Partida Rol por web

Los secretos de "El Roblón"

¡¡Nos vamos de excursión!!

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07/03/2014, 20:27
Director

Para colmo de males, en aquel momento al pequeño Lucio le empezó a picar terriblemente la entrepierna, un lugar donde estaba muy mal visto rascarse... y también comenzaron a picarle las orejas.

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08/03/2014, 00:09
Lucía

Lucía volvió a recorrer el camino de vuelta espantando aquellos bichos que parecían querer comerla viva. Malditos mosquitos. Pero sin lugar a dudas lo peor fue cuando, una vez llegaron al punto donde habían dejado las mochilas, se encontraron con que les habían dejado sin comida.

- Noooo, los bocatas. ¿Y ahora qué hacemos si no podemos comer?

Estaba mirando las mochilas abiertas cuando Lucía comenzó a moverse inquieta, llevándose la mano a la espalda intentando rascársela. Era un picor insoportable y sus cortas uñas apenas podían aliviarla.

- ¿Tengo algo en la espalda? Me pica mucho... -Estaba a punto de empezar a sollozar por el insufrible picor que estaba teniendo-. Que no sea un bicho... por favor... mirad a ver qué tengo. Me pica...

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10/03/2014, 11:38
Guillermo

- ¡Mierda!... exclamó Guillermo con vehemencia... nos han robado la comida. Ahora sí que estamos en un lío.

Se giró de forma nerviosa hacia sus compañeros elevando el tono de voz.... ¿Os dais cuenta? Hay un criminal por aquí suelto ¡y estamos solos!

Comenzó a rascarse la corva compulsivamente y solo entonces se percató de las palabras de Lucía... A mí también me pica la pierna, date la vuelta a ver si tienes algo. Nos ha tenido que picar algún bicho.

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10/03/2014, 17:53
Alicia

La niña se quedo con la boca abierta, no es que le gustaran los bocatas, pero los consideraba mejor que no comer nada. ¿Quién… quien los ha cogido? Rápidamente se giro hacia Guillermo el había sido el último en bajar y podía haberlos cogido, pero al ver la cara que ponía el niño rechoncho cambio de idea.

Alicia se sentó en el suelo y empezó ha desatarse la zapatilla izquierda, a mí también me pica mucho las manos y los pies…  dijo mientras empezaba a rascarse. También trato de buscar el culpable de ese picor, empezó a mirar a su alrededor buscado ortigas, las ortigas siempre eran las causantes de todos los picores, o eso le había dicho su abuela.

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10/03/2014, 18:07
José Sánchez "Panes"

El camino de vuelta desde el río había sido realmente duro para Panes. Cada pocos pasos uno de sus compañeros espantaba algún asqueroso saltamontes que saltaba con ayuda de sus patas traseras llenas de púas y sus débiles pero desagradables alas.

Cada vez que veía uno saltar tenía que cerrar los ojos y concentrarse en evitar que todo su cuerpo temblara por el asco, así que cuando llegó de nuevo al camino fue una auténtica liberación. Mientras los demás rebuscaban en las mochilas a él le escocían los hombros, pero ni siquiera se atrevió a mirarlos no fuese uno de esos saltamontes el causante del picor.

Cuando sus compañeros confesaron que a ellos también les picaba el cuerpo se quitó la camiseta y le dio la vuelta- A mi me pican los hombros. Además mucho, muchísimo- Dijo mientras juntaba el valor necesario para ver que había dentro de ella y luego soplarse los hombros todo lo fuerte que pudo para que se le fuera el picor.

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10/03/2014, 20:39
Director

Mientras los niños se rascaban como podían, José aguanto el picor lo suficiente como para mirar en su mochila. Allí descubrió que todos los objetos comestibles o simplente digeribles habían desaparecido. Afortunadamente la linterna, el saco y la esterilla seguían allí. La situación no era demasiado peligrosa a simple vista y el paisaje parecía idílico a más no poder, como siempre, con el trino de los pájaros, el sonido de los grillos (aunque estos no gustaban demasiado a José) y el viento soplando suavemente. 

Por otra parte el picor iba en aumento y la luz iba apagándose. Aunque parecía que aún tendrían una hora o dos de luz, el aire se cargaba con el olor vespertino y los mosquitos comenzaban a aparecer. Y sin embargo, aunque rondaban a pocos centímetros de ellos no se posaban en la piel de los niños.

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11/03/2014, 17:35
Lucio "Uzo"

El pequeño Uzo se arrascaba las orejas mientras subía, y mientras sus compañeros comenzaban a rascarse igual que él. Sin embargo, él no dijo nada en todo el ascenso, ni siquiera cuando estuvo ya en el punto donde se habían separado de su monitor. Vio que las mochilas estaban abierta, y comenzó a cruzarse de piernas... comprobó que al menos la linterna y demás cosas que no fueran bollos o bocatas seguían allí, y volvía a cruzar sus piernas, esta vez de forma contraria...

