Partida Rol por web

Los locos de las máscaras.

Un lugar húmedo y oscuro

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30/01/2022, 23:07
Director

Pero qué duro que está el suelo. Y frío. Te sientas y te pasas la mano intentando borrar el dolor de cabeza. ¿Qué hacías en el piso? Tratas de recordar, y lo único que te viene a la mente es aquella la pesadilla recurrente de los últimos cinco años: que los locos de las máscaras por fin venían a cobrarse por la ayuda que te dieron en aquel momento de desesperación. ¿Ya habían pasado cinco años?

Frente a ti hay un papel impreso con letras grandes. "¿Quién eres? ¿Quiénes son los que te acompañan?" Recién entonces te percatas de que hay otras personas alrededor tuyo, vestidas con túnicas grises al igual que tú, descalzas y encerradas en la misma habitación en penumbras y sin puertas visibles. ¿Quién será el primero en hablar?

Notas de juego

Preséntate, puedes hablar algo de tu familia o grupo de amigos, ocupaciones e intereses. Tu vida es buena, o al menos tranquila, ya habrá tiempo para tragedias en los próximos turnos. No hables aún de los locos de las máscaras, que no sabes quiénes son los que te acompañan.

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31/01/2022, 13:26
Mary

Observaba a los tres desconocidos que todavía no se habían despertado. Las túnicas amplias cubrían sus cuerpos, sin revelar la talla de ropa que vestían. Eso le molestaba. Trabaja en una tienda de moda y después de casi media vida en esa labor conocía con exactitud la talla de todos los clientes con solo echar un vistazo.

Miró hacia su regazo y la tela gris se ceñía a su cuerpo mostrando más de lo que hubiese deseado. Siempre había sido luna niña grande y en ese momento era una adulta con unos kilos de más. Nunca le había importado y en la situación que se encontraba en ese momento, ese detalle era mucho memos importante. Podía intuir que hacía en ese lugar.

Cerro los ojos y recordó lo que hacía feliz, el sabor dulce y fresco de un helado de fresa cubierto de nata con abundante sirope de caramelo y trocitos de nuez . Tragó saliva y su estomago protestó, si... había sido feliz durante los últimos cinco años, a su manera claro, pero lo había sido. Gordita, pero feliz, eso decía su madre. Apareció una ligera sonrisa en su cara, su madre también la hacia sentir bien. Se acomodó en el suelo y empezó a chasquear su lengua, haciendo ruiditos para despertar a las otras personas que vestían igual que ella, estaban allí para algo y cuanto antes lo supieran mejor.

—shssss,clk,clik...

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31/01/2022, 13:30
Eduardo Casares

Un leve sonido que resonaba en mi oído me sacó de un breve sueño que pensaba que había durado meros segundos. No terminaba de explicarmelo, unos instantes atrás me encontraba encerrado en mi habitación, en mitad de la noche e iluminado solo por una pequeña lámpara mientras me enfrentaba silenciosamente a la pila de apuntes que debía estudiar de cabo a rabo para mi examen final. No sabía qué hacía allí, pero en aquel momento mi cabeza no pensaba en aquella situación. Seguía enfrascado en la páginas que debía estar memorizando y que habían desaparecido de mi vista.

La ansiedad se empezó a apoderar de mi cuerpo mientras miraba a mi alrededor buscando algo que pudiera darme una pista sobre dónde estaba, pero lo único que alcanzaba a ver era oscuridad, y otras tres figuras con la misma túnica harapienta que la que tenía yo. A mi ansiedad le acompañó un rugir de estómago que resonó por toda la sala. Llevaba dos días sin comer.

- ¿Quiénes sois? ¿Qué estamos haciendo aquí?

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31/01/2022, 15:17
Mónica Tejedor

Había algo reconfortante en esa sensación fría contra la mejilla. Pensó en quedarse un rato más sobre el suelo. Disfrutar de la calma. Le hacía pensar en cuando era niña y el mundo era tan brillante como la nieve sobre la que se tumbaba. Era una actividad que sacaba de los nervios a su madre, que no sabía como convencerla para que se volviera a meter en la casa. Solo cuando ya no aguantaba más, cuando dejaba de notar la piel o la brisa le molestaba, se volvía adentro con una sonrisa de satisfacción.

