Partida Rol por web

Verá señor Quatermain, parto de la suposición de que usted preferiría salir vivo de esta. Como yo, y como todos. Así que todos lucharemos por nuestra vida, y eventualmente nos enfrentaremos el uno al otro. 

Mi propuesta es que pospongamos el enfrentamiento un poco. En este variopinto grupo hay ancianos y niños, y también gente dispuesta a asesinarlos con tal de volver a su hogar. Llegado el caso, no se de que es capaz cada uno... pero si se que prefiero que ningún inocente caiga en los primeros compases. La intemperie los reclamara por mi...

No solo eso, sino que si atacamos a los mas peligrosos desde un comienzo, nos evitaremos ser asesinados brutalmente segundos después.

Mi propuesta es que se una al resto de guerreros que han decidido aceptar este planteamiento, y nos ayude a acabar con las amenazas mas apremiantes. A cambio, no solo accederá a todo el material que haya en la cornucopia, si no que dejará de ser una de esas amenazas apremiantes.

¿Que me dice?

Al ver las nuevas incorporaciones mi inseguridad aumenta, y los observo con cierto recelo. Hago un gesto a mis más antiguos compañeros para que se acerquen y susurrar.

- ¿Están seguros? - les pregunto con un hilo de voz - Forman parte de los profesionales. De esos que tenían una alianza para matarnos a todos los demás.

Julieta da un paso hacia atrás al ver a las dos nuevas personas que se suman al grupo, y después mira con incredulidad a Miss Marple. 

- ¿Sabéis lo que acabáis de hacer, querida señora? Ellos son profesionales... ¿Sabéis lo que eso quiere decir? Mientras que a nosotros nos han traído por la fuerza, ellos se han presentado voluntarios para entrar en estos juegos. No desean aguantar, desean acabar con todos y cada uno de nosotros y alzarse con la victoria. ¿Por qué si no llevarían toda la vida entrenando para poder participar de un espectáculo como este?

La joven mira con absoluta desconfianza a los recién llegados antes de cruzar una mirada preocupada con Romeo. 

Observo con curiosidad a Holmes, mientras elabora su respuesta. La verdad es que no tengo muy claro como funciona el método de preguntas del señor Deckard, pero parece que a el le va bien y que saca algo en claro de todo aquello, así que simplemente observo, con una expresión divertida en el rostro.

Y es sólo cuando Rick se presenta y pregunta sobre qué esperamos de ellos cuando soy yo misma quien se adelanta a Holmes:

-Esa es una buena pregunta, señor Deckard. Y lo cierto es que ahora mismo no estoy segura de que absolutamente nadie aqui tenga la respuesta que todos querríamos oir. 

Sin embargo, le contaré que de momento no estamos solos en esto... Hemos logrado reunir un grupo de 7 personas, ahora 9 con ustedes dos, que compartimos los mismos objetivos. Ha llegado hasta nuestros oídos que los distritos profesionales prefieren derramar sangre sin preguntar y que planean montar una carnicería, incluyendo traiciones entre ellos mismos... Y, como usted comprenderá, no podemos consentir eso.

Nuestra intención es utilizar el cerebro, además de la espada, en la medida de lo posible. Y buscar hasta la más minima posibilidad, si es que existe, de sobrevivir a esto. Y ustedes, hijo, parecen gente de recursos...

Me detengo ahí, esperando su reacción y una conclusión a mis palabras. He sido todo lo clara que se puede ser. ¿Que qué espero de ellos? Que sean aliados y no enemigos a batir. Y que, si hay alguna salida a todo aquello, como afirma Holmes, nos ayuden a encontrarla.

- Oh, Romeo... Temo que la ingenuidad y la buena fe de la anciana acaben de sentenciar el destino del grupo trayendo al interior de éste a dos de los profesionales. ¿Todavía crees que nuestras vidas están ligadas a las de estas personas? Cada vez me siento más insegura a su lado y sé por las palabras de Yocasta que los profesionales tienen su propia alianza, no creo que podamos confiar en uno sólo de ellos. 

La preocupación de Julieta por el giro repentino de los acontecimientos es palpable y se refleja en sus ojos que buscan los de su amado. - ¿Crees que es demasiado tarde para que retornemos a nuestra idea inicial de un grupo de cuatro integrantes? Nosotros, el anciano senil y quizá el doctor... 

