Partida Rol por web

-¡Vamos, pero nada de riñas por favor!- me levanto hacia la salida.

-¿Alguien más viene?- miré a los demás, invitándolos por última vez.

-¿Veis? A esto me refería cuando hablaba de que no nos fiabamos los unos de los otros, a la primera de cambio ya estamos discutiendo y mostrando nuestra humbría y nuestra terquedad-El asunto acontecido me había molestado mucho, tanto que mi timidez desapareció dejando mostrar mi rabia y mi indignación.

-Yo estoy con Lalaith, vayamos a hablar con Tormus e intentemos continuar con el trabajo para vengar a Nestor, si realmente os importa dejareis vuestras riñas absurdas y os centrareis en el asunto que nos atañe. Espero que no se repita más otro incidente de este calibre entre nosotros, ¿no os dais cuenta de la seriedad de ésto?, por lo que sabemos nos enfrentamos a una posible guerra, a una secta que ansia sólo destrucción, tenemos que estar muy unidos para poder hacer frente a tal enemigo.

Tras soltar mi discurso, recojo mi mochila con un movimiento que mostraba mi enfado y me levanto. Os espero fuera, seguramente Nobu se sienta solo y ahora mismo solo me apetece estar con él, estaba acostumbrado a vivir entre animales, pero el espectáculo que he visto aquí ha sido incluso peor que dos fieras peleando. Patético

En esos momentos lo único que podía apaciguar mi ira y hacerme volver a mi verdadero ser era acurrucarme junto a mi buen amigo Nobu, y eso hize, salí y me acurruqué entre sus zarpas, acariciandole el vientre mientras esperaba a los demás. Allí me encontraba como en casa.

Continuo comiendo con parsimonia haciendo caso omiso a la discusión de los 2 gallitos, pero sin perder detalle de la extraña daga que han encontrado Lalaith y Lacross. Cuando acabo de comer, mis compañeros ya se están levantando, pagó mi cuenta a la camarera y les acompaño a informar a Tormus.

Una pregunta, no le tendrias que haber dicho a Kraull que haga la tirada, sin avisarle que le he robado, asi serìa màs lógico me parece.. solo una pregunta, no lo tomes como queja, esto viene perfecto

Mauricio permanece callado todo el tiempo mientras intercambiavais información y durante la discusión. Cuando empezais a salir de la posada para informar a Tormus, él os sigue.

Volvéis a cruzar la ciudad para llegar al cuartel de la guardia. No tiene pérdida ya que Tormus os dejó bien claras las indicaciones. El sitio se encuentra bastante cerca de las tienda de armas y de la herrería y también podéis ver un extraño edificio con un cartel que reza, "Hogar del arcano", y abajo una nota con "Cerrado, disculpen las molestias".

Cuando entrais al cuartel no os hace falta ni preguntar por Tormus. Veis que está hecho una furia y dos de sus hombres tropiezan con vosotros al huir despavoridos.

Yo os mato, os mato a todos! Maldita sea! Esto os costará tres meses de vuestro sueldo, inútiles! grita Tormus a los dos guardias que salen corriendo y se chocan con vosotros, mientras les tira un taburete que se estrella en la pared y se hace mil añicos.

Al darse cuenta de vuestra presencia, recupera la compostura y se dirige a vosotros con normalidad, aunque deja ver una expresión de furia contenida en su mirada.
Buenas tardes. ¿Cómo han ido las investigaciones? ¿Traéis alguna información? Espero que vengáis con algo que sea de utilidad.

Tranquilo, "amigo mío", si los soldados que comandas son mediocres no te desquiteis con nosotros.

La verdad que nos cruzamos con algunas cosillas interesantes, pero si os las decimos (o mostramos), pido a cambio que nos digas lo que sabés- digo esto adelantandome al grupo, y en todo cordial, mirando a los ojos a Tormus, sin prestar atención al resto de las cosas - bien sabes que Nestor era nuestro amigo, y que nos intereza ayudar

 Mauricio, estubo callado todo el tiempo y se limito a reflexionar y ordenar sus ideas, tenia que calmarse sino no llegaria a ningun lado, ya podria desatar su furia cuando estuviese frente al asesino. Asi que mentalmente hizo una conclusion sobre las pistas que teniar: Sabian que el o los asesinos pertenecian a una secta religiosa, tambien sabia que tenia una finalidad ritualistica, por el arma, y eso no le gustaba nada, no creia en esas cosas, pero esto se estaba poniendo muy serio. Pero a la vez que se le ordenaban las ideas aparecian mas preguntas: ¿Las victimas serian escogidas al azar o por algun motivo en especial? ¿Por que Nestor? ¿Seria una coincidencia o quizas Nestor estuviese involucrado de la manera que dijo el Paladin?¿O quizas Nestor formara parte de esa secta y sus propios compañeros lo mataron? No seria algo comun en Nestor pero eso solo lo sabria atrapando a los malditos asesinos.

