Partida Rol por web

27 de marzo de 2018

Los Vengadores Secretos llevan una vida bastante apacible en la ciudad de Santa Bárbara. Tras la disolución de los Vengadores, Luke Cage decidió alejarse de Nueva York con su pareja Jessica Jones para vivir más tranquilo. La ciudad era un caldo de cultivo para demasiados problemas. Siempre los había., pero las nuevas leyes de SHIELD promovidas por Norman Osborn hacían que cada día aumentara el racismo, la controversia con los héroes sobre su moralidad, y la caza mutante con el plan centinela.

Situado en Santa Bárbara con el dinero que poseía compró una pequeña mansión con 5 habitaciones, 3 cuartos de baños, piscina, 100 m² de jardín y un gran sótano. A pesar de todo lo ocurrido en el pasado, Luke seguía con las ideas de ayudar a la gente, de mantener el espíritu de los Vengadores. Por ello decidió fundar una pequeña empresa donde se ayudaría a la gente que tuviera problemas llamada Black or White, con el nombre de una canción de Michael Jackson y referencia a la buena convivencia. El dinero que cobraba por los servicios era bastante económico, e incluso a veces no lo hacía, según la economía del cliente. Dado que se fue haciendo nombre en la ciudad y el Estado, contactó con algunos antiguos héroes, los cuales yacían esparcidos por el país bajo la atenta mirada de Osborn.

A la casa fueron llegando Squirrel Girl, como la canguro, el matrimonio formado por Wanda y Visión en buscas de un lugar más tranquilo. White Tiger escapando de SHIELD tras obtener información confidencial en el pasado y Laura, escapando del plan centinela y un nuevo programa de Arma X.

Al haber más gente, Luke Cage acomodó que todos ayudarían en las tareas de la empresa como pago por el mantenimiento de la casa. Una noche presento una idea ante todos. Presentó la idea de fundar un nuevo grupo de Vengadores, llamados Vengadores Secretos. Bajo su tutela buscarían enfrentarse a villanos y grandes problemas que pudieran colocar a la gente en peligro. Su forma de actuar sería similar al antiguo grupo de vengadores, pero sin buscar un enfrentamiento contra SHIELD. Todos aceptasteis sin problema alguno. La vena vengadores recorre vuestra sangre dado que todos formasteis parte de ese grupo, e influenciados por los ideales del Capitán América y los otros líderes del momento, como el mismo Luke.

El tiempo fue pasando y los habitantes de la casa se convirtieron en el grupo principal, mientras otros héroes os apoyaban en momentos puntuales. Héroes que se oponían a SHIELD y su modo operandis. El sótano fue convertido en la base con un centro de control donde se monitoreaban las emisoras de policías, televisiones y otros cuerpos de seguridad. También se incluyó una sala médica y un pequeño gimnasio con el que estar en forma. Las habilidades en informática de Squirrel Girl y sobre tecnología de Visión ayudaron mucho.

Es de noche. Luke y Jessica se encuentran apoyados en la baranda observando el cielo. Luke estaban preocupado por algo. Llevan su tiempo pensando, pensativo, y tampoco organizado alguna misión. Solo la empresa resolvía casos menores y tampoco recibía muchos clientes.

Ves, ocurren cosas extrañas. Dice señalando las varias nubes. No estamos en agosto, y tenemos una lluvia de estrellas.

Jessica le pone una mano sobre el hombro. En el cielo se podía ver una lluvia de estrellas, raramente inesperada, pues tampoco en los telediarios se había anunciado. Las estelas que caían eran bastante constantes y duró sobre 5 minutos.

Luke sino confías en mí. No solo yo, sino en el grupo, en la familia que hemos formado aquí con los Vengadores Secretos. No podemos ayudarte. Llevas tiempo esquivándome, llevas tiempo sin planificar nada. Ahí fuera sigue habiendo gente que necesita ayuda, villanos que les importa nada SHIELD ni que se ponga delante con tal de garantizar sus planes.

Lo sé, lo sé. Le contesta mirándola fijamente a los ojos. Pero he cometido bastantes errores de líder. EN enfrentamientos directos contra los Vengadores Oscuros hemos perdido. No puedo ver un futuro claro. Con el Capitán América parecía todo más sencillo. Incluso Tormenta también tenía más fortaleza que yo.