Pero a medida que se despertaba, le daba la sensación de que algo no encajaba. El frío no se limitaba a su rostro, sino que se extendía por todo su cuerpo. No reconocía la ropa que llevaba, tan fina en comparación a la que estaba acostumbrada a llevar. Y había una voz que no reconocía. ¿Estaría soñando? Abrió un ojo, y luego el otro. La vista tardó unos segundos en acostumbrarse. Enseguida comprendió que no era la misma situación. Aquella habitación, aquellos desconocidos... Se habría levantado, pero estaba tan cansada... Los de las máscaras... la habían vuelto a perseguir en sueños. Siempre se despertaba como si la maratón no hubiera ocurrido en sus sueños, sino momentos antes.

Gracias a esos sueños, había aprendido a apreciar la calidez. Nada más levantarse, descubría unos labios besando su mejilla, una mano en su cuello, otra en su cadera. Las piernas de su mujer enredadas entre las suyas. Y según el día, un torbellino de metro veinte que se metía en la cama con la intención de despertarlas a saltos y gritos, o de dormir hasta las tantas las tres acurrucadas. Su querida hija. Y solo así era capaz de reponerse, de hacerse a la idea de que era un nuevo día, hasta que una taza de café la terminaba de sacar del reino de Morfeo.

¿Dónde estarían?

-Soy Mónica... Mónica Tejedor.-explicó en voz alta, sin tener muy claro a quién pertenecía la voz que había hecho la pregunta. Sin la presencia de su familia, se sentía todavía dormida, todavía muy lejos de allí.-¿Dónde estoy?

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31/01/2022, 20:36
Miguel Rojas

La cama se sentía especialmente incómoda aquella noche. Su colchón nunca había sido de muy buena calidad, era el colchón del propietario del apartamento que tenía alquilado, pero aún así aquella noche parecía especialmente duro. Se dio la vuelta y lo notó también frío. Tardó apenas unos segundos más en darse cuenta de que no tenía sábanas, y unos instantes más en ver que en realidad estaba tirado en el suelo. Pero, ¿cómo? ¿Cuándo?

Y además, no estaba sólo. Estaba con otras tres personas, todas vestidas de la misma forma, con unas túnicas grises y sin calzado. En una habitación con apenas iluminación, extraña, claustrofóbica, agobiante. Sintió un nudo en la garganta y se sobresaltó un poco al escuchar a los demás hablar.

- Yo... soy Miguel. - dijo. No iba a dar su apellido a unos desconocidos, al menos no en una situación como aquella. - ¿Tampoco sabéis dónde estamos? - preguntó. No esperó respuesta antes de mirar a la chica gordita, la única que no había hablado, según sabía. Interrogante.

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31/01/2022, 22:46
Máscara

Eduardo y Mary también mencionaron sus nombres. Apenas el último acabó de presentarse una puerta secreta se abrió en una de las paredes. ¿Los estaban espiando? Un corto pasillo hasta otra habitación con una luz en el centro que iluminaba una cabeza sin pelos apoyada sobre una mesa.

La cabeza giró, mirándote, cuando la puerta se cerró. Un escalofrío te recorrió la espalda desde la cintura hasta la nuca. Era una de esas máscaras. Ya no había dudas, venían a cobrar deudas. ¿Pero qué clase de pago pedirían? Olvidaste preguntar eso en aquel momento, las circunstancias eran tan desesperadas que cualquier cosa que te hubieran pedido la habrías dado, incluso la vida. Pero ahora la situación había cambiado, en los últimos cinco años todo había mejorado y no querrías renunciar a nada.

Por las expresiones de quienes te acompañaban era evidente que tampoco eran nuevas esas máscaras para ellos.

Notas de juego

Cuenta a los otros sobre las circunstancias en que conociste a los locos de las máscaras. Tu vida estaba atravesada por situaciones mucho más complejas entonces. No digas aún cómo te ayudaron a resolverlas, pero si puedes ir adelantando cuáles eran tus problemas. Y no olvides mencionar cómo llegaron a ti o cómo llegaste tú a ellos.

