Partida Rol por web

Los secretos de "El Roblón"

¡¡Nos vamos de excursión!!

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14/07/2014, 07:03
Guillermo

Aunque la situación empezaba a angustiar a Guillermo, pronto comprendió que debía asumir que era el mayor del grupo. Así que con voz temblorosa afirmó lo más tranquilamente que pudo:

- Yo iré primero.

Al dar el primer paso se acordó de su padre, estaba seguro de que él hubiera hecho lo mismo, era la hora de los valientes. Si al menos no hubiera desaparecido Fiz...

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16/07/2014, 18:44
Lucio "Uzo"

¡Espera, Guillermo! -Uzo era quien tenía la linterna, y lo que es mejor, con pilas recién puestas-; toma, llévala tu -dijo entregándole el "cetro" de liderazgo-, pero te cuidado, y no vayas muy rápido: todos te seguimos.

No le causaba especial interés el inspeccionar una cueva, pero estaba decidido: era encontrar esos huevos o morir en la decepción. Aunque era pequeño, Uzo parecía comprender esto muy bien.

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17/07/2014, 01:19
Lucía

Aún con el susto en el cuerpo a escuchar cómo la cueva se cerraba tras ellos y que a punto estuvieron de quedarse sin luz, Lucía caminó detrás de sus amigos, bien pegada a ellos, para no perderse en la oscuridad. Miró con recelo el agujero en el suelo, dudando que ir por allí fuera buena idea pero, al darse cuenta que no podían hacer otra cosa, respiró hondo y se armó de valor para seguir adelante.

Le costaba ir por aquel camino, pero no parecía la única, sobre todo cuando llegaron a los escalones tan altos, los cuales tenía que descender casi saltando.

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17/07/2014, 19:33
Director

Los niños comenzaron a bajar las escaleras poco a poco. Eran muy altas y costaba mucho andar por ellas ya que tenían que dar dos pasitos entre escalón y escalón. A la incomodidad había que añadir el fuerte ruido de los insectos que parecían campar por todas partes. Además, la linterna, llevada ahora por Guillermo, les servía de guía sí, pero también les hacía ver toda clase de asquerosidades dignas de un cuento de terror.
Monstruosas telarañas rasgadas con sus moradoras colgando de aquellos hilillos trasparentes y que parecían volar, con sus ojillos abultados fijos en los niños. Deseando que estos fuesen un poco más pequeños para poder envolverlos en su tela. Las paredes estaban decoradas con profundos arañazos que, sin duda tenían que haber sido hechos por garras mas poderosas que las de cualquier bestia que conociesen...y sobre todo el olor. El olor a cuerno quemado y a podredumbre. 
Estaban ya a mitad de las escaleras cuando de pronto se oyó una fuerte explosión y se quedaron a oscuras. La bombilla de la linterna había estallado dejándolos en la más absoluta oscuridad.

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21/07/2014, 09:29
Alicia

Avanzo mirando el suelo para evitar caerse y también para no ver a las asquerosa arañas. Sabéis mi abuelo tiene una cueva para hacer vino y se parece algo a esta, aunque no tiene un escalones tan tan grandes, ni tampoco está cavada en la piedra. Dice que en las cuevas siempre hace la misma temperatura y por eso es un sitio tan bueno para guardar el vino… Claramente la niña estaba hablando para no demostrar que estaba muerta de miedo.

Al oír la explosión se acurruco contra una esquina y espero. ¿sería el ojancano que había roto la linterna de un manotazo? Tembló de miedo y a punto estuvo de salir corriendo ¿pero adonde? Además no había luz y no podía subir esas escaleras a oscuras. Espero unos segundos para comprobar que no había nadie oculto en la oscuridad, los segundos parecieron horas y el zumbido de los insectos impedía escuchar. Finalmente decidió preguntar en voz baja. Guillermo, Guillermo, ¿Qué ha pasado? ¿estas bien?

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21/07/2014, 17:08
Lucio "Uzo"

Mientras Alicia contaba lo de su abuelo y clamaba por Guillermo, el pequeño Uzo se quedó inmóvil. No se había dado cuenta hasta ahora. Podría haber atravesado cien montañas como esas, podría haberse enfrentado a cien ojáncanos y quizá él sólo al maldito basilico (incluso a Batman, si se diera el caso), pero en ese preciso instante, cuando estalló la bombilla, se impaciento sobremanera.