Con mi habitual tempo parsimonioso, esquivo a los guardias que salen como alma que lleva el diablo y observo desacerse el taburete en la pared.

Permanezco silencioso, saludando a Tormus con un gesto de cabeza y escuchando la conversación. Observo a Alexander hablando por los demás sin habernos preguntado antes y medito sobre su acitud. Espero que sepa lo que hace, parece que no es el mejor momento para andar con exigencias, con lo enfurecido que está este hombre.

La mediocridad de mis soldados es algo que tendré que evaluar yo y no un elfo extrangero, "amigo". Dice Tormus a Alexander mal humorado por el comentario que había hecho el elfo Tendréis mi cooperación pero ahora, por favor, si teneis algo de interés, hablad.

Muy bien entonces, te comento, Tormus, lo que sucedió en mi ida aL barrio pobre, donde sucedió uno de los asesinatos.
Fui con Mauricio, y hablamos con una señora del asesinato, que no nos pudo decir practicamente nada interesante, salvo que un perro que había por allí, pertenecía al asesinado. Por eso fui a buscar al perro, que se encontraba cerca, y éste me indico un sitio donde se encontraba enterrado este medallón -digo sacándolo y mostrandolo a Tormus - que es particularmente parecido al tullo- añado con una sonrisa y con los ojos puestos en su medallón- luego de esto volvimos con el grupo, además sucedieron otras cosillas, pero no puedo contarlas bien, porque no fui su protagonista - me doy vuelta y miro a los demás- ¿podrían contarle el resto a Tormus?, no quiero hablar sín saber

luego callo, esperando que prosigan los demás con el relato

Escucho la versión de la historia que ha contado Alexander, sin poder evitar mirar de refilón al enano enfurruñado para ver si tiene que añadir algo. Cuando acaba, miro a Kraull, como invitándole a contar nuestro trocito de la historia. No estoy seguro de si nos meterá en problemas pero me arriesgaré con tal de escuchar su óptica sobre nuestra investigación. Seguro que es divertidísima. Pienso pero sin mostrar en mi rostro el más leve atisvo de gracia o humor.

Al llegar a la oficina de Tormus la escena me sobresaltó bastante. No esperaba semejante recibimiento. Inmdiatamente me di cuenta de que la bronca no era con nosotros pero igualmente me quedé a un lado, un tanto a la defensiva, aguardando a que el oficial nos atendiera.

Escuché las palabras de Alexander, observando en todo momento al oficial. Quería ver su reacción ante la mención del medallón, no me cerraba que toda la gente de este poblado estuviera implicada en un culto maligno.

Ante la invitación de Alex de continuar el relato casi implusivamente me lanzo a contar lo que habíamos averiguado con Lacross en el templo, pero me frené a último momento. Miré a Kraull y decidí permanecer callada. En la taberna había hablado yo casi exclusivamente y no quería cansar a mis nuevos compañeros con mi aguda vocecilla.

Kraull se cruza de brazos mirando asus compañeros, la reprimenda de Tormus a sus secuaces, poco le importaba. Ve a Lalaith y le dedica una sonrisa.Sabia que estaba nerviosa, pero no tenia porque estarlo.

¿que diablos te pasa Kraull? Solo es una elfa!

Queda callado, esperando, en silencio. Ya habia habaldo demasiado, y no tenia demasiado que contar.

Al constatar la repentina falta de locuacidad de mis compañeros, decido continuar yo con el relato para no hacer esperar al capitán de la guardia. Trato de contarle con objetividad lo que averigüamos en nuestra visita al burdel, que la chica parecía no saber gran cosa, más que su novio comenzó a comportarse de un modo extraño hace unos días cuando encontró un extraño medallón, igual al que mostraba Alexander. Parecía acongojado y paranóico, según ella, como preveyendo el agorero destino que le aguardaba.

Que extraño, el paladín no ha querido contar la historía adornándola como suele hacer... y no creo que sea la presencia de Tormus que lo haga más timido.