tu acababas de llegar.

Christopher había subido por la escalera antes que tu, y entonces, una visión horrorosa se propagó delante de tí: Christopher había sido alcanzado por un disparo en la cabeza antes de acabar de subir por la escalera, y cayó muerto de espalas a la trinchera. Miraste horrorizado hacia atrás, casi como en shock. Detrás de tí el sargento descerrajaba un cargador entero a dos soldados que, entre llantos, se negaban a subir la escalera. Sin saber porqué, saliste a la trinchera, fuera de tí y comenzaste a correr en tierra de nadie, en medio de las dos líneas de batalla...

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16/11/2014, 12:48
Narrador

Huw y Daffyd debían estar muy cerca. La trinchera se había expandido, y los soldados salían de ellas por toda su extensión. Tan sólo vosotros dos estábais unidos. Salísteis de la trinchera con el arma preparada y comenzáteis a correr a campo abierto. Las ametralladoras os ensordecían, pues hacían volar balas hacia delante y hacia atras (las aliadas y las enemigas), pero vosotros érais voluntarios, y luchábais por un ideal.

Mientras estábais en carrera entre disparos y explosiones, oíais aullidos de terrible dolor de los heridos. Llegó un momento en que vísteis a Dylan a no muy lejos, corriendo por el campo de batalla también. Segúndos después oísteis una explosión a vuestro lado, juso donde estaba vuestro hermano: Dylan había pisado algo duro bajo su pie, y se escuchó un "click". Un instante después, Dylan volaba por los aires o más bien lo que quedó de él. Una mina antipersona lo había enviado por los aires, haciéndolo pedazos al instante...

Imposible de asimilar en tan terrible tensión lo que acabábais de ver, seguistei avanzando, corriendo, mientras más explosiones de granadas y obuses lanzaban tierra y fango al aire a vuestro alrededor, entre el continuo silbido y tableteo de las ametralladoras.

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16/11/2014, 12:56
Narrador

Os separásteis un poco Huw y tú, pues una granada había caído delante de vosotros y tu hermano la esquivó corriendo por la izquierda, y tú por la derecha. El humo hizo desparacer un instante la silueta de tu hermano, y el dejar atrás la humareda Huw ya no estaba. Miraste agachado hacia atrás y le viste inmovilizado en una alambrada casi invisible, mientras se afanaba por pasar entre sus púas. Un soldado enemigo que no andaba muy lejos, entonces, lanzó una granada de mano por el aire, la cual hacía una parábola perfecta en el aire. A cámara lenta, la granada giraba hacia Huw, que estaba atrapado por una pierna e intentaba desesperada salir de allí. La granada, entonces cayó al suelo, justo al lado de tu hermano, y el alambre de espinos fue terrible: la pequeña bomba explotó justo delante de él, haciéndolo reventar en ese punto al instante... Lo poco que quedaba de tu hermano te hizo quedarte perplejo, inmóvil, incrédulo.

Sin embargo, una voz venía del frente, como si fuera una órden enemiga. Al mirar de nuevo hacia el sitio al que corrías, una decena de soldados corrían hacia tí, y la ametralladora enemiga, relativamente cerca, comenzó a brillar con ese color amarillo característico, momentos en los que está disparando. Una ráfaga de balas, entonces te impactó en el cuerpo, precisas e impolutas, desgarrando tu pequeño cuerpo, literalmente, por la mitad.

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16/11/2014, 13:03
Sarah Evans

¿¡Qué pasa!? ¡¡QUÉ PASA!! -Mamá apareció corriendo en vuestro cuarto, entonces-. Era por la mañana, temprano, y ni siquiera ella se había levantado. Os encontró aterrorizados y con el cuerpo cubierto de sudor frío. Habíais despertado gritando y chillando como posesos.

