Partida Rol por web

-Shiroi-sama, Moto-san -comenzó cuando se alejaron un poco del grupo- He estado pensando en el lago... es posible que Tsuruchi-sama no reciba a Hidenaga, y también podría darse el caso de que el misterio fuera más simple... -argumentó- He visto a shugenjas alterar la realidad y molestar o incluso ahuyentar a kamis, y no sabemos nada de este lago ni quién vive en las inmediaciones... Podría ser una trampa o alguien que está extendiendo la corrupción desde el propio lago, de ser allí donde descansa el pergamino negro -expuso.

Miró a Aswad ladeando la cabeza y se llevó una mano al mentón, pensativa.

-Creo que soy la más silenciosa del grupo, y Moto-san es el más habituado a los lugares agrestes, por lo que creo que seríamos los adecuados para una posible labor de reconocimiento -argumentó, antes de girarse hacia Shiroi- En cuanto a Shiroi-sama, tu capacidad de palabra en este caso se verá mermada por tu condición social -argumentó- y no querría que nuestra estancia en esta región se demorase más de lo necesario.

Respiró profundamente llevando descuidadamente la mano a la empuñadura de su katana.

-Tsuruchi-sama posiblemente no quiera recibir a un grupo tan variado, a pesar del salvoconducto imperial, y aparecer como distintos grupos sólo aumentaría las alarmas -analizó, mientras seguía caminando- Por eso veo más importante aún el separarnos. Pero creo que sería importante que un maestro del Iaijutsu fuera al castillo de la Avispa... Son tiempos difíciles, pero a menudo un samurai entra en razón cuando el mundo terrenal le demuestra su equivación

"Khulan y yo bodemos recorrer gran distancia juntos y ver el lugar." Confirmó el Unicornio palmeando el cuello de su caballo con cariño y respeto. "Si hay algún rastro fuera de lo normal, bodré localizarlo, bero el broblema es que todo sucede en el agua, y allí no habrá ningún rastro. En cuanto a Hidenaga, se subone que es un ronin y no bertenece a ningún clan, aunque combarto la bensamiento que Tsuruchi no le imbortará que sea ronin." La enemistad de Avispa hacia el León era un tema conocido públicamente, el clan incluso era una maniobra política del difunto Campeón Esmeralda para enfurecer al León y que éstos contasen con más enemigos aun. "Bor suerte el clan es joven y confía en la habilidad de los ronin, bor lo que escucharían a alguien sin clan con dotes de diálogo." El Moto le dirige una sonrisa a Shiroi-san, quien tan bien había hablado con Toturi. "Si requieren alguien con cierta habilidad con arco, también buedo ser de ayuda. Soy algo adebto en ello, y tengo mis brobias flechas que tal vez Tsuruchi guste."

Ante la discreta llamada de Tameiki, Shiroi aminoró ligeramente su paso, de forma tan sutil que el hecho de que comenzara a quedarse rezagada del resto del grupo parecía pura casualidad. Una vez que se puso a la altura de la otra ronin y el bushi Unicornio, escuchó las palabras que ambos formularon sin apartar la vista de frente.

-Separarse en esta situación es arriesgado. –Dijo finalmente, sopesando las opciones de las que disponían. –Si pensamos que la respuesta a nuestro enigma se encuentra en el lago, entonces poco ganaremos acudiendo a los señores de estas tierras, salvo atraer la atención sobre nuestro propio grupo. Hidenaga quiere hablar con el señor Tsuruchi, pero… ¿Qué le dirá? ¿Quiénes podemos decir que somos para entrometernos en los asuntos de su clan y sus plebeyos? No estamos en posición de exigir nada, sólo de ofrecer nuestra ayuda…

-Y existe otra posibilidad, aún peor que esa. Si el Pergamino ha sido abierto en el castillo, entonces puede que sean los Avispa quienes hayan permitido la corrupción de lago. Si eso fuera así, entonces la visita al castillo podría tornarse mucho más peligrosa incluso.

Finalmente, por primera vez en la charla Shiroi volvió el rostro hacia ellos. Como llevaba pasando desde hacía unos días, sus delicadas facciones parecían talladas en piedra, y sus ojos reflejaban un brillo de fría cólera. Un brillo que pareció tornarse algo más cálido cuando respondió hacia Tameiki.

-Sin embargo, tanto si es una cosa como la otra… tienes razón, Tameiki-san. Es posible que mi presencia allí sea necesaria. –Un amago de sonrisa cruzó los labios de la ronin. –Haremos algo. Si esta noche, o en la mañana, no encontramos nada que nos dé una pista en el lago, acompañaré a Hidenaga-san en su visita. Aswad-san… podéis acompañarnos si os place, pero tal vez vuestra fuerza sea necesaria junto a las orillas de este lugar maldito.

