Partida Rol por web

Lacross y Lalaith regresan a la posada y se encuentran con Burlat y Kraull, que estaban terminando ya de comer.

 No del todo convencido pero me parece que por extraño que sea el elfo no miente, por lo tanto siempre alerta le dejo hacer su tarea.

Al ver que desentierra algo, me dirijo hacia el y observo el objeto- ¿Que es eso?- digo con voz gruñona, arrebatandoselo de las manos. Al observar el extraño medallon, no me suena para nada, no tenia mucho conocimiento sobre ese tipo de cosas. -No se que es, deberiamos llevarlo a alguien que si lo sepa- digo pensando si conocia a alguien con esas cualidades en el pueblo

Por lo que podeis ver, es un simple medallón aunque os recuerda un poco al que le visteis a Tormus.

Por otra parte ya se está haciendo tarde. Habéis empleado buena parte de la mañana y la hora de comer ya ha llegado, pues vuestros estomagos rugen de forma muy sonora. Tal vez sea hora de regresar con el resto de vuestros compañeros?

 Kraull bebe de su cerveza mientras ve llegar a sus compañeros y sonrie:

- Vaya habeis tardado, nosotros ya hemos incluso terminado de comer, te dije monje que podriamos estar aun con las chicas, y vos quisiesteis iros tan pronto...pobre, quedaron tan triste cuando me fui

Sonrie pensando en ellas, y vuelve a beber

Iré a verlas en cuanto tenga un ratico libre

Volvamos con los compañeros ya Mauricio, me parece que nada más tenemos que hacer acá además, creo que ya sé a quien preguntarle sobre el medallón - digo mientras trato de recordar más en detalle el medallon de Tormus  - tal vez, si es igual, ya no me interese tanto el de Tormus -

Acto seguido me dispongo a emprender camino de vuelta, no sín antes escuchar qué dice Mauricio

Hola Kraull-saludo cabizbajo, aun no tenía mucha confianza y el aspecto de mi compañero me imponía un poco de respeto- si, es que hemos dado unas cuantas vueltas a la ciudad, hemos estado hablando con diferentes personas y hemos visitado el templo en busca de pistas y de un poco de claridad sobre los hallazgos.- me estaba sorprendiendo a mí mismo el poder hablar tan fluidamente sin tartamudear.

¿No sabes nada de los demás?,a Lalaith y a mi nos gustaría saber lo que habeis descubierto y visitar a Tormus, tengo unas preguntas que hacerle.

 - Esperemos a los demas y asi hablaremos de lo que hemos averiguado, no me gustaria repetir dos veces lo mismo, asi tendremos toda la informaicon bien reunida, la verdad ha sido fructifera nuestra visita al burdel, nos trtaron de maravilla.

Kraull llama ala camarera para qu ele trajera una piedra de whiskey, estaba contento, ese dia poco podria estropearlo.

Me dirigo al paladín con voz tranquila.

No se preocupe Maese Kraull, no tendrá que repetir dos veces lo mismo ya que a mi no me importa contarlo. Incluso 2 veces.

Después le cuento a Lacross y a Lalaith nuestros progresos.

La camarera nos ha contado que su novio comenzó a comportarse de un modo extraño, un poco paranóico, desde que consiguió un medallón. Nos mostró el objeto y parecia un talismán dedicado a un semidios con forma de dragón.

 Kraull mira al enano y alza una ceja mientras bebe de su piedra.

- Bueno ya que estamos contandolo todo, ese joven, el novio de la cmarera poseia un medallon con el simbolo de un dragon, mis conocimientos me llevaron a reconocerlo, com un colgante de los seguidores de Bahamuth, mas bien no es nu dios, sino un dragon muy venerado, pero todos cuanto tienen roces con esa gente, estan involucrados al mal, asieu debemos temernos lo peor y defendernos ante el posible peligro

Bebe para no sonreir, ya que poco le importaba cuanto les ocurriera a ellos si dios no l edejaria caer, algo grande le tenia preparado, y no moriria sin saber que.

-Hola amigos- mi voz también suena desanimada. Me siento y mientras conversamos pido a la camarera algo de comer, pues ya es avanzado el mediodía.

Cuando Kraull y Burlat hablan del medallón me atraganto.

-¿Saben si era uno como este?- les pregunto al tiempo que le muestro el que el guardia nos ha dado a Lacross y a mí. -Al parecer éste estaba colgado del cuello de Nestor. Fuimos al templo en busca de información y una sacerdotisa nos dijo que pertenecía a ese culto- les digo mirando a Kraull, en referencia a su mención al culto al dragón Bahamut. -Yo no puedo creer que Nestor estuviera ligado a una secta maligna.

