Poco a poco los ánimos se fueron calmando, sobre todo después de la intervención de Lalaith que había conseguido que Alexander entrara en razón. Ahora sólo esperaba que Kraull también se relajara.
-Por lo pronto, dejar de desconfiar en el compañero. Todos estamos aquí por un motivo y por eso debemos permanecer unidos.
Joer, escribí un post el día 18 y parece que se ha perdido en el mundo virtual.
Después de la pequeña discusión, parece que los ánimos de Alexander y Kraull se calman un poco.
Mientras decidís qué hacer a continuación, la gente en la calle viene y va. Algunos os miran extrañados al veros parados en la calle y otros, los que visten con ropas lujosas y joyas, directamente evitan cruzar miradas con un grupo de extranjeros como vosotros u os miran por encima del hombro, mientras la tarde va pasando poco a poco...
De lejos oís sonar unas campanas. Queda claro que al ser el único templo de Frencia, las campanas provienen del templo de Atenas. A lo largo del rato que lleváis en la calle os habéis fijado en que algunas personas iban en aquella dirección, algunas mujeres incluso con trajes oscuros y todos con caras de pena... el entierro de Nestor, vuestro amigo el mago asesinado por los sectarios, y Lacross, va a dar comienzo.
weee, vale que yo esté medio ausente pero no dejemos que el ritmo de la partida se pare. Hagamos un esfuerzo conjunto para seguir adelante ^_^
- Muy bien y ahora? - digo cuando las campanadas se callan
Aquellas campanas eran el recordatorio de por qué estábamos haciendo aquello.
- Esos son Nestor y Lacross que nos piden nos pongamos en marcha. Ya sea para irnos o para lo que sea.
El repicar de las campanas indicaba que por lo que parecía, iba a comenzar el entierro de Néstor y posiblemente el de Lacross.
-Deberíamos acercarnos al templo para despedirlos, ¿no creeis?-pregunto mientras me quedo parado escuchando las campanas.
Por mi parte pido perdón por el retraso yo también tengo las últimas semanas de exámenes.
Las campanas nos hizo reaccionar. Estábamos perdiendo el tiempo ahí. Si algo podría averiguarse, seguramente el paladín ya lo sabía, después de todo él había estado allí conversando con la gente del lugar. Las palabras de Burlat provocaron un pinchazo en mi pecho. Quería ir al funeral de mis amigos, poder despedirlos para siempre. Sin embargo, dejarnos ver por ahí podría resultar peligroso.
-Aunque me gustaría... no sé si sería buena idea esa. Allí podrían vernos e identificarnos. Si queremos que los de la secta crean que estamos con ellos, no deben saber de nuestra pena por la muerte de nuestros amigos. Creo que deberíamos ir a algún sitio a planificar cómo salir de este entuerto. No pienso poner en peligro a esta familia, pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados o la secta logrará su cometido.
La familia se encuetra fuera de la casa, no creo que podamos hacer mas por este lugar. Deberiamos, como dice Lalaith buscar algun ditio donde poder planificar como pdoer salvar nuestro cuello y el de esta gente.
Sus palabras sonaron serenas y susurrantes, no deseaba que nadie oyera sus palabras aunque no poseyeran ninguna informacion.
¿Donde pensais que podemos ir. A lacasa de Nestor? a la posada?
- Ni hablar de ir por la casa de Nestor, si alguien nos reconociera ya nos podemos ir despidiendo de todo el disfraz. Pero si la familia no está en la casa podríamos usarlo de excusa no? Quizás quedarnos algunos aquí para ponerles sobre aviso por si se aparecen mientras los demás vuelven al punto de reunión a decir que no estaban y nos hemos quedado esperando.
Despedir a Nestor y Lacross... no creo que nos agradezcan perder así el tiempo. Tenemos que hacer algo.
- No se, quedarme aquí como un estúpido me pone los pelos de punta e ir al templo es tanto peligroso como inútil. Seguro ambos hubieran preferido que nos dedicaramos a otra cosa en lugar de llorarles, yo lo hubiera preferido.
-Quedarnos quietos no va a ser la mejor opción, compañeros. Deberíamos movernos, hacia cualquier sitio para decidir lo que vamos a hacer.-comento mientras miro a la gente que sigue pasando. Los de clase alta apenas ponen reparos en nosotros y casi nos miran sin embargo de vez en cuando pasan algunos curiosos y cotillas para saber de qué estamos hablando.
¡Que me aspen! ¿Qué estáis haciendo vosotros aquí? - Oís una voz conocida que viene de detrás de vosotros. Se trata de Mauricio, el enano amigo de Nestor que os acompañó durante los primeros momentos de vuestra investigación. Se le ve con claros sintomas de embriaguez y bastante demacrado debido a la falta de sueño tal vez, pero aun así no ha perdido ni un ápice de su temperamento - No se en qué andaréis metidos, pero ya le dije yo a Tormus que era una locura. ¡Si hasta ha conseguido que maten a ese pobre chiquillo amigo de los animales!
