Partida Rol por web

Los Goonies nunca dicen "muerto" (DM 12/20)

1. PRÓLOGO: REUNIÓN FAMILIAR

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21/11/2020, 20:16
Directora

La brisa marina os asaltó en cuanto bajasteis del coche. El pueblo era hermoso, tanto como lo que os habían dicho vuestros padres. ¿Por qué demonios se fueron de allí? La aventura que habían corrido cuando eran jóvenes, igual que vosotros, les marcó durante el resto de sus días, y pasasteis vuestra infancia oyéndoles una y otra vez rememorar cómo les perseguían los Fratelli, de qué forma los inventos de Data os habían salvado la vida, lo bien que la madre de Sarah había tocado aquel piano hecho de huesos humanos, o la emoción que sintieron cuando vieron por primera vez... el barco de Willy "El Tuerto".

Pero ya hacía mucho de eso. Al crecer, las historias fueron abandonadas por los típicos enfrentamientos entre los padres, las riñas por el dinero, la escuela, el poco tiempo que algunos pasaban en casa... y la mayoría de vosotros, simplemente, vivíais en otro mundo.

Por eso cuando un día abristeis la invitación para ir a la inauguración de la EXPOSICIÓN DE WILLY "EL TUERTO", en el museo local de los muelles de Goon, ninguno os pudisteis resistir. Muchos incluso os pusisteis de acuerdo a través de las redes, haciendo que al final, ninguno de vuestros padres pudieran negarse. Otros de vosotros no desean verlo. Era una especie de "crónica de aburrimiento anunciada", con historias que ya no se creía nadie y que para vosotros, eran más invenciones que otra cosa. ¡Seguro que el barco pirata no era más que una barca de pescadores y los diamantes, unos cuantos cristales sin valor!

Como mucho, coincidíais una vez al año, y cada vez era de forma más obligada. Era como si el tiempo hubiese apagado el fuego de vuestros padres y cada reunión fuese más dolorosa que la anterior.

Quizás aquella, fuese la última oportunidad que tuvieseis para que vuestros padres volviesen a ser ellos mismos y para vosotros, de vivir una aventura.

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23/11/2020, 20:40
Directora

El primer coche en llegar fue, como era de esperar, el de Brand. Brand vivía pegado al teléfono y al reloj. Cuando no estaba hablando, estaba mirando cuándo tenía la siguiente cita y nada más terminarla, consultaba su agenda para ver lo que faltaba para la siguiente.

Su trabajo le había permitido llevar una vida de lujo, muy diferente a la que habían tenido en los Muelles, pero también lo había alejado de los demás, tanto de su madre como de su familia. Pero muchas bocas dependían de su destreza como "Broker" y no podía dejarlas en la estacada. 

Aunque Brand le había insistido a Alex para que fuese, lo cierto era que a él no le apetecía mucho más. Había sido una idea de su esposa, que por una vez, deseaba pasar un día en familia. La verdad es que el matrimonio Walsh hacía aguas y eso se notaba en todo lo que hacían. 

Alex era un arma arrojadiza.

-Es increíble que hayamos tenido que obligarte a venir aquí -dijo malhumorada, Diane -. ¿Sabes que durante esta semana, nos has pasado ni cinco horas en casa? Comes en tu oficina, duermes en tu oficina... e incluso pasas el rato en tu oficina.

-Eso no es cierto. Llevas meses diciendo lo mismo y no entiendo por qué. Y si estoy tanto tiempo allí es por nosotros, para que tengamos...

-¿Una casa más grande? No necesitamos una casa más grande sino un padre y un marido que esté más horas con nosotros.

Asistir a aquellas peleas se había convertido en algo rutinario, pero no por eso dejaba de ser desagradable. Alex veía muy cerca la separación de sus padres, aunque no quería reconocerlo. Al final, estabas allí, no porque pensara que te lo ibas a pasar bien, algo que dudabas, sino porque para tu madre era quizás la última oportunidad que tenían de arreglar lo suyo.

