Partida Rol por web

Los juegos del Hambre. Vasallaje.

Distrito 7

Cargando editor
10/12/2018, 18:16
Coriolanus Snow

Cae la noche en el distrito. Los hombres y mujeres regresan, cansados a su hogar, tras despedirse de sus compañeros del trabajo. Una visita rápida al mercado (en ocasiones clandestino) les permite hacerse con algo que cocinar para la cena.

Llegan a casa, besan a sus hijos e hijas (más de los que pueden mantener) y se sientan a cenar.

Pero la paz de este momento se ve perturbada por el proyector holográfico, obligatorio en los hogares de Panem. Un anuncio del propio presidente Snow se difunde simultáneamente para todos los habitantes de la nación.

Impecablemente vestido y con una rosa blanca en la solapa, Corolianus Snow, con semblante serio y voz grave comienza a hablar:

Guerra, terrible guerra. Viudas, huérfanos, niños y madres. Esa fue la rebelión que sacudió nuestra tierra. Hace setenta años trece distritos se rebelaron contra el país que los amó, alimentó y protegió. Hermanos contra hermanos, hasta que todo se perdió.

Luego llegó la paz. Con esfuerzo y lentitud el pueblo resurgió de las cenizas y una nueva era nació. Pero la libertad tiene un precio y, cuando vencimos a los traidores juramos como nación que jamás veríamos esa traición de nuevo. Y así se decretó que, cada año, en castigo por la rebelión, cada distrito ofrecería una mujer y un hombre que se encuentren entre los 12 y 18 años de edad para una cosecha pública. Dichos tributos serían entregados a la custodia de El Capitolio y transferidos a una arena pública donde pelearían a muerte, hasta que uno sólo prevalezca ganador.  Un solo ganador, bañado en riqueza que serviría de recordatorio de nuestra generosidad y clemencia. Desde ese momento y para siempre, esta festividad sería conocida como Los Juegos del Hambre.

Se cumplen sesenta años de esta decisión, sesenta años de cosechas y tributos.  Por eso, para celebrar esta fecha tan señalada, se acordó que este año tendría lugar el Vasallaje de los Sesenta, recordando la misericordia del Capitolio que, como un madre, perdona y olvida las ofensas de sus hijos.

Por eso, en esta ocasión, sólo habrá un tributo de cada Distrito, elegido al azar como siempre.

En los próximos días, nuestros escoltas, pasarán por los Distritos para cosechar a los tributos.

Panem hoy, Panem mañana, Panem siempre.

Al acabar el discurso de Snow el proyector holográfico se apagó dejan un terrible silencio en torno a la mesa en la que en estos momentos estás cenando con tu familia.

Cargando editor
12/12/2018, 18:20
07. Gretchen Hyde

La jornada de trabajo había sido dura, como todos y cada uno de los días de su distrito. Se levantaba temprano para adecentar la casa junto con sus padres antes de salir a trabajar, una ardua búsqueda y transporte de troncos de un lado a otro, cargando siempre con los maderos.

Ese día en especial era duro, una cuenta atrás que vivía cada año como si fuera un reloj de arena que lentamente desgastaba hasta que la cuenta quedaba a cero. No hacía falta mirar la hora para saber que quedaría poco para el anuncio que tanto miedo y respeto le daba, sólo necesitaba mirar el cielo oscurecido antes de enjuagarse las manos en una pila cercana, quitándose los restos de tierra y suciedad que cubría su piel, echándose también agua en el rostro para lavarse.

Era difícil presenciar el anuncio. Una pesadilla que se repetía una y otra vez en su cabeza hasta aprendérsela de memoria, aunque siempre en su subconsciente salía su nombre. Miró por última vez a sus compañeros preguntándose si sería uno de ellos los próximos tributos, o incluso ella misma, despidiéndose con una leve y tímida sonrisa que rápidamente fue correspondida por el resto. Compartían el mismo sentimiento, la diana clavada en su espalda, sabiendo que uno no estaría ahí mañana.

No quería volver rápido a casa como de costumbre. Andaba lento y pesado, intentando hacerse a la idea de que sus padres la mirarían con una mezcla de pena y temor reflejado en sus pupilas por saber que había una pequeña posibilidad de perder a su hija. Sólo me queda un año. Un año más y dejaré de estar en la urna.- Aunque no la consolaba era lo único que le quedaba para no desfallecer, escondiendo las manos en los bolsillos al notar que los nervios aprisionaban su garganta.