-"Bensaba que la Avisba era un clan de arqueros, bor eso bensé que era más imbortante tener un arquero entre vuestras filas, que un duelista."

-Los Avispa han elevado la kyujutsu a la categoría de arte, en efecto. –Respondió Shiroi a las palabras de Aswad. –Sus arqueros presumen de ser tan letales a cien pasos como un kenshinzen a uno. Podríamos intentar usar la empatía para suavizar las relaciones, aunque no será tan sencillo como plantarse frente a su puerta y desafiarlos a una competición, Aswad-san. Mi kyujutsu nunca ha sido malo, pero tal vez esté algo oxidado. ¿Y vos… sois un gran arquero?

Tameiki observaba a los dos interlocutores sin decir palabra, pero finalmente se decidió a hablar.

-Por mi buenos arqueros que sean, el honor en el Imperio solo se puede comparar de una manera... el que tiene razón podrá demostrarlo en un duelo -zanjó, como si estuviera recordando una vieja lección- Pero los dos sois más experimentados y sabios que yo, así que seguiré vuestro consejo... Si Moto-san está dispuesto a explorar las zonas cercanas al lago, los que no vayamos al castillo podremos ayudarle en la tarea

-"La habilidad de Aswad con el arco es la de un abrendiz. Shinjo Furi-san entrenaba a Aswad antes de la gran guerra en Otosan Uchi. Más de una de mis flechas acabaron con el enemigo." El Unicornio se dio cuenta demasiado tarde de que una de las dos mujeres había sido una Escorpión. Sus últimas palabras fueron como un balbuceo tratando de ocultar lo que claramente había dicho. -"Aunque el sistema de arco del Unicornio es diferente al conocido bor el Imberio. Buede que sea una curiosidad bara los Tsuruchi, bero su habilidad es mucho mayor que la de Aswad."

La joven arqueó levemente una ceja ante el primer comentario de Aswad, y cerró los ojos y trató de dar más seriedad a su voz de la que su edad y tamaño podían conferirle.

-Las flechas, como las katanas, están hechas para matar enemigos, la mejor manera de honrarles es no arrepentirse de haberlo hecho, Moto-san... estoy segura de que cualquier Escorpión puede entenderlo -dijo simplemente, antes de volver a escucharle atentamente acerca del mecanismo de su arco. Aparentemente tanto él como Shiroi-sama eran arqueros y, a juzgar por sus palabras, revestidas de modestia, más que duchos. No obstante, tratar de enfrentarse a un grupo de habilidosos arqueros de aquella manera posiblemente podría acabar en un suicidio colectivo. Además, como bien sabían, era prioritario evitar el enfrentamiento- Togashi-san debería ser capaz de hacerse entender, en caso contrario, Shiroi-sama debería poderles hacer ver clara nuestra postura inamovible... ni el más deshonroso de los samurai desoiría un duelo formulado desde el Bushido -argumentó, insistiendo en su postura- Aunque la habilidad de Moto-san será, a buen seguro, nada desdeñable, confío en que nuestras capacidades serán más útiles fuera de la vista de todos -argumentó- Y si fuera el caso, siempre podríamos incorporarnos más adelante -expuso tranquilamente.

-En cualquier caso, Tameiki-san, trataremos por todos los medios de no requerir resolver ninguno de nuestros asuntos con un duelo. -Intervino Shiroi con tacto, alejando la batalla de Otosan-Uchi de la mente de los otros dos samuráis. -Daría mucho de qué hablar, y la discreción resulta imprescindible para el buen éxito de nuestra empresa. No en vano vamos a portar con nosotros los nemuranai más peligrosos de todo Rokugán. Y si una ronin desconocida derrota en duelo a un señor, incluso al de un Clan Menor, será imposible que los ojos del Imperio no se fijen en nosotros.

-La forma en la que usaría los talentos de Aswad-san con el arco no sería en un desafío, sino tratando de despertar su interés en ellos. -Prosiguió, centrando la conversación en otro tema, y a la vez compartiendo sus conocimientos acerca de cómo crear alianzas con desconocidos. -Entre dos arqueros, como entre dos practicantes del mismo arte, se establece una conexión si se guía el encuentro de la forma correcta. Esa conexión, alimentada con cortesía y buenas palabras, puede ser una base para una amistad.

-Pero en este caso, estoy de acuerdo con Tameiki en que quizás no tengamos tanto tiempo como para lograrlo. -Sentenció finalmente. -Y lamentablemente para nosotros, cada día perdido da ventaja al Enemigo. Tal y como he dicho, lo ideal sería que, si mañana no hemos encontrado pista alguna, vosotros podáis rastrear los alrededores y yo me encargaré que el temperamento León de Hidenaga-san no haga estragos en su visita a Kyuden Ashinagabachi.