Cuando el coche se detuvo en el aparcamiento al aire libre, abriste la puerta y saliste sin pensártelo dos veces, viendo que ya estaban llegando los demás, como si todos hubiese puesto sus relojes en marcha al mismo tiempo.

Primero llegó Alex, que parecía estar algo serio; después, Bernie, corriendo como siempre; a continuación llegó el coche de Paul. La puerta del coche se abrió de par en par y el asiento se movió, expulsando a Paul, que cayó al suelo en medio de un grito de sorpresa. Los inventos de su padre siempre eran del estilo. Finalmente, llegaron Rebecca y  Hailee.

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23/11/2020, 20:48
Directora

El destartalado vehículo de Mikey se movía desesperadamente lento. A Mikey le hubiese gustado que le pagaran mejor las clases que había dado en la universidad, pero tenía que dar gracias de que al menos, tenía algo. La situación económica se estaba volviendo complicada y el último libro que había escrito, no se había vendido tan bien como esperaba.

A pesar de todo, Mikey estaba ilusionado y a su esposa le encantaba verlo de nuevo rebosante de felicidad. Regresar a los muelles de Goon era una oportunidad única para volver a sentirse como hacía tiempo que no hacía.

-¿Te hace ilusión venir a esto, verdad? -le preguntó Louise.

-Ajá. Ya casi lo había olvidado. He pasado tanto tiempo estudiando la historia, que casi no recuerdo que yo también formé parte de ella. Además, hace mucho tiempo que no veo a los chicos -al decir esto, su rostro se ensombreció ligeramente.

Louise colocó una mano sobre la de Mikey, que sujetaba el cambio de marchas.

-Brand solo está ocupado, Mikey. No es nada personal. 

-Lo sé, lo sé, pero es que... me da rabia. Es como si se hubiese olvidado de quién es. Siempre pensé que tendría éxito, que le saldrían bien las cosas, pero no que nos dejaría a todos de lado. El otro día Diane me llamó. Está considerando divorciarse de él. Tengo que hablarle. Tengo que convencerle para que vuelva a ser el que era.

En el asiento de atrás, Billy permanecía en silencio, oyéndolo todo. Le encantaba su padre, y ver que el ambiente en casa de Alex no era como aquel... le hacía sentir ira. Si por ella fuera, Alex volvería con ellos y se olvidaría del tío Brand. Total, si nunca estaba en casa, seguro que no iba a notar su falta.

Por fin llegaron al aparcamiento. Mikey detuvo el coche y se giró hacia Alex.

-Eh, campeón. Ni una palabra de todo esto a Alex, ¿me has oído? -le dijo con tono serio -. No quiero que se sienta peor de lo que está ya. Tú solo diviértete.

La sonrisa de Mikey era sincera. Quizás eso era todo lo que Billy necesitaba para sentir que tenía una familia y también quizás, era eso lo que le faltaba a Alex. Cuando saliste del coche, Alex y sus padres ya estaban allí, esperando. 

A continuación llegó, Bernie, corriendo como siempre; después llegó el coche de Paul. La puerta del coche se abrió de par en par y el asiento se movió, expulsando a Paul, que cayó al suelo en medio de un grito de sorpresa. Los inventos de su padre siempre eran del estilo. Finalmente, llegaron Rebecca y  Hailee.

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23/11/2020, 21:00
Directora

Bernie iba en el coche moviéndose de un lado a otro del asiento de atrás, botando y claramente inquieto. En la escuela le habían dicho que era hiperactivo, aunque para eso no hacía falta un diagnóstico clínico. Era evidente para cualquiera que lo conociera.

Su madre conducía el coche con seriedad, mientras Lawrence comprobaba algunas cosas en el teléfono. Pero al ver que los muelles estaban cerca, lo dejó a un lado se giró hacia su hijo.

-Bernie, venimos solo porque tú has insistido, así que compórtate. Nada de vomitar de mentiras y esas guarradas. Cuando era joven, sabía comportarme y espero que tú hagas lo mismo.