El anuncio holográfico llegó a mitad de camino, levantando levemente el rostro mientras movía los labios para repetir el discurso aunque, para su sorpresa, había una parte cambiada. Un único tributo, empequeñeciendo el porcentaje de que ella saliera elegida. No supo por qué pero notó un leve alivio, soltando el aire que retenía en sus pulmones. ¿Cuántos papeles habría con su nombre? Conocía a varios de sus compañeros con el doble de posibilidad de que salieran y, al ser sólo uno elegido, el dedo acusador se alejaba de ella.

Tragó saliva mientras terminaba de recorrer el camino a casa, sintiendo el alivio que también tenían sus padres, abrazándola entre lágrimas.

Tenía esperanzas de poder salvarse este año, de que todo terminara y no tener que sufrir más por ello. Tenía esperanzas de escapar de nuevo de Panem.

Cargando editor
12/12/2018, 18:36
Director

El lujoso tren del Capitolio cruza el Distrito a toda velocidad, deteniéndose con un estruendo en  la estación de tren. Rápidamente un numeroso grupo de agentes de la paz toman posiciones y  comienzan a escoltar a un puñado de personas. Estos hombres y mujeres, de llamativos trajes dan órdenes escuetas y precisas  a algunos obreros del Distrito que en un abrir y cerrar de ojos montan un estrado en la plaza central del Distrito.

Por los altavoces, suena un aviso conminando a todo el Distrito a reunirse en la plaza.

Poco  a poco la plaza se va llenando de hombres y mujeres que, cabizbajos, dan presurosos besos a sus hijos e hijas que comienzan a ocupar las filas delanteras, justo delante del estrado.

¡Buenas! ¡Buenas! ¡Buenas!

La suave voz de una de las mujeres que bajó del tren resuena por toda la plaza. Desde el centro del estrado sonríe estúpidamente a todo el Distrito envuelta por una nube de tul, gasa y encaje  de color rosa.

Mi nombre es Effie Trinket y desde hoy seré vuestra escolta. Siempre y cuando salgáis elegidos como tributos, claro. Como muy bien sabéis, este año es el Vasallaje de la Misericordia. De tal manera que sólo un tributo será elegido, demostrando así lo mucho que nos ama el Capitolio.

Tras un segundo de emoción contenida, la llamativa mujer extiende una de sus manos, enguantada en rosa, la introduce en una gran copa de cristal medio llena de papeles doblados y, tras removerlos durante unos segundos, extrae uno. Con gran calma, lo desdobla y lee el nombre escrito en él:

Gretchen Hyde

Cargando editor
14/12/2018, 18:51
07. Gretchen Hyde

Esa noche no durmió nada.

Había perdido la cuenta de las veces que daba vueltas en la cama, levantándose en más de una ocasión para pulular en la casa vacía con el máximo cuidado de no despertar a nadie. Con una manta gorda se quedó en el salón, sentada en el alféizar de la ventana mientras acariciaba el colgante que siempre llevaba consigo. No supo cuánto tiempo estuvo ahí, demasiado teniendo en cuenta que los primeros rayos de sol incidían sobre ella.

Le dolía el cuerpo de la postura y tenía ojeras, incorporándose mientras se estiraba, notando que los huesos crujían con el movimiento. Sabía que sus padres se despertarían próximamente, aprovechando esos momentos para acicalarse mínimamente, una tradición que no llegaba a entender del todo. El ganado se pone de gala para la matanza.- Era la maldición que todos estaban sometidos tras la Guerra y que sólo el Capitolio disfrutaba como si fuera un juego. Le daba tanta rabia pensar en amigos, familiares y conocidos que habían muerto con tal de divertir a la audiencia que quería gritar, pero sabía que eso no serviría de nada. Nunca lo había hecho.

Un clásico vestido, heredado de su madre y ella de su madre, el cual una vez llegó a ser blanco y ahora tenía un color más grisáceo. El cabello suelto caído en sus hondas naturales en un lateral, tapando a veces su rostro a modo de cortina cuando agachaba la mirada, y unos zapatos planos.