- He hablado con Romeo. No sé cuánto tiempo permaneceremos nosotros en la cornucopia, pero decidnos en qué dirección y a qué distancia os encontraréis con el resto del grupo y trataremos de llegar hasta allí cuando todo se calme. - Julieta dedica una sonrisa amable a la mujer antes de hacerle otra pregunta. - ¿Quiénes son los otros tributos con los que contáis?

-¡Paparruchas, jovencita! En todas las casas se cuecen habas, y esta no iba a ser la excepción... - digo, con aire despreocupado, agitando una mano en el aire, cuando veo que la llegada de Reckard y Calvin causa tal revuelo- Y creeme si te digo que estos dos tienen las mismas ganas de morir que cualquiera de nosotros... Si, son profesionales... pero hay una cosa que los diferencia del resto: la misma que nos ha unido a los demás. Mientras el resto de profesionales sólo han hablado de muerte y sangre, estos señores han hablado de algo más... de intentar sobrevivir, de buscar aguantar el máximo posible en medio de esta locura. Y eso es lo que queremos todos, ¿no?

Conozco a la gente, llevo toda mi vida observándola y sacando conclusiones sobre ella. Y hay algo en aquellos dos que me dice que puedo confiar en ellos, a pesar de su procedencia.

-Además, no seamos cortos de miras... ¿Qué mejor oportunidad de saber qué traman que saber que hay dos de ellos de nuestra parte? Dígaselo usted, señor Deckard... Muéstrele a esta jovencita lo mismo que me mostró a mí, con su actitud, hace unos instantes: que se puede confiar en usted.

No, no parezco flaquear en mis intenciones. Lo tengo clarísimo. Aquellos dos nos pueden ayudar a salir adelante en aquella empresa. Y, dicho sea de paso, también otorgarnos ese cierto belicismo que le falta de serie al grupo y que puede ser nuestro talón de Aquiles. Yo no sé usar un arma, pero estoy segura de que aquel tipo sí. Y eso me tranquiliza. Vaya si me tranquiliza...

- Estoy de acuerdo contigo, querida Julieta. Esta multitud se ha convertido en una vía insegura hacia la supervivencia. Y yo no quiero perderte- tomó su mano, intranquilo- Hagámosle creer a los demás que iremos con ellos, luego convendremos con el doctor y el anciano que cuando comiencen los juegos iremos por separado. Si ellos nos encuentran, alegaremos habernos perdido durante la huida de la cornucopia. Pero no debemos airarles, ni permanecer en desconocimiento de sus ardides, pues es conveniente para nosotros conocer su posición. 

-Confíe en mí, doctor. Se distinguir a un hombre inteligente de un bárbaro con cachiporra. Y ese Deckard me ha dejado claro que le hace la misma gracia que a todos nosotros estar aquí.

Además, es listo, y conoce las alianzas y traiciones de los profesionales. Y, eso, obviamente, le impulsa a alejarse de ellos... Crea en esta vieja. Podemos confiar en ellos.

Asiento, con una sonrisa segura y satisfecha. Que me aspen si estoy loca, pero unirlos a nosotros es una gran idea y es lo que quiero transmitir al doctor.

- ¿Y el señor Jekyll está de acuerdo? Creía que teníais una alianza. Además, dijiste que eras diestro con la espada. ¿Estás seguro que serás capaz de seguir adelante sin ella? 

Insiste en aliarse conmigo, lo ha repetido varias veces, pero antes ya ha dicho que pensará antes en él. ¿De qué sirve que cure sus heridas si no obtengo nada a cambio? Es como si fuera sola. De hecho, ir sola es mejor, porque nadie me apuñalará mientras duermo. Aun así, no seré yo quien trate de acabar con mi compañero de distrito. 

- Aliarme contigo, como ya me has dicho varias veces, ¿qué me reporta? - pregunto -. Ya me has dicho que es una alianza en la que lo máximo que prima es un pacto de no agresión, porque parece que los miembros no van a defenderse los unos a los otros, o eso me has dado a entender antes.  Si los miembros de un grupo no ayudan a la seguridad del resto, solo implica que no se matarán entre ellos hasta que no sea algo de fuerza mayor, como que únicamente queden los integrantes del propio grupo vivos. Como comprenderás, no quiero alianzas de ese tipo. Porque vosotros os beneficiaríais de mi don sin que yo recibiera nada. 