Aún recuerdo como llegué a aquella casa que ahora llamo hogar. Estaba bastante descentrada y perdida tras los cambios en SHIELD, después de que mi equipo fuese separado por completo y dejase de trabajar bajo las órdenes del agente Coulson. La organización empezaba a cambiar y aquello era palpable. Lo que jamás pensé era que también cambiase a Coulson de aquella manera. Sin mi equipo, sin Furia como líder y con los valores comenzando a cambiar, SHIELD ya no era para mí y sin Los Vengadores donde refugiarme, comencé a dar palos de ciego hasta que decidí marcharme de la agencia.

No pusieron pegas y estuve un tiempo tranquila, pensando en como encauzar mi vida. Pero SHIELD debió descubrir que yo sabía demasiado o sospecharlo y sentía como me tenían vigilada. Eso me hizo dejar mi hogar y cambiarme de extremo de país, buscando un lugar donde empezar de nuevo. Empecé a ver en aquel momento en el cual SHIELD inició sus campañas en contra de los héroes y su moralidad y los mutantes, que me equivoqué de bando en la Civil War. Pero ya no podía hacer nada frente a aquello, salvo intentar ayudar a los demás por mis propios medios, manteniendo siempre un perfil bajo.

Gracias a Luke y Jessica, que me acogieron en su hogar y me permitieron involucrarme en sus planes y su vida, logré volver a centrarme un poco más a pesar de haber llegado a su casa con el corazón roto y con la sensación de que SHIELD me había traicionado sobre mis espaldas. No fuí la única en refugiarme allí. El grupo de héroes que nos establecimos en aquella mansión acabamos fundando Los Vengadores Secretos, siendo Luke Cage nuestro líder y SHIELD nuestra mayor amenaza.

Aunque todo iba más o menos bien, yo seguía añorando a alguien en especial y descubrir que había desaparecido, no me ayudaba a centrarme demasiado. Aquella noche no podía dormir a pesar de estar cansada. Me planteaba llamar a Stark para que me ayudase a buscarle, aunque eso supusiese acercarme a SHIELD demasiado. Me resultaba más sencillo pedírselo a él que a mi propio equipo. Como buen felino, salí por la ventana y me acomodé en el tejado.

La noche era fresca y el cielo estaba bastante despejado, aunque alguna nube se dibujaba en el firmamento. Siempre me había gustado subir a lo alto de los edificios de N.Y. para disfrutar de las vistas. Aquí era distinto, puesto que podía disfrutar del firmamento. No me percaté de que Luke y Jessica estaban también mirando el cielo hasta que les escuché hablar. Me incomodaba demasiado ver a las parejas de la casa juntas, me hacía pensar con más fuerza en él y me dolía no saber si vivía al menos... o si de estar a mi lado nuevamente, aquello que yo sentía por él sería correspondido o no por su parte. Algo que tardaría en averiguar.

Pero escuchar aquellas palabras de Jessica a Luke, me hizo mirar hacia donde señalaba. Era realmente extraño que nadie hubiese anunciado una lluvia de estrellas, más aún de ese calibre. Eso solo podía significar dos cosas: o bien nos invadían o algo muy grande había explotado demasiado cerca de la Tierra. Tras casi 5 minutos de caída de aquellos objetos, me decanté por la primera idea. Iba a descender para hablar con ellos, pero las siguientes palabras de Jessica me hicieron mantenerme quieta en el tejado.

- Pues busquemos al Capitán. - Alcé mi voz desde el tejado. - En este tiempo me he dado cuenta de mi error al elegir bando en el pasado y el Capitán América siempre fue un buen líder y alguien en quien confiar, a parte de ser un hombre íntegro y sincero. - Repetí las palabras que su mayor admirador conocido, el agente Coulson, me decía sobre él cada vez que hablábamos de aquel hombre centenario. - Pero si lo buscamos, será por aumentar nuestro potencial y que él se encargue de tus puntos débiles.

Descendí junto a ellos. Mi rostro permanecía serio, al igual que mi voz. O bien era carente de emociones o las ocultaba muy bien, pero siempre era igual. - No es malo tenerlos y tu estás reconociendo que los tienes, Cage. Eso te hace más fuerte de lo que piensas. - La suave brisa movio mi pelo. - Aunque encontrásemos a Rogers, no deberías dejar de ser nuestro líder. Esta noche has dado el paso más grande de todos.