Louise miró a su marido, abriendo mucho los ojos, como si no le creyese.

-Míralo. ¿Ahora te las vas a dar de hombre serio?

-Es que lo soy.

-Pues será desde hace cinco minutos.

Pero Bernie no estaba pendiente de nada de eso. Aquella excursión era toda una aventura para él, su oportunidad para descubrir tesoros piratas y todas esas cosas de las que les había hablado su padre, y no iba a desaprovecharlo. Además, quería demostrarle a su padre que era tan valiente como él.

Cuando el coche se detuvo, el joven Bernie salió de él y vio a Alex y a Billy, que ya habían llegado.

A continuación llegó el coche de Paul. La puerta del coche se abrió de par en par y el asiento se movió, expulsando a Paul, que cayó al suelo en medio de un grito de sorpresa. Los inventos de su padre siempre eran del estilo. Finalmente, llegaron Rebecca y  Hailee.

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23/11/2020, 21:08
Directora

El Mitshubisi de Data se deslizaba por la carretera en completo silencio... al menos desde fuera. Su motor eléctrico lo hacía virtualmente insonoro y las mejores que había efectuado, le habían añadido un montón de cosas que hacían las delicias de su orgulloso conductor.

Pero en el interior, el matrimonio discutía... en japonés, claro.

Por lo visto, Data se había gastado una buena cantidad del sueldo en hacer unas cuantas mejoras más al coche, algo que no había sentado nada bien a su mujer. Sin dar su brazo a torcer, Data le demostró lo útiles que eran esas mejoras pulsando varios botones que abrieron el techo para transformar el coche en un descapotable, oscurecieron los cristales para que nadie pudiese ver el interior e incluso aparecieron unos misteriosos artilugios a ambos lados del chasis, cerca de las ruedas, que según su padre, debía servirle como dispositivo de flotación, transformando al coche en un overcraft.

Paul negó con la cabeza, mientras se preocupaba de sus propios inventos.

Cuando llegaron y aparcaron, un nuevo botón abrió las puertas automáticamente e impulsó a Paul hacia fuera, como si alguien le hubiese dado una patada y lo hubiera expulsado.

Desde el suelo pudo ver a Alex, Billy y Bernie observándole fíjamente. Mientras te ponías en pie, llegaron Rebecca y  Hailee.

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23/11/2020, 21:16
Directora

La música de su padre resonaba por los altavoces del coche, de tal manera que hasta en Australia podrían oírla. Rebecca y Hailee ya estaban acostumbradas, casi tanto como a las latas de cerveza que su padre acumulaba tanto en la cocina como en la parte de atrás del coche.

Mientras su padre golpeaba el volante intentando seguir el ritmo, algo que era casi imposible, Monique miraba una revista de moda, aunque por los movimientos que hacía el coche, le estaba costando bastante.

-¿Podrías conducir con más cuidado? Estoy leyendo -dijo irritada.

-Dudo que ver esa porquería se considere como leer. Más bien estás viendo fotos.

-Bueno, es lo mismo. Quiero ver las novedades de primavera.

-Con esas pelotas de baloncesto que tienes no te vendrá nada bien. ¿Por qué no dejas que me ocupe yo de eso?

-Porque tú solo me compras ropa interior y alguna vez tendré que salir a la calle, ¿no? Por ejemplo, para ir a esta estúpida reunión. No sé por qué hemos venido si ni tan siquiera te caen bien.

-Ya, ya, ya. Algunos sí que me caen bien. Es verdad que Brand siempre fue un estirado, pero los demás son buenos chicos. Hey, mira. Allí está la gente -dijo en voz alta, al ver todos los coches aparcados y al grupo hablando ya entre ellos. Entonces, se volvió a mirar a Rebecca -. No te preocupes. Intentaré no avergonzarte mucho esta vez. Pero cuida de tu hermana. No quiero que vuelva a perderse y tenga que dejarlo todo para encontrarla.