Ahora que no veía nada, se le afinaron el resto de los sentidos. Oía el crepitar de las patitas arácnidas correteando por la tela, muy cerca de su cabeza; el olor a humedad allí abajo, y quien sabe si a presa muerta, e incluso saborear el espeso aire que ahí abajo se pronunciaba. Notó algo en la pierna, incluso, muy cerca del talón, y prefirió no pensar en qué podría ser. Pero lo que lo dejó realmente fuera de sí, y, como ya decimos, inmóvil, fueron los propios...

¡...escalones! -murmuró en alto Uzo, como si su pensamieno no tuviera barrotes en su mente-. El muchacho tragó saliva, cerró sus ojos en plena oscuridad y... ¡comenzó a gimotear! Uzo teniá PAVOR a las escaleras: y ahora estaba en la de un monstruo, en plena cueva, y a oscuras...

¡Buaaaaa! -lloraba el chiquillo-.

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21/07/2014, 21:23
Guillermo

El estallido tan cercano a Guillermo le paralizó por completo, su brazo quedó inerte, sin fuerza ni voluntad. Su mano se abrió y dejó caer la linterna que bajó rebotando las escaleras. Mientras todo esto ocurría Guillermo se quedó temblando, oía voces atrás pero no entendía lo que decían, sólo alcanzó a tartamudear:

- Yoyoyoyo.

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23/07/2014, 01:56
Lucía

Bajar aquellas escaleras supuso un enorme esfuerzo para Lucía, no sólo por lo altas que eran sino por todos los bichos, incluidas las odiosas arañas que tanto miedo le daban. Bajaba con sumo cuidado, intentando no tocar la pared ni acercarse a las pegajosas telarañas que se veían de vez en cuando. Pero lo peor de todo vino después.

La explosión que se oyó consiguió que un grito se escapara de su garganta, que fue en aumento al verse envuelta en la oscuridad. Aquello era demasiado para ella pero se calló de golpe cuando se dio cuenta de que sus amigos aún seguían a su lado. Sentía las lágrimas corriendo por sus mejillas e incluso le pareció escuchar patitas correteando por las piedras. Rezó como le había enseñado su madre para que no hubiera ratas porque entonces... entonces sí que no podría dejar de chillar.

Ni cuenta se dio de que sus ojos, poco a poco y a pesar de las lágrimas, comenzaban a acostumbrarse a la oscuridad, tan pendiente estaba de que ninguna araña o cualquier otro bicho comenzara a recorrer su cuerpo y de que ningún monstruo saliera de la oscuridad.

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25/07/2014, 20:47
Director

El miedo atenazaba los músculos de los niños que, se habían quedado paralizados casi por completo en la oscuridad. La situación era mala, pero estaba a punto de ponerse peor, puesto que Uzo parecía haber sucumbido a un ataque de pánico y era incapaz de moverse del sitio. El niño lloraba y lloraba, con el consecuente peligro de alertar al terrible ojáncano...o incluso al basilisco... Y sin Fiz allí, el Basilisco les quemaría desde dentro, matándolos a todos entre terribles sufrimientos. Y ya no habría más Alicia, ni más Guillermo. No habría más Lucía ni más José ni tampoco más Uzo. Se acabaron para siempre las peleas con los hermanos o primos, con los padres y los deberes...pero también los abrazos, los caramelos y los juegos.

Y Uzo, que parecía ser el más consciente de la situación lloraba, disminuyendo sin poder impedirlo las posibilidades de sobrevivir. Poco a poco, los ojos de los niños comenzaron a adaptarse a la oscuridad y vieron al pequeño -o más bien su silueta- agazapado junto a la pared. Salvo los sollozos y las respiraciones de los niños ya no se oía nada más... Y sin embargo, Guillermo, que iba el primero estaba seguro de que la rotura de la linterna no había sido accidental.

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27/07/2014, 19:56
Lucía

- ¿Qué... qué hacemos... ahora?

El susurro era tan quedo que casi ni se oyó a si misma. Tenía miedo despertar al Ojáncano aunque, a no ser que estuviera sordo o no estuviera en casa, era imposible que no hubiera escuchado los sollozos de Uzo. Lucía estaba muerta de miedo, la oscuridad la asustaba mucho, sobre todo ahora que sabía que un monstruo estaba escondido por allí, y tenía la sensación de que diminutas patas recorrían sus piernas. Si hubiera podido hubiera salido de allí corriendo todo lo que podía, sin dejar de gritar y sin mirar atrás, pero estaban encerrados y, por más que gritaran nadie los escucharía y morirían allí encerrados.