- Deberíamos comprobar que ha sido aquello que ha caído. Demasiado raro para una simple lluvia de estrellas. Me temo que hay algo más en aquello y que no nos va a gustar nada descubrirlo. - Añadí al final, dispuesta a iniciar una nueva misión. - Y si no vamos Los Vengadores Secretos, no se quien acudirá.

Doreen mecía a la pequeña Dani en sus brazos. Le sonrió y le tocó la nariz delicadamente con la punta de un dedo.

“Oh, parece que papi está pasando por una crisis de confianza” le dijo con un tono infantil. Le dio un beso en la frente y se acercó a Luke y Jessica.

“No digas eso, Luke. Eres más fuerte que Storm. Quiero decir, me encantaría echar un pulso con ambos para estar cien por cien segura, pero estoy ochentaicinco porciento segura de que tú eres más fuerte. Además, tú eres el mejor líder que haya existido jamás.”

Pareció pensarse algo un momento.

“Bueno, después del Capitán, ese sí que era bueno.”

Siguió meciendo a la pequeña, mientras le cantaba una cancioncilla. Después de un rato pareció darse cuenta de algo y se apresuró a aclarar.

“Me refería al Capitán Picard, por supuesto.”

 Se dio la vuelta para que Dani pudiera ver las estrellas fugaces.

“Mira, mira qué bonitas las estrellitas.”

 Laura vestía un albornoz sobre una ropa cómoda, su pijama corto le ayudaba a dormir, no obstante, allí estaba, despierta después de una mala pesadilla. Daba igual si eran tiempos de paz o de guerra, ella siempre estaba en un conflicto eterno del que a juzgar por su semblante jamás podría escapar. A pesar de todo tenía gestos suficientemente amables para los que se consideraban algo así como su familia. Tenía su parte de gracia, aunque jamás lo reconocería en voz alta o con una sonrisa cómplice, una gata, una ardilla y una wolverine*, también tenían una niña con necesidades especiales y un robot. Tampoco es como si aquellos "padres" fuesen normales. 

  - ¿Se supone que intentas animarlo con ese discurso? - le echó en cara a la chica ardilla, nada serio para alguien que rompe todo cuando se enfada, apenas sentía cierta animadversión, mucho menos una empatía clara por lo que estaban intentando hacer allí. No estaban montando jaleo, pero podía parecer que la habían despertado ellos con sus lloriqueos.

 - Tsk..

 Chasqueó la lengua con cierta desaprobación. Buscar al capitán. Si. Para que nos entregue o nos utilice. Claro. Pensó volteando los ojos que terminaron por clavarse con su mirada en los de White Tiger. ¿En serio?

 Allí había una falta de confianza en sí mismos desbordante. 

 - Eh Luke, igual deberías echarte a un lado. - espetó sin intención de amortiguar el golpe con palabras mejor elegidas - Está claro que hemos perdido muchas veces. Y que no destacamos precisamente por haber conseguido grandes victorias que nos harán ser recordados como superhéroes.

 Cuando se toman decisiones, se asumen riesgos. No vivimos en el mundo de la fantasía y las sonrisas felices. La gente muere, y a veces los matamos nosotros con nuestras acciones. - escupió en un discurso de reafirmación sobre sus crímenes pasados, el mundo se había radicalizado, y ella era una más en aquel caos, aunque le gustaba pensar que estaba en el lado indicado de la balanza, siguiendo esa extraña brújula moral que había adoptado como propia, en parte, gracias a ese hombretón que de repente "lloriqueaba"

 - Yo creo que deberíamos coger nuestro equipo e ir a echar un vistazo. - Levantó la vista para terminar cerrando los ojos e inspirar fuerte por la fina nariz, esperando detectar algo que se escapase a los demás sentidos, tal vez una sensación de inminente ataque como White Tiger proponía.

 - Mientras puedes pensar si eres suficientemente bueno para ayudar a la gente o prefieres sentarte en un sofá a ver un partido mientras te tomas una cerveza y el mundo se va por el sumidero.

 Se cruzó de brazos. No estaba enfadada, pero fruncía el ceño, como si aquella actitud, en aquel momento le hubiese molestado. Claro que, por otro lado, se habían metido en una conversación que ni siquiera era para todos. Al darse cuenta de ello, justo cuando reinó silencio por su parte, Laura señaló con el pulgar, sin descruzar los brazos, a la chica ardilla.