Le miro atenta a su reacción. 

- Si lo que quieres es un pacto de no agresión conmigo, lo puedes tener. De todas formas, no quiero matar a alguien que es de mi mismo distrito. No, siempre que sea evitable - puntualizo, siempre hay que tener en cuenta que podamos, por remoto e imposible que pueda parecer, ser los últimos -. Si nos encontramos de nuevo en la arena, mantendré esto.  

La joven asiente con la cabeza a las palabras de Romeo, más tranquila al descubrir que él piensa de la misma manera. - Tenéis razón, amado mío, finjamos estar conformes y pongámonos de acuerdo con ellos dos. - Un brillo malicioso aparece de repente en los ojos de la joven durante un instante al tener una idea, y aunque inmediatamente se siente mal por haberlo pensado, decide contársela a Romeo.

- Sabed mi vida que Yocasta me ofreció encontrarnos con ella y el resto del grupo que dice haber montado en algún punto del lugar. ¿Sería muy cruel decirle como punto de reunión el lugar en el que nos íbamos a reunir con estas personas? Nosotros, el doctor y el anciano podríamos encontrarnos a la misma distancia pero en dirección contraria, lejos de allí.

Julieta busca un momento para apartarse del grupo numeroso con las tres personas con las que estableció el pacto en primer lugar.

- Oh, caballeros... Temo que la llegada de dos profesionales cambie las circunstancias en nuestra contra. Sé por las palabras de Yocasta que los profesionales tienen su propia alianza y, viendo sus ardides para tratar de convencernos a Romeo y a mí, sumados a las conversaciones que el doctor nos ha contado que ha mantenido con algunos de ellos y a las palabras de la anciana... Temo que planean ganarse nuestro favor, asaltándonos a cada uno por separado para luego prepararnos una emboscada en algún lugar. 

La joven parece nerviosa y estira la mano para sujetar la de Romeo en ella. - Por nuestra parte, el pacto de no agresión hasta que no queden profesionales sigue en pie con vuesas mercedes. ¿Es así también por la vuestra? Quizá podríamos cambiar el punto de encuentro entre nosotros cuatro y mantenernos alejados del resto, ¿qué os parece?

- Es cruel, pero es necesario, mi señora- dijo, resuelto- Nadie va a mostrar clemencia con nosotros, y la supervivencia prima por encima del honor en estos juegos. 

Posó las manos sobre los hombros de la dama, regalándole una sonrisa devota- Si el doctor y el anciano convienen juntarse con nosotros, procederemos a revelar a Yocasta el punto original de reunión. 

No puedo hacer otra cosa más que parpadear varias veces, observando sorprendido, la reacción de Victoria, esperando a que termine.

-Creo... que has malentendido algunas cosas. Preguntaba si finalmente volverías con el grupo de magos, o si ya sabías qué hacer tras escapar de la Cornucopia por tu cuenta, ya que decías que no sabías qué harías después. -ladeo la cabeza mirándola extrañado- Yo estoy también estoy abierto a un pacto de no agresión, así como a las alianzas.

Dejo una pausa prudencial, esperando que mi compañera de distrito de calme un poco. Aunque claro, quién iba a poder culparla.

-El señor Jekyll ha encontrado a algunos que se alían con la intención de sobrevivir alejados de los profesionales, hasta que no queden de estos. Por lo visto, ellos están formando alianzas con todo tipo de grupos para destruirlas desde dentro -digo, refiriéndome a los profesionales-, así que es mejor una en la que no tengan presencia. Es posible que vayamos con ellos. Si te interesa, podrías acompañarnos.

-Creo que la mejor opción es acercarnos a esos que conoces que se alían hasta que los profesionales hayan desaparecido. ¿Podrías llevarme para unirnos a ellos? Creo que a Victoria también podría interesarle.

Suspiro mirándole. No me gusta pensar en la gente buena muriendo por todo esto.

-Intentaremos sobrevivir entre los que no tenemos tantas posibilidades. Esto siempre ha sido así.

- Ciertamente tenemos un grupo bastante numeroso y la clave para una buena convivencia es la confianza y sobretodo aportar lo máximo de nosotros.

