Partida Rol por web

~~dice uno de ellos bajando su arma y aproximándose a Varag, por desgracia en ese momento el orco levanta el escudo golpeando al marino en la cara y enviándole al suelo

El escudo de Varag dió al marinero en la cara, que cayó al suelo magullado. Iba a levantarse a encarar al orco cuando una flecha se clavó en el mastil del barco, donde hubiese estado su cabeza/hombro. El orco le habia salvado la vida.

Agachaos, insensatos. - Dijo Varag sin perder de vista el barco que se acercaba - Y si no quereis luchar por salvar vuestra vida contra la Oscuridad, al menos dejad que los Exploradores Grises hagan su trabajo y os protejan.

No pasó mucho de estar asomándose cuando de pronto una flecha, llegada junto con otras varias, aterrizó justo en su mano izquierda apoyada en la madera del barco. Soltó un grito de dolor, la flecha había atravesado su mano llegando a enterrarse en la madera. Con la otra mano tomo la flecha y esforzándose por resistir el dolor liberó la misma de la madera. Se introdujo rápidamente en el barco refugiándose, la sangre manaba goteando de su mano con un dolor punzante… nunca se había lastimado seriamente, no más que raspones y demás heridas superficiales. Tocaba la flecha intentando atreverse a quitársela pero el dolor no se lo permitía, en la bodega descolgó la tela gruesa que había encontrado y aprovechado como cama para envolver su mano y al menos así evitar que la flecha se moviera y tratar que la sangre no saliera tanto.

-¡Hazer lo que tengaiz que hacer!-bramó el goblin exasperado ante la cabezonería de la tripulación. 

Y ante la incertidumbre de la situación, Flogdegnurt ignoró a la tripulación del barco, prestando toda su atención a sus atacantes pensando que pese a las palabras del capitán, no serían tan estúpidos como para atacarles.

Y así, mientras llovían flechas, corrió a cubrirse tras la borda del barco, preparando su arco hasta entrar en alcance óptimo para abrir fuego. Una flecha perdida había alcanzado a la gatita en una mano evidenciando que el enemigo ya estaba a alcance.

-¡Malditoz!-gritó abriendo fuego contra la cubierta del barco enemigo.

¡¿Pero estáis tontos o qué?! - bramó Bastia contra los marineros de su barco mientras señalaba hacia el otro con su espada más corta. - Uno de los nuestros ha sido herido y otro está defendiendoos mientras vosotros retenéis al resto.

Al ver que Flog corría a cubrirse, pensó que sería lo más sensato pero no iba a dejar a Norm allí plantado para recibir los disparos enemigos*.

¡Necesitamos algo para cubrirnos de los disparos! - exclamó mientras miraba alrededor. - Cualquier cosa, una tabla o una mesa...

Bastia busca por toda la cubierta algo para defender a Norm, por desgracia los barcos no suelen tener mesas en la cubierta, y aún cuando las tienen suelen estar amarradas al suelo. Sin embargo logra improvisar un escudo con la tapa de un barril de pez. Evitando las flechas que vuelan en la cubierta se acerca a cubrir a su compañero, sin embargo una flecha perdida le cae en el pie, por suerte solo le atraviesa la bota.

Las flechas de Norm alcanzan a uno de los piratas, al que hieren en un brazo, haciendo que caiga al suelo. Todo alrededor del valiente humano son flechas clavadas en el suelo, la barandilla del barco y la tapa de barril que ha colocado Bastia.

El chorro de Abot'eh alcanza de lleno uno de los laterales del barco mandando a cuatro piratas al suelo golpeándose con fuerza la cabeza. Mientras celebra su éxito una flecha le atraviesa la capucha, dejando su cabeza al descubierto.

Las palabras de Varag parecen ir convenciendo poco a poco a los marineros, o quizá sean las flechas que caen como moscas en la cubierta. En cualquier caso todos hacen caso al orco y se cubren, aunque alguno de ellos no deja de murmurar por lo bajo: "es una trampa, estos son tan piratas como los otros aunque no sean amigos, deberíamos dejar que se mataran entre ellos", justo en ese momento una flecha se clava justo delante del barril tras el que se acaba de esconder siguiendo las instrucciones de Varag.