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16/11/2014, 20:04
Huw Evans

¡DYLAN! ¡DYLAN! Gritaba sin parar, pero poco a poco todo volvió a la calma. Oía la voz de su madre entre las explosiones, el  cielo gris cubierto de polvo clareo pasando a ser una habitación limpia iluminada por las luces del alba. No había ametralladoras, ni dispararos tampoco estaba cubierto por las vísceras de su hermano. Solo la voz de su madre y el ruido de los pajaros.

Miro a su madre con la cara desencajada por el horror que había “vivido”, el sudor le empapaba todo el pelo. Solo pudo llegar a pronunciar un par de palabras. Es un sueño, solo un sueño. Pero su voz no sonaba nada convencida.

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16/11/2014, 20:35
Dylan Evans

¡¡¡AHHHHH…!!! Dylan despertó por sus propios gritos y el dolor de sus manos entumecidas por sujetar toda la noche la almohada con fuerza. Sudaba frio y le temblaban las piernas por lo que tardo en salir de la cama pero lo primero que hizo fue ver en dirección a su hermano mayor y al verlo en su cama el alma le volvió al cuerpo. – Madre, Huw aquí estoy. Solo fue una pesadilla, un mal sueño. – hablo como pudo con la voz débil y titubeante de alguien que acaba de despertar de un sueño muy real. La guerra todavía les acompañaba incluso durante el sueño pero lo más perturbador era haber presenciado aquellas muertes. – solo fue un mal sueño… un mal sueño… 

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16/11/2014, 23:51
Dafydd Evans

Dafydd se despertó repentinamente, con la garganta ahogada en un grito mudo de pánico y de dolor. Se sentía helado hasta que se dio cuenta de las mantas que le cubrían. Aún con los ojos cerrados por el miedo a descubrir la realidad escuchó las voces de sus hermanos y de su madre, sus gritos se convertían en palabras algo aceleradas pero más relajadas. En ese momento bajó las manos temblorosas hacia su vientre en busca de las heridas mortales que había sufrido en su sueño.

Abrió los ojos llorosos y observó a Huw -soñé que te habías quedado atrapado en una alambrada y te alcanzaba una granada- dijo con voz débil sin moverse de la cama.

Se preguntaba por qué la guerra los tenía que acompañar hasta su hogar. Había sido un sueño muy real y las imágenes de Huw no desaparecían de su cabeza hasta tal punto que dudaba si ir hasta su cama para abrazarlo y asegurarse de que estaba bien.

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17/11/2014, 00:17
Christopher Evans

-¡AHHHH, VAMOS...DYLAN...A POR ELLOS!-

La voz alarmada de su madre despierta al mayor de los Evans de su pesadilla devolviéndolo de nuevo a la calidez de su habitación de Llandwydd. Se sentó sobre la cama. El corazón le palpitaba como si le fuera a salir del pecho. Intentó respirar hondo para sobreponerse. Poco a poco su corazón se fue relajando y su respiración recuperó su ritmo habitual.

¡Maldita sea! Otra vez...no recuerdo la última vez que dormí sin tener esas malditas pesadillas. Pensé que aquí sería diferente, pero no consigo quitármelas de la cabeza. Veo que vosotros tampoco.

Christopher se levantó de la cama y se puso su bata. Estaba despeinado y con los ojos vidriosos y enrojecidos. Abrazó a su madre tiernamente mientras miraba por la ventana. Ya era de día, pero posiblemente, no más de las ocho. El sol apenas había comenzado a asomar y la luz que bañaba los campos de LLandwydd era una luz gris y mortecina.

-¿Qué hora es?-preguntó-.

 

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18/11/2014, 11:45
Sarah Evans

No son ni las ocho... -dijo Mamá, a la cual le temblaba la mano mientras os la ponía en la frente a cada uno de vosotros como cuando érais pequeños y estábais enfermos-. Sarah estaba asustada, y mucho, pues se despertó con las voces de los cuatro hermanos casi a la vez, y pensó que alguien había entado en casa o cualquier cosa peor. Mamá se echó a llorar ante el comentario de Dafydd acerca de su sueño, y se recostó en la cama de Huw (en la primera que se había sentado), con los brazo cubriendo su cabeza y derrumbándose en un profundo llanto... ¿¡Porqué!? ¿¡Porqué tuvísteis que ir!? -decía Mamá susurrando con rabia, como si sus pensamientos hubieran salido sin querer de su mente-.

