Partida Rol por web

Cada uno de ustedes sale de las reuniones con su siré luego de una larga noche de entrenamiento. Saben poco, pero lo suficiente para saber que  tienen una misión por cumplir, deben  dar a conocer que tienen valor para la secta, para su grupo, para su familia... es decir ustedes...

Esta es la prueba de fuego, y estaban a punto de iniciarla.

Te han llamado a conocer la nueva manada, al parecer son pocos los que sobrevivieron al entierro, recuerdas algunos en la fiesta, las fotografas, el artista, y la niñita que cuidaba el Lasombra como perro guardian...

Serias el lider de la manada y deberias hacer una especie de charla diciendo que deben hacer, y cual es la misión, aunque ciertamente tú tampoco  tuvieras mucha idea de como desenmascarar  a los traidores. Lo cierto es que luego de  tu reunion con el consejero te llegó un documento de el mismo que decía:

"Apreciado señor:

Creo que antes de comenzar su investigación debe saber que he movido los hilos y he llegado a varias conclusiones a raiz de lo encontrado por usted en la reunión, lo primero es que la sangre, que comentó usted  estaba en el tunel luego de análisis hechos por aliados resultó ser humana, lo cual hace pensar que un criado o ghoul pudo estar implicado,  por otra parte,  y como lo dijo, el tunel parece hecho por inmortales, por tanto pienso que este asunto no es de una sola persona, es un grupo organizado en contra del Arzobispo. Los traidores pueden ser varios.

Por mucho que utilice mis habilidades de interrogatorio la gran mayoria de los asistentes a la fiesta no parecen conocer nada del hecho, aunque estoy seguro que hay un complice que no tardaré en encontrar.

Varios comentaron que entre los anarquistas y sin clan de la zona se estaba creando un grupo liderado por Victor Facundo Linares, más conocido como la marca,  al parecer - y para sorpresa de la situación- este hombre fue aprendido pero escapó la misma noche de la celebración. El hombre esta en Badalona...

L.H"

Era claro que el hombre no conocia los antecedentes del robo del libro.. realmente ambos parecian conocer cosas que que el otro no.

Ingresan a un salón pequeño en un edificio comunal del sabbat, en sus callejones se ve de todo tipo de vampiros, los cuales les ignoran como si no existieran.  Estan entre ustedes,  no alcanzan a saludarse o a mormurar lo suficiente sobre sus entrenamientos cuando entra al salón un hombre que ya habian visto en la reunión y que fue quien mató a la primera victima dando inicio a la cena de sangre.

Max al ingresar les ve, a los cuatro acompañados por un hombre de pelo desorganizado con una manta ritual. Este hombre no había estado en la fiesta, pero era claro que era el sacerdote.

Bienvenido!- dice el hombre al ingresar Max a la instancia- creo que estamos completos, sois parte de esta manada jovenes neonatos, pero desde hoy  necesitaran demostrar vuestro valor, y para ello necesitaran un lider, alguien que les guie en esta prueba. Se bienvenido- le dice a Max con una gentil disposición

Con los labios apretados finalmente, Max repasaba una vez más el documento, compaginándolo con sus propias conclusiones. Repantigado en un sofá, se encontraba como en un nido de oscuridad, tanto física como mental. Solo levanto la vista cuando aquel desharrapado lo interpelo para demostrar que le había escuchado, aunque esa fue toda la expresión que dejo traslucir.

Desde luego, aquella idea del arzobispo reunía los matices adecuados tanto para ser una genialidad como una molestia. Una mezcla que encima debía pilotear entre aquellos egos, intentando sacarle el mejor provecho.  

-Jhm.  +resoplo lentamente. Si esperaba un gracias, estaba muy equivocado+  Una prueba, ¿eh?… Si, puede considerarse así. +alzo la diestra, agitándola levemente al costado+ Por favor, prescindamos de los formalismos. Conozco demasiado bien esta parte y deseo abocarme al problema cuanto antes. ¿Que saben de este asunto, hasta ahora?

