Partida Rol por web

El sargento Miller y sus hombres (*) habian sido relevados de las posiciones en el frente, a apenas un kilometro del pueblo de St. Lo. Ahora, 4 kilometros detras de sus propias lineas y despues de una ducha caliente (la primera en casi un mes de campaña que llevaban), las cosas adquirian mejor color. Al menos no el color marron barro que habia sido su acompañante desde que habian desembarcado en Omaha Beach, dos dias despues del dia D. Desde entonces, solo habian visto muerte y miseria. Y habian matado. Mucho. Habian matado porque era a lo que habian venido a hacer a Europa. Matar alemanes hasta que capitulasen de su locura.

Y miré, y he aquí un caballo pálido; y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el infierno le seguía. Y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra. (**) -murmuró en la cantina vacia, acompañado de un vaso de whiskey. Estaba seguro de que muchos mas, amigos y enemigos moririan antes de acabar la guerra

Miller intentaba no pensar demasiado en sus compañeros caidos en combate, era el precio a pagar por salvar al mundo. Aun no habia perdido ningun hombre, pero antes o despues llegaria. Simplemente, esperaba que no fuese por su propia incompetencia. Quien sabe? Quizas mañana seria su turno de acabar con la cara enterrada en el barro. Lo aceptaba con estoicismo. Era su deber y Jess lo entenderia.

Jess... - se llevo la mano al pecho, donde guardaba la carta que le acababan de entregar hacia unos minutos. No habia querido que se alistase, por supuesto. Ya habia otros para luchar. Acaso no la queria?

Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis sentados aquí? (***) - le respondio mentalmente, igual que habia hecho aquella tarde en su casa de Tenessee. Quedarse no era una opcion, y ella lo sabia.

Dio un trago al whiskey que le habian servido y saco un papel. Mejor escribia la respuesta antes de que llegase la tropa. No queria tener que partirle la cara a nadie por un comentario inapropiado.
 

Andaba yo por la carretera todo cubierto de barro,-Joder, si hay aqui mas mierda que en Paris-,cargado con mi "salvavidas" que me hacia parecer mas corpulento. Andaba explorando en busca de algo interesante.
*En Castellano*
-Ehh, tu americano, donde se reune la gente para contar coti...-
"Coño es verdad, que estos no me entienden"
*En Ingles Chapurreado*
-Güere, ai kann tomar-Hice el gesto de empinar el codo-algo de drinquin, an toc güit otros-Señale a todos los presentes-Pipol?-
Este me sañalo una colina y me dio indicaciones primitivas para llegar alli.
A lo lejos se podia ver una tienda, o mas bien un especie de pergola de tela de camuflaje, alrededor de la cual parecian estar congregados muchos soldados.
Me dirigi hasta alli sin mas dilacion; aunque no tuviese mucha idea de ingles, seguro que era capaz de enterarme de lo que se estaba cociendo con la tecnica de "RadioPatio".
Al "entrar" mire a todos lados para reconocer el lugar, nada a destacar; como una tasca Parisina solo que sin franceses resistentes.
*En Castellano*
-A ver, que tiene uno que hacer para que le den algo de decente de beber?-
*En Ingles Chapurreado*
-Guat ai jab tu du, para drinquin?-Otro empinamiento de codo, y todo aclarado.

- ¿Que diablos dice ese panchito? - pregunta uno de los soldados con fuerte acento del medio de la nada sureña (Arizona probablemente) - A quien se le ocurre asignarnos un sanitario que ni siquiera habla cristiano... - añade escupiendo al suelo.

Miller doblo la carta con cuidado, cerro el sobre y se lo metio al bolsillo. Ya la mandaria luego, que empezaba a llegar gente. Un par de soldados entraron y se cuadraron. Miller les invito con un gesto a unirse a su mesa. Se encendio un pitillo mientras se sentaban

Que pasa, chicos? - les pregunto con una sonrisa y dio una calada - "Y haréis pasar por agua todo lo que no resiste el fuego. y así seréis limpios; y después entraréis en el campamento." (*) - dijo haciendo un gesto que abarcaba la cantina -  Limpios y aseados. Vuestra madre estaria orgullosa.

Antes de que respondiesen entro un tipo mas. El extranjero. Miller torcio el gesto por dentro. En cuanto habian llegado al centro de mando hace unas horas, el Capitan les habia informado que por las bajas sufridas, les habian asignado a un medico hispano... Que ni siquiera sabia hablar ingles! En que leches estaban pensando?

Guat ai jab tu du, para drinquin?-

El ejercito nunca comete errores - se recordo - SNAFU.

