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Los juegos del Hambre. Vasallaje.
La Arena
El sol entra por la ventana de tu habitación cuando tu mentor irrumpe en ella. El sopor se te va de golpe. Has dormido poco y, los escasos ratos que has conseguido conciliar el sueño, han estado poblados de pesadillas. Te visten con una especie de traje de neopreno ligero pero térmico y te meten rápidamente en la parte trasera de un vehículo. La ausencia de ventanas te impide ver hacia dónde te llevan.
Bajas del transporte y te conducen hasta una sala blanca, aséptica, con una silla y un tubo de metacrilato en el centro de la misma. El ascensor…lo has visto otros años por la tele. Es la plataforma elevadora por la que los tributos acceden a la Arena.
El personal médico te implanta un localizador GPS en el antebrazo izquierdo y uno de los guardianes de los Juegos te hace entrega de un papel bien doblado instándote a que lo abras en la Arena.
Desde unos altavoces disimulados en el techo de la habitación comienza a sonar una voz femenina:
- Bienvenidos y bienvenidas a los sexagésimos Juegos del Hambre. Que la siempre esté siempre de vuestra parte. Los juegos comienzan en 60, 59, 58…
La plataforma elevadora comienza a ascender. El contraste de la luz solar hace que quedes sin visión durante unos instantes. Sabes que no puedes moverte de esa plataforma hasta que finalice la cuenta atrás o volarías en pedazos. Aprovechas estos segundos para echar un vistazo al entorno.
Estás en una zona boscosa. Altos árboles te rodean. El estridente sonido de la cuenta atrás no te deja oír nada del entorno pero un fuerte olor a tierra mojada llega a tu nariz. Hay algo que te sorprende mucho. Los demás tributos no están. No consigues ver a nadie. Parece que al ser menos tributos este año, el Capitolio ha decidido evitar los baños de sangre iniciales.
- 5, 4, 3, 2, 1.
El silencio sigue al fin de la cuenta atrás. A partir de este momento, comienza la lucha por tu supervivencia.
El sol entra por la ventana de tu habitación cuando tu mentor irrumpe en ella. El sopor se te va de golpe. Has dormido poco y, los escasos ratos que has conseguido conciliar el sueño, han estado poblados de pesadillas. Te visten con una especie de traje de neopreno ligero pero térmico y te meten rápidamente en la parte trasera de un vehículo. La ausencia de ventanas te impide ver hacia dónde te llevan.
Bajas del transporte y te conducen hasta una sala blanca, aséptica, con una silla y un tubo de metacrilato en el centro de la misma. El ascensor…lo has visto otros años por la tele. Es la plataforma elevadora por la que los tributos acceden a la Arena.
El personal médico te implanta un localizador GPS en el antebrazo izquierdo y uno de los guardianes de los Juegos te hace entrega de un papel bien doblado instándote a que lo abras en la Arena.
Desde unos altavoces disimulados en el techo de la habitación comienza a sonar una voz femenina:
- Bienvenidos y bienvenidas a los sexagésimos Juegos del Hambre. Que la siempre esté siempre de vuestra parte. Los juegos comienzan en 60, 59, 58…
La plataforma elevadora comienza a ascender. El contraste de la luz solar hace que quedes sin visión durante unos instantes. Sabes que no puedes moverte de esa plataforma hasta que finalice la cuenta atrás o volarías en pedazos. Aprovechas estos segundos para echar un vistazo al entorno.
Estás en una zona boscosa. Altos árboles te rodean. El estridente sonido de la cuenta atrás no te deja oír nada del entorno pero un fuerte olor a tierra mojada llega a tu nariz. Hay algo que te sorprende mucho. Los demás tributos no están. No consigues ver a nadie. Parece que al ser menos tributos este año, el Capitolio ha decidido evitar los baños de sangre iniciales.
- 5, 4, 3, 2, 1.
El silencio sigue al fin de la cuenta atrás. A partir de este momento, comienza la lucha por tu supervivencia.