¡Pues a mi me pica el pito! -dijo inconscientemente en alto cuando ya no pudo aguantar más-. Y entonces el chaval se quedó rojo, muerto de vergüenza. Al menos aquello no llamaba tanto la atención (pensó él) como el hecho de estar sin alimentos, sin un mapa, sin un guía, sin un monitor o el resto de monitores, ¡qué liada!

Entonces comprobó cómo poco a poco se acercaba la noche, y para colmo, los mosquitos eran frecuentes a esa altura. Unos pucheros aparecieron en la cara de Uzo, fruto del miedo y la desprotección...

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11/03/2014, 22:50
Lucía

A pesar de los picores de su espalda y de lo molestos que eran, Lucía no pudo evitar reírse al escuchar a Uzo, aunque la risa le duró poco al ver cómo los mosquitos empezaban a aparecer. Y para colmo se estaba haciendo de noche y Castillo no aparecía. Estaban solos y no conocían el camino, y encima sin comida.

La niña, sin parar de rascarse, empezó a temblar de miedo. No quería ni imaginar la cantidad de bichos que saldrían por la noche y puede que también brujas y fantasmas. Comenzó a sollozar por lo bajo esperando que alguien llegara para rescatarlos.

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12/03/2014, 20:09
Alicia

Contuvo la risa todo lo que pudo pero finalmente tuvo que reírse a carcajadas. Con las risas por un instante se olvido del picor se coloco la zapatilla, aunque no se la ato y cerro la mochila sin llegar a comprobar lo  que había dentro. Creo..JAJAJA …Creo que deberíamos de ir. Risas contenidas. Deberíamos de tratar de llegar a la cueva, cerca del rio es donde hay mas mosquitos. Aunque no sabía si los picores le permitirían caminar hasta la cueva.

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12/03/2014, 20:29
Director

Antes de que pudiesen moverse para avanzar hacia cualquier lugar, los niños se quedaron de piedra pues se oyó claramente un llanto cristalino que resonaba de algún lugar desconocido para ellos. El sonido se parecía al ruido del agua cayendo y golpeando contra algún lago o río. El llanto se silenció unos segundos y una voz de amapola cantó una dulce melodía.

♪ Imprudentes habéis sido

al adentraros en los espinos... ♪

El llanto volvió a sonar y la voz repitió la inquietante estrofa

♪ Imprudentes habéis sido

al adentraros en los espinos... ♪

 

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12/03/2014, 21:08
Lucía

Dejó de sollozar al escuchar la risa de Alicia, ¿acaso se había vuelto loca? ¿por qué se reía de aquella forma? Pero tenía razón, sería mucho mejor que se acercaran hasta la cueva, por lo menos allí estarían más seguros. Le seguía picando la espalda pero intentó no pensar en ello, tenía que coger su mochila y ponerse en camino.

Estaba preparada para volver hacia la cueva cuando un sollozo la dejó parada y una cancioncilla comenzó a escucharse procedente de ¿dónde? Sonaba igual que el agua así que pensó que, con toda probabilidad, vendría del río que acababan de dejar.

- ¿Quién... quién está ahí? ¿Quién está... cantando?

Cada vez sentía más miedo y miraba a todas partes con los ojos abiertos como platos pero sin atreverse a dar ni un solo paso.
 

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13/03/2014, 13:10
Guillermo

- ¿Lololo... habéis oído? El ladrón esta por aquí cerca. Debemos alejarnos y buscar ayuda.

Guillermo recogió su mochila temblando y mientras esperaba que el resto hiciera lo mismo miró a su alrededor intentando hallar el origen de la voz y descubrir al ladrón de comida. Estaba tan asustado que hasta se le había pasado el hambre.

Notas de juego

¿Veo algo en la espalda de Lucía?

Nop

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17/03/2014, 11:09
Alicia

Dejo de reírse súbitamente y empezó a notar como los pelos de la nuca se le erizaban poco a poco era una sensación de terror y miedo que había experimentado en otras ocasiones, como cuando su hermana le contaba historias de fantasma. Alicia se levanto y comenzó a acercarse al resto de niños, se movía lentamente, pensaba que si se hacia algún movimiento brusco “algo” se lanzaría sobre ella como un león sobre una gacela. Creo… que deberíamos ir a la cueva…. Pero muy poco a poco. También cabía la posibilidad de que la voz quisiera ayudarles, pero en ese momento la niña solo pensaba en llegar a su cama y esconderse debajo de las sabanas.