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01/02/2022, 12:40
Mary

Al principio creía que la historia de las máscaras era una leyenda urbana. Pero escucho a alguien mencionar que había una forma de contactar con esos locos. Un lugar oscuro y sucio a las afueras de la ciudad, donde encontrar una solución a sus problemas. Sus jefes de sección habían sido malos con ella y ahora ella iba a ser mala con todos ellos

Le gustaba su vida tal como era, y perder el trabajo por su aspecto era algo que la iba a hacer hundirse en un gran depresión, su trabajo era su vida y sin el no tendría ninguna razón para vivir. Sabía que había un precio por todo aquello, en ese momento no le importaba. Quería permanecer en su lugar de trabajo y quería que todos los que la habían ofendido diciendo que no servía para trabajar por ser gorda sufrieran lo mismo que ella al escuchar esa crueles palabras.

—Yo, yo sé por qué estamos aquí, —dijo con voz entrecortada. Miró a todos los presentes.

—Hice un trato... me ayudaron. Iba a perder mi trabajo y al final todo cambió. Sabía que en algún momento tendría que volver al lugar sucio y oscuro donde los encontré, pero... no imaginaba... que había mas...

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01/02/2022, 13:31
Mónica Tejedor

-¿Vosotros también?

Así que por eso estaba aquí... Poco a poco todo empezaba a cobrar sentido. Lo que no se había esperado es que hubieran más como ella. Quizás debería habérselo esperado. La primera vez que se los encontró, le dio la sensación de que, fueran quienes fueran,  lo tenían todo demasiado preparado.

-Hay que ser hijo de puta para aprovecharse de gente demasiado bebida como para saber lo que están aceptando...-se llevó la mano al cuello y se lo frotó. Su fría palma contra su piel contrarrestaba la ira que notaba crecer dentro de ella cuando pensaba en los de las máscaras. Era un borboteo que crecía desde su estómago y se extendía por todo su cuerpo, muchas veces, asentándose en su garganta como un trozo de carbón caliente.

-Me iba a divorciar y se iban a llevar a mi niña. Me acusaban de no saber cuidar de ella, de estar siempre bebiendo. Pero joder, que siempre controlaba lo que bebía, que solo necesitaba una cervecita, un pequeño descanso, al volver a casa. Ya lo siento por no ser la madre perfecta.-resopló, sin importarle que viniera a cuento o no. Puede que fuera la primera vez que le diera igual lo que pensaran los demás de lo que pasó. Si estaban ahí, era porque eran como ella. La entenderían. 

-Solo perdí la cuenta una. Sola. Vez. Y entonces me encontraron. Joder.

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01/02/2022, 19:31
Miguel Rojas

La puerta se abrió en un momento muy conveniente, señal de que los estaban espiando. Miguel y los demás atravesaron un corto pasillo, y encontraron otra habitación con... aquella cabeza. Con una de aquellas máscaras. A Miguel se le ahogó un grito en la garganta, y casi se atragantó con su propia saliva. No esperaba que le reclamaran el pago de sus servicios de aquella manera. Desde luego que no.

- Yo hice un trato también. - respondió Miguel tras escuchar a Mary y Mónica. - Yo... no tenía dinero, ni trabajo, ni estudios. Mi madre murió, mi padre me echó de casa. Necesitaba un trabajo como fuera, una forma de subsistir. Lo entendéis, ¿no? ¡Ninguna empresa me aceptaba! - intentó explicarles. - Y no sé cómo lo consiguieron, pero... lo consiguieron, me dieron el trabajo. A pesar de que otros candidatos eran más cualificados... - reconoció, y sacudió la cabeza. - Llegué a pensar que... había sido un sueño. Esa gente de las máscaras.

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01/02/2022, 19:52
Eduardo Casares

Poco a poco comenzaba a comprender qué era lo que estaba sucediendo, habían regresado a cobrar sus deudas. Había confiado, esperado, suplicado y hasta rezado (y eso que no soy alguien religioso) que este día no llegara, y que aquellos misteriosos individuos que me hicieron "una oferta que no podía rechazar". Y, honestamente, en aquel momento de mi vida, era tal mi desesperación, que habría hecho cualquier cosa, lo que acabó ocurriendo.