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18/11/2014, 11:48
Cole Evans

¿¡Sarah!? -dijo Papá asomándose a la habitación de los hermanos y viendo a su esposa llorar de aquella forma tan terrible-. Luego entró en el cuarto con serias dificultades, con su bata y su bastón, mientras la gota seguía haciendo mella en su pie. Se le escuchó algún comentario de "¡Maldición!" al notar tan temprano aquel punzante dolor. Rápidamente, cogió una manta de una de las sillas de la habitación y se la echó a Mamá sobre sí. Acto seguido la abrazó y con ella recostada en los brazos os observó.

Sabía que habíais soñado, y sabía lo que habíais soñado. Pese a que Papá parecía más vulnerable en vuestra llegada, era Mamá la que ahora se derrumbaba. Cole Evans entonces, se llevó a vuestra madre a la cocina y le preparó un té caliente. Después la ayudó a meterse en la cama y se quedó dormida tras tanto sofoco. Al volver vuestro padre con vosotros, le contásteis con no demasiados detalles cómo habíais soñado con los horrores de la guerra. Evitásteis todo detalle y, sobre todo, todo desenlace, pues no queríais preocupar a Papá tampoco.

Tranquilos hijos -os dijo-. Pronto pasará todo, ya lo veréis -dijo un poco de forma ambigua-.

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18/11/2014, 12:06
Narrador

El día comenzó de nuevo y en Llandwydd. Era 24 de Diciembre, y esa noche sería Nochebuena... ¡La Misa del Gallo! Mamá os había pedido el día anterior que asistiérais con ella a la misa. Quizá cualquiera de vosotros podría haber perdido la fe completamente tras estar en el frente, pues allí uno comprendía que ningún dios podría haber si dejaba que su rebaño se exterminase entre sí de aquella manera. Sarah tenía fe que, durante la noche, al menos alguno de sus hijos fuera con ella.

El día comenzó tranquilo, más tranquilo de lo habitual. Todas las gentes de Llandwydd estaban o bien trabajando o bien descansando por la juerga de la taberna de los Thomas, ¡vaya fiesta! Aquello parecía la celebración del fin de la guerra. ¿Y qué ocurriría cuando esto fuese así? ¿Caerían redondos en un estado de coma etílico o algo parecido? Sea como fuere, nada más salir de casa, conteplásteis esta "soledad". Sin embargo, algo turbó vuestra atención nada más cerrar la puerta de casa por fuera: el roble muerto y grisáceo  albergaba en la segunda de su sus cinco ramas otro cuervo. El del día anterior revolvoteaba sobre una rama y un nuevo cuervo estaba ahora junto a él.

Huw fue a ver a Rhonda (de hecho estuvo con ella toda la mañana) y no le quedó más remedio que lidiar con su padre, al menos al principio con buenas formas, aunque no tardó en poner el viejo Gryff Rhys, su padre, en su sitio. Y esque no trataba muy bien a su hija debido a sus problemas con el alcohol. Dafydd y Chris dieron otra vuelta por el pueblo, buscando a los otros héroes de Llandwydd; en especial a su amigo Daniel, al que aún no habían visto (ni tampoco a su hermano menor Gwylim), ¿dónde se habrían metido?

Dylan, sin embargo, fue a hacerle una visita de cortesía a Morgan Clayton, a cuyo hijo y vuestro amigo, Melfyn, se le había negado el permiso de vacaciones de Navidad, y se encontraba en el frente francés.

Notas de juego

Nota: os dejo que hagáis en la tarde lo que queráis/vayáis donde queráis, pues la acción transcurrirá luego en la noche.