El concepto de muerte era algo extraño para Lucía. Sabía que cuando las personas o las mascotas morían no se las volvía a ver, pero no tenía ni idea de a dónde iban. Su madre le había dicho que estaban en el cielo, pero ella sabía que eso era imposible a no ser que tuvieran un cohete muy potente que llegara hasta allí. Ella no quería subir tan alto, por lo menos hasta que no fuera más mayor. Siempre se peleaba con sus hermanos y siempre se llevaba broncas de su madre, pero ahora mismo era a quién más echaba de menos y quería volver con ellos.

A pesar de las lágrimas que seguían saliendo de sus ojos no se atrevía a sollozar ni a hipar para así poder oír al monstruo si se acercaba a ellos. Tenían que decidirse a seguir bajando ya que volver no podían.

- ¿Se-seguimos?

Sin luz no estaba muy segura de cómo iban a conseguir continuar pero algo tendrían que hacer antes de que los descubrieran o de que fuera demasiado tarde.

¿Dónde estará Fiz o la Anjana?

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28/07/2014, 18:52
José Sánchez "Panes"

Aquel lugar estaba lleno de insectos y de arañas, por suerte no había escuchado aún el cri cri cri característico del ser que más miedo y asco le causaba, mucho más de todo el miedo que pudiera darle el ojancano y las aterradoras leyendas que había escuchado, mucho más que el miedo al veneno de basilisco que en esos momentos recorría sus venas. No escuchar ese ruido, a pesar de la desesperada situación en la que se encontraba, tranquilizaba al pequeño hijo del panadero.

Poco a poco, sus ojos se fueron acostumbrando a la falta de iluminación y pudo ver con mayor claridad.- Claro que seguimos.- respondió en un susurro apenas audible.- No vamos a quedarnos aquí para que el ojancano nos atrape.

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29/07/2014, 11:52
Alicia

Poco falto para que Alicia también quedara paralizada por el miedo, todo era igual que las historias y películas de miedo que le ponía su hermana, esas que tanto miedo le daban. Pero confiaba en una cosa, en las películas los buenos siempre se salvaban y derrotaban al malo… otra cosa eran los cuentos donde los buenos a veces no sobrevivían. Pero no quería pensar ahora en eso. Este era el momento de seguir adelante, no podían quedarse quietos. Tenemos que seguir avanzando, dijo confirmando las palabras de Panes. Aquí no hacemos nada. Tenemos que avanzar al igual que los aventureros en el castillo de Drácula para encontrar al monstruo y destruirlo.  Dijo con firmeza, aunque Alicia no estaba segura del todo de sus palabras.  

Se acercó a Uzio para tratar de tranquilizarle, venga, hay que seguir avanzando. No podemos quedarnos quietos.

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29/07/2014, 19:43
Guillermo

Poco a poco todo volvió a la calma, las reverberaciones del estallido de la bombilla se perdieron en lo profundo y Guillermo salió de su estupor. Escuchó los cuchicheos y los llantos a su espalda y afrontó con firmeza el hecho de que iba delante y debían avanzar.

Recordó a su padre y una historia que le contó una vez sobre los convoys nocturnos y como hacían para no ser vistos. Usaban una especie de ojos de gato en los focos de tal forma que sólo el coche posterior fuera capaz de ver al anterior. Ójala tuvieran algo parecido aquí, no obstante, a Guillermo se le ocurrió un apaño que podría resultar:

- Cogeos cada uno de la ropa del anterior, yo avanzaré con cuidado por las escaleras y así todos iremos con seguridad. Al menos hasta que haya algo de luz... siseó Guillermo.

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31/07/2014, 17:07
Director

Agarrados unos a otros, en la oscuridad los niños miraron hacia abajo. Uzo seguía llorando pero pareció calmarse levemente cuando Alicia se acercó a él. Aunque seguía negándose a bajar el ruido de los sollozos cesó y tan solo vertía lágrimas silenciosas. Ante ellos solo había oscuridad y un terrible monstruo. A su espalda oscuridad, insectos y humedad. Y entre el monstruo y la pared, en algún lugar estaba la única salvación para los niños. Los huevos que les proporcionarían el antídoto. Para bien o para mal, el final estaba al fondo de las escaleras.

Notas de juego

FIN DE LA ESCENA