- ¿Que diablos dice ese panchito? - pregunta uno de los soldados con fuerte acento del medio de la nada sureña (Arizona probablemente) - A quien se le ocurre asignarnos un sanitario que ni siquiera habla cristiano... - añade escupiendo al suelo.

A Miller le gustaba tener que llevar a cuestas al guiri? No, no le gustaba. Pero eran las ordenes. Y habia que seguirlas.

Soldado, supongo que mantendras esa actitud cuando Pancho Villa aqui presente -dijo señalandole - sea la unica esperanza de que tu fea cara vuelva a casa. - continuo sin un atisbo de sonrisa. - O cuando tenga que elegir entre coserte a ti o coser a otro. Si yo fuera tu le invitaria a lo que sea que ha pedido... - miro al camarero que se encogio de hombros. Nadie habia entendido que habia dicho - ... A un whiskey - termino sin que hubiese dudas de que no invitar no era una opcion.

Le hizo un gesto a Alberto

Ven a sentarte con nosotros, chaval - el medico le miro sin comprender una palabra. Miller suspiro y señalo a la gente de la mesa - A-mi-gos. Be-ber.

Mire al... Sargento! Me cuadre en cuanto note su presencia. Le agradeci como pude mientras decia:
*En Castellano*
-Es de buen nacido el ser agradecido-
Le mire y tras un pequeño lapso cuadrado frente a el me sente con ellos. A ver que se cocia.
*En ingles chapurreado
-Estooo... Zankiu? Yo... Ai... Encantando... "Como se decia eso?"-Plis tu mit yu- Espete mirandole a la cara. Y por la que puso debi de acertar.
-Yo... Ai... is... Veterano... güit Partisanos in Paris- Luego le mire a el-An yu?
Me quede esperando la respuesta.

-Estooo... Zankiu? Yo... Ai... Encantando... "Como se decia eso?"-Plis tu mit yu- Espete mirandole a la cara. Y por la que puso debi de acertar.
-Yo... Ai... is... Veterano... güit Partisanos in Paris- Luego le mire a el-An yu?

 Miller respiró profundamente. Que leches habia dicho?

A quien cojones se le ocurrio la idea de mandarnos al tipo este? - espiró despacio - No te dejes llevar por el enojo, pues solo abriga el corazon del necio (*) - se recordo

Veteran, Paris... Nosotros? - penso acercando la cara y poniendo mueca a ver si esos 3 centimetros le permitian entender mejor.

No, no - respondio - No venimos de Paris. Somos americanos - señala a todos - a-me-ri-ca-nos - dice despacio y en voz mas alta de lo normal - Estamos aqui para liberar Francia y acabar la guerra. - levanta una ceja al ver la cara del medico y lo intenta de nuevo - Nosotros aqui - apunta con el dedo hacia el suelo - para Hitler pumpum - dice haciendo con la mano como que dispara una pistola

Lo mire con cara de; "pero que cojones dice este hombre?"; entendi lo de matar a Hitler y le ssolte sin pensar:
*En Castellano*
-Pos llegais algo tarde, cuando tuvo la entrevista en Hendaya fue una ocasion cojonuda. Creo que hasta nosotros lo intentamos- "No se si la cara que esta poniendo es de cabreo por lo que le acabo de decir o porque no me ha entendido ni un pijo."
*En Ingles Chapurreado*
-Güi trai tu quil Hitler una time, pero no kan güit ellos; los Nazis.-
Dependiendo de como se quede la cosa continuare isntruyendo a estos soldados "novatos" o dejare que me lleven a la siguiente mision sin mediar mas palabra.

-Güi trai tu quil Hitler una time, pero no kan güit ellos; los Nazis.-

el sargento Miller hizo una media sonrisa

Si, si. Hitler. Nazis. Kaput. Buen chico - le dijo mientras se bebia el whiskey.

"Como a uno de vosotros trataréis al extranjero que habite entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto" (*) - Recordo. Bueno, el habia cumplido su papel. Una cosa era dejar claro que el europeo era uno mas y que cuidadito con hacerle el vacio y otra tener que estar aqui haciendo el payaso mas de lo necesario. Miller no hacia el payaso por ninguno de sus hombres, al fin y al cabo. Se giro hacia Walker:

Habeis escrito una carta a casa? No creo que tengais otra oportunidad hasta que tomemos el maldito pueblo gabacho. -dijo hablando normal, con el acento de Tenessee

- Este es capaz de coserme el pié contrario - dice - Estos mexicanos no son de fiar - añade - Pero tienes razón, ordenes son ordenes. Y mejor con un botiquín que con un arma.

