Partida Rol por web

Kraull observa cómo uno de los tentáculos se dirige rápidamente a él sin que pueda hacer nada por esquivarlo. El tentáculo le agarra de una pierna y lo levanta por los aires, al igual que al líder de la secta y los demás sectarios.

Ambos veis colgando del techo una enorme cabeza con dos ojos y una boca llena con cientos de afilados colmillos.

A parte de eso, Lalaith advierte que entre los ojos de la bestia parece estar incrustada una especie de piedra verde en forma romboide...

Los hombres del capitán Lauren comienzan a desperdigarse por el templo en busca de Alexander mientras Burlat permanece impasible y sin decir una palabra, aguantándole la mirada al capitán.

En ese momento la puerta del templo vuelve a abrirse bruscamente y, esta vez, solo dos hombres la atraviesan. Se trata de Tormus, al que ya todos daban por muerto, y Locke, el jefe del gremio de ladrones.

- ¡Lauren, traidor! Tus crímenes no quedarán impunes. Grita Tormus mientras sale corriendo echo una furia hacia el hombre que hasta ahora había sido su mano derecha.

Locke por su parte hace un simple gesto con su mano y de entre las sombras comienzan a salir varios de sus hombres, que se abalanzan sobre los esbirros sectarios y los guardias de Lauren. En cuestión de segundos el templo se convierte en un autentico campo de batalla...

- Magnifico, una oportunidad tan buena como otra cualquiera. 

Alexander aprovecha la ocasión que se le brinda, tal vez aún estén a tiempo de desmantelar la red de sectarios, pero claro, visto lo visto, ya nadie se puede fiar de nadie, salvo de uno mismo. Manteniendose oculto a las sombras echa mano de sus pequeños cuchillos, no matarán a un hombre, pero si le dejarán un agradable recuerdo. Sin descuidar en ningún momento su escondite, se prepara para atacar a algún sectario despistado. 

Los ladrones habían caído sobre los sectarios, sorprendiéndolos y degollando sin piedad a dos de ellos, mientras los otros cuatros sectarios oponían una fuerte resistencia.

El jefe de los ladrones, Locke, y otros dos de sus hombres hacían frente a los cinco guardias de Lauren. Los ladrones eran rápidos y conseguían esquivar los sablazos de los guardias pero sus ataques no llegaban a traspasar las duras armaduras. Burlat se une a la refriega contra los guardas. Pilla desprevenido a uno de los guardias y le arrea un buen puñetazo en la nuca, dejándolo inconsciente y equilibrando las fuerzas en ese grupo.

Por su parte Tormus y Lauren se enzarzan el uno contra el otro. Las espadas se entrechocaban y saltaban chispas mientras queda claro que ambos están a un nivel marcial muy parejo. Alexander se acerca por la espalda y trata de apuñalar a Lauren, pero un paso en falso hace que pierda la concentración y falle su ataque.

Kraull fue pillado por sorpresa ante aquellos tentaculos, su mente quedó parada milesimas de segundo, suficientes para que el tentaculo pudiera cogerlo, pero apretó su cuerpo y se removía para poder soltarse.

El paladin frunció su ceño, inspiró profundamente y en un sonoro grito consiguió abrir los brazos y las piernas y liberarse cayendo al suelo de forma estrepitosa.

- Lalaith cuidado!

El paladin se posicionó junto a la elfa para enfrentarse a semejante criatura.

Kraull había sido apresado, pero antes de que pudiera hacer algo por ayudarlo, por sus propios medios se soltó. Aliviada, me posicioné detrás suyo, pero sin perder de vista al monstruo que nos atacaba. Si iba a lanzar algún conjuro, era mejor que me pusiera a ello cuanto antes.

Tratando de vencer el miedo, concentré toda mi energía en las palmas de mis manos para formar una bola de fuego que iría directa a los ojos de aquel monstruo. Si no lograba hacerle mucho, al menos serviría de distracción para que el paladín pudiera enfrentarlo.

Cuando la bola pareció tomar suficiente energía, me aparté a un lado para no dañar a Kraull y se la lancé.

-Toma demonio! No permitiremos que nos hagas daño!

Kraull consigue soltarse de los fuertes tentáculos que lo aferraban, al igual que el lider de la secta que cae al suelo. No corren la misma suerte el resto de sectarios, que empiezan a ser golpeados fuertemente contra las paredes, el suelo y el techo.

Lalaith por su parte conjura una bola de fuego que lanza contra la criatura. El impacto del hechizo la desestabiliza haciendo que suelte a los sectarios que tenían entre sus tentáculos.

El líder de la secta tampoco se queda quieto. Una vez se pone de pie, saca una varita de entre sus mangas y de ella sale un cegador rayo eléctrico que impacta directamente en la criatura. Ésta cae al suelo conmocionada pero todavía con vida. 
- ¡Deprisa, tenemos que rematarla!

Kraull no tardó en reaccion y tirarse hacia la Criatura espadón en mano , gritando para sacar toda la fuerza de su interior. Para clavar la espada y terminar con su vida.

La carne de la criatura era dura y costaba clavar el espadón, pero lo consiguió con esfuerzo clavarla hasta el final de éste.

Jadeante esperó, pues sacarla le costaría otro tanto que cuando la habia metido siempre y cuando la criatura siguiera con vida. Tiraba de su espadon par sacarlo.

El combate seguía su curso y Lauren continúa su feroz ataque contra Tormus. En un descuido de Tormus, Lauren consigue herirle en un costado y en ese momento es cuando Alexander aprovecha y consigue detectar un punto débil en las defensas del capitán Lauren. No duda en clavarle su daga por la espalda y causarle una herida bastante fea de la que empieza a salir un chorro de sangre.

- Aaarrgghh! - con un tremendo alarido de dolor se gira hacia ti - Maldita rata de cloaca, ¡acabaré contigo! Como buenamente puede, Lauren hace un barrido horizontal con su espada...

Alexander vio que su ataque había tenido bastante éxito y que su puntería seguía siendo tan buena como de costumbre. Sin problemas, pudo esquivar el torpe espadazo del capitán sectario que éste había lanzado. Sus fuerzas debían de estar cayendo en picado, pues un soldado experimentado, podría haber hecho algo mejor. Dando un pequeño rodeo buscó un nuevo punto de ataque y le hincó de nuevo el cuchillo, pero esta vez buscando algo para reducirlo antes que matarlo. 

Un destello cruzó sus ojos, ya no quería matarlo, ahora quería jugar con él, quería verlo sufrir. Igual que se la había jugado ahora se la iba a jugar a él. Hincó la daga cerca de la herida abierta y tiró hacia arriba. Eso lo dejaría más muerto que vivo y para sus adentros rezó para que sus compañeros de gremio tuvieran mejor suerte que él. Aquel templo tenía que arder hasta los cimientos. 

El monstruo se retuerce y grita de dolor ante el espadazo de Kraull. El sonido os deja medio sordos durante unos segundos y hace retumbar el estrecho pasadizo pero el monstruo continua con vida. Se revuelve y lanza un mordisco con sus enormes fauces al paladín mientras con sus tentáculos ataca a Lalaith y al líder de la secta.

Lalaith trata de esquivar el golpe del tentáculo pero éste la pilla por sorpresa y le arrea un fuerte golpe en el estomago que le hace daño y la tira de espaldas al suelo.