 - Que conste que la falta de intimidad es culpa suya. - también se refería a White Tiger. Balones fuera. - Yo voy a ir a ver de todas formas. - sentenció, pero sin moverse, con aquella posición severa, militar, como de madre enfadada.

Luego de aquel instante compartido, las manos de Wanda surcan la piel de Visión a través de las yemas de sus dedos, como si intentase guardar en su mente todo lo vivido hace minutos atrás. Cobijada entre sus brazos, intenta lentamente aligerar la respiración que agitada resuena en su pecho como un canto del amor, sonriendo extasiada besa los labios de su esposo mientras la habitación mantiene su calma entre la ropa tirada por el suelo, más el intenso aroma a pasión. 

Completamente desnuda, se encuentra tapada con la sábana para disfrutar unos minutos más con su esposo. Ya en más de una ocasión, no son pocos los encuentros fogosos que surgen entre los dos cuando las diferencias se disipan y la intensidad se viste de pasión. Así que tras perderse en aquellos ojos que en parte siempre le devuelven la vida, su propio centro, rompe el silencio para establecer una conversación. 

- Amor, es conveniente que más adelante tengamos nuestra casa, un lugar más privado y nuestro. Vivimos en vilo todo el tiempo, luchando, investigando y al fin de cuentas nos olvidamos de nosotros... Entonces surgen situaciones, quiero evitarlas. Cómo sea... - afirma en un tono sincero, desde su corazón y desde la calma que en su mente ahora mismo anida. No es fácil planificar cuando eres un vengador secreto, un agente encubierto y demás cuestiones, pero en su anhelo más profundo existe tener una vida con el hombre que ama. 

Y mientras se mantienen solos en medio de una intimidad que Wanda cree merecer, escucha desde donde están la conversación que se va gestando pero intenta hacer oídos sordos de momento. Aquellas mujeres podían con Luke, en todo caso Jessica, pero la bruja en su situación actual, prefiere estar en su burbuja junto a su esposo hasta que deba ponerse el traje rojo y liberar su poder. 

Laura se enfadó y le preguntó a Doreen si esa era forma de animar a Luke.

“Por supuesto.” le respondió ella. “Si lo hubiera comparado con Kirk, eso sí hubiese sido para desanimarse.”

Luego la acusó de ser ella la responsable de violar la intimidad de Luke y Jessica.

Squirrel pareció avergonzada.

“No es mi culpa. No es que quiera escuchar conversaciones ajenas, es que tengo superoído.”

Se inclinó para susurrarle en voz baja a Dani.

“No es cierto, pero no les digas a tus papás.”

Cuando Laura terminó su berrinche, Doreen se acercó a Luke.

“No le hagas caso, Luky. Heredó el carácter de su papá. Vaya si lo sabré yo.”

Miró a Dani y le habló con vocecilla infantil.

“¿Sabías que salí con el papá de Laura?”

Se volvió hacia a Jessica y Luke.

“No os preocupéis, no le contaré los detalles escabrosos.”

Desvaneciéndose el tiempo entre la paredes de aquella habitación, después de que los besos ue comenzados en la ternura diesen como siempre, paso a algo más, y que el deseo que siempre es alimentado por el amor terminase por consumirle a los dos, Visión besó con suavidad el cabello de Wanda, sonriendo levemente tras todo lo compartido minutos atrás. Disfrutando del silencio que solo se ve corrupto por las respiraciones que van retomando con lentitud su ritmo original, y del calor de su piel que entre sus brazos, alejaba de su mente cualquier debate que ahí se pudiese albergar, sabiendo a ciencia cierta, qué máquina o humano, poco importaba lo que él fuese en realidad, mientras estuviese con ella.

Y mientras todo lo demás carece de importancia, mientras su mano recorre con suavidad su espalda por debajo de las sábanas, disfrutando del delicado tacto de su piel, no duda en corresponder a ese beso desde una intensidad que solo se ve medida por buscar un momento de tranquilidad que, como tantas otras veces, no le importará romper en pedazos con tal de perder en ella. Y mientras se pierde en la tormenta de sus ojos que nunca en calma a él siempre le han ofrecido una contención, una paz difícil de explicar e incluso mucho más de alcanzar lejos de los ojos de su mujer, escucha atentamente lo que tiene que decir, ensanchando ligeramente la sonrisa mientras - Me parece una buena idea amor, además, algo de paz no nos vendrá nada mal - comenta el escuchar los murmullos que se oyen de fondo, conversaciones que dadas en el exterior, se oían con demasiada fuerza en aquel lugar, en aquel momento donde lo que fuese que se estuviese deliberando, no le era de interés. Y prefiriendo no preguntar a qué situaciones se refería Wanda al hablar en pos de preservar el momento, besó sus labios con esa calidez que humana, solo a su lado solía aparecer, respondiendo siempre a su llamado.