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18/11/2014, 17:40
Christopher Evans

Chris comenzó a caminar pensativo. Tenía pendiente un reencuentro con la campiña. Echaba de menos sus largos paseos, el olor de la hierba y el sentirla bajo sus pies. Pasó por delante de la casa de los Devonald y desde allí, comenzó a caminar campo a través. Aunque era invierno y el cielo estaba gris; tanto que apenas dejaba pasar los rayos del sol hasta el punto de que casi parecía de noche, los campos de Llandwydd conservaban toda su belleza. Caminó hasta el viejo molino de agua, cruzando el puente sobre el río Gweld. Desde allí siguió el camino que discurría junto a un pequeño afluente del Gweld hasta otro pequeño y maltrecho puente a través del cual, seguía un sendero que subía por la ladera del Graig-Fan. Subió como medio quilómetro por sus empinadas laderas y se dio la vuelta para observar LLandwydd desde lo alto. Se sentó en una piedra y se quedó contemplando el paisaje por un buen rato.

Luego volvió sobre sus pasos, pero al cruzar el río, se fue hacia su derecha y siguió hasta la casa de los Lloyd y de ahí de nuevo hacia casa. El paseo le había sentado bien. Se encontraba más relajado y animado. 

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18/11/2014, 23:46
Dafydd Evans

Dafydd y Christopher se separaron después de dar un par de vueltas al pueblo y no encontrar a Daniel. El mayor quería ir a dar un paseo por el campo y Dafydd comprendió que quería disfrutar de un rato de soledad con sus pensamientos.- Yo creo que me quedaré por aquí- dijo haciendo un gesto con la cabeza.

Lo cierto es que no tenía muchas ganas de salir del pueblo. Apenas había movimientos, pero los olores y los ruidos que salían de algunas casas hacían que se sintiera lejos del frente. Sin duda alguna ver la tranquila rutina de la gente haría que dejara con más facilidad el frente de lado. Claro que le harían preguntas, pero en ese día se había propuesto lidiar con eso y no con los fantasmas que pudiera encontrar en la soledad.

Se le hacía raro oler el pan recién hecho o algún guiso que se preparaba. Aunque no se viera a la gente, las ventanas abiertas y la sensación de vida cumplían con lo que había pensado aunque se seguía sintiendo un extraño que ya no tenía derecho a pertenecer a ese lugar. Había hecho y visto demasiadas cosas como para poder compararse con cualquiera que no hubiera salido del pueblo.

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19/11/2014, 03:32
Dylan Evans

Temprano a la mañana luego del desayuno junto a sus padres Dylan fue el último de los cuatro hermanos en salir al pueblo sentía la obligación de visitar al padre de su amigo Morgan Clayton el dueño de la cantera ahora cerrada por quiebra. Melfyn era amigo de los cuatro hermanos Evans desde mucho tiempo atrás pero ahora lamentablemente no le habían concedido el permiso de navidad. Infortunadamente era uno de los muchos que pelear en el frente en vísperas navideñas pero todos los pensamientos se esfumaron de la cabeza de Dylan al ver un segundo cuervo en el árbol gris. ¿Acaso ahora se avecinaba una plaga de cuervos? No, imposible. Seguramente era mera casualidad. Con nuevos pensamientos sobre las horribles criaturas las ahuyenta a pedradas antes de seguir su camino a la casa de Morgan, luego prosigue su caminata por el pueblo. La casa se encontraba justo del lado opuesto del pueblo por lo que debía rodearlo por la calle principal hasta el rio donde la casa de los Clayton se encontraba. Posiblemente con un poco de suerte encontraría a Daniel y su hermano, Gwylim.

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19/11/2014, 11:45
Huw Evans

El encuentro con el padre de Rhonda fue mejor de lo que esperaba, puede que fuera un borracho pero sabía que ante él, un joven soldado, no tenía nada que hacer. Pero Huw se preocupaba por Rhonda, sabía que cuando marchara de nuevo al frente su padre volvería a maltratarla, era algo que le quemaba por dentro.

