Partida Rol por web

- ¿Elowne?, es la doncella personal de sus majestades - contesta la joven asombrada - Es la persona encargada de llevarles la comida, hacerles la habitación, llevar su ropa a lavar... alguien de total confianza, si les quisiera muertos ya lo estarían.

- ¿Elowne?, es la doncella personal de sus majestades - contesta la joven asombrada - Es la persona encargada de llevarles la comida, hacerles la habitación, llevar su ropa a lavar... alguien de total confianza, si les quisiera muertos ya lo estarían.

¿Quererlos muertos? ¿Envenenar? Señorita, vaya obsesión la tuya, ¿crees que hay alguien que quiera acabar con sus majestades?... Más de lo habitual, quiero decir.

~~- ¿Elowne?, es la doncella personal de sus majestades

Sería posible hablar con ella? 

Bastia asintió ante las palabras de la muchacha y sonrió cuando Abot trató de disimular sobre el motivo de las preguntas que le habían hecho; estaba claro que la humana era espabilada.

Flogdegnurt revisó la habitación buscando algo que le resultase sospechoso, pero lo cierto es que no tenía ni idea de lo que era normal y lo que era extraño en una cocina humana. Por tanto, vio muchas cosas que le llamaron la atención. Esto le hizo sentirse un tanto esúpico, pues no fue capaz de discernir nada que pudiera relacionar con el caso.

A sus espaldas, el interrogatorio de la cocinera continuaba con buen pie. La muchacha parecía que colaboraba, aunque lo cierto es que no parecía que tuviese mucho que aportar. Excepto un nombre; ¿Elowne?¿La asistente personal de los reyes?¡Pues claro!. Esta debería ser su principal sospechosa. Urgía interrogarla.

-Ir por Elowne. Necezitar...necezitamoz respuestas.

- Tenéis suerte - contesta con una sonrisa - Elowne esta ahí - señala u una joven al fondo de la cocina - esperando para llevar a sus majestades unos pinchos. - ELOWNE !!! - grita - Estos exploradores querrían hablar contigo de la seguridad de sus majestades.

La joven mira hacia el grupo y lentamente se acerca a ellos claramente preocupada y nerviosa llevando una bandeja con una amplia selección de quesos perfectamente presentados:

- Puedo ser de ayuda en algo, señores - pregunta con una sonrisa que no le sale nada bien. - La seguridad en el palacio es siempre la primera preocupación - añade recitándolo como si fuera una lección bien aprendida.

- Si no necesitan nada más continuo con mis tareas - comenta la joven mientras abandona la cocina cargada con los quesos.

- Espera, espera. Sólo estábamos esperando un poco de discreción. añade señalando a Jechevery que sale de la cocina. Hemos hablado antes con sus majestades en audiencia, pero nos dio la sensación de que la reina estaba incómoda ante tanto formalismo. ¿Hay algo que le preocupe últimamente? Seguro que su dama de confianza le habrá notado cualquier cambio en su actitud.

Ninguno de los allí presentes sabíamos muy bien como hablar o qué decir a la mujer. Un "Es usted responsable de hacer que los reyes ingieran sustancias que les dejen estériles" sólo lograría llamar la atención sobre todo en general.

Abot trató de hablar con la mujer, de forma indirecta. Otra cosa cierta era que siete investigadores juntos aturdirían a cualquier sirviente. Norm no veía cómo iban a encontrar algo.

¿Y si estamos en una conspiración palaciega llena de motivos ocultos y facciones? ¿No seremos como un elefante en una cacharrería? ¿No sería mejor salir de palacio, ir a las peores tabernas del pueblo, pegar a la gente hasta encontrar servidores de la llama y la oscuridad, matar unos cuantos y decir que ya está todo hecho?

- Disculpen, pero no me corresponde a mi hablar de la intimidad de la reina ni de como se siente - contesta algo irritada. - Tengo trabajo que hacer, si quieren pueden acompañarme hasta la puerta de la sala de las lamparas, donde están sus majestades y les contestaré cualquier pregunta que pueda. - mientras habla se pone en camino.

Flogdegnurt no sabía si hacía mejor en estar callado o en hablar. Todo parecía tan artificial y tan medido en aquel lugar, que le preocupaba el salirse del guión y provocar un problema con alguno de los asistentes de los reyes. Lo cierto es que no sabía ni qué preguntarle. Se supone que deberían buscar indicios de sucesos extraños a partir de los cuales, poder investigar, pero lo cierto es que no tenía la menor idea de lo que era algo normal o algo extraño para aquella gente. 

Así pues, se limitó a acompañar a la sirvienta a la espera de que uno de sus compañeros le hiciese las preguntas oportunas.
 

~~Disculpen, pero no me corresponde a mi hablar de la intimidad de la reina ni de como se siente

Cierto. Le corresponde hablar de su trabajo. - respondió Varag sin acritud, parandola - Parece nerviosa. Si hay algo que deberiamos saber, le aconsejo que lo diga ahora.

—Estooo sí, le hará un favor a su reina... —dijo Norm no muy seguro. 

La joven tiembla ante las palabras de Varag. Los quesos van cayendo uno a uno al suelo por culpa de los temblores .Tras unos segundo rompe a llorar y tira la bandeja.

- Yo no quería hacer nada malo. Lo prometo, quiero mucho a sus majestades. Yo lo hacía por su bien - comenta entre sollozos - Por favor no hagan que me despidan. -

Los gimoteos y las peticiones de disculpas duran bastantes minutos hasta que la doncella logra serenarse y hablar con tranquilidad.

- Le he estado echando unos polvos raros a la comida de los reyes. Estaba preocupada por lo tristes que estaban por la falta de un heredero y consulte a Hamid, el alquimista. Unos amigos me dijeron que arreglaba problemas de fertilidad. Por supuesto no le dije para quien era. - enseña un saquito lleno unos finos polvos de color ámbar - No puede ser nada malo, de verdad. Han pasado todas las pruebas anti-venenos y no le han hecho mal a nadie. Lo he probado durante un mes yo misma antes de dárselo a sus majestades.

~~- Le he estado echando unos polvos raros a la comida de los reyes. Estaba preocupada por lo tristes que estaban por la falta de un heredero y consulte a Hamid, el alquimista. Unos amigos me dijeron que arreglaba problemas de fertilidad. Por supuesto no le dije para quien era. -

Cuanto lleva administrandoselo a los Reyes? Llevan 6 años casados sin heredero. Aunque no diga para quien es, no debería ser díficil adivinarlo. - le respondió el orco cogiendo el saquito. Esto no podía ser el motivo por el que no tenían hijos de todas formas. Era algo reciente...  O el problema de no tener hijos era algo que solo intentaban desde hace poco? Tenian que preguntar a la reina a solas. - Donde podemos encontrar a Hamid? 

En cuanto la mujer dejó caer la bandeja, Bastia echó mano a la empuñadura de su espada y dio un paso adelante, lista para apresarla.

Pero la humana empezó a balbucear excusas sobre unos polvos y un alquimistas.

¿Dónde podemos encontrar a ese tal Hamid? - preguntó con dureza en la voz. - ¿Te queda aún alguno de esos polvos que suministrabas?