- Dentro de un par de meses, cuando reunamos lo suficiente buscaremos un lugar tranquilo donde mudarnos, no podemos escapar de nuestras responsabilidades, pero tampoco podemos vivir constantemente en ellas - afirmó en la cercanía de sus labios, sin intención alguna de alejarse de momento.

Aún disfrutando de aquellas caricias que se ciernen sobre su piel, Wanda mantiene su atención en las palabras que su esposo tiene para ofrecer. Ciertas todas, cuesta en determinadas ocasiones encontrar un instante de intimidad cuando vives con tanta gente, siempre en vilo y bajo un lema que se debe cumplir a rajatabla al no existir la posibilidad de quitarse el traje para ser una persona común y corriente. Cuestión que a la pelirroja ya comienza a fastidiarle, siendo el epicentro de las discusiones y las planificaciones a futuro, el derribar a un enemigo, obtener información, pero pocas veces proyectos a futuro que aporten a la pareja algo más que acción. 

-Cuesta y fastidia por igual no obtenerlo siempre amor... - responde suspirando, un tanto resignada. 

Pero ante la cercanía de aquellos ojos, qué profundos son tan cálidos como una noche bajo la luz de la luna, sonríe perdida en la hipnótica presencia de su esposo. El hecho de pensar que en unos meses podrían considerarlo, le sorprende y lo toma como un hálito de esperanza para los dos, concibiendo el sueño de Wanda el formar una familia. Si Visión desde su lógica, es capaz de considerarlo, a sabiendas de que no será fácil salir de aquel círculo tóxico de héroe que traen consigo, ya era un gran avance. 

- Quiero dejarlo... En unos meses dejar todo de lado para disfrutar de nosotros, pero me parece bien. Tienes razón cariño. - acepta aquella perspectiva y mientras su rojizo poder comienza a ofrecer caricias sobre el cuerpo del androide, sonríe divertida y cómplice a la vez. - Tenemos que bajar amor, con lo difícil que resulta considerar el hecho de hacerlo. - agrega riendo por lo bajo, para luego perderse a través de un beso que apasionado no da margen a una respuesta. 

Disfrutando del momento, de todo lo que compartido, siempre se ve corrupto por las eventualidades de un destino que sin ser escogido, deben enfrentar, los pensamientos del androide divagan entre las responsabilidades, las obligaciones y los anhelos. Aquellos deseos que férreos siempre se parecen inalcanzables. Y es que es cierto que jamás podría quitarse de encima aquella responsabilidad que se cierne sobre él cuando con constancia, el mundo parece ser un imán para cada enemigo que pueda aparecer, las ganas de tener una vida junto a su esposa alejado de todo aquello que, parecían crecer con el paso de los días y aferrarse con ansias a su ser tras cada enemigo derrotado, tras cada situación que surgiendo de la nada, no daba tregua alguna. 

- Lo sé preciosa, más aún cuando nuestros compañeros de casa parecen no conocer la palabra tranquilidad - responde con una leve sonrisa, dejando sobre la frente de la Bruja una suave pero cálido beso como respuesta a aquel suspiro que escapa de sus labios. 

Pero al sentir aquella caricia que resbala por su cuerpo, producto del poder que siempre manifiesta en rojo color, la sonrisa en los labios de Visión se amplía e intensifican aquel deseo de encontrar normalidad entre tanto caos cotidiano. Sin negarse a ver la realidad, viviendo en ella desde la frialdad en pensamiento que complejo no deja por ello de ser preciso, es de los labios del sintezoide de los que escapa entonces un suspiro, deseando poder aletargar el tiempo más de lo que pudiese ser prudente por lo que se le antoja necesario - Ambos sabemos que aunque queramos, seremos incapaces de mantenernos al margen cuando surja una nueva amenaza, pero al menos podemos intentarlo - responde desde esa humanidad que aflora siempre que se encuentra a su lado, donde su lado biónico parece desaparecer por completo convirtiéndole así en poco más que un hombre común. En un ser que siente, padece y desea por igual, todo gracias a ella. 