Hailee no parecía preocupada. Sostenía su muñeca y estaba peinándola distraídamente. Lo cierto es que no era un problema, pero cargar con ella era un rollazo. Pero la alternativa, si se perdía y le echaban la culpa, era todavía peor. Su padre le dejaría con esa... "actriz" y le obligaría a ver esos aburridísimos desfiles de modelos y esas teleseries en las que todo el mundo se peleaba.

Cuando el coche se detuvo, ya estaban Alex, Billy, Bernie y Paul. Paul parecía estar levantándose del suelo, como si se hubiese caído.

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29/11/2020, 11:46
Directora

Y así, poco a poco, terminasteis de llegar todos. Los últimos en llegar fueron Andy y su marido, Sean, junto con los dos gemelos recién nacidos, que llevaban en brazos y que colocaron en un carrito, atrayendo rápidamente la atención de los demás...

... Y Steff junto a su prometida, Laura.

Y así, mientras los adultos se saludaban y abrazaban entre sonrisas, por el encuentro, vosotros hacíais lo mismo, con el museo delante de vosotros, como testigo de la reunión.

Notas de juego

Hala, a reencontrarse.

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30/11/2020, 20:22
Bernie (Gordi II)

¡Por fin habíamos llegado! El viaje había sido... Había sido aburrido y agobiante. Todo el camino peleándose y reprochándose cosas, como siempre. ¡Pero al fin habíamos llegado! Antes de que parara el coche, ya me estaba quitando el cinturón y abriendo la puerta para salir, por lo que me llevé una mirada enfurecida de mi madre por el retrovisor. Así que, esperé, esperé, esperé... y cuando oí el freno de mano, abrí la puerta y salí disparado.

Enfrente estaba el museo, el cuál estaba deseoso de verlo, pero más deseoso estaba de ver a mi grupo, a mis amigos, a la pandilla de pandillas. Allí estaban todos: Alex, Billy, Paul, Hailee y Rebecca. El corazón en un puño. Estaba radiante, espléndida, guapísima...

-"Hola chicos, qué gusto verlos. ¿Cómo os va todo? Hola Rebecca, estás estupenda, has cambiado mucho desde la última vez que nos vimos. Hola Hailee, has crecido un montón."

La verdad es que estaba ansioso por contarles muchas cosas, que aunque ya las sabían porque se las había contado por el ordenador, no era lo mismo que contarlo en persona. Había contado los días para volver a vernos, tachándolos en el calendario. Y ahora que estaba con ellos me había quedado sin habla. La simple presencia de Rebecca me había dejado sin respiración. Estaba fabulosa con ese peinado y esa ropa. Miré atrás y vi que nuestros padres estaban todos saludándose y mirando a los gemelos.

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30/11/2020, 20:40
Hailee Devereaux

Bajé del coche detrás de Rebecca y vi que ya estaban los demás. No me acordaba muy bien de la última vez que los vi, pero me pareció que estaban casi igual.

Ese chico, Gordi, se acercó a nosotras para saludarnos muy efusivamente.

-Hola. Tú estás igual. El Señor Pebbles también está contento de haber venido. Nunca había viajado tan lejos en coche -dije, mostrándole al Señor Pebbles.

El Señor Pebbles había decidido venir en el último momento. No me gustaba dejarle mucho tiempo solo y aquel viaje iba a ser bastante largo, así que acordamos que sería mejor que nos acompañase y a mamá le había parecido bien.

-Rebecca, el Señor Pebbles necesita ir al baño -le dije a mi hermana.

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30/11/2020, 21:32
Billy Walsh

Los lingotes de plata y las armas aún están, que yo sepa, donde Flint las enterró; y por lo que a mí concierne, allí van a seguir. Yuntas de bueyes y jarcias que me arrastraran no conseguirían hacerme volver a aquella isla maldita; pero aún en las pesadillas que a veces perturban mi sueño oigo la marejada rompiendo contra aquellas costas, o me incorporo sobresaltado oyendo la voz del Capitán Flint que chilla en mis oídos: <<¡Doblones! ¡Doblones!>>

