Partida Rol por web

Alex agarra por un brazo a Tormus y corre hacia las catacumbas. 

- Se fueron por aqui abajo con nuestros compañeros. Demonos prisa antes de que sea tarde. 

Alex corre hacia abajo. Esperaba que sus compañeros hubieran tenido suerte. 

Sin poder añadir mucho más, Tormus se ve arrastrado por Alexander hasta las catacumbas mientras que Burlat sigue sus pasos.

- Nosotros nos encargaremos del resto. Oís que dice Locke cuando comenzáis a descender por unas escaleras de piedra en forma de espiral y bastante irregulares.

Al cabo de bajar tres o cuatro escalones notáis cómo la luz empieza a escasear y tenéis que ir más despacio para evitar dar un paso en falso y caer rodando. Al llegar abajo de las escaleras descubrís un angosto túnel cavado en la roca viva. De a penas de 2 metros y medio de alto y tres de ancho. El aire está muy viciado aquí abajo, de echo un tufillo nauseabundo os golpea las narices y enseguida comienza a picaros los ojos. Avanzáis durante varios minutos por el serpenteante túnel, que no tiene ninguna bifurcación, hasta que al fondo veis una tenue luz...

El líder de la secta se reincorpora rápido y se acerca al cadáver de la bestia. Arranca con sus propias manos la piedra verde en forma de rombo que tenía en la cabeza. Habéis echo un trabajo excelente. Lástima que no pueda decir lo mismo de nuestros hermanos - dice señalando al resto de sectarios que habían muerto a causa de los ataques de la bestia - Mañana les daremos un funeral digno, pero ahora tenemos que darnos prisa y seguir adelante.

Introduce la piedra en el hueco de la puerta y ésta se abre, dando paso a una pequeña cámara llena de tesoros y objetos valiosos. Arcones con monedas de oro, piedras preciosas y todo tipo de joyas, collares, anillos e incluso alguna que otra corona. Estatuas religiosas echas de oro macizo o telares vistosos bordados en oro que representan batallas de tiempos pasados. El hechizo de luz que había lanzado el líder de la secta se ve magnificado ante los reflejos de los objetos de la cámara, gracias a lo cual la estancia se ilumina. El líder comienza a buscar frenéticamente entre los tesoros...

Llegáis hasta el final del tunel y observáis que allí ha ocurrido una auténtica masacre. Todos los sectarios que bajaron a estas catacumbas estan tendidos en el suelo, muertos, junto a una enorme y fea criatura con tentáculos y una boca enorme llena de afilados dientes.

Unos pasos más adelante hay una abertura en la roca, desde la cual sale una luz. Observáis perfectamente que se trata de una cámara con muchos tesoros. Kraull, Lalaith y el líder de la secta se encuentran dentro. Éste último alza su mano con lo que parece ser un vial.

- Deja eso en su sitio y entrégate! - grita Tormus - No tienes salida.

Por fin, después de un rato buscando, el líder saca un pequeño cofre con el símbolo de Bahamut en la tapa. Al fin te he encontrado. Al abrirlo saca un vial que contiene un líquido rojo oscuro y bastante espeso. El líder lo levanta como quien levanta un trofeo. Por fin es mio!

Deja eso en su sitio y entrégate! No tienes salida! - Escucháis una voz detrás de vosotros que os resulta familiar. Al volveros encontráis a Tormus, acompañado por Alexander y Burlat.

El líder entorna los párpados de sus ojos, en una mirada de odio y frustración.
Veo que los esfuerzos de Lauren no han sido suficientes para mantenerte a raya Tormus. Pero creo que estás en clara desventaja. Estos aventureros que crees que trabajan para ti, en realidad son dobles agentes. Ahora están todos trabajando para mi y me ayudarán a conseguir mis metas. ¿No es así chicos?

Alexander no le dio tiempo a contestar. Sin ningún tipo de entretenimiento se fue directo a la parte oscura de la cámara y se quedó acechando entre las sombras. En cuanto alguien diera la primera toña, Alex saldría de detrás de su escondrijo y apuñalaría al lider de la secta. 

Por fin la batalla contra el monstruo había alcanzado su fin. Tras mucho esfuerzo logramos derrotarlo y mientras la adrenalina abandonaba mi cuerpo, el líder fue en busca de aquella gema que le abriría la puerta de las catacumbas.