Pero aunque sus deseos transitan por derroteros diferentes a los que las palabras de su mujer dibujan en aquellos momentos, se ve silenciado por un beso que no tarda en corresponder con la misma pasión, con la misma intensidad y anhelo con el que es recibido, mientras que sus manos, perdidos entre las sábanas, continúan con el contacto y el roce de su piel - Si, al parecer el deber llama - comenta desde la cercanía de sus labios, siendo en ese momento en que la idea de vivir a solas resulta incluso más tentadora que de por sí. 

Pronto aparecieron dos de mis compañeras de equipo, tratando de animar a Luke. La verdad es que en nuestra forma de intentarlo se notaba lo diferentes que éramos las unas de las otras. Ninguna lo hacíamos con mala intención, aunque había cosas con las que no coincidía para nada con ellas. Pero no era momento de discutir por aquello, menos aún cuando las tres buscábamos lo mismo.

- No conozco a Tormenta, pero al Capitán América le precede su reputación y creo que podríamos confiar en él. Propondría a Stark, pero conociéndole lo primero que haría sería marcar en Google Maps la ubicación exacta de la mansión, poniendo en ella: hogar y escondite de Los Vengadores Secretos, para luego poner nuestras fotos con nuestros nombres reales y alter-ego. - Dije seria. La verdad es que nunca bromeaba, hacía tiempo que no lo hacía. 

Arqueé una ceja al escuchar la queja de Laura sobre la intimidad. - Espero que no me quieras culpar por ello a mí también, que yo me meta o lo haga Dooren no quiere decir que los demás tengan vía libre para hacerlo. Cada uno es responsable de sus actos... ¿O si ves que uno se lanza desde un rascacielos al vacío tu saltas detrás? 

- Si alguien más se apunta a ir, estaré cambiándome para salir. Espero que el ordenador nos de unos datos fiables del lugar donde han caído... lo que sea que ha caído y que lleguemos los primeros. - Dije antes de cruzar la puerta al interior del edificio.

Se gira para ver al resto de sus compañeras en el interior de la casa. Hace un par de estiramientos con los brazos y bosteza un poco.

Quizas sea la pequeña crisis que estamos pasando. Ultimamente no recibimos encargos importantes. Al menos Wanda y Vision siguen ajenos a todo. La verdad que a veces me gustaría tener un matrimonio como el de ellos.

Esas palabras hacen enfadar a Jessica. Le mira fijamente y le replica:

Querido Luke, quieres decir que no estás contento conmigo? A caso nuestra relación solo es ficticia y nuestro hijo tan solo ha sido fruto de un revolcon? Realmente piensas que Wanda y Vision poseen un matrimonio feliz? Una desquiciada mental y un androide?

Jessica, aunque aceptaba a Wanda y Vision como compañeros, nunca acabó de tragar a la bruja. Siempre le parecía que ellos dos omitían todo contacto con el resto. Pasando horas encerrados en su habitación. Pasando a veces incluso días a fuera sin venir a casa.

Luke le devolvio la mirada, pero como si fuera un inferior a ella, se encogió de hombros y no se digno a contestarle ninguna palabra. Jessica era una mujer de mucho carácter que había sufrido bastante en la vida, otros caso diferentes a los de Cage. El reloj le empezó a sonar señalando un aviso del ordenador de su despacho. Como sino mirara entra para la cocina mientras dice:

Cariño, lo dejamos para otro día. Tenemos un encargo importante.

Jessica se quedó refunfuñando. De un poco le da un puñetazo a la columna de madera, pero este acaba contra su otra mano.

Por que siempre acabamos discutiendo. No podemos tener una relación tranquila? Cuando pensé que alejandonos de Nueva York estaríamos mejor, y siempre estamos igual.

Al cabo de 5 minutos, Luke vuelve y da una señal:

Avisad a Wanda y Visión, tenemos un encargo de cierta importancia.

Desde vuestra habitación escuchais como se cierra de golpe la puerta del despacho, y al cabo de 5 minutos se vuelve a abrir.

Doreen tapó la oreja de Dani con una mano, como para evitar que oyera las palabras de su madre.

Miró a Jessica con el ceño fruncido.

