Partida Rol por web

Desde que ocurrió el Gran Hundimiento, la ciudad vivió sus peores tiempos en términos económicos. Antes de este catastrófico hecho, del cual muchos responsabilizan a los magos del colegio, la ciudad gozaba de una floreciente cultura (debido a los refugiados de Morrowind que, lejos de desbaratar la ciudad, habían traído consigo nuevas ideas, que enriquecieron la cultura y estimularon su viejo espíritu mercantil), economía y política. En las últimas décadas, muchos de los otros jarls de Skyrim han comenzado a ignorar las opiniones de los de Hibernalia.
Los eruditos de todo Tamriel descienden del condado desde que fue el hogar del colectivo Ysmir, una biblioteca rescatada de su destrucción en el este, y la piedra angular de la vida académica en su colegio. La rival más antigua de Hibernalia es Soledad, con otro asentamiento costero.

Habéis entrado en Hibernalia. ¡Bienvenidos! Un lugar frío y lleno de nieve.

A medida que la carroza avanzaba podía ver la imponente torre del colegio abrirse paso entre los árboles.

Así que de esto es de lo que tanto hablan esos lanza fuegos… el colegio. Seguro que tiene mucho de valor. Pensé dejando escapar una risita.

-Bueno, parece que hemos llegado.

Me dirigí al Nórdico:
-¿Vamos a la posada a tomar algo para coger fuerzas antes de ir a ver para que nos requerían?

Mientras nos acercamos a la ciudad, suelto en alto al grupo, Bonito paisaje, la nieve blanquecina cubre todo lo que nuestra mirada abarca, aunque quizás esto no es lo que más os gusta compañeros, y prefiráis los verdes bosques del sur, ha ha ha.

Una vez parada la carreta y llegado a nuestro destino, el argoniano me dice una cosa que me alegra aun más la moral. Sin dudarlo amigo, una buena carne a la leña y un par de tragos de cerveza volverán a dar vida a este cuerpo cansado del viaje. 

No esperemos más, ¿Qué me decís compañeros? ¿nos acompañan?.

Sonrio y me estiro con ganas. La actuación con el bandido me había dejado con ganas de más así que la taberna tenia una pinta deliciosa para mi.

-Taberna, sin duda. Tengo la garganta seca como las arenas del desierto. Ademas, este frío...-Me tapo con la capa para mantener el calor corporal- Hummm se acerca el invierno.

Bajo de la carreta con cuidado y sigo al grupo para tomar algo en la taberna ya que a excepción de algún que otro bicho no había comido nada decente desde hacía unos cuantos días.

Me arrebujé en la capa, cubriéndome de arriba a abajo y deseando un buen fuego...aunque con la ventisca era cuanto menos improbable. A pesar de la cercanía del Colegio de Magia no iba a hacer ascos a esa posada, un rato al menos.

-Bueno, por mi podemos ir a esa posada, cualquier cosa que nos dé abrigo de este frío que se mete por los huesos...-paseé la mirada por la ciudad. Así que aquello era lo que quedaba tras la debacle, había que reconocer que tenía un cierto encanto...decadente muy de mi agrado. Los libros del Colegio iban a tener que esperar

10 septins brillantes en la palma de la mano. El metal ya se habia puesto frío en las heladas tierras de Hibernalia. El orco estaciona la carreta en un lugar conveniente -Vamos a la taberna del corazón helado entonces! jeje! cortecia del pobre grupo de bandidos que otorgaron su vida para la causa! grita mientras jugaba con las 10 monedas que habían recuperado de los bandidos en el ultimo asalto.

-¡Perfecto!.

Puse mis manos sobre el carro para impulsarme y di un gran salto. -¡¿Pues a que esperamos?!, tengo hambre. Dije encaminandome a la posada con una gran sonrisa en la cara.

Seguro que los aprendices de magos son muy despistados... y llevan libros caros. Este va a ser un buen día para el negocio.

Sin duda, estaba feliz.

Entrais en la calurosa tabena y esuchais un ruido detras vestro. Era Xsi que habia tropezado. En la taberna primero hubo algunas risitas, pero luego todos siguieron a lo suyo. Al fondo estaba la camarera algo ajetreada ya que hora de comer y habia bastante gente.- Buenas forasteros venis a comer? - Dijo la camarera a loe que entraron.

En un acto reflejo, pongo ambos brazos en el suelo antes de estamparme contra el y le levanto rápidamente con el propósito de pasar desapercibido, e intentando hacer ver a toda la gente que se ha fijado mi pequeño traspiés que no me ha pasado nada.

¡Ay ay! ,dichoso escalón, por que los harán tan altos...

Salude a la camarera con una sonrisa.

-Buenos días.

Pero un golpe detras de mi me hizo girar.

Me dirigí al encapuchado para ayudarle pero se levantó antes de que pudiese echarle una mano. Durante todo el viaje había estado ausente, pero en el combate contra los bandidos se las arreglo bastante bien.

-¿Estas bien amigo? Que golpe eh.

Y yo que creía que por ir detrás del grupo había logrado pasar desapercibido...

Asiento con la cabeza pero con desgana a las palabras del argoniano, pues me resultaba incómodo, o más bien inusual que se preocuparan o se compadecieran de mi.

-Bien.
Observo con gracia el trato despectivo del extraño. Suelto un pequeño bufido y me doy la vuelta sin más.

-Bueno ¿Qué podemos tomar aquí para comer señorita? ¡Tengo mucha hambre!
Dije a la camarera mientras me sentaba en un taburete de madera pegado a la barra.

Entré y fui directo a una mesa, la más cercana al fuego, tras hacer una seña a la joven camarera

-Una copa de vino y un buen plato caliente si es tan amable-deslicé unas pocas monedas en su bolsillo. Seguramente después estaría más abierta a responder a mis preguntas.

Lo cierto era que la compañía era todo un espectáculo, llenando la taberna casi en exclusiva, cada uno dedicado a sus cosas...lo que me recordaba que iba a mantener bien vigilada la bolsa. Al menos dos de mis agradables compañeros tenían todo el aspecto de querer mucho las propiedades ajenas y eso no iba a permitirlo. Al menos con las mías, que cada uno protegiera lo que era suyo.

- Claro señores, sentaos y enseguida os llevo cosas para comer. Que disfrutéis de la comida. - Al cabo de pocos minutos la comida se estaba haciendo y pocos más se terminó. Entonces les llevé los platos con total perfección de equilibrio ya que hacía muchos años que ejercía esa profesión y tenía un buen manejo de los platos. - Aquí tenéis chicos. Qué aproveche. - Les dije con una sonrisa.

La única tienda de Hibernalia es en las rarezas de Birna. 

Entré en la taberna junto con el grupo y me senté con ellos, al lado del otro elfo.

-Whisky, o algo que caliente por igual.-Digo con una sonrisa a la camarera mientras la miro de arriba a abajo. 

Al entrar a la posada, me encanto la predisposición de la camarera hacia el grupo, de reojo miro al encapuchado y pienso, con lo bien que se maneja con la magia debería tener la pisada más firme. 

Al poco tiempo trajeron la comida, un buen filete de mamut era lo que me hacía falta, la carne estaba muy hecha como a mi me gustaba, Que os aproveche amigos, después de un largo camino esto es tan necesario como respirar jajajajaja, ¿o no? amigo Teeinav. El humor me había cambiado se había ido de mis recuerdos aquel desagradable bandido que arrastramos parte del camino.