Perdone, soldado, no le he oido bien. Que ha dicho? - dice el sargento con cara de pocos amigos mientras parece bajar la temperatura de la calurosa sala

- Señor, nada, señor, a sus ordenes - dice Anthony cuadrandose.

John había esperado fuera durante el intercambio. El sargento se creía General de veinte estrellas, pero al menos bajo el fuego funcionaba, ya llevaban tanto tiempo juntos que era algo habitual escuchar sus proverbios y salmos. 

Con esto tengo cumplido el ir a la iglesia como tres años. Pensó entrando y haciendo el saludo. —Señor... voy a ver si consigo unas patatas o algo caliente de comer...— el acento sureño de John le hacía hablar despacio y alargar las palabras, pero no era el mismo que el de Walker. Aunque esos del norte pensaban que todo el sur era un sólo estado y que sólo habían perdido un par de años antes la guerra civil. Y aún así habían migrado a miles a los campos cuando en sus ciudades y en sus bolsas y mercados los accionistas se habían tirado por la ventana cuando se quedaron sin dinero.

Lo primero era lo primero, no iba a quitarle el whisky a su sargento. A él el alcohol le daba bastante igual. Y ahora, por primera vez en lo que parecían años, no era una bola de barro y suciedad, sino que estaba limpio y duchado.

 - Señor, nada, señor, a sus ordenes - dice Anthony cuadrandose.

"Ninguna corrección resulta un plato de gusto cuando se recibe; al contrario, es desagradable. Mas a la postre, a quienes se sirven de ella para ejercitarse, les reporta frutos de paz y rectitud." (*) Es de la Biblia - aclara, como si el resto no lo supiese ya - Descanse, soldado.  - dice con voz conciliadora - Las formas y la disciplina son lo que nos mantiene la cabeza fria bajo el fuego enemigo, Walker. Es importante no olvidarlo. - le dica con una palmada en la espalda

El sargento Miller no tenia delirios de grandeza. De hecho, moriria por sus hombres si tuviese la ocasion de salvarles con ese sacrificio y en los ultimos 15 dias ya lo habia probado, penso tocandose la herida del costado.

 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.  Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. (**) - se dijo mientras bebia otro trago

Mantener la distancia y dar ejemplo era importante para el correcto funcionamiento de la unidad. Sabia que era una practica en desuso en el ejercito y que sus hombres hacian bromas a sus espaldas pero no le importaba. Bromear a sus espaldas les ayudaba a crear lazos mas fuertes entre ellos. Era un compromiso que Miller aceptaba de buen grado. Siempre y cuando manteniesen la disciplina.

Señor... voy a ver si consigo unas patatas o algo caliente de comer...—

Miller asintio con la cabeza al soldado Sullivan. Nunca habia entendido como podia haber soldados gordos hasta que le habia conocido. Se lo comia todo y en cualquier cantidad. Generalmente, le habria admonestado por no estar en forma pero Sullivan corria como el que mas y no se achicaba ante el fuego enemigo. Ademas, toda esa grasa parecia protegerle. A pesar de que parecia que atraia el fuego enemigo (el sargento suponia que era por ser un objetivo mas facil de ver), no habia recibido mas que alguna herida superficial. Y desde que habian empezado el entrenamiento, varios meses atras, Sullivan no se habia puesto malo ni un solo dia ni habia faltado a la instruccion. Miller sospechaba que era porque la comida del hospital militar era peor y mas escasa, pero no le juzgaba. Hacia su trabajo de forma eficiente y con esmero. No podia pedir mas de sus hombres.

- ¡Hola chavalada!
La jovial voz contrasta brutalmente con la pesadumbre que envuelve el campamento. Las cabezas se giran, con el gesto torcido. Las muecas se transforman en sonrisas. Es Bog.
- Sarge.
Bog recupera la compostura de inmediato y mira con gesto serio al Sargento Miller. Por mucho que buscara, nadie podría encontrar la mínima pizca de socarronería. Todo el mundo se pregunta por qué diablos el alegre maleante curtido en las calles de Chicago, que parece no tomarse en serio a nada ni a nadie, respeta tanto a Miller, que parece ser indiferente a las bromas de la tropa.
- Jo-der, la que está cayendo. Putos nazis de mierda. Habéis tenido unas pelotas como sandías, gente, aunque me revienten la cabeza en mi primera misión será un orgullo morir como miembro de la 29. ¿Alguna novedad, sargento? ¿Cuándo nos van a mandar?
Antes de que Miller conteste, algo atrae la atención de Bog al otro lado de la cantina.
- ¡Coño, gordinflas! ¡No te lo comas todo, cabrón! ¡Por lo menos espera a reventar cuando te metamos a un búnker nazi de cabeza!
Las carcajadas resuenan por la cantina.