Por la tarde el mayor de los hermanos se dedico a colocar el negocio familiar, quitar las telas de araña y continuar con los proyectos que había dejado inacabado antes de ir al frente. Mientras trabajaba la madera con el escoplo el ambiente se lleno del aroma a madera y Huw por primera vez en mucho tiempo se sintió relajado. Su mente empezó a volar de un pensamiento a otro, pensó en su futuro. Cuando acabara la guerra se casaría con Rhonda y tendrían un hijo. Podría hacer una cuna, sería un bonito regalo para Rhonda. Pero el fin de la guerra estaba muy lejos y cada día que pasaba veía mucho más difícil salir con vida de ella. Un regalo como ese solo conseguiría destrozarle el corazón a Rhonda cuando su prometido muriera en el frente.

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19/11/2014, 19:49
Narrador

Soplar el hollín era un placer. Ver ahora lisa una madera recién cortada era una delicia, mucho más que comprobar una ristra de balas para la ametralladora o los cargadores de las armas para que no se encasquillaran en el peor momento. Huw apreciaba estas cosas, y el negocio familiar, una vez viniera de la guerra, iba seguramente a reflotar apoyado en su generación (y quién sabe si también en la de sus hermanos al mismo tiempo).

Por su parte, aquel cuervo voló. También el otro. La pedrada los amedrentó, e incluso Dylan casi acierta a uno. Muchos creen que son pájaros de mal agüero, pero en tiempo de guerra ver semejantes seres vivos allí (aunque aquel roble muriera mucho tiempo atrás) ofrecía al menos cierta compañía a cualquier viandante.

Christopher fue el que más disfrutó de su localidad. Visitaba cada rincón, cada sitio, como si nunca hubiera estado allí, como si ya nunca pudiera estar. Parecía un extranjero, admirándose por la belleza natural y las casas de Llandwydd ¿acaso la guerra le había hecho olvidar su procedendica, el placer de caminar entre las calles de su lugar de origen? Quizá éste fuera el más sentimental de los hermanos Evans, tan sentimental como implacable tras la trinchera.

Claro que, el que más sufría, pese a haber vuelto a casa, era el "pequeño" hombre Dafydd. Dafydd, el hermanito, el más joven. Quizá el más maduro de todos, el que más se replanteaba las cosas. Y no iba desencaminado, según los más agoreros, en creer que aquella guerra acabaría con todos. Desde luego, ya lo estaba haciendo, y había empezado por la propia localidad, pues cada vez había menos gente en Llandwydd. Mamá temía mucho por él; no por ser su "pequeñín", sino por esa indiferencia que sus ojos casi todo el tiempo mostraban.

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19/11/2014, 19:49
Sarah Evans

LLegásteis a casa, unos más tarde que otros. Papá y Mamá discutían levemene por una guirnalda. Ella decía que la habían comprado hacía un par de años, y él que el año pasado. Si todas las discusiones fueran como esa, éste mundo iría mucho mejor. Claro que, al veros, a mamá se le iluminó la cara, y papá aprovechó para colar la guirnalda, que era una especie de miniatura acompañadas de bolitas de navidad, en un sitio bien visible del árbol. Éste era un abeto bien fornido que le había traído David Devonald, el padre de Gareth, amigo de Cole desde hacía años. La casa estaba muy bien iluminada, y pese a momentos de guerra y escasez, mamá y papá no habían escatimado en gastos. Incluso olía a algo así como pollo (quizá pavo), seguramente dorándose en en la cocina, pues el olor venía de allí. Mamá era una verdadera artista con las brasas.