Me acerque lentamente a Tameiki, no pretendía interrumpirla y parecía estar meditando, así que por un momento pensé en darme la vuelta.

-No sois inoportuno, Shiba-san.

Me acerque a su lado y me postré a sus pies.

- Lamento haberla ofendido Tameiki-san, en ocasiones no mido mis palabras y lo cierto es que supuse que todo el mundo sabría ya cual fue vuestro clan... Sopesó como explicárselo rápidamente... Lo que me llevo a esa conclusión fue vuestro sueño, vos misma nos contasteis cual había sido el sueño que os había mostrado Hiroaki y lo que pretendía con mi comentario no era ofenderos, solo saber vuestra opinión por la descripción que nos habían facilitado si podía ser del clan Escorpión.

Mantuve mi cabeza pegada al suelo, realmente estaba arrepentido, y así quería hacérselo saber.

Abrió los ojos y arqueó una ceja, sorprendida por el comentario del Shiba. En realidad no esperaba que hiciera referencia a aquello.

-Shiba-san, un samurai debe vivir con sus decisiones y promesas, y eso lo hacen los miembros del escorpión. Tienen una misión en el Imperio, como el resto de clanes, y la cumplen lo bien que pueden.. Incurrir en el error de creerlo malvados - expuso de forma calmada, volviendo a cerrar los ojos- Por lo demás, estabas en lo cierto, Shiba-san,, soy un escorpión. Lamento si os ha importunado mi respuesta, pero después de los actos de Bayushi Shoju y la mala lectura que se ha hecho de ellos mi antiguo clan se ve más denostado que nunca.. - explicó.

Recupero la posición en seiza y respiro profundamente....

- Lamento que mis palabras pudiesen ser malinterpretadas, solo exponía lo que podía ser mas evidente. En ningún momento lo tache de malvado. Dije con un tono de voz calmado. Hiroaki-sama nos advirtió de lo que suponían los pergaminos y si solo estuviese protegiendo uno de ellos para que no caiga en las manos equivocadas... Y sobre lo que decís de Bayushi Shoju, acaso podemos dudar después de lo que hemos averiguado de que tenía razón. Pocas personas en el imperio pueden decirlo pero yo seré una de ellas.

-No hay de qué disculparse, Shiba-san -dijo de forma tranquila, sin abrir los ojos y respirando profundamente- Entiendo que tus intenciones no eran ofensivas, y por tanto sería ridículo juzgarte de esa manera... así pues, no te preocupes -zanjó, con una sonrisa en su rostro tranquilo.

Sonreí levemente, por fin había conseguido dar un paso con Tameiki. Pero esa sonrisa pronto se disipó. 

- Lo siento Tameiki-san, pero he de preocuparme... siento que estoy fallando. No he podido evitar que Shiroi-san acabase herida, de no haber estado Oni-san presente, que clase de yojimbo soy...Como pretender cuidar de seis personas, cuando soy incapaz de ayudar a una sola. Un ápice de preocupación aflora en sus palabras. 

Era la primera vez que se sinceraba con alguien en todo el viaje y era como si un gran peso se desvaneciese. Por una vez se permitía relajarse. Allí delante de aquel lago que se había vuelto un obstáculo para el grupo. 

En ese momento si que abrió los ojos. Su ceño se frunció al tiempo que ella estudiaba los rasgos de su interlocutor. A decir, verdad, parecía realmente preocupado. En su corta vida había oído hablar del eficiente trabajo de los yojimbos de los dojo Shiba, pero nunca se había planteado la determinación que debían tener para llevar a cabo aquella labor con tanto empeño.

-Shiba-san... -dijo únicamente, sin saber muy bien como empezar. A decir verdad, aquello le había pillado de improviso. No sólo eso, sino que había empezado a plantearse como debía sentirse Kyoshiro ante que Tameiki fuera la encargada de proteger al grupo de sí mismo y que no fuera él mismo- Shiroi-sama decidió su propio destino y tomó una decisión. El resto no podemos sino ayudarle en la medida de lo posible -explicó calmadamente, volviendo a mostrar un rostro amigable y empático. Rompió ligeramente su postura para apoyar los codos en las rodillas y sostener su rostro con las manos, algo más cerca de donde él se encontraba- A decir verdad... actuásteis bien en la playa; bien es cierto que no hicisteis lo que Oni-dono, pero sí cuanto pudisteis y estaba en vuestras manos -expuso- Cada uno tenemos una función: igual que vos sois seguramente el miembro del grupo que más sepa de costumbres shugenjas y a buen seguro el que mejor puede defender al grupo en una emboscada... el resto tenemos otras cosas -comentó- Tenéis un deber y un compromiso con el grupo, pero no es necesario que este os frustre... no esperaría que quisierais tomar el lugar de Shiroi en un duelo o el de Aswad en un combate a gran distancia... -agregó, casi con una leve risa- Confío en vos, Shiba-san, igual que confío en todos los miembros del grupo, y sé que vais a hacer todo lo que podáis para mantenernos con vida... Sólo espero que ese objetivo no acabe por arrastraros -dijo finalmente.