Un rato más tarde, cuando los ánimos parecen un poco más elevados, Bog oye al médico hablar con el sargento Miller.
- ¡Tú eres español! ¡Tío, yo también soy mediterráneo! ¡Mi padre es griego! Quería ir allí a matar a los putos fascistas, pero parece que entre la resistencia y nuestros chicos es cuestión de meses que lo liberen, así que aquí estamos. En el Delta tengo un amigo español, el Tony, está destinado en Sicilia. Cómo era aquello que decía... "Me cago en todo el santoral", ¡jajajaja! Vaya un pieza el Tony.

- Sarge.
Bog recupera la compostura de inmediato y mira con gesto serio al Sargento Miller

Descanse.

 ¿Alguna novedad, sargento? ¿Cuándo nos van a mandar?
Antes de que Miller conteste, algo atrae la atención de Bog al otro lado de la cantina.
- ¡Coño, gordinflas! ¡No te lo comas todo, cabrón! ¡Por lo menos espera a reventar cuando te metamos a un búnker nazi de cabeza!

 Miller esperó a que los tira y afloja tipicos entre ellos acabasen. Solo necesitaba meterse si se les iba de las manos y raramente ocurria en su presencia. Despues, aclaró:

A las 1700 hemos sido llamados al despacho del Coronel. Intente mantener la compostura cuando estemos con los oficiales, Bogdanos, no son tan magnanimos como yo. Si tuviese que especular - aclaró - diria que tiene que ver con la bateria anti-tanque cerca del pueblo. Tienen al frente de la 29 parado a una milla escasa del pueblo. Hemos perdido varios tanques.

Levanta el vaso

"No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada."(*) Nosotros somos esa espada, chicos. El mundo necesita alguien que haga el trabajo sucio para conseguir un futuro mejor, sin esos nazis de los cojones. El coronel nos dara la mision y la ejecutaremos con exito, por los Estados Unidos de America. - dice dando el ultimo trago

- Jo-der, la que está cayendo. Putos nazis de mierda. Habéis tenido unas pelotas como sandías, gente, aunque me revienten la cabeza en mi primera misión será un orgullo morir como miembro de la 29. ¿Alguna novedad, sargento? ¿Cuándo nos van a mandar?

- Joder, este tío tiene prisa por que le maten - comenta en voz baja Walker -  Parece que no le llego el fin de semana pasado...

- Por supuesto, Sarge, descuide. Pero suena cojonudo, perdón, estupendo. Esos tipos de la 29 los tienen bien puestos, después de tomar la playa van de cabeza a por el enemigo. Tengo a Stella engrasadita y limpia, y tiene hambre de artilleros cabezacuadradas, en cuanto los quitemos de encima se van a cagar. Se van a cagar, Sarge.

- Totalmente de acuerdo, tengo muchas ganas de pasar estas navidades en Berlin - apunta optimista un joven bien parecido que hasta ahora se había mantenido callado - Creo que es precioso.

se van a cagar. Se van a cagar, Sarge.

Totalmente de acuerdo, tengo muchas ganas de pasar estas navidades en Berlin

"Un día estaba yo en la ventana de mi casa, observando entre las rejas; miraba a una pandilla de incautos y distinguí entre ellos a un joven insensato..." (*) - penso el sargento - Si solo fuese uno...

Pero no dijo nada y solo esbozo una media sonrisa. Al paso al que habian ido desde el dia D no iban a llegar a Berlin ni en 1950. Pero este era el momento de tener esperanza y optimismo. Ya habria tiempo para que fuesen realistas bajo el fuego de las ametralladoras enemigas.

Sentado en la mesa lateral de la cantina, la pequeña, Hayden observaba la escena con detenimiento

Es increíble las ganas que tienen de vivir y de morir al mismo tiempo. ¡Nada les quita la sonrisa! Hubiera necesitado alumnos tan entusiastas en Ithaca... y la paciencia del Sargento. No hubiera acabado aquí en ese caso...

Siguió moviendo el vaso ligeramente inclinado en círculos, observando como los taninos resbalaban por el borde. No le gustaba participar en las conversaciones, no conectaba con los chavales y a menudo tenía que mirar a los labios para entender lo que decían.

-Güi trai tu quil Hitler una time, pero no kan güit ellos; los Nazis.-

Sonrió de nuevo para sí mismo... con este casi era más fácil. Le costaba tanto hablar que telegrafiaba las frases...