Partida Rol por web

Sevilla estaba en silencio. Los tiroteos eran cada vez menos frecuentes, y los gitanos sabían que se les acababa el tiempo para hacer acopio. Así que al día siguiente hubo reunión de patriarcas, mientras los jóvenes salían de forrajeo. Sus instrucciones eran claras: cepillar el barrio y alrededores, dar golpes en lugares concretos, como las tiendas chinas y el Toy's are us. Conseguir pistolas de agua, limpiadores de agua a presión, incluso sifones o globos de agua. Todo lo que pudiera echar sustancia. Sustancia que se encargaron de robar el Chacho y Cayetano. Cruzcampo, la había por toda puta Sevilla. Cualquier bar de mala muerte estaba petado de botellines, barriles y latas de aquella mierda. Aquella cerveza de producción local y alcance nacional, que junto al puto símbolo del NO&DO y la feria de abril constituía un eje fundamental de lo sevillano.

Y al amanecer del segundo día, estaban preparados. A su manera, claro. Y comenzaron las batidas y las guardias. Comenzó el meneo. Era menester defender las Tres Mil del enemigo que llegaría. Por que el enemigo, a juzgar por los tiros y las explosiones de los milicos que quedaban, se acercaba.

12 de la mañana

Las viejas se asomaban a los balcones e informaban por el móvil. Les habían conseguido unos prismáticos. Los disparos del tanque y las ráfagas de ametralladora se acercaban a las tres mil. Hubo nerviosismo. Su calle era una de las principales del barrio, la más cercana al acceso a la autovía. Si venían, tenían que hacerlo por allí.

La batalla se desarrollaría allí, en la puerta de su propia casa. Así que hicieron reparto de cacharros y municiones. Cada cual se iba a batir el cuero con el enemigo como le saliera de la punta de la polla. Al fin y al cabo, eran gitanos, y tratar de coordinarlos era un esfuerzo fútil.

El Kevin hizo acopio de una de las pistolas de agua de las güenas y un montón de globos de agua. El putear a las viejas con globos de agua llenos de pipí de gato era algo a lo que estaba hecho, así que pensó que con los mengues no sería diferente. Total, la cruzcampo al sol y el meado de gato no se diferenciaban mucho, y con todo lo que habían birlado no iban a meterlo al fresco... Así que aquella estaba calentica, cerveza calentica pa los mengues del espasio. El Kevin no le deseaba esa mierda ni a un patriarca de un clan rival.

-Yo ya ehtoy, marica- le dijo a su hermano, mientras se guardaba dos pistolas cargadas, de las más mierder de plástico de los chinos, de esas que si dejabas mucho tiempo al sol se derretían. Se las metió en la cinturilla del pantalón, como los tipos duros de las pelis.

Se acercaba la hora de la verdad. De enseñarle a esos mengues quien manda en las Trel Mil, que no nos vamos a ir a ningun lao, y que vamos a defendernos con uñas, dientes, y barriles de Cruzcampo. Porque iban apañaos si pensaban que ahora que no había payos dando por culo, íbamos a dejarles el mundo a esos mengues de mierda. Al parecer, esta vez no iba a bastar con darse de navajazos, por eso practiqué algo de puntería. No sabía disparar un arma de fuego, no en condiciones, pero una pistola de chichinabo pa disparar agua no era lo mismo. O eso dice el Cristo, que no tiene retroceso, ni pollas en vinagre.

Me decidí a coger una de las pistolas con mochila y algunos globos de agua (que ya vería donde los metía). La pistola a presión pintaba bien, pero iba enganchá al barril y eso pa moverse era mal.

- Esoh se van a íh por donde han venío...Por míh mueltoh - y beso al pulgar- Mardisión hitana pa ellóh.

El Brandon se emocionó con to aquello, porque no  hay niño en el mundo que no se ponga cachondo con una guerra de globos en verano. En Sevilla más. El problema era que fuera de birra caliente en vez de agua, pero no mal que por bien no venga: lo primero que hizo fue vaciarse encima un par de litronas pa quedar bien embadurnao y pestoso.

-Eto é como la crema pa loh mosquito, qe te la echa y no sasercan.

Y lo siguiente fue beberse dos tercios.

-Por si me muerden, Kevin -el Brandon ya sabía lo que era una herida de guerra y lo tenía mu claro: si la palmaba sería matando. El bisho que le mordiera tragaría veneno.