Estaba lista, o todo lo que una puede estar en estos casos, tardando apenas unos minutos en poner camino hacia la gran plaza.

No hubo saludos, ni siquiera murmullos. Todos los posibles tributos estaban igual de cabizbajos y sabía que no había palabras que pudiera calmarlos, aunque no podía evitar mirar con tristeza mezclada a los más pequeños, aquellos que sería el primer año del miedo. Se despidió de sus padres dándoles un beso en la mejilla y obligándose a sonreír para no preocuparlos, buscando su lugar en la cola para quedarse estática con manos unidas en el regazo.

Observó el pequeño estadio y la persona encargada de dar el nombre, como siempre con trajes tan extravagantes que dudaba poder caber por una puerta sin ayuda de los agentes. Esperó pacientemente su discurso, cambiando el peso de un pie a otro mientras cerraba los ojos y bajaba el rostro, rezando mentalmente a un dios que hace demasiado dejó de creer, cuando estaba a punto de decir el nombre del elegido.

Tardó varios segundos en reaccionar que ella había sido la elegida. Abrió los ojos completamente muda y en estado de shock, sintiendo la mirada clavada de todos los que le rodeaban. Se giró a un lado y a otro, esperando que se hubieran equivocado de persona, pero el hecho de que a su alrededor se apartaran era el detrimento de que era la elegida.

A pesar de haberlo visto tantas veces se olvidó qué venía ahora. Tragó saliva creyendo que si se movía un centímetro posiblemente caería al suelo, pero la presencia los imponentes guardias que la rodeaba hizo que moviera sus piernas de forma mecánica, sin pensar y sin atreverse a mirar a sus padres.

Cargando editor
17/12/2018, 12:21
Director

La escolta del Capitolio te recibe entre fuertes aplausos.

- He aquí un valiente, que con un noble gesto enorgullece a su distrito.

Rápidamente y sin darte tiempo a nada más te llevan al tren que parte inmediatamente para el Capitolio.

Tras un largo viaje llegas a la capital de Panem y eres alojado en el bloque de apartamentos del Centro de Entrenamiento.

Las novedades del día te han agotado por lo que rápidamente te duermes sobre la amplia y cómoda cama que han preparado para ti.

Una estridente alarma te despierta a la mañana siguiente. De unos altavoces, que no consigues descubrir, surge una voz metálica.

-Todos los tributos acudan al Gimnasio del centro de entrenamiento. Por favor, traigan en objeto que quieren llevar con ustedes a la Arena para ser examinado. Recuerden que no puede contener ningún tipo de mecanismo, motor, etc. Ni debe ser algo que pueda ser usado como arma.

Cargando editor
19/12/2018, 13:11
07. Gretchen Hyde

Esa noche soñó que estaba en la arena, corriendo de varias sombras que la perseguían. Tenía los pulmones ardiendo del esfuerzo y las piernas le punzaban del dolor, aparte de notar una fuente de sangre descender por su piel. Sabía que iba a morir y sólo alargaba su vida unos segundos más.

Cayó al trastabillar con una rama en el suelo, arrastrándose como pudo por el suelo mientras miraba hacia atrás, donde las sombras cada vez estaban más cerca.

Lo último que recordó fue el afilado cuchillo descender a su cuerpo.

 

La alarma logró sacarla de su pesadilla con un respingo. Estaba sudando y su cuerpo temblaba a pesar de no tener frío, achicándose en la cama para abrazar sus piernas y hundir la cabeza entre sus brazos. Quería volver a despertar y encontrarse en su casa, llegando tarde al trabajo y con montones de maderos que recoger o tallar. Aprovechó la soledad de la habitación para llorar, desahogarse ahora que aparentemente nadie la observaba y dejar que toda la tensión se fuera con las lágrimas.

El mensaje la hizo pensar sobre qué llevarse. Mientras se acercaba al baño para enjuagarse la cara rememoraba todo lo que tenía y podía querer tener cerca. No tardó en caer en el colgante que su madre le regaló cuando era pequeña, herencia familiar. Acarició con la yema de los dedos el árbol mientras terminaba de vestirse y caminaba al Gimnasio siguiendo las indicaciones.