Fin. Cerré la tapa de La Isla del Tesoro, satisfecho por concluir una nueva lectura de mi colección personal. Normalmente leer durante un trayecto en coche mareaba a la gente en general y a los niños en particular, pero por suerte yo soportaba bastante bien el traqueteo del destartalado vehículo de mi padre. Quizá es que su ritmo monótono y prudente ayudaba a que no fueran a mayor las cosas. Escuchaba atento la conversación que mantenían mis progenitores, quienes cuando acudían a las reuniones anuales dejaban atrás las diferencias (o lo aparentaban a la perfección) que habían afectado al matrimonio. "Si solo pudieseis permanecer así el resto del año..." —pensé  mirando por la ventanilla, perdiéndome en el paisaje que se presentaba ante mis ojos. 

Me encontraba entusiasmado por la idea de reunirme con todos mis amigos. No solo era eso, vería de nuevo a mi primo Alex después de un tiempo sin hacerlo. ¿Qué podía salir mal de aquel encuentro? Esperaba que nada, pues estas reuniones eran uno de los motivos que despertaban una sonrisa en mi rostro. Por si fuera poco, estaba el asunto de asistir al museo local para contemplar todo lo relativo a la historia de Willy "El Tuerto". Papá me había contado mil y una veces la experiencia que vivió junto con sus amigos hace ya tres décadas; y esa pasión por enterarse de la historia, del mundo de la piratería y de los tesoros que había perdidos me la había transmitido a mí. Sentía muchísima curiosidad por lo que hubiera expuesto en el museo. 

Cogí un pequeño paño de mi bolsillo para limpiar los cristales de las gafas y permanecí expectante hasta que por fin el coche se detuvo tras unos minutos que se me hacían interminables. En cuanto salí al exterior, la brisa marina inundó mis fosas nasales mientras observaba todo lo que me rodeaba. Era como estar en casa, a pesar de que nunca en mi vida hubiese pisado aquellos muelles. Me imaginaba a papá recorriendo aquellas calles, junto con mi tío y el resto de la pandilla, viviendo toda clase de aventuras. Fue entonces cuando divisé una figura muy familiar cerca de nosotros y corrí a su encuentro con una amplia sonrisa.

¡Primo Alex! —llamé su atención agitando una mano—. ¿Qué tal estás? ¡Cómo te echaba de menos! —expresé con cierta efusividad.

Y, antes de que pudiera comentar nada más, me fijé en que todos los demás ya estaban aquí. "Este va a ser un viaje inolvidable..." Tenía esa certeza.

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30/11/2020, 22:16
Rebecca Devereaux

Rebecca dedicaba el tiempo dentro del coche a cualquier cosa que la mantuviese alejada de las discusiones entre su padre y Monique. Miraba por la ventanilla, tecleaba ansiosa en su móvil, barajaba sus cartas y las repasaba o jugaba con Hailee. La música a tope casi ni le molestaba, acostumbrada a la misma. 

-Siempre dices eso, papá. Pero por mucho que repitas una cosa, no se hace verdad -replicó distraída a Bocazas cuando le aseguró que esta vez no la avergonzaría. Resopló, ante la perspectiva de tener que hacer una vez más de niñera- ¿Y si hoy os quedáis con la enana? Te necesita, papá. Siempre esta con el papi en la boca. Y tú le gustas, Monique. Lo dicen las cartas -No creía que colase pero ella probó.

Saltó del coche, agarró su mochila y tiró de la mano de Hailee arrastrándola hasta sus amigos. -¡Eh, hola! Al fin hemos llegado al culo del mundo. Jaja. -su sonrisa se estiró de uno a otro de la pandilla. -¿Cómo estás, Jr Gordi? Toma, pilla unos gusanitos -le ofreció de su bolsa de gominolas. Se giró un segundo hacia su hermana -El señor Pebbles es un oso feo de peluche que no necesita mear, enana. Que te acompañe Monique. ¡Monique! Hailee tiene pis, pide ir con su segunda mamá.