Se pilló un par de pistolas chungas y una peaso de aquamaster desas de arta tenología. Y un puñao gordo de globos, pero mientras pudiera no iba a perder el tiempo llenando globitos pudiendo liarse a puro botellaso. Como los cótele molotó pero sin mecha.

Había que empezar a divertirse. Llenó un par de globitos y se los tiró al Kevin, porque sí, dejándolo empapao. Se partió el ojete.

-Gilipollaaaa jajaja é por tu bien, que tú no sabe. Ademá que este mé toavía no ta dushao, chacho... Oche, yo digo de bañá a to cristo. No hay cojone de tirarle uno al yayo.
 

En un par de minutos acabo empapado, seguro que el Brandon ya iba borracho y a cruzcampo.

-¡Ioputa! Ahora huelo a puta miehda, maricona- le devolvió los dos globos de agua al Brandon, pero apuntando a la cabeza, que picaran al reventarse. -Jodete, poh marica, que no sabeh na.

El cabrón del Kevin se la devolvió, y aunque intentó esquivar se llevó un globazo de lleno en toa la cara. La cruscampo le  se filtró por la venda del cuello y la herida empezó a escocer que pa toa su puta madre. Peor que la agua onsigená. El Kevin sestaba jugando un puñetaso.

-Aarrgh ¡joputa! É verdá que é puro veneno eh? -toda su vida bebiendo eso ¿cuántos daños internos habría acumulado ya a su tierna edad? Peor que los pulmones de un fumador compulsivo, seguro-. Maricona, que no tatreve con el yayo.

Se llenó otros globos. Si no se los llevaba el viejo se los llevana la tita Choni, por sus muertos.

Al yayo, ni muerto le tiraba un globo al yayo. Al yayo le tenía un respeto y era una figura a seguir, pero por otro lao la paya... Así que ahí fue a parar el siguiente globo, encima de la paya pija.

-A tomah poh culo, la paya ducha...- empezó a reírse de forma demencial, que casi se ahoga con su saliva y acabó tosiendo.

Brandon de Dios lo sabía. El Kevin no tenía lo que hay que tené. Era su momento pa ser recordado pa la posteridad. Cuando el Kevin Jesú llegara a patriarca, si es que lo conseguía, tol mundo sabría que tenía un problema pendiente: su hermano el fuera de la ley, el que entraba y salía de las 3000 haciendo su propia justicia como le saliera del nabo. Ningún Kevin del futuro tendría cojone de pararle los pieses al hermano y su panda de forajíos. Tol mundo lo sabría.

Miró con cara de pura malicia al Kevin mientras llenaba un par de globos, pasándose la lengua por los dientes de satisfacción. Kevin: puta maricona. Eso es lo que era. Ató los globitos y se fue directo pal patriarca mientras el Kevin se partía la caja con la paya mielda.

-¡Agüelooo tómate argooo! -le dijo y lanzó con fuerza los dos globos, uno detrás de otro.

El abuelo recibió el primer globazo y luego esquivó el segundo. Le habían apagao el cigui, y eso merecía venganza. Así que embocó la pistola de agua a presión y comenzó a chorrearle vivo con cruzcampo. Con tal potencia que le hizo caer al suelo y arrastrarse hasta toparse con una pared. Aquello ya no tenía gracia. Picaba, dolía. Le daban con su propia medicina.

El Brandon se escurrió para huir. Aquello picaba pa to sus muerto, pero lo importante es que había cumplido con su deber de cabronaso. En su escapada gemía de dolor y de risa. Cada vez más risa, hasta que tuvo que parar de correr y agarrarse el cuerpo. La puta imagen del yayo duchao de miercampo to estupefacto y con el puro apagao colgando de la boca. Empezó a reirse, a carcajearse, a partirse el culo hasta ahogarse tosiendo. Puto tabaco. Pero había merecido la pena.

Recuperó el resuello jadeando como chucho en Sevilla en agosto a las dos de la tarde. Tal que asín. Ya estaba sofocao otra vez, así que se empapó el gasnate con otro botellín de veneno pa quitarse la sed. En ese momento la gente le gritaba por andar liándola de mala manera. Y ahí estaba la tita Choni. Seca entovía.

Ojetivo localisao. Quizá la tita Choni le castigara sin más potaje de bersa que ella los hacía mu güenos, pero qué cojones, solo se vive una vé, caramba. Si te quiere diveltí escúchame bien, solo se vive una vé.