Es lo máximo que puedo decir por el momento pues no tengo claro el poder confiar en nadie aún. Les presentaremos al resto del equipo inicial y ya iremos viendo la consecución.

- Por cierto, ¿qué es una tele?

"Interesante. Con una absoluta falta de datos, saca tres conclusiones. Y cada cual, mas errónea que la anterior. No hará falta que le haga el test Voight-Kampff. Ningún replicante mostraría tanta estupidez concentrada en una misma conversación. Y observa a ese chico. Posiblemente tengan algún vinculo emocional. Fuerte. Temor ante la muerte. Quizás mas por la de su compañero que por la propia. Interesante."

Deckard observo con frialdad, tranquilidad y estoicismo las palabras de Julieta. Con un solo dato, equivocado, se había dedicado a despotricar sobre su persona. Y no fue hasta que acabo, que el Detective, sonrió y negó con la cabeza. Casi no necesitaba más para ver que lo mejor sería llevarse a la doctora Calvin y buscar la manera de sobrevivir. Allí estaban de más.

¿...Voluntarios? La palabra provoco en Deckard cierta ironía, cierta gracia que no deseo disimular ni ocultar. Fui traído contra mi voluntad, jovencita. La opinión tan buena, la sensación tan positiva que le había dado Sherlock y la Señora Marple sobre aquel grupo habían decaído en picado cuando Julieta abrió la boca.

"Espectáculo. ¿Lo había llamado espectáculo? Entonces no era una prueba de Tyriell Corporation. Ni un experimento. Era simplemente, un macabro espectáculo. Ni test de empatía, ni test de conducta, ni test... de nada. Solo espectáculo. Me resultaba irónico en ese preciso momento, que aquella anciana saliera en mi defensa. Una de las razones por las que estaba allí, era porque no estaba con los profesionales. Algo evidente y lógico... pero no tan evidente y lógico para todos."

No tema, Señora Marple. Comprendo esta... desconfianza, este temor. No todos evalúan todos los factores antes de juzgar... Quizás sea mejor que la Doctora Calvin y yo busquemos la manera de salir de aquí por nuestros propios métodos. Deckard siempre hablaba y buscaba la manera de sobrevivir, no solo él, si no también de Calvin. Tiro de las solapas de la chaqueta de cuero, recordando que ya se fumo el ultimo cigarro nada más llegar. Y ahora mismo, necesitaba otro, acompañado de un buen vaso de Whisky, para que pudiera pensar con algo más de claridad.

"Claro que conocía los planes de los distritos profesionales... Por eso mismo no quería participar en esa carnicería. Sabia cuantos grupos se habían formado, como iban a actuar... Y por eso estaba allí con ellos, porque realmente, Holmes y Marple me habían convencido de que había otra forma de sobrevivir. Ahora lo dudaba."

Antes de marcharme, quiero que me respondan a una pregunta...  Deckard carraspeo, pensando durante unos segundos. Gesto que ya habían visto Holmes y Marple. Y entonces, hablo de forma rápida y mecánica. Tenéis un hijo. Éste os enseña su colección de mariposas y un frasco con el veneno para matarlas. ¿Qué hacéis?

A pesar de las evidencias no he comentado nada acerca de las nuevas incorporaciones. Comprendo la inseguridad de mi amigo el Doctor, pero realmente mi cara es de relajación completa.

- Habrá que confiar en la visión de nuestra compañera, querido amigo.

No puedo decir más porque realmente solo nos queda fiarnos.

- Aunque algo sí que diré. Personalmente habrá que vigilarlos de manera más intensa, igual que a nuestro compañero caballero andante, Don Quijote.

- Me encuentro ahora mismo en una situación complicada. - respondo, mirando mis propios zapatos - He realizado algún pacto de no agresión con el momento en que no quedasen profesionales como caducidad. De forma implícita está, claro, que ninguna de las partes debe colaborar con profesionales.

- En otras palabras, trabajar con Deckard, por muy astuto, bien resuelto y afín a nuestras ideas que sea, me pondría en una situación comprometida, y con mi vida en peligro aún más que antes.

- No digo que os hayáis equivocado con él, pero los problemas que me traería que se uniera al grupo son demasiado grandes.

- Ahora mismo sólo contáis con Victoria? - pregunto a Kvothe, apresurado al ver el poco tiempo que nos queda.