 

Se unió al resto. Paul y Alex sí habían cambiado, mayores, destacaban. -¿Que buscabas, Paul? ¿Has caído en una tuampa?--se burló- ¡Eh! Coged una carta, que os destripo vuestro destino. ¡Venga, tú el primero, Billy! 

Les mostró en abanico el reverso de las cartas del tarot. *

Notas de juego

*Podéis elegir la que queráis o lo hago yo (con permiso de la capitana pirata).

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30/11/2020, 23:24
Directora

Notas de juego

jajajajaj permiso concedido :P

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01/12/2020, 08:38
Directora

Monique miró por encima del hombro y adoptó un gesto de fastidio, pero no hizo ningún caso de lo que Rebecca le dijo. En lugar de eso, continuó hablando y riéndose. Parecía estar hablando de su ropa con Andy.

Hailee, en cambio, pareció echarse a llorar un poco, abrazando a su oso como si estuviera en peligro y mirando hacia el suelo. No estaba demasiado claro si le había molestado más que no la llevaran al baño o que hubieran dicho que el Señor Pebbles era un oso feo.

Lo que sí que estaba claro es que como se echara a llorar, Rebecca iba a tener problemas. Siempre que ocurría, le echaban la culpa y al final, ella era quien pagaba los platos rotos mientras que su querida hermanita, acababa saliéndose con la suya.

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01/12/2020, 10:01
Alex Walsh

Cómo cada vez que sus padres se ponían a discutir, Alex sacó los auriculares y se puso a escuchar música en su smartphone de última generación. Aunque consiguió atenuar en algo el volumen de los reproches aún era capaz de oír todo lo que sus padres se decían aunque, con la práctica, ya era capaz de evadirse.

Estaban a punto de llegar a la reunión anual que mantenía su padre con sus amigos de la infancia en el pueblo y realmente en este momento deseaba cualquier cosa menos estar allí. Justo ese fin de semana tenía que estar en la fiesta de cumpleaños de su amiga Courtney en lugar de aguantar a un grupo de adultos de mediana edad hablar de sus batallitas de la infancia. Por si fuera poco, seguro que le adjudicaban el papel de niñera del resto de los hijos de los amigos de su padre.

Cuando por fin llegaron a su destino, Alex bajo con rapidez del coche para intentar disfrutar de la calma del exterior después del ambiente enrarecido en el coche, pero apenas pasaron unos minutos antes de que el resto de la gente comenzase a llegar.

- ¿Qué tal Billy? - respondí al saludo de mi primo mientras le revolvía el pelo con cariño. ¿cómo lo llevas?

El resto de los niños se fueron reuniendo, incluso la cría con el tono de voz irritante que quería llevar a su osito de peluche a hacer pis, mientras su hermana mayor Rebecca ofrecía a Billy una carta de baraja para leerle el futuro.

- ¡Sorpréndeme Rebecca! - dije cogiendo una carta - ¿verdad que me espera por delante un fin de semana de lo más plasta?

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01/12/2020, 10:47
Paul Wang, p2d2

Por fin llegó el día... 

El camino se hizo algo pesado, si es que eso era posible cuando compartías habitáculo con mi padre, al que conocían por el apodo de Data. Cualquier cosa junto a él era una aventura... y en ocasiones, eso exasperaba a mi madre. Pero, como decía, cualquier tarea rutinaria podía ser un acontecimiento. Recuerdo una vez que mi padre me pidió que lo acompañara a sacar la basura... y sacar la basura se convirtió en "hagamos que la basura se saque sola volando"... y literalmente eso hizo... unos pequeños ajustes en sus gafas hicieron que controlara con ellas un dron que vino, tomó la basura, y la depositó en el contenedor... (en teoría)... a la señora Gatsby no le hizo gracia que la bolsa se rompiera justo al pasar por su jardín...

Pero en este caso si, el viaje se hizo pesado. El ambiente era tenso. Algunas estrecheces económicas pedían que ajustáramos los gastos, y esa nueva política en el hogar era incompatible con el carácter de papá.

Así que en esas estábamos.