-No -dije en voz baja, casi incrédula. -No puede ser cierto. No pueden haber vuelto ya -mi angustia y mi ansiedad iban en aumento según articulaba mis incrédulas palabras. -¿Por qué tenéis que venir ahora a por mí? Mis problemas aún no han sido solucionados -dije, casi gritando. -Aún sigo hasta el culo de deudas estudiantiles, mi familia ha acabado repudiándome, en mi ciudad me tratan incluso peor que un apestado. ¡Y todo porque os pedí ayuda para librarme de alguien que pretendía estafarme! Jamás pedí que lo asesinarais, solo quería intimidarlo para que me de dejase en paz. ¡Maldito el día en que me topé con un panfleto con vuestra cara! Bueno, con vuestra máscara, más bien.

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02/02/2022, 00:33
Director

La cabeza/máscara comenzó a hablar "Sí, has adivinado, llegó la hora de pagar. ¿Estarás dispuesto a devolver los favores recibidos? ¿Sacrificarías tu vida para salvar la de otros?" La única luz que alumbraba esa cabeza falsa se apagó y los ojos y boca de la máscara empezaron a brillar. Uno de tus compañeros aproximó su mano y la retiró rápidamente. Estaba caliente.

Otra puerta se abrió. Pero nadie se atrevía a ser el primero en avanzar por el pasillo en tinieblas.

Notas de juego

Ya sea que avances por el pasillo o no, cuenta cómo te ayudaron a resolver tus problemas (o en el caso de Eduardo quién era ese estafador). Quisieras devolver favores pero, ¿renunciar a todo lo que construiste en estos cinco años? ¿pagar con tu vida?

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02/02/2022, 13:00
Mary

El mundo era un lugar lleno de problemas, y los relatos de todos ellos era una muestra de lo podía pasar en la vida. Mary estuvo a punto de llorar, todo era tan tremendamente complicado e injusto. Los desconocidos era delgados, y a su parecer agradables, jóvenes y guapos... y aun así habían estado tan desesperados como ella. ¿Pero que habían hecho ? Esa pregunta no dejaba de resonar en su cabeza, cuando las luces se apagaron y todo se volvió oscuro.

—Nooo... dejadme salir de aquí!! —gritó sin saber que hacer. Después se dirigió a sus compañeros de desdicha —quiero que sepáis por qué estoy aquí. Soy gorda, y me querían quitar mi forma de vida por eso. Yo no soy mala, pero hicieron que me portara mal deseando lo peor a mis superiores... y sucedió lo peor, tardé en conocer que había pasado y por qué se había producido ese cambio en la empresa. Al principio me sorprendió ver a mas personas de mi peso trabajando de cara al publico, pero después con la muerte del jefe de sección por, por... comer demasiado, pude atar cabos y supe que la próxima etapa de mi vida sería tranquila y feliz.. El imbécil había comido pizza esta reventar literalmente, algo le pasó a su estomago, o eso era lo que decían los chismes que corrían por la tienda. Y supongo que amenazarían al resto de supervisores con terminar como él. Las mascaras hicieron algo por mi y por eso estoy aquí. Pero no lo merezco, solo tomé una mala decisión en un momento malo de mi vida.

Miraba a la puerta que se había abierto mientras confesaba su culpa a todos los que se escondían en la oscuridad. Era evidente que el camino que se había abierto ante ellos no era una salida, no le gustaba la idea de traspasar aquel umbral, pero tenía claro una cosa, sola no se iba a quedar, pasaría al otro lado si todos lo hacían.

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02/02/2022, 13:34
Mónica Tejedor

-¿Os ayudaron?-no se podía creer lo que estaba oyendo. ¿Dar trabajos, matar a gente, amenazar? ¿Y cómo es que no les habían encontrado de la misma manera que a ella?-A mí me... me...

Su voz tembló, y viéndose a punto de ser sobrepasada por la ira, se agarró las manos frías contra el cuello ardiente, aquello que le habían recomendado en terapia. Debía mantenerse bajo control.