El tono de Max, en un principio bajo, luego se aclara. Tiene dejes extranjeros. Sin duda no es español, sino que tiene un aire latinoamericano. Y pese a que habla al sacerdote, su mirada clara, firme, va paseando lentamente por los rostros de los neonatos, calculando en que han cambiado desde la última vez que les viera.

Alejarme de mi sire tras el entrenamiento había sido casi un alivio, a su manera era un buen maestro, pero yo tenía mis propias dudas al respecto, había algo de fondo que simplemente me preocupaba demasiado, por no decir que el corto tiempo que había sido de entrenamiento seguía sin contestar muchas de las dudas que por mi parte tenía, en realidad me preguntaba si Kathalho estaría dispuesto a darme respuestas o le molestaría que me pusiera a preguntar sin ton ni son cuando teníamos un deber para con el sabbat y no este para con nosotros. 

Con todo recordaba que al principio no había hallado molestia en su voz al preguntarle yo, ya lo intentaría después, me dije mientras caminaba por entre los pasillos del salón comunal, por donde veo personas que me supongo son vampiros, hay quienes no pueden ni parecen desear esconder su naturaleza a decir verdad, la mayoría actúa como si no existiéramos, recuerdo las palabras de nuestro... am... ¿líder?... cada uno de nosotros debe probar su valía... supongo que hasta entonces seremos nada, parpadeo, no me importa crecer en esta... secta, pero siento terror ante la idea de la pirámide social que en realidad hemos de ser, pienso en Santano y me resigno internamente ante la realidad de este asunto... no creo que mi forma de pensar le guste y yo realmente quiero llevar la fiesta en paz.

Llego a la entrada del pequeño salón al que me ha sido dicho que debo entrar y lo miro un poco preocupada, antes de alisar mi ropa, no puedo tener la ilusión de mirarme en un espejo pero supongo que luzco bien,  e ingresar al interior del salón, lo miro de lado al lado antes de sonreír, ver a Kathalho de todas formas es agradable, me supongo que por el ritae,  Buenas noches , y entonces veo ingresar a los otros también, sin embargo apenas hay tiempo de decir poco más que un saludo, para comentar todo lo ocurrido, y callar aquello que no se debe decir, simplemente no hay tiempo...

Alguien nuevo ingresa y no hay solución para ello, le reconozco y recuerdo el terror de la sangre, pero luego pienso, últimamente todo se resume en pensamientos y cosas que no decimos... no es difícil recordar esa noche, después de todo yo estaba muy consciente. Me coloco cerca de los otros, preguntándome si después podremos hablar, y preguntarnos mutuamente si todo esta bien, es decir, estoy cómoda con ellos, pero también hay sombras en todo esto, cosas que no controlamos y que posiblemente no controlaremos nunca, Kathalho le saluda primero... procuro no perder palabra de cuanto se dice. 

Apenas hay tiempo para saludarnos entre nosotros cuando alguien nuevo ingresa y debo hacer un esfuerzo para no mirar sorprendida, de todas formas he notado con cierto desencanto que los gestos son por lo general mas conscientes que fruto de la reacciones, así que dudo que se haya notado en verdad, de todas formas él no lo ha visto, se ha dirigido a un sofá* donde se ha acomodado a leer, miro a Kathalho un tanto confundida y sin preguntar apenas, de todas formas e doy cuenta de que con el recién llegado presente no hay forma de ponernos al día cada uno con el otro. 

Sin embargo, Kathalho habla sin importarle, al parecer, la indiferencia del recién llegado, y logrando una mirada de este, que de inmediato contesta, aludiendo al punto en cuestión que nos ha llevado a todos a estar aquí, le observo levemente intrigada, no es español... o eso dice su tono y parte de su aspecto.