El Cangrejo se acercó a su montura para ensillarla y acariciar su rostro con suavidad, un gesto que distaba en gran medida con la rudeza y frialdad que había ofrecido con anterioridad al grupo. Unos segundos después se acercó rudamente a la silla y subió de un salto grácil.

-"El tiempo no nos sobra, así que debemos darnos prisa..." Dijo Oni Negro mientras esperaba que Aswad montase.

Una vez empezaron a cabalgar se acercó al Unicornio mientras no le quitaba el ojo a la orilla de la playa. (1) -"Desconozco tus motivos, pero no podemos dejarnos llevar por nuestros impulsos más primarios, si lo hacemos nuestro enemigo nos habrá derrotado. Depende de nosotros mismos encontrar el lugar en el grupo que nos corresponde. No te juzgo, no soy nadie para hacerlo, pues respeto la fuerza y la valentía de los Unicornio demostradas en innumerables ocasiones y en muchas de ellas vistas con mis propios ojos al sur de las tierras de Hida Kisada-uesama".

-"Tengo claro que puedes aportar mucho al grupo, un soplo de aire fresco allí donde los tradicionalistas se estancan, una visión objetiva de situaciones donde los demás no vemos más allá de nuestras narices, un hombro fuerte en el que apoyarse cuando las fuerzas flaqueen, un acero templado en el fragor de la batalla, la unión de espíritu del hombre y su montura. Mira en tu interior Moto-san; eres mucho más de lo que nos muestras. Entiendo en cierto modo tu reticencia, pues de alguna manera todos tenemos agravios entre nuestros Clanes, pero eso debe quedar en el pasado. Un enemigo común avanza para destruirnos a todos y en nuestra diversidad está nuestro verdadero poder. Sin embargo todos compartimos valores tan importantes como el honor, el deber y la lealtad. Las rencillas entre nosotros deben quedarse en eso, pequeñas disputas; pues no hay enemigos entre los siete Truenos, sino hermanos. Y reconozco que, no los he tenido de sangre, pero si de armas y los admiro y respeto por los valores que compartimos".

-"No pretendo que te tragues tu orgullo de guerrero, pero si pretendo que entiendas que todos lo tenemos y que tratamos de hacer lo mejor para el grupo. Olvida a Tameiki como un enemigo y trata de ponerte en su lugar. No es fácil, lo entiendo, pero os necesitamos a los dos. Necesitamos poder confiar en todos y cada uno de nosotros como si fuera nuestro mismo acero".

-"Quiero que sepas que puedes contar conmigo, puedes confiar en mi, puedes hablarme de lo que desees, pues solamente te juzgaré si pierdes el norte totalmente, pues eso significará que la corrupción de nuestro enemigo te habrá derrotado y mi deber me obligará a destruirte. De la misma manera que espero que si es al revés, y es a mi al que derrota me destruyáis sin piedad alguna como la bestia en la que me habré convertido..."

El rostro del Cangrejo se ensanchó detrás de su máscara en lo que era fácilmente reconocible como una mueca de sonrisa, -"Pero para que eso suceda aun nos queda mucho camino que recorrer juntos, jajajajajajaja" Concluyó con unas amplias carcajadas sinceras.

-"¿Podemos contar con tu ayuda, tu valor y tu acero, Moto Aswad-Dono?" La voz del Cangrejo se volvió seria y firme era una promesa...

Es para ver si encuentro rastros o algo interesante o sospechoso

Permaneció un momento en silencio sopesando las palabras de Tameiki. Y cuando llego a una decisión se puse de pie.

Tenéis razón Tameiki-san, Domo Arigatou por vuestras palabras. Dije inclinándome ante ella. Daré lo mejor de mi mismo para que este grupo cumpla con su objetivo.

Volvía a tener esa sensación de cuando era joven, la misma que le había llevado por el camino que ahora recorría. Observo de muevo el lago el cual ahora se mostraba tan placido como la primera vez que habían llegado a este lugar.

No la molestare mas Tameiki-san. Dijo mientras se alejaba. Iré a comprobar como se encuentra Shiroi-san.

Tameiki sonrió, sintiéndose satisfecha de haber ayudado al Shiba a poner en orden sus pensamientos. Mientras se alejaba, ella trataba de dejar la mente en blanco, esperando poder encontrar respuesta a sus propias dudas..