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17/03/2014, 13:30
Director

La voz volvió a sonar, esta vez a unos pocos metros de ellos. Interponiendose entre ellos y el camino que les llevaba hacia la cueva. El tono parecía triste y sincero pero, ante todo era muy hermoso. En aquel momento hubo algo que obligó a los niños a girar la cabeza en dirección a los arbustos por donde habían pasado y con los que se habían raspado. Allí, con los últimos rayos de sol pudieron ver unas cosas brillantes que se movían lentamente emitiendo una luz que no habían visto antes. 

♪Los gusanos de colores

brillantes como soles

un terrible mal portan

envenenando a quien los toca.♪

 

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17/03/2014, 22:05
Lucía

La voz los rodeaba ya que ahora sonaba en la misma dirección que ellos tenían pensado tomar. Lucía seguía mirando a todas partes cada vez más temblorosa y a punto de echarse definitivamente a llorar, y fue en ese momento cuando vio los puntos de luz en los arbustos. Pero lo peor de todo fue escuchar a la voz hablar de gusanos.

¿Gusanos? Qué asco. Y Lucía se volvió a estremecer, pero esta vez no sólo por el miedo sino por la repulsión de pensar que esos bichos eran los responsables de su picor, pensar que se estaban arrastrando por su piel conseguía paralizarla de miedo y comenzó a dar pequeños gritos palmotenado desesperada su espalda.

- Gusanos no... gusanos no...

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18/03/2014, 00:59
Guillermo

Guillermo soltó la mochila de golpe y se detuvo paralizado. O el ladrón era muy rápido y ágil o había más de uno. La cosa se estaba poniendo realmente fea y todo por culpa del drogata de Castillo. Guillermo reunió todo el coraje del que fue capaz y alzó la voz de la forma más firme que pudo:

- No sé quién eres pero estamos de campamento, nuestro monitor viene de camino. Si sigues molestándonos daremos parte a la Guardia Civil.

 

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18/03/2014, 17:15
Lucio "Uzo"

Canciones, cánticos, ¡advertencias! Procedían de aquella especie de zarzales por los que habían descendido, pero, ¿quién hablaba? ¿Porqué lo hacían? Uzo ya no sabía qué pensar; quizá era una broma de Castillo, quizá eran los gitanos de la cueva, que habían "revivido" repentinamente o tal vez batman hubiera salido de su escondite secreto, cualquiera sabía.

Sin duda que entre gusanos, Guardia civil y la posibilidad de entrar en la cueva, el temor del pequeño Uzo iba en aumento. Sin embargo tomó su linterna y, sin encenderla de nuevo, tragó un poco de saliva y apuntó hasta la boca de la cueva, con el dedo sobre el botón a punto de ser pulsado (como si aquello fuera una espada láser que lo protegería de cualquier cosa...).

Castillo, como seas tú... -soltó Uzo al aire, en alto-.

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18/03/2014, 22:36
Alicia

¿Quién… quien eres? Pregunto la niña casi gritando para así evitar que le temblara la voz. ¿Que… Que quiere? Se estremeció al pensar que podía haber pisado alguno gusano, pero no tenía el pie pringoso como cuando pisaba con la zapatilla algún insecto, así que no había pisado ningún gusano . No hemos tocado ningún gusano.

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19/03/2014, 00:02
Director

No había terminado Alicia de pronunciar aquellas palabras cuando, ante ellos apareció un ser asombroso y que tanto la niña como Uzo y José reconocieron inmediatamente por los cuentos del campamento. Era una bellisima Anjana. Esta tenía el aspecto de una hermosa ninfa de poco más de un metro de altura con unos brillantes ojos negros. Llevaba el ondulado cabello peinado en dos largas y doradas trenzas que colgaban hasta las rodillas. Al final de cada trenza llevaba unos lazos de seda  morados que hacían juego con la corona de brezo que portaba.

Aquel ser les miraba con unos ojos serenos y tristes, que parecían leer el interor de su alma. Finalmente, tras unos segundos de silencio, la Anjana se acercó a ellos. El viento movía su capa estrellada y su nívea túnica dejando a la vista unos delicados piececitos calzados con unas sandalias de piel. Pese a su expresión triste, la Anjana sonrió con dulzura a los niños.

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19/03/2014, 00:15
José Sánchez "Panes"

—¡Es...! ¡Es una Anjana!—José no daba crédito a lo que veía aunque, por otra parte, había recuperado aquella misma mañana su preciada canica azul gracias (indudablemente) al duende zahorí.—Castillo nos habló de ella... ¡Llevaron la sarna a un pueblo para castigar a los egoístas!¡Y ayudan a la gente buena!

Notas de juego

PNJtizado