“Jess, yo te respeto, pero lo que has dicho está muy mal. Wanda y Visión son mis amigos. Wanda no es eso que dices. Ella es buena, sólo es un poco rara y Vis no es un androide.” Pareció pensarse lo que acababa de decir. “Bueno, sí lo es, pero tú lo haces sonar mal. Estoy muy decepcionada de ti y soy de las que encuentran cosas buenas hasta en algunos supervillanos, así que eso te dice todo.”

Se dio media vuelta.

“Vámonos, Dani. No necesitas escuchar estas cosas.”

Salió de la habitación hacia el cuarto de Dani.

Escuchais que pican a la puerta de vuestra habitación y la voz de Squirrel Girl.

Y mientras la caricias vuelven al punto donde antes se habían encontrado para fundirse a través de un beso que deja sin oxígeno a cualquier persona. Wanda disfruta, anhela y se permite volar bajo el ímpetu de la pasión, la desmesura de los sentimientos. 

Hasta que la interrupcion se hace presente, en primera instancia con un portazo que resuena incluso estando un piso más arriba. Cuestión que le permite a la bruja poner los ojos en blanco, ofuscada por la poca privacidad que suelen tener en aquella mansión. 

- A la puerta amor. - responde a lo último tras incorporarse, busca una bata mientras le indica a su esposo que se vista, al vivir con tantas mujeres no le agrada la exposicion de su cuerpo ante la mirada de sus compañeras. - Voy a abrir... - indica un tanto seria. 

Y mientras se digna a abrir la puerta, intenta mantener la compostura, darle tiempo a su esposo que pueda ponerse algo de ropa. Así al menos puede recibir a la chica ardilla de una forma más, apropiada. 

Wanda decidida a abrir la puerta, avanza a paso firme hasta coger el picaporte y al recibir a quien parece la chica ardilla, esboza una ligera sonrisa. 

- Tu dirás. - afirma en un tono sereno, a la espera de que su compañera la ponga al día. 

Cuando Wanda abrió la puerta, se encontró con una Doreen que miraba hacia abajo, algo distraída, con el ceño fruncido en un vago gesto de enfado.

Al hablarle Wanda, tardó unos segundos en levantar la cabeza y la miró como si se hubiese materializado mágicamente frente a ella.

“¿Eh?  ¡Ah! Hola Wandy. No estoy interrumpiendo nada… no estabais teniendo sexo, ¿no? Luky quiere veros. Hay un trabajo que hacer, no sé de qué se trata, pero parece que nos necesita a todos.”

Escuché la conversación o más bien discusión de Luke y Jessica mientras entraba en la casa. Negué con la cabeza al escucharles hablarse así. No podíamos tener a un líder que anduviese preocupado por su situación familiar. No ahora que íbamos tan bajos de moral con tantas batallas perdidas. Negué con la cabeza al escuchar que Wanda y Vision estaban ajenos a todo, pues no era así. Estaban al tanto de todo, pero por encima de todo aquello y de los demás, estaba su amor. Era algo que comprendía perfectamente, puesto que había alguien por quien mataría y moriría sin dudarlo, si la situación lo requiriese. Aunque la verdad es que últimamente, matar no era demasiado complicado para mí.

Escuchar a Jessica decir aquellas palabras sobre mi mejor amiga y su marido me hicieron clavarme en seco en medio de aquella habitación. - ¿Cómo podía hablar así de personas que la consideraban su familia? - Pero la alarma del ordenador causó el mismo efecto que una campana en un combate de boxeo. La discusión entre ambos quedó aplazada y volvieron a sus rincones. Eso me hizo retomar mi marcha, esta vez con más prisa, puesto que ya era oficial que había ocurrido algo y debíamos acudir. 

La voz de Doreen se alzó de fondo, pero no presté atención a sus palabras. Fuesen a quien fuesen aquellas palabras dirigidas, sabía que no eran para mí y ya había escuchado suficiente por hoy. Además, me dolía aún aquello que Jess dijo sobre mis amigos. Mi amuleto, el cual siempre llevaba colgado del cuello, comenzó a brillar con fuerza.

- Noto tu furia, White Tiger. - Me dijo Tigre Blanco, la deidad que me confería aquel poder. - Hoy matarás por ti y por mí. - Dijo como si fuese una sentencia y mi amuleto dejó de brillar de golpe. Me apresuré para ponerme mi traje de tigresa y reunirme con los demás en el sótano de la casa, donde Luke nos daría los datos de la misión.