Apesadumbrada, niego con la cabeza.

 Kraull dejasu whiskey a un lado y tiende la mano hacia el medallon y lo examina:

- Si, es el mismo, quizas nuestro amigo Nestor tenia oculto este pequeño detalle

El oscuro paladin sonrie

- Asique Nestor...alabando a dioses malignos eh? esto se pone interesante

Para tranquilizar a Lalaith , Kraull le sonrie y no l e da la menor importancia:

- Quizas no fuese suyo y estuviera indagando sobre la gente que pertenecia a ese culto no crees? quien sabe, quizas nuestro amigo Nestor sabia mas de lo que la gente cree, y por ello nos hizo llamar.

Al escuchar las palabras de Kraull la esperanza se enciende en mis ojos. Con ansiedad levanto la vista de mi plato, y me inclino hacia el paladín, al tiempo que tomo su mano. -¿Crees que sea eso? ¿Estaría siendo perseguido por los seguidores de este culto y por eso nos mandó a llamar? Kraull, ¡ruego a la Diosa que tengas razón!- la excitación me lleva a ser efusiva. Cuando me doy cuenta de como me estoy comportando, retiro mi mano rápidamente y vuelvo a ubicarme bien en mi lugar en la mesa, un poco sonrojada.

 Kraull se queda un poco impactado, ante la joven elfa lo trataba como un bicho raro y no estaba deseosa de acercarse a él pero ahora...

Parece que mis palabras le han llegado hondo - piensa

- Tranquila Lalaith, Nestor era demasiado bueno como para aliarse con los seguidores de bahamuth, y demasiado listo como para aliarse con un ser que ni siquiera es un dios, tranquila, encontraremos las respuestas

¿porque diablos me comporto asi?¿porque soy tan amable con ella?

El paladin estaba confuso

 Entoces voy atras tuyo - digo al elfo secamente- empieza a caminar que tenemos que encontrar a tu amigo haber si descubrimos algo, no pienso descansar hasta encontrar al culpable, vamos muevete- digo y luego de que el elfo comienza a caminar salgo atras de el observandolo fijamente, esto de trabajar con un elfo que no sabia ni siquiera si estaba a mi favor o solo queria matarme no me gustaba en nada, pero no me hecharia atras ahora, ni nunca. 

Medito con interés las revelaciones sobre el medallón. Parece que ya tenemos un nexo común a los asesinatos.

Observo como quien observa a un niño pequeño la excitación de Lalaith. Ah, ardiente pasión y eterna juventud la que acompaña casi siempre a los elfos.

No es momento de preocuparse Lalaith, todabía es muy pronto para sacar alguna conclusión fiable sobre porque tenían ese medallón. Esperemos a haber lo que han descubierto los que faltan y poner en común la información con Torm...

Justo antes de acabar la frase veo que aparecen por la puerta los compañeros que faltaban. No puedo evitar torcer un poco la ceja, extrañado cuando observo como regresan.

Mientras haceis el oportuno intercambio de impresiones e información, por la puerta de la posada aparecen los compañeros que faltaban por llegar, Alexander y Mauricio. Se les ve cansados, parece que entre ambos reina cierta desconfianza, sobre todo por parte del enano. También podeis ver que Alexander tiene algunas manchas de sangre...

La actitud de Kraull, ya no tan distante, y sus palabras me reconfortaron. La sabiduría de Burlat terminó de sosegar mi espíritu. Me disponía a comentarle mi impresión de lo que habíamos visto en el templo con Lacross cuando fuimos interrumpido por los dos integrantes de nuestro grupo que faltaban.

-¡Alexander, Mauricio! qué bueno que ya estén aquí.- Reparo en la actitud recelosa del enano y mi vista se posa en las manchas que lleva el traje el elfo.

-¿Les ha ocurrido algo malo? Se encuentra alguno de ustedes herido?- pregunto con preocupación.

No te preocupes Lalaith, solo tuve que enfrentarme a un mendigo que se querìa comer un perro, que por suerte salve, ya que me indicó un lugar, donde estaba enterrado esto- digo mientras saco y muestro un medallòn oscuro, con un grabado de dragòn, parecido al que lleva tormus al cuello, lo muestro a una distancia considerable de las personas, como atento de que no me lo saquen

acá el amigo Mauricio, al ver al Mendigo muerto, comenzo a desconfiar de mí, pero bueno, supongo que el tiempo dirá, y se dará cuenta de que soy tan inocente como él-

digo sonriendo, recalcando el "tan inocente como él",