-Me encerraron durante dos semanas. Cuando salí, apenas era yo. Sí, mi mujer volvió conmigo. Necesitaba a alguien que cuidará de mí. Me había vuelto más niña que mi propia hija. Todo me daba miedo. Me ha costado mucho poder salir de casa de nuevo, y todavía sigo echándome a temblar cada vez que veo algo que me recuerde a ellos. Todas las noches sueño con que vuelven a por mí, y por no beber no puedo ni beber otra cosa que no sea agua que me he servido yo, porque temo que vuelvan a buscarme.

"Busca el frío, el frío te mantiene en calma" había oído tantas veces en terapia. Tantas horas, tanto tiempo de su vida perdido por culpa de los de las máscaras... Y lo peor, es que al final había descubierto que las tácticas de terapia tenían un límite. Su ira no.

-¡"Es terapia"! ¡"Es para ayudarte"! ¡Cabrones, me golpeasteis y torturasteis! ¡Creía que iba a morirme! ¡Quería estar con mi mujer e hija para siempre, sí, pero no así! ¡Pagué un precio excesivo, y no pienso seguir pagando!

Todo su cuerpo borboteaba, desde los pulmones hasta las extremidades. Había una razón por la que se esforzaba tanto en mantenerse calmada. En otros momentos había intentado soltarlo todo. Liberarse. Dejarse llevar por las emociones. Lo malo es que cada vez que parecía que iba a llegar a un tope, descubría que más allá había un nuevo umbral de rabia por explorar. Como ahora.

-¡Que se sacrifique su puta madre, yo voy a salir de aquí y os voy a olvidaAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR!!!

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02/02/2022, 18:26
Miguel Rojas

- Sí, a mí... sí me ayudaron. - reconoció Miguel ante la pregunta de Mónica. La luz de la cabeza se apagó, alguien metió la mano y un pasillo se abrió ante ellos después de escuchar las palabras que resonaron. - Estoy dispuesto a devolver el favor, claro, ¡pero no quiero sacrificar mi vida! - gritó a... el aire, básicamente. ¿Qué clase de condiciones eran aquellas?

Negó con la cabeza e intentó decirse a sí mismo que aquello no estaba pasando, no podía ser real. Era un sueño, uno muy malo, pero un sueño. No, realmente... no se creía sus pocas palabras. Escuchó los relatos de las dos mujeres y las miró con parte de comprensión pero también de desesperación.

- ¡Sí! Es que... ¡sí! ¡Tenéis razón, no fue culpa nuestra, no merecemos esto! ¡No sabíamos las cosas que iban a pasar! - dijo el hombre, convenciéndose a sí mismo. Tragó saliva. - En mi caso, después de que me contrataran... me enteré de que un candidato a mi puesto había desaparecido por completo y lo estaba buscando la policía. Creo que al final no lo llegaron a encontrar y se suspendió la búsqueda con el tiempo... - negó con la cabeza, tapandose la cara con las manos. - Y creo que también les hicieron algo a mis jefes... me contrataron, sí, pero... siempre me miran raro, como con temor. No sé si... los amenazaron... o chantajearon... o algo así...

Ahogó un gemido contra las manos que tenía en la cara.

- Pero yo, yo no pienso quedarme aquí a que me hagan sacrificarme. - decidió con un gruñido. Caminó hacia el pasillo que se acababa de abrir, acelerado. - Me largo, voy a buscar la salida, no me voy a quedar aquí con esa... esa cosa. - dijo, señalando la cabeza con la máscara.

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02/02/2022, 20:29
Eduardo Casares

Pasé de golpear fútilmente el suelo con el puño a acabar sentado, con la cabeza hincada entre las rodillas, cómo si intentara esconderme de algo, probablemente mis propias decisiones estúpidas y desesperadas. Mientras, el leve goteo de a sangre que brotaba de mis nudillos pelados me hacía recordar que no estaba solo, y que no era el único estúpido y desesperado que estaba en la misma situación por culpa de no saber hacer frente a su destino por sí mismo.