El sol entra por la ventana de tu habitación cuando tu mentor irrumpe en ella. El sopor se te va de golpe. Has dormido poco y, los escasos ratos que has conseguido conciliar el sueño, han estado poblados de pesadillas. Te visten con una especie de traje de neopreno ligero pero térmico y te meten rápidamente en la parte trasera de un vehículo. La ausencia de ventanas te impide ver hacia dónde te llevan.
Bajas del transporte y te conducen hasta una sala blanca, aséptica, con una silla y un tubo de metacrilato en el centro de la misma. El ascensor…lo has visto otros años por la tele. Es la plataforma elevadora por la que los tributos acceden a la Arena.
El personal médico te implanta un localizador GPS en el antebrazo izquierdo y uno de los guardianes de los Juegos te hace entrega de un papel bien doblado instándote a que lo abras en la Arena.
Desde unos altavoces disimulados en el techo de la habitación comienza a sonar una voz femenina:
- Bienvenidos y bienvenidas a los sexagésimos Juegos del Hambre. Que la siempre esté siempre de vuestra parte. Los juegos comienzan en 60, 59, 58…
La plataforma elevadora comienza a ascender. El contraste de la luz solar hace que quedes sin visión durante unos instantes. Sabes que no puedes moverte de esa plataforma hasta que finalice la cuenta atrás o volarías en pedazos. Aprovechas estos segundos para echar un vistazo al entorno.
Estás en una zona boscosa. Altos árboles te rodean. El estridente sonido de la cuenta atrás no te deja oír nada del entorno pero un fuerte olor a tierra mojada llega a tu nariz. Hay algo que te sorprende mucho. Los demás tributos no están. No consigues ver a nadie. Parece que al ser menos tributos este año, el Capitolio ha decidido evitar los baños de sangre iniciales.
- 5, 4, 3, 2, 1.
El silencio sigue al fin de la cuenta atrás. A partir de este momento, comienza la lucha por tu supervivencia.
El sol entra por la ventana de tu habitación cuando tu mentor irrumpe en ella. El sopor se te va de golpe. Has dormido poco y, los escasos ratos que has conseguido conciliar el sueño, han estado poblados de pesadillas. Te visten con una especie de traje de neopreno ligero pero térmico y te meten rápidamente en la parte trasera de un vehículo. La ausencia de ventanas te impide ver hacia dónde te llevan.
Bajas del transporte y te conducen hasta una sala blanca, aséptica, con una silla y un tubo de metacrilato en el centro de la misma. El ascensor…lo has visto otros años por la tele. Es la plataforma elevadora por la que los tributos acceden a la Arena.
El personal médico te implanta un localizador GPS en el antebrazo izquierdo y uno de los guardianes de los Juegos te hace entrega de un papel bien doblado instándote a que lo abras en la Arena.
Desde unos altavoces disimulados en el techo de la habitación comienza a sonar una voz femenina:
- Bienvenidos y bienvenidas a los sexagésimos Juegos del Hambre. Que la siempre esté siempre de vuestra parte. Los juegos comienzan en 60, 59, 58…
La plataforma elevadora comienza a ascender. El contraste de la luz solar hace que quedes sin visión durante unos instantes. Sabes que no puedes moverte de esa plataforma hasta que finalice la cuenta atrás o volarías en pedazos. Aprovechas estos segundos para echar un vistazo al entorno.
Estás en una zona boscosa. Altos árboles te rodean. El estridente sonido de la cuenta atrás no te deja oír nada del entorno pero un fuerte olor a tierra mojada llega a tu nariz. Hay algo que te sorprende mucho. Los demás tributos no están. No consigues ver a nadie. Parece que al ser menos tributos este año, el Capitolio ha decidido evitar los baños de sangre iniciales.
- 5, 4, 3, 2, 1.
El silencio sigue al fin de la cuenta atrás. A partir de este momento, comienza la lucha por tu supervivencia.