Cuando ésta estuvo abierta, no quedó otra que seguirlo. Con temor a encontrar una nueva trampa, ingresé en el recinto y las maravillas que allí se guardaban me dejaron impresionada. Mientras miraba aquí y allá, sin saber bien que hacer, busqué con la vista a Kraull. Esta era nuestra oportunidad. No quedaban sectarios allí abajo y aunque el lider era poderoso, nosotros dos, uniéndonos como hasta ahora, podríamos derrotarlo.

Iba a hacerle alguna seña como para indicarle que debíamos atacar cuando una voz familiar me sorprendió. Tormus! Mis compañeros! todos han sobrevivido!

Sin decir nada más, fui moviéndome despacio hasta quedar en una posición que ayudara a rodear a aquel líder malvado. Si entre los cinco atacábamos todos sus flancos, no tendría escapatoria. Una vez en posición, rompí el silencio.

-No estés tan seguro, líder. Tu orgullo te ha cegado y no has visto la verdad en nuestros corazones. Jamás estaremos al servicio de Bahamut! Obedece a Tormus y podrás vivir.

Sin dudar, comencé a conjurar otra bola de fuego. Quería tener un arma lista en caso de que no atendiera razones y quisiera luchar a pesar de todo.

Burlat también se colocó en una posición para cortar el paso al líder. Por fin te tenemos donde queríamos. Las muertes de Nestor, Lacross y los demás no habrán sido en vano. Ahora entrégate.

La frustración se iba haciendo cada vez más patente en los ojos del líder. Por lo visto había sido vilmente engañado por esa panda de seres inferiores. El elfo miró a Kraull

- Y bien, paladín, algo que decir al respecto? Seguirás tu también el camino que dictan tus amigos?

- Ya no hace falta seguir fingiendo ¿verdad?

Miraba a sus compañeros y luego al lider de la secta, y caminó hasta ponerse junto a Lalaith.

- las sombras son mas traicioneras de lo que piensas "lider"

Sonrió fanfarronamente, haciendo ver que él tambien habia engañado al Lider.

El paladin se veía entre la espada y la pared, pero...siempre hay que estar en el bando ganador. El lider estaba solo, y entre todos podían con él. Y un paladin precavido vale por dos, mejor estar en la parte ganadora que luego morir antes de lo que debía. Sabía moverse entre unos y otros para salir beneficiado.

Ante la respuesta del paladín, el líder se lleva la mano a la boca y emite un chillido agudo de decepción, en un gesto muy teatrero. Que decepción - dice casi llorando pero al momento corta su falsa interpretación - espero que el lord del caos y la destrucción se apiade de tu alma por no hacer su voluntad. En fin aún guardo un as en la manga antes mataros a todos. En ese momento su ojo emite una luz brillante y todos sentís como algo en vuestro interior se remueve. Se trata del medallón que os dio el líder. Ya sea colgado al cuello o en un bolsillo, el artefacto comienza a vibrar y sentís cómo trata de asaltar vuestras mentes...

Al ver que Kraull se acercaba a mi lado, la confianza me invadió. Éramos cinco contra uno, íbamos a derrotarlo facilmente. Sin embargo, en ese momento no pude ver cuan equivocada estaba.

Cuando el mago terminó su numerito, no esperé a ver sus intenciones. Sin respirar, terminé las últimas frases del hechizo de la bola de fuego y lo lancé. Sin embargo, nuestro enemigo era más poderoso y su voluntad, a través de aquel extraño medallón, se impuso a la mía. Sin saber como o por qué, la esfera de luz que se estaba formando en mis manos, en vez de crecer y salir disparada contra su objetivo, se consumió casi al instante y algo extraño, proveniente de la vibración del amuleto comenzó a invadir mi mente sin que yo pudiera resistirme.

Kraull sintió como aquel ser los habia manipulado como habia querido. Ahora recordaba ese medallon, el medallon de la secta...

- Maldito tu y tu magia. El Dios de la destruccion no te acogerá en sus brazos cuando acabe contigo. Y seré recompensado por el y su gracia cuando destruya a una rata como tu.

Intento estar cerca de lalaith para que no le ocurriera daño alguno. No le importaba nada mas...no sabia que tenia aquella joven que le habia roto los esquemas de su vida. Pero ahora solo deseaba protegerla, y parecía que no iba a conseguirlo.

No impondrás tu voluntad sobre... mi alcanza a decir Burlat antes de que sus ojos se quedan mirando al infinito. Seguidamente se vuelve hacia Tormus y sin previo aviso le suelta un puñetazo en la boca del estómago que le hace retroceder un paso.

Satisfecho con el resultado de su conjuro y con una sonrisa endiabladamente malvada, el líder os ordena atacar a Tormus.