-No sé si calificar de ayuda lo que hicieron por mi... -dije con tono sombrío, como si no quisiera recordar aquello, pero no me quedase otra opción. -Sí, en efecto me ayudaron a hacerme cargo de un chantajista que quería hacerme la vida imposible y acabar con todo lo que había conseguido con mi esfuerzo y mis lágrimas. Me encontraba en una calle sin salida, con un muro infranqueable que no me permitía escapar de la catástrofe que se me aproximaba...y de repente aparecieron de la nada. Se ofrecieron a ayudarme con todos mis problemas -la voz se me iba entrecortando según avanzaba en mi relato. -No pidieron nada a cambio, pero me dijeron que un día volverían, y ellos serían los que necesitasen un favor. El chantajista apareció muerto al día siguiente. Obviamente yo me quedé muy chocado, pero aliviado al mismo tiempo, mis problemas iban a solucionarse. Y así fue...hasta que la policía volvió a abrir el caso, y encontraron ciertos documentos que lo vinculaban a mi, y la policía empezó a hacerme muchas preguntas, mi familia me empezó a retirar la palabra, la gente me mira por la calle, acusándome de algo que yo no he hecho, no directamente al menos.

Estaba ya al borde de la lágrima. -¡Monstruos! ¿Qué queréis de mi? -grité a la máscara, inmóvil e impasible.

 

 

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02/02/2022, 21:49
Mónica Tejedor

"Salida". La palabra hace que Mónica alce la cabeza y se fije mejor en Miguel, que empieza a caminar hacía el pasillo. Mónica solo duda un segundo antes de levantarse y seguir detrás de él. No sabe del todo qué es lo mejor, pero seguro que quedarse ahí no lo es.

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02/02/2022, 23:24
Director

Por la boca de la máscara salió un chorro de fuego y la cabeza ardió al instante. La llamarada casi alcanza a los que se habían quedado retrasados, que se presipitaron por el pasillo atropellando a los que iba delante. Todos corrieron hasta la próxima habitación. Al entrar el último la puerta se cerró.

El piso era rugoso, todo cubierto de pequeños agujeros del diámetro de un alfiler.

La pared de la derecha estaba cubierta de fuego que brotaba del piso. En la pared de la izquierda se abría un pasillo lleno de troneras en paredes y techo y al final un gran pulsador rojo. Y en la pared de enfrente una pantalla de televisión.

En la pantalla apareció uno de los locos de las máscaras

—Aquí están. En minutos la sala completa arderá.— Las palabras fueron acompañadas por el silbido de gas saliendo de algunas de las perforaciones del suelo, haciendo que las llamas de la pared derecha avanzaran unos cuantos centímetros hacia ustedes.—Aún puede que algunos salven su vida. Se trata del pulsador al final del pasillo. Si alguien lo presiona se extinguirán las llamas y se abrirá una puerta al exterior. Pero hay un pequeño detalle. Al tocar el pulsador y extinguir las llamas, las troneras del pasillo lanzarán fuego, y el voluntario que haya presionado el botón salvador no podrá salir con el resto. ¿Quién...?

La frase no terminó pues en ese momento las llamas avanzaron otro poco alcanzando un costado de la pantalla que se derritió rápidamente mientras algunos destellos de fuego le brotaban por detrás.

Notas de juego

Lo dicho, el fuego avanza lentamente. No hay palos, ni zapatos ni nada con que golpear el pulsador desde lejos. Del televisor ya no queda más que plástico fundido y aún caliente. No se puede forzar a nadie hasta el final del pasillo sin entrar uno mismo. Así que no hay atajos. Y el fuego sigue avanzando.

Ya no esperen turnos, de aquí al viernes a la medianoche (hora del servidor) es todo de ustedes.

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03/02/2022, 12:25
Mary

—¡¡Que... que vaya el de las gafas!!—dijo hecha un manojo de nervios, después de escuchar a la imagen del televisor había entrado en pánico y la sonrisa que aparecía en su cara la hacía parecer una desquiciada. Señaló al chico con su dedo, extendiendo el brazo como si le hubiera dado una parálisis o saludara al sol. Unas lagrimas recorrían sus mejillas, no sabía por qué había dicho eso. Le daba igual quien fuera a pulsar ese dichoso botón, simplemente no quería ser la que se quedara atrapada en ese pasillo. No era buena en las situaciones de estrés, no reaccionaba bien y en ese momento lo estaba demostrando,. Miró a la cara del chico y en su mente repetía lo que ella hubiese pensado en su lugar; ¡¡cállate jodida gorda, gorda... cállate!!