El sol entra por la ventana de tu habitación cuando tu mentor irrumpe en ella. El sopor se te va de golpe. Has dormido poco y, los escasos ratos que has conseguido conciliar el sueño, han estado poblados de pesadillas. Te visten con una especie de traje de neopreno ligero pero térmico y te meten rápidamente en la parte trasera de un vehículo. La ausencia de ventanas te impide ver hacia dónde te llevan.
Bajas del transporte y te conducen hasta una sala blanca, aséptica, con una silla y un tubo de metacrilato en el centro de la misma. El ascensor…lo has visto otros años por la tele. Es la plataforma elevadora por la que los tributos acceden a la Arena.
El personal médico te implanta un localizador GPS en el antebrazo izquierdo y uno de los guardianes de los Juegos te hace entrega de un papel bien doblado instándote a que lo abras en la Arena.
Desde unos altavoces disimulados en el techo de la habitación comienza a sonar una voz femenina:
- Bienvenidos y bienvenidas a los sexagésimos Juegos del Hambre. Que la siempre esté siempre de vuestra parte. Los juegos comienzan en 60, 59, 58…
La plataforma elevadora comienza a ascender. El contraste de la luz solar hace que quedes sin visión durante unos instantes. Sabes que no puedes moverte de esa plataforma hasta que finalice la cuenta atrás o volarías en pedazos. Aprovechas estos segundos para echar un vistazo al entorno.
Estás en una zona boscosa. Altos árboles te rodean. El estridente sonido de la cuenta atrás no te deja oír nada del entorno pero un fuerte olor a tierra mojada llega a tu nariz. Hay algo que te sorprende mucho. Los demás tributos no están. No consigues ver a nadie. Parece que al ser menos tributos este año, el Capitolio ha decidido evitar los baños de sangre iniciales.
- 5, 4, 3, 2, 1.
El silencio sigue al fin de la cuenta atrás. A partir de este momento, comienza la lucha por tu supervivencia.
El sol entra por la ventana de tu habitación cuando tu mentor irrumpe en ella. El sopor se te va de golpe. Has dormido poco y, los escasos ratos que has conseguido conciliar el sueño, han estado poblados de pesadillas. Te visten con una especie de traje de neopreno ligero pero térmico y te meten rápidamente en la parte trasera de un vehículo. La ausencia de ventanas te impide ver hacia dónde te llevan.
Bajas del transporte y te conducen hasta una sala blanca, aséptica, con una silla y un tubo de metacrilato en el centro de la misma. El ascensor…lo has visto otros años por la tele. Es la plataforma elevadora por la que los tributos acceden a la Arena.
El personal médico te implanta un localizador GPS en el antebrazo izquierdo y uno de los guardianes de los Juegos te hace entrega de un papel bien doblado instándote a que lo abras en la Arena.
Desde unos altavoces disimulados en el techo de la habitación comienza a sonar una voz femenina:
- Bienvenidos y bienvenidas a los sexagésimos Juegos del Hambre. Que la siempre esté siempre de vuestra parte. Los juegos comienzan en 60, 59, 58…
La plataforma elevadora comienza a ascender. El contraste de la luz solar hace que quedes sin visión durante unos instantes. Sabes que no puedes moverte de esa plataforma hasta que finalice la cuenta atrás o volarías en pedazos. Aprovechas estos segundos para echar un vistazo al entorno.
Estás en una zona boscosa. Altos árboles te rodean. El estridente sonido de la cuenta atrás no te deja oír nada del entorno pero un fuerte olor a tierra mojada llega a tu nariz. Hay algo que te sorprende mucho. Los demás tributos no están. No consigues ver a nadie. Parece que al ser menos tributos este año, el Capitolio ha decidido evitar los baños de sangre iniciales.
- 5, 4, 3, 2, 1.
El silencio sigue al fin de la cuenta atrás. A partir de este momento, comienza la lucha por tu supervivencia.
El sol entra por la ventana de tu habitación cuando tu mentor irrumpe en ella. El sopor se te va de golpe. Has dormido poco y, los escasos ratos que has conseguido conciliar el sueño, han estado poblados de pesadillas. Te visten con una especie de traje de neopreno ligero pero térmico y te meten rápidamente en la parte trasera de un vehículo. La ausencia de ventanas te impide ver hacia dónde te llevan.
