Partida Rol por web

Me agacho a recoger un puñado de barro y corro hacia el primer arbusto o árbol en el que pueda esconderme con el cuchillo en la mano. Después observo hacia los pasos y espero a reconocer quién es el que se acerca.

Justo antes de salir escuchas ruido de arbustos moviéndose, probablemente se haya escondido entre los árboles. Justo frente a la entrada a la cueva ves una caja vacía con un pequeño paracaídas, os habían explicado que esa era la forma en la que los patrocinadores os enviarían ayuda.

 Digo en voz bien alta : ¡Maldición, otro que se escapa! 

Y acto seguido, con calma, me vuelvo a introducir en la cueva, con una flecha preparada y en silencio, esperando pacientemente oír algún ruido mas entre la maleza. 

Ves a Robin asomarse y mirar. No esta cubierto por el aura dorada. Parece que no encuentra nada y vuelve a entrar en la cueva farfullando:  ¡Maldición, otro que se escapa! 

Establezco un vínculo entre sus flechas y la que tengo yo. Cuando se ha alejado, parto la flecha en dos con el cuchillo para partir todas las suyas.

Después, con el barro, hago un muñeco humanoide sin salir de mi escondite.

-Ummm...- Escupo el palo con un gemido lacrimoso.- ¿Descansar, es una opción?- Sabía que no era una opción.- Vamos a explorar este sector y si podemos preparar alguna trampa si nos siguen. Eso es lo que podías hacer ¿no? Podemos poner algo en la salida de la grieta o dentro por si nos siguen.

Miró a su alrededor en silencio durante un buen rato. Nadie diría que se encontraba en plena arena y comienzo de los juegos del hambre. Pero todo se encontraba en silencio así que, ¿por qué preocuparse? Finalmente, se volvió hacia la grieta por la que había salido. Al final no había conseguido encontrar a Rick. Su supuesto aliado. Y no lo haría, era momento de avanzar.

- Continuemos - sentenció al fin, mirando a su compañero. Sin más, echó a andar hacia el bosque.

Tras una caminata liderando escucho el melodioso sonido del agua. Aparto las hojas de una rama de mi cara y observo la aparición de un río a pocos metros de él.

- ¡Bingo!

Avanzo hacia allí, apartando con el palo ramas, hojas y tocando el suelo por si hubiera alguna trampa difícil de ver.

- Damas y caballeros, les presento nuestra principal fuente de hidratación. Cuidado por donde pisan y saquen el contenedor vacío de agua. Aunque les recomendaría acabar antes con las provisiones que tenemos pues no saben cuan salubre es esta agua. - Desde luego no seré yo el primero que la pruebe- Este río puede ser tanto ventaja como desventaja aunque me inclino más hacia lo primero. Asentemos un campamento cerca del agua pero no de forma muy visible. ¿Alguien sabía hacer trampas?
 

El primer instinto de Arya es echarse a correr. Por muy inocente que pareciera la chica del vestido azul, si estaba ahí sería por algo. No hay que dejarse engañar por las apariencias. Dado que no había conseguido recuperar a Aguja, la mejor baza de la que disponía era la huida, ahora que todavía no la había visto. Pero..¿y si la princesita resultaba ser una buena aliada? - Se parece demasiado a mi hermana para que eso sea cierto. 

Los segundos de vacilación de Arya son suficientes para que la chica del vestido azul tome constancia al fin de su presencia, muy cerca de ella. Manteniendo una expresión firme y desafiante, Arya le sostiene la mirada, como incitándole a dar el primer paso. Durante la espera, se limita a musitar su mantra personal, legado de su maestro de danza, y pensar en su siguiente paso, en el caso de que la chica decida atacarla. 

- Tranquila como las aguas en calma. Rápida como una serpiente. Veloz como un ciervo...El miedo hiere más que las espadas. 

Mira hacia Arya y se da cuenta que en cualquier momento puede salir más gente por ese lugar y que ambas están expuestas. Bueno, en realidad ella esta expuesta a Arya también, pero sería mucho peor si comenzase a salir gente de esa salida y que no fuese gente amistosa. 

¿Sería la niña alguien amistoso? Quizá sí, aun no ha atacado, no ha ido a por ella como han ido los unos contra los otros en el interior de esa cueva. Quizá ambas tengan la oportunidad de ignorarse mutuamente y no llegar al extremo de sucumbir a la violencia.

Levanta las manos en señal de paz, para indicar que no lleva ningún arma y que su intención no es la de luchar si no le atacan.

-¿Qué os parece si nos ignoramos y seguimos nuestro camino? - le pregunta, dando un paso hacia el bosque.

Julieta caminaba tras Sherlock junto a Romeo, sin soltar su mano y vigilando el camino por el que pisaban, sosteniendo su falda con la otra mano para que no se enredase en alguna rama baja haciéndola caer, pero teniendo mucho cuidado de que no sobrepasara el borde de los tobillos. Aunque algunos pudiesen pensar lo contrario debido a su amor por el joven Montesco, ella era una señorita de alta cuna que debía mantener su decencia.

Se sobresaltó al escuchar la exclamación de Sherlock y miró a su alrededor asustada, tratando de asegurarse de que no había nadie que pudiera haberlo oído. - Quizá deberíamos ir con más tiento, mi señor. No sabemos si otros tributos han podido llegar a este lugar atravesando alguna de las otras hendiduras. Y si fuese así seguramente también habrían buscado una fuente de agua... Alguno de nosotros podría adelantarse con cuidado un poco fuera del sendero para tratar de vislumbrar si alguien se haya ya en el río al que dirigimos nuestros pasos.

Después de estar un rato buscando oímos un ruido, ¡era agua! Fui corriendo hacia el río. el agua era clara pero no se si se podría beber.

- Momo ven aquí, he encontrado un río.

Momo se acerco cuando el principito miró al agua del rio, no parecia estar seguro de su salubridad por lo que habria que olerla y probarla con la lengua a ver si sabia a algo raro

-Dejame probar a mi - Momo cogio un poco del agua de aquel rio con la cantimplora que llevaba y despues se coloco cerca de Cassiopea mientras olia el agua recogida - Que te parece Cassiopea?

Casiopea bebe del agua del rio.

Robin escucha un ruido de madera rompiéndose viniendo de fuera. El ruido se repite varias veces junto a el mientras contempla horrorizado como sus flechas se parten solas. 

Con una sonrisa ante el éxito, decido afianzar mi supervivencia por ahora. Si en el que estoy no es el lugar más indicado, busco uno que sea especialmente bueno para esconderme, a ser posible en una posición elevada. Una vez lo consiga, me asiento allí por ahora.

Salgo por patas de vuelta a la cornu. 

Al escuchar el arrollo respiro aliviado, frotándome las manos. Quizá no lo sea todo, pero es un principio. Con un poco de suerte podremos abastecernos sin movernos demasiado, y preparar algún tipo de defensa por si alguien se acerca a buscarnos.

Sin embargo, las palabras de Julieta hicieron que me asegurase de no bajar la guardia. Realmente cualquier otro tributo podría estar observándonos. Y aunque los más peligrosos probablemente son los que se han quedado en la Cornucopia, en cualquier momento podemos ser víctimas de una emboscada.

- Yo puedo adelantarme. - Me ofrecí, bastante inseguro. - Pero creo que sería mejor que, sea yo o no, no fuera solo.

Parece que el agua esta bien, bebamos nosotros tambien y llenemos la cantimplora