¡¡Au!!  - exclamé al caer al suelo - podías habeg avisado, papá... am... hola Walsh... hola Walsh... Begni... ¿cómo estáis? - Saludé a los amigos mientras me levantaba del suelo ofreciéndoles una gran sonrisa...

¿Habéis visto el nuevo invento de papá? Uau... solo necesita unos ajustes... - y le choqué la mano a mi padre mientras él junto a mamá se acercaban a saludar a sus amigos.

Guardé mis cuadernos (y unos alicates pequeños) que se me habían caído y levanté la vista, mientras ya se aproximaban las hermanas Devereaux... - Am... hola Guebecca, Hailee... ¿cómo estás, pequeña? Encantado de saludagle señog Pebbles... mmm... ¿qué me dice? Hailee, debeguías acompañag al señog Pebbles, pipí... - dije a la pequeña guiñándole el ojo tras agacharme para estar a su altura.

Me incorporé nuevamente y mirando hacia la costa abrí los brazos aspirando con fuerza el aroma marino...

Mmmm... que buen aspecto tiene todo...

Y obvié la broma que siempre me hacia Rebecca sobre las trampas...

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01/12/2020, 11:10
Billy Walsh

Caray, cuánto has crecido... —murmuré al llegar a su altura. Si de por sí siempre había sido más alto que yo —lo cual no era complicado—, ahora es que destacaba sobremanera sobre el resto. Por cosas como esa anhelaba pegar el estirón ya y no parecer un crío chico a ojos de todos—. Estoy muy contento de veros de nuevo; echaba de menos pasar un tiempo con vosotros —afirmé con un brillo especial en los ojos—. ¡Y tengo muchas ganas de ver la exposición de Willy "el Tuerto"! —exclamé.

En ese momento, Alex y yo nos vimos abordados por la presencia del resto de la pandilla. Bernie fue el primero en saludar, acompañado después por Rebecca y su hermana pequeña (con su osito de peluche favorito incluido) y por último Paul, quien llegó a nuestro encuentro de una manera "llamativa". No me burlaría de Hailee, pues hubo una época en la que yo llevaba conmigo el clásico muñeco de una figura de acción a cualquier lugar que visitase. Cuestión de la edad. Ya se le pasaría esa etapa.

Qué tal —les saludé con alegría—. Pues sigo leyendo sobre un montón de cosas y estoy investigando la localización de un cofre que al parecer enterraron en la antigua mina de Kennecott. Deberíamos ir algún día a investigarla por si tenemos la fortuna de encontrar el tesoro —expuse con emoción. 

Seguidamente, centré mi interés en la chica.

Rebecca, ¿aún sigues creyendo en que esto del tarot es verdad? Es empíricamente imposible que unas cartas revelen el destino de nadie —dije con absoluta certeza en mi tono de voz. "Para algo he leído sobre este arte en algún artículo, pese a que el vocabulario empleado es más complicado que las novelas que leo". Dicho lo cual, haré los honores y escogeré... —fijé mi vista en la baraja, entrecerrando los ojos y colocándome bien las gafas— esta. A ver con qué predicción me sorprendes —añadí con una leve sonrisa, señalando la sexta carta empezando por la derecha.

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01/12/2020, 13:03
Rebecca Devereaux

Becca arrugó la nariz al escuchar el discurso de sabiondo de Billy. No tenía idea de lo que significaba empíricamente, pero no iba a decirlo en voz alta.-Te contradices, listillo incrédulo- Le dio la vuelta a la sexta carta.

-La Torre...Hum...Un Arcano Mayor. Ha salido al derecho. Necesitas equilibrio entre el espíritu y materia. De lo contrario tus esfuerzos se desvanecerán en el aire. Te aconsejo que cambies la forma de afrontar las cosas si quieres éxito, o acabará en el mayor de los fracasos. - Lo soltó toda seria, sin atender a la negatividad del chico.