Bajas del transporte y te conducen hasta una sala blanca, aséptica, con una silla y un tubo de metacrilato en el centro de la misma. El ascensor…lo has visto otros años por la tele. Es la plataforma elevadora por la que los tributos acceden a la Arena.
El personal médico te implanta un localizador GPS en el antebrazo izquierdo y uno de los guardianes de los Juegos te hace entrega de un papel bien doblado instándote a que lo abras en la Arena.
Desde unos altavoces disimulados en el techo de la habitación comienza a sonar una voz femenina:
- Bienvenidos y bienvenidas a los sexagésimos Juegos del Hambre. Que la siempre esté siempre de vuestra parte. Los juegos comienzan en 60, 59, 58…
La plataforma elevadora comienza a ascender. El contraste de la luz solar hace que quedes sin visión durante unos instantes. Sabes que no puedes moverte de esa plataforma hasta que finalice la cuenta atrás o volarías en pedazos. Aprovechas estos segundos para echar un vistazo al entorno.
Estás en una zona boscosa. Altos árboles te rodean. El estridente sonido de la cuenta atrás no te deja oír nada del entorno pero un fuerte olor a tierra mojada llega a tu nariz. Hay algo que te sorprende mucho. Los demás tributos no están. No consigues ver a nadie. Parece que al ser menos tributos este año, el Capitolio ha decidido evitar los baños de sangre iniciales.
- 5, 4, 3, 2, 1.
El silencio sigue al fin de la cuenta atrás. A partir de este momento, comienza la lucha por tu supervivencia.
El sol entra por la ventana de tu habitación cuando tu mentor irrumpe en ella. El sopor se te va de golpe. Has dormido poco y, los escasos ratos que has conseguido conciliar el sueño, han estado poblados de pesadillas. Te visten con una especie de traje de neopreno ligero pero térmico y te meten rápidamente en la parte trasera de un vehículo. La ausencia de ventanas te impide ver hacia dónde te llevan.
Bajas del transporte y te conducen hasta una sala blanca, aséptica, con una silla y un tubo de metacrilato en el centro de la misma. El ascensor…lo has visto otros años por la tele. Es la plataforma elevadora por la que los tributos acceden a la Arena.
El personal médico te implanta un localizador GPS en el antebrazo izquierdo y uno de los guardianes de los Juegos te hace entrega de un papel bien doblado instándote a que lo abras en la Arena.
Desde unos altavoces disimulados en el techo de la habitación comienza a sonar una voz femenina:
- Bienvenidos y bienvenidas a los sexagésimos Juegos del Hambre. Que la siempre esté siempre de vuestra parte. Los juegos comienzan en 60, 59, 58…
La plataforma elevadora comienza a ascender. El contraste de la luz solar hace que quedes sin visión durante unos instantes. Sabes que no puedes moverte de esa plataforma hasta que finalice la cuenta atrás o volarías en pedazos. Aprovechas estos segundos para echar un vistazo al entorno.
Estás en una zona boscosa. Altos árboles te rodean. El estridente sonido de la cuenta atrás no te deja oír nada del entorno pero un fuerte olor a tierra mojada llega a tu nariz. Hay algo que te sorprende mucho. Los demás tributos no están. No consigues ver a nadie. Parece que al ser menos tributos este año, el Capitolio ha decidido evitar los baños de sangre iniciales.
- 5, 4, 3, 2, 1.
El silencio sigue al fin de la cuenta atrás. A partir de este momento, comienza la lucha por tu supervivencia.
Me quedé dormido muy fácil algo que no podía creer luego lo que enfrentaría al otro día, el primer rayo de luz golpea mi rostro y algo en mi ya sabía que iría a pasar.
Me llevan hasta un lugar que comocia, todo el camino para esto y cada paso que daba se hacía eterno.