Excepto por el tamborileo de las flechas al alcanzar la cubierta y los gritos que vienen de arriba Softy logra por fin encontrar un lugar tranquilo en la bodega donde curar sus heridas. Respira tranquila hasta que se da cuenta que el grumete del barco un chaval de apenas 8 años esta escondido detrás de unas cajas a solo unos metros de ella llorando.

El niño la mira, cierra los ojos, deja de llorar, agarra el cuchillo que le cuelga del cinto y avanza hacia la salida, empujado por la vergüenza. En ese momento una flecha le alcanza en el medio del pecho, sin una palabra cae al suelo desangrándose.

La certera flecha de Flog acaba con uno de los piratas, el goblin sonríe descuidándose un rato cuando dos rayos negros que parecen absorber la luz le pasan rozando haciendo que se esconda otra vez bajo la cobertura.

Los rayos se originan desde el castillo de mando de la nava, donde una figura pálida vestida con una larga falda negra apunta hacia él con un cayado negro.

La cubierta se va cubriendo de flechas, un grito de alguien que debe ser apenas un niño se oye en la bodega.

Abot se gira hacia la tripulación que, cobarde, espera a que les defendamos. El momento de distracción hace que una flecha se clave en la capucha y la eche hacia atrás, por suerte sólo la capucha.

...deberíamos dejar que se mataran entre ellos...

- O que os maten uno a uno como el pobre de la bodega. Levanta la cabeza, como para que el grueso de la tripulación quede encuadrada en sus gafas de culo de vaso... o como si fuera a lanzarles otro hechizo, esta vez a ellos ... Os juro que, soy Explorador Gris, pero si al acabar con los piratas no habéis colaborado en la defensa del Firmamento la brinchie que ha huido a la bodega - sin dejar de mirarles, señala con el dedo acusador hacia la puerta de la bodega - no va a poder ni afilarse las uñas con vuestros huesos...

~~no va a poder ni afilarse las uñas con vuestros huesos...

 No hará nada - la voz pausada del orco tranquilizó a los atemorizados marineros.

Y si lo intenta, me tendrá en contra. No sería digno de la capa que lleva y lo que representa.

Sin embargo, lo cierto es que tenemos más posibilidades de sobrevivir si no os acobardais como ratas - o brinchies - y luchais por vuestra vida, vuestro barco y el triunfo contra la Oscuridad! - dijo Varag levantando el hacha al cielo. Después miró de reojo a Norm y le dijo - Apunta al mago. Si lo matas quizas los esqueletos dejen de remar. - El orco no sabia nada de magia, pero sonaba razonable

Varag

A Flogdegnurt nunca le había gustado la magia. En su tribu, se hablaba de los hechiceros como gente siniestra de gran poder, capaz de absorverte el alma con su pensamiento. Por eso el ver cualquier tipo de efecto mágico le causaba una mezcla entre miedo, respeto y repugnancia. Al ver aquellos dos dardos sombríos pasar cerca, tuvo claro cual debería ser su siguiente objetivo.

Así que sin hacer el menor caso a la discusión que estaba teniendo en la cubierta, salió desde detrás de su parapeto y se tomó apenas dos segundos para fijar su blanco. Tensó el arco y disparó su flecha contra la figura que ocupaba el castillo de mando del barco enemigo. Sin embargo, la flecha pasó sobrevolando el castillo perdiéndose en la distancia.

Norm vió por fin a su enemigo. Allí estaba, dirigiendo a los esqueletos, lanzando embrujos y sortilegios. Agradeció la cobertura a Bastia, pero se expuso más, decidido a resolver la situación cuanto antes. 

Tomó su flecha más equilibrada, la que solía reservar para el final. —¡Malvado Nigromante, sufre la cólera de los exploradores grises! —gritó, y la flecha salió disparada a la garganta del malvado ser.