Luego miró la carta de Alex.-Gracias por llamarnos plasta a tus amigos, tipo interesante. Oh, mira, El Ermitaño, invertida. Estás confundido, tu cerebro no da para más. Algo feo te perturba, pero esta carta te ayudará a encontrar la luz. Tienes que encontrar una motivación para escapar de tu situación de ahogo. 

Se puso a barajar de nuevo las cartas, sonriendo con suficiencia, ignorando a Hailee y a Monique. 

Aunque al final, con aire resignado y una maldición susurrada, pilló de la mano a su hermana y la condujo al baño.

 

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01/12/2020, 13:35
Hailee Devereaux

No estaba pendiente de lo que estaban hablando Rebecca y los demás, pero me estaba haciendo pis y no podía esperar. Así que cuando me dijo que no iba a llevarme, no pude evitar empezar a llorar.

Cuando sentí que cogía mi mano, me tranquilicé y miré aliviada a Rebecca.

-Gracias, Becca -le dije, mientras me tiraba hacia la gasolinera que estaba cerca -. Tranquilo, Señor Pebbles, que ya vamos.

Una vez dentro, me solté de ella y entré en uno de los cubículos. Estaban un poco altos, pero me bastaban. Cuando salí, más tranquila, me abracé a Pebbles, pero también me acerqué para abrazar a Becca.

-¿Qué es eso del tesoro, Becca? -le pregunté mientras salíamos para volver con los demás.

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01/12/2020, 15:48
Bernie (Gordi II)

Estaba entusiasmado por estar de nuevo con todos mis amigos y en especial de ver a Rebecca. Cuando me lanzó los gusanitos, los cogí al vuelo.

-"¡Oh! Muchas gracias Rebecca."

Abrí la bolsa y empecé a comérmelos con demasiada ansia. Pero es que yo comía así y no miré si los demás me miraban. Cuando me había comido más de la mitad en unos pocos segundos, extendí la bolsa a los demás.

-"¿Queréis gusanitos?"

Miré interesado cómo Rebecca comentaba los resultados de las cartas del tarot. No creía mucho en esas cosas pero tampoco me burlaba de ellas, nunca se sabía. Al terminar, acompañó a Hailee al baño.

-"¿Qué os contáis chicos? Hola Paul, buen aterrizaje. Yo estoy encantado de volver a veros. Este fin de semana va a ser la bomba, estoy seguro. La exposición será brutal. Billy, ¿dónde está la mina de Kennecott? ¿Y qué tesoro hay allí enterrado?"

Me quedé expectante a lo que me dijeran, mientras rebañaba la bolsa con los últimos gusanitos.

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01/12/2020, 18:33
Billy Walsh

"Es incorregible" —pensé al escuchar a Rebecca. Pero a pesar de todo, ahí seguía, entreteniéndonos con sus cartas, sus pullas y su forma de ser irreverente.

¿Eso es bueno? —pregunté al mencionar ella lo de Arcano Mayor. Desconocía la terminología del tarot, así que iba bastante a ciegas con lo que pudiera explicar—. Mmm... Me recuerda a una frase que me dijo mamá una vez: "Cambia la forma de ver las cosas y las cosas cambiarán de forma". En cualquier caso, es un buen consejo. Gracias, brujita —le guiñé un ojo.

Mientras acompañaba a su hermana al baño, volví la vista a mi glotón amigo con una sonrisa dibujada en el rostro tras sus preguntas.

Está en Alaska, Bernie —le respondí. Por norma general rehusaba de emplear su mote—. Es un antiguo pueblo minero que lleva abandonado cerca de 80 años. Al parecer, según he leído en varios periódicos, un grupo de inmigrantes enterraron en algún lugar de la mina un cofre cuyo contenido era valioso en aquellos tiempos —apunté intercambiando miradas con unos y otros—. Pero hasta el momento no se ha encontrado nada. Quizá lo descubrieron y no informaron del acontecimiento. O tal vez nunca lo enterraron allí. La verdad es que siento curiosidad por visitar esa mina —dije frotándome las manos—. Si papá no estuviese tan atareado con el trabajo seguro que ya hubiésemos viajado a explorar la zona.