Me dan algo y luego subo a la plataforma para ir ascendiendo y escuchar ese maldito mensaje que no me agradaba para nada... Era momento de sobrevivir y me estaba dando nervios.
Vi que no había nadie alrededor y abrí la hoja que me dieron para ver que tenía quería saber si secreto luego la cuenta fue a 0 y salí corriendo hacia los bosques por si veis a alguien temprano.
Notas de juego
Si tiró algo avísame jeje
En el papel te encuentras un esquema como este:
Notas de juego
Por favor, lee bien el post que he puesto en La Arena-Reglas y Ayuda. Ahí explico bien cómo realizar los movimientos. Lo de
salí corriendo hacia los bosques...
es algo impreciso para lo que pido.
Notas de juego
Si luego lo leí salgo al número 6
- Tiradas (1)
Tirada oculta
Motivo: 6. Drew
Tirada: 1d6
Resultado: 4
Tras acabar la cuenta regresiva, la voz femenina fue reemplazada por un súbito silencio, que duró una milésima de segundos hasta que el bosque nuevamente cobró vida. Enseguida mis sentidos se agudizan y mi mente se centra en una sola cosa. Sobrevivir.
Bajo de la plataforma y me muevo, cauteloso, viendo a mi alrededor para hacerme una idea del panorama; un frondoso y húmedo bosque me rodeaba y al parecer no había nada más, ni armas, ni suministros, ni enemigos, "No hay nada?" pienso, algo extrañado por este cambio de planes por parte del capitolio.
Inhalo el aire fresco e inmediatamente me adentro entre los árboles, moviéndome con cautela, en busca de suministros o armas, y estando al tanto de cualquier indicio de peligro.
Notas de juego
Me encuentro en el área 4, supongo. Voy en sigilo, al tanto de cualquier indicio de peligro y en busca de armas y/o suministros.
Corrigeme si hago algo mal.
*Edito Master:
No estás en el área 4. Estás en el centro de un hexágono como el del esquema y debes decidir hacia qué dirección ir. Las seis direcciones posibles están representadas por un número.
El efecto del paso de tiempo que había sentido cuando su nombre sonó por los parlantes en su distrito se repitió una vez mas, mientras era vestida y llevada hacia donde se realizarían los juegos, donde su destino quedaba marcado. Cerró los ojos al sentir el pinchazo en su brazo para el localizador, y se paró en la plataforma que la llevaría arriba. El conteo hacia atrás empezó, y antes de darse cuenta había empezado a hiperventilar, cruzando sus brazos sobre su estómago y jadeando aterrada.
Pero no había nadie más allí, no había ningún otro tributo devolviéndole la mirada de miedo, o mas bien de supervivencia. Los números siguieron retrocediendo. 3, 2, 1... Ni un ruido, tampoco un cañón. -Debo llegar a cobertura.- Fue lo que pensó la niña, antes de correr hacia los árboles, buscando alguno que pudiera escalar para poder leer la nota que su mentor le había entregado.
Notas de juego
Movimiento 5
- Tiradas (1)
Tirada oculta
Motivo: 8. Tweedie
Tirada: 1d6
Resultado: 1
Me muevo (si puede ser, sigilosamente) en la dirección 3 (noreste), buscando lo primero comida y agua.
Notas de juego
La acción debe ser roleada. Explica lo que haces y cómo la haces. Esto puede influir en el resultado.
Nada más salir, la luz me ciega y me hace sentirme algo aturdido. A pesar de ello, me alegro de que no hayamos salido todos los tributos en el mismo punto, pues no hubiera sido en absoluto agradable ver muertos durante los primeros minutos de los juegos.
Miro a mi alrededor con la máxima atención posible. Parece que por el momento estoy solo, aunque lo primero es lo primero: debo buscar agua y comida. Si encontrara algún lugar en el que refugiarme, tampoco estaría nada mal, desde luego.
Así pues, emprendo mi camino hacia el noreste (dirección 3), caminando tan sigilosamente como me es posible.
- Tiradas (1)
Tirada oculta
Motivo: 03. George
Tirada: 1d6
Resultado: 6