En el salón había una mesa a medio poner, pues papá, encargado de hacer esta "ardua" tarea (cuando no estaba ocupado fisgoneando la alacena donde había trozos de turrón y algún mazapán), tardaba un poco más debido a la enfermedad. Nada más verle, le ayudásteis a acabar de ponerla, y comprobásteis que lo que olía era el pavo de mamá, pero aquí no acababa la sorpresa: ¡su famoso estofado también estaba preparado! El señor Cole no sabía ésto, pues mamá le había preparado dicha sorpresa (sabía que era su comida favorita). Desde luego, iba a ser una Nochebuena inolvidable, o al menos eso querían vuestros padres: haceros volver al frente con el más bello recuerdo posible.

Por su parte, Papá sugirió al señor Griff y a Rhonda que les acompañasen a la cena, pero sólo se presentó Rhonda a cenar. Su padre se encontraba algo indispuesto, y aceptó comer en casa de los Evans por cortesía, y por estar más tiempo con su prometido. Claro que, la muchacha se volvió muy rápido a casa para cuidar de su padre, y tan sólo estuvo con Huw en la cena y en lo que restaba el paseo hasta su casa del molino. Al volver, papá había sacado una zambomba, y estaca canturreando algún villancico con Dylan, Chris y Daffyd (no obstante, a él era al que más se le escuchaba, pues no todos tenían el mismo ánimo).

Ya vale, Cole, ¡compórtate! -le insitió- ¡y vístete! -le dijo Mamá mientras se os escapaba una risilla al verlos a los dos-. Y vosotros también, queridos. Es la misa del Gallo, ¡y el reverendo Thomas nos espera! -se refería a que esperaba a "su rebaño", los habitantes del Llandwydd. Entonces sonó un estruendo que os impactó bien fuerte en los oídos. No habíais escuchado ese sonido desde hacía mucho. Era un sonido normal, recurrente y sencillo, pero lo sentísteis algo más estridente de lo normal, quizá por la ausencia de éste en la guerra: la campana de la iglesia que llamaba a los fieles a la oración en el templo.

 

Notas de juego

Nota: en Gales la religión mayoritaria es el cristianismo.

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19/11/2014, 23:31
Christopher Evans

-¿De verdad tenemos que ir?-dijo Chris apoyando su mano derecha sobre su repleto estómago-Apenas puedo moverme.

El hombre miró a su alrededor, la cara de reproche de su padre y de decepción de su madre.

-¡Eh!, que era broma. Claro que iré-.

Lo cierto es que el humor de Christopher había mejorado en las últimas horas. Es increíble lo que puede suponer para un hombre como él un buen paseo por el pueblo que le vió crecer y una buena cena de mamá. Se abrochó el cinturón, se alisó la camisa y se puso su chaqueta y su corbata. Acabó de componerse frente al espejo del vestíbulo mientras tarareaba una vieja canción de navidad galesa.

Fy hatling offrymaf dros enaid dan glo,
Fy nghanwyll gyflwynaf yn eglwys y fro,
‘R offeren weddïa’ saith seithwaith yn daer
Er cadw ei enaid anfarwol, Myn Mair.
Myn Mair, Myn Mair.

Lo cierto es que aunque no era ningún portento, Christopher no cantaba nada mal.

-Bueno, la cosa no da para más. Tendrá que valer. Cuando queráis, yo ya estoy.

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20/11/2014, 16:15
Huw Evans

La cena fue agradable, la compañía de Rhonda y toda su familia era muchos más de lo que esperaba al volver del frente. Tras el primer día de preguntas inquisitivas sobre la guerra parecía que ahora todo el mundo esquivaba el tema. ¿Se habrían dado cuenta que la guerra no era como la pintaban los noticiarios?

La misa era el pago por la extraordinaria comida de mama. A Huw le importaba poco la iglesia y la religión, pero era una tradición que había que seguir. No quería que cuando una fría carta anunciara su muerte su madre lo achacara a que dios no protegió a su hijo porque no fue a la misa del gallo.

Se levanto de la mesa y comenzó a adecentar un poco su aspecto, esperaba que al igual que su familia el resto del pueblo hubiera abandonado el tema de la guerra y solo se hablara de celebraciones y dulces.