Escucho una enérgica voz a mi espalda que me resulta familiar, me giro y no es otro que Mauricio que decidió marcharse del grupo.
-Lo mismo podríamos preguntarte, Mauricio.-contesto con una sonrisa en la cara.-¿Por casualidad has estado bebiendo?
Aunque estaba claro que la respuesta iba a ser afirmativa.
Aaarrggghhh.... claro que he estado bebiendo! - contesta a Burlat tras un sonoro eructo que os tira para atrás debido al olor del alcohol - Necesitaba olvidar, o arrelgar, o... yo que se. El alcohol no solucionará los problemas de este pueblo pero en fin... el agua tampoco.
Tras un prolongado e incomodo silencio, Mauricio emprende su camino, no sin antes avisaros: "Hacedles pagar a esos asesinos lo que le hicieron a Nestor"
La llegada de Mauricio me tomó por sorpresa. ¿Qué hacía él por aquí? Aún no entendía por qué había abandonado nuestra búsqueda, por qué lo había dejado todo tan cobardemente. Y ahora, en estado de embriaguez se lo cruzaban en aquel lugar.
Como sabe que mataron a Lacross? Quién se lo dijo? Su actitud me pareció por demás sospechosa. No creía que Tormus anduviera divulgando por el pueblo lo ocurrido con su amigo elfo... eso sólo arriesgaría la cobertura que habían conseguido gracias a su vida.
-Oigan, no les resulta sospechoso esto? No es por nada, pero que él, quien nos abandonara cobardemente ante el enemigo venga a hablarnos de la muerte de Lacross me resulta chocante. Tal vez sólo esté viendo fantasmas, pero no creo que este encuentro haya sido casual. Vayámonso de aquí cuanto antes y sigamos deliberando en otro lugar. Ya nos ha visto demasiada gente merodeando este sitio.
Al igual que a Lalaith, a Kraull tambien le pareció de lo mas extraña la aparicion del enano. Despues de dejarles y ahora..¿volvia?
¿Por qué?¿Qué le llevaba a regresar?
Luego escuchó el susurro de Lalaith junto a él, ya que no sabia como siempre acababa al lado de aquella muchacha.
- Vayamos a un lugar mas tranquilo y pensemos cual será nuestro siguiente paso ante lo que supuestamente deberiamos hacer y lo que no vamos a hacer
Sus propias palabras incluso le desconcertaron un poco, y casi no llegó a entenderse pero ...mas o menos se habia explicado con claridad.
-¿Como diablos voy a hacer para librarme de estos estorbos y poder hacer mi trabajo? Seguro que ahora decepcionaré a mi nuevo jefe. Tengo que hacer algo para poder llevar a cabo mi mision, pero debo pensar con claridad. En verdad no he mentido a mis compañeros, ya que quiero un lugar tranquilo donde planear todo mi plan y que ellos no me estorben mas de la cuenta.
El paladin rezó dentro de si a su Dios Ladox para poder tener la lucidez necesaria para idear un buen plan.
En cuanto se marcha Mauricio, empiezan las sospechas y cavilaciones. Yo también tenía alguna.
-Estaba ebrio, aunque me gustaría saber cómo sabe lo de la muerte de Lacross. A no ser que fuera al templo y lo viera, sólo se me ocurre otra cosa, que alguien se lo dijera...-susurro y asiento para que nos dirijamos a un lugar más tranquilo y fiable.
Tras el extraño encuentro con Mauricio, os ponéis en marcha y os dirigís a un lugar más discreto, a la posada. El tabernero os recibe alegremente y veis que ahora mismo el lugar no esta muy concurrido, tan solo un par de clientes en la barra empinando el codo mientras sueltan algún que otro piropo a la camarera.
-¿Cómo se está dando el día? - pregunta el posadero - Vuestras habitaciones están disponibles por si queréis subir. Si tenéis hambre o lo que sea, la camarera os servirá gustosamente lo que queráis. Dicho esto el posadero se mete en una habitación que parece ser su despacho.
Si preferís otro lugar, solo decirlo. He puesto la posada por que es una de las opciones que barajasteis. En el salón no hay mucha gente, pero si queréis mas intimidad podéis subir a las habitaciones
Llegamos a la posada y no había mucha gente. Sin embargo, cualquier oído allí era peligroso, así que cuando el posadero nos ofreció comida y las habitaciones, hablé por todos, esperando que me secundaran.
-Gracias, creo que todos queremos descansar un rato. El día ha sido largo- alegué con una sonrisa. -Eso sí, me muero de hambre... ¿podrían llevarnos la comida allí?- desde la noche anterior que no probábamos bocado, la sola mención de algo para mi estómago lo había hecho rugir.
-¿Vamos amigos?- pregunté a todos, mirando especialmente a Kraull.
Entro el último a la taberna y miro los pocos parroquianos que concurren el lugar. Saludo al tabernero con una amable sonrisa y luego escucho atentamente las palabras de la joven elfa. Estaba claro que en los aposentos podríamos deliberar todo lo que está pasando.
-Yo voy subiendo compañeros, nos vemos arriba.-digo mientras comienzo a subir las escaleras.