Llenar globo. Hecho.

Acercarse con disimulo. Hecho.

Apuntar. Hecho.

Fuego.

https://www.youtube.com/watch?v=LxrUkFQHYpg

Y los niños empezaron a capullear. Globito pa aquín, globlito pa acá. Las hostia con los niños. No iban a dar por culo, ni na. Viendome también empapada, me cogí una tapadera de cocina de estas que usábamos pa la paella grande. Un puto escudo improvisao.

- !Hijoputaaah, no gahteih la sermesa en gilipolleseh! !No vavéh pa matal mengueh, dehgrasiaoh! - vocifero, con voz chirriante de gitana cabreada. Voy con la tapadera por delante. - !Encahna ohtia, controla a tusiho!

Anda que si fueran míos...Los eslomaba con el cinto del pantalón de mi Cristo. Hasta que la espalda se les quedara rojo guiri en la playa en verano.

-¡Tita! ¡A fregal que tá to mojao!  -se burló el joputa.

- !A fregal mi coño moreno, dehgrasiaoh! - le espeto- !Te viáh matáh cuando te pille!

¿Tu que crees el niño mierda este?

El Brandon seguía liándola mojando a la tita, que como lo pillara el Crihto le iba a medir el lomo a base de cinturón. El Kevin, por otra parte fue a ganar puntos, se sacó una cajita de puritos de los que había birlao en el centro comercial y se la dio a su yayo. Él mismo se encargó de encenderle uno.

-Tomah, yayo, que el Brandon no sabe- a la familia se la cuidaba y a los mayores más, eso es algo que algún día aprendería el Brandon. Mientras que él quería ser un simple jefe pandillero, el Kevin quería ascender a Padrino y comenzar a mover el cotarro. La "cosa nostra" de las tres mil.

¡Qué ajco el Kevin Jesú! Ahí peloteando al yayo, to cobarde y golosón. Que el Brandon lo quería muncho a surmano, pero esas cosa asín to salamera le ponían malo.

-¡Kevin, joputa, que el prósimo patrialca va a sé el tito Crihto, maricona joputa, deha en pá al yayo ahín! Yayo tú ni caso quel Kevin te quiere camelá, que ta contigo que parese un roneo.

Ya estaba bien de tanto cachondeo. Aquello era serio, joder. Matar o morir. La puta guerra. No estarse tirando encima la mierda de la cerveza. Los niños siempre le tocaban un poco los cojones por que eran como animales salvajes, como putos somalíes subidos en alto del bote agitando los AK-47 antes de abordar el Maersk Alabama. Mi arma, que pedrá tenían.

Así que cuando mojaron a su churri, se acercó al Brandon por la espalda y le dió un pescozón que estuvo a punto de hacerle perder el conocimiento. Con los mayores no se jugaba, joder. Y menos con los gitanos. Que te echan las tripas a un canasto.

-Taos quietos ya duna puta vé. Cohone. Que ya mismo están aquí los mengues. Dejá de dá por culo, mamelucoh.

-Tú calla, marica, que no sabeh hase lah cosah bien...- le dijo al Brandon, que no tenía ni puta idea de cómo iba el mundo de la mafia, hoy por ti mañana por mí. Mientras que el Brandon veía pelis de bandas americanas, el Kevin era más de los gangsters que trabajaban a lo grande. 

Agarro un par de packs de 6 latas de cerveza y las amarro al cinturón, como si fueran bandoleras. Pillo un par de pipas aquamaster y un par de pistolas de agua con mochila, todo ello a rebosar de orina de gitano muerto, también llamado cruzcampo. De igual manera pillo un par de puñaos de globos y me los meto en los bolsillos. El  limpiador de agua a presión se lo dejo al patriarca, o pa quien coño lo quiera.

Voy a la puerta de la casa del Chacho Guapo.

CHACHOOOOOOOOOOOOOO *PLAS PLAS PLAS PLAS* - toco a la puerta a mano abierta y a mala hostia - CHAAAAAAAAAACHOOOOOOOOOooooo *PLAS PLAS PLAS PLAS* AMUS PA PRIPARARNUS O QUE, QUIVIENEN LOS MENGUE COHONEEEEeee.

En cuanto se asoma le doy una de las pistolas de agua con mochila - GA PREEEMO. Qui tamién tinemus quir palasiudá pol-las coisas quidiju el patriaaaarca.