—No me miréis así, yo también quiero salir de aquí con vida... ¿acaso vosotros no?

Cuando la máscara empezó a expulsar fuego, ella fue la última en reaccionar, la última en salir, la primera en morir, pensó que no había nada peor que aquello, ser ignorada y ninguneada, su peso si importaba la hacía ser más lenta, más torpe , era un lastre y todo el mundo sabe qué se hace con los lastres: tirarlos al vacío.. Se desharían de ella la primera.

—¡¡Nooo!! —llevó sus manos a la cara intentando tapar, sus lagrimas, su llanto y sus miedos.

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03/02/2022, 21:43
Mónica Tejedor

Mierda. Había sido buena idea salir junto a Miguel de aquella sala, pero debía haber supuesto que no les dejarían salir tan fácilmente. Ya habían jugado con sus vidas una vez, y seguían haciéndolo. 

-¡CABRONES!-su grito de desahogo resuena por la habitación. Junto a un ejercicio de respiración, intenta tranquilizarse. Necesita tener la mente clara para descubrir como salir de allí. Echa un vistazo a sus compañeros, esperando a que alguien tomara la iniciativa. Pero cuantos más segundos pasan, más evidente es que nadie quiere sacrificarse. Normal, por una parte, pero por otra...

-Soy mamá. De una niña de 7 añitos. Es preciosa, tendríais que verla. Se llama Nieves.-explicó al grupo, sonriendo al recordarla. Pero pensar en su hija también era pensar en aquello que se arriesgaba a perder si no actuaba de manera correcta. Era una sonrisa torcida en un gesto de terror y dolor, los ojos demasiado abiertos como para transmitir cordura.

-Y-yo misma perdí a mi madre cuando era pequeña. S-sí, sé lo que es eso. Moriría antes de hacer que mi hija pase por algo así.-continuó, y dándose cuenta  tarde de lo que estaba diciendo, se corrige:-¡No, no moriría, es una forma de expresar que en este contexto no funcion--! ¡Joder, ya me entendéis!

Aquella mujer propuso al de las gafas para que se sacrificara. Mónica se gira hacía él. No le conoce de nada, y al mismo tiempo, sabe demasiado ya de él. Él, al igual que el resto, se había desnudado emocionalmente ante el grupo. Era una víctima, al igual que ella, y todos ellos. Le gustaría pensar que, si hubiera sido en cualquier otro momento racional, lo habría pensado de todo de una manera más racional. Pero las circunstancias no lo eran, así que se dirigió hacía él, y con mirada suplicante...  

-Por favor... Alguno tiene que dar el paso. No podemos morir todos, no después de todo lo que hemos sufrido. ¿Verdad?

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03/02/2022, 22:18
Miguel Rojas

- ¿Por qué...? ¿¡P-Por qué iba a ir yo?! - preguntó Miguel, y la voz se convirtió en un silbido de pura angustia. Mary había dicho que fuera él quien se sacrificara, y Mónica lo miraba como si estuviera completamente de acuerdo. ¡Joder, es que claro que lo estaba! ¡Ninguna quería sacrificarse por los demás! Pero, pero... - ¡Yo tampoco quiero morir! - les dijo.

Se giró a ver al otro chico, Eduardo, como buscando apoyo en él. Pero habló a todos los presentes.

- Yo también he sufrido, lo he pasado mal, merezco una oportunidad... ¿entendéis? - dijo, casi suplicante. - Que yo no tenga hijos no significa que merezca vivir menos... ¡tengo... tengo pareja, sabéis! ¡Ella me echará muchísimo de menos si no vuelvo! - exclamó. Pero todos se dieron cuenta de que se lo estaba inventando. Se le notaba en la mirada y en el tono de voz, se le había ocurrido en ese instante. Sonrió, forzadamente, como buscando resultar simpático a los demás. - Si nos quedamos aquí vamos a morir todos, pero... si vas... si vas tú, - dijo, dirigiéndose a Mónica con esa sonrisa tan forzada y suplicante. - los demás prometemos cuidar de tu hija...