Me recuerda a un compañero del liceum, uno que tocaba el chelo... no estoy segura, en eso pienso cuando caigo en la cuenta de que ha hecho una pregunta y le miro nada más, por el momento guardo silencio, no estoy segura de que la pregunta, por muy abierta que sea, este en realidad dirigida a nosotros y no solo a Kathalho. 

Con la misma gracia que una pantera, ¡así!, ingreso a la sala Blanca mientras lo miraba todo de reojo.

Sus ojos eran fríos, analíticos, su rostro, una lápida carente de emoción.

Se acercó hacia donde se encontraba el sacerdote y parándose a tan solo un palmo de distancia de este, le obsequio una reverencia breve pero respetuosa sin decir ni una palabra.

Entonces, se volvió de frente hacia aquellos que ya estaban presentes y les fue dedicando a cada uno una breve mirada de reconocimiento y orgullo salvo al “nuevo”, a ese ni le miro de soslayo.

Ciertamente esta no era la muchacha indecisa y asustada que habían conocido recientemente, había un “no sé qué” nuevo y peligroso fluctuando a centímetros bajo su piel.

Una bestia apenas contenida, como una serpiente, que retorciéndose sobre sus propios anillos estaba presta a atacar.

El salón es pequeño y nada de lo que hay allí más allá de mis compañeros me importa realmente, eso que haya esta más allá de la intención, en una noche los limites se han ampliado y no puedo menos que admirarlo de lejos, pero henos aquí, pienso, y no me parece una locura.

Puedo verlo desde más allá, el rostro convertido en un reflejo inexacto de un maniquí que he debido ver desde alguna vidriera mirándome, una cara de poker perfecta, una que sorprendente no es superior a antes de la muerte.

Cuando llego con ellos, observo a nuestro sacerdote con cierto rastro de reconocimiento y tras realizar una inclinación educada de cabeza observo a mis compañeras, un asomo de familiaridad aparece por un breve instante, menos de un segundo, en mi cara a modo de reconocimiento y saludo, lo poco que hemos de compartir jamás. 

Nuestro sacerdote le saludo y solo por ello preste más atención de la que pretendía, si él le respetaba alguna razón debía haber, tenía esperanzas de que la razón fuera lógica, él contesto preguntando que sabíamos, mi encantadora maestra poco y nada había dicho, más allá de lo que era evidente, guarde silencio sensato, mirando si Kathalho contestaría tan animada pregunta. 

No conocen nada- dice el sacerdote-  fueron entrenados por sus sires, a menos que ellos les hayan hablado de lo sucedido, ellos no conocen nada...

Alzo levemente una ceja, pero en realidad estaba asombrado por la declaración del sacerdote. Si era cierto, aquello era carne fresca en su estado mas puro…  Se reclino un tanto, madurando las palabras cuidadosamente.

-… Ya veo. Entonces permítanme extenderles las condolencias… Usualmente su educación básica +*como buenos cabezapalas+  se complementaria con algunas misiones mas sencillas, un poco de matanza y diversión antes de pasar a lo serio.

Doblo la hoja que sostenía lentamente, guardándosela en el bolsillo.

-Este no será el caso. Como pudieron apreciar en la fiesta, hay alguien intentando dañar al Arzobispo.  Una persona con cierta habilidad, aunque pocas agallas; entiéndase un traidor. Y como deben haberles dicho, el Sabbat no tiene piedad para con ellos…

Los estudio una vez más. Seria mejor ser franco de entrada y evitar confusiones.

-Viéndoles, dudo que tenga la suerte de contar con una gran investigadora o siquiera alguien meramente capaz. Pero los usare como mejor se pueda para tener exito. Entiendan que fueron seleccionados para este trabajo por la única razón de que son frescos; no ha habido tiempo de que los corrompan. Asi que todo lo que hagan a partir de ahora, será demostrar su valía… o la falta de ella. ¿Preguntas?

Es el momento, es el momento de salir "ahí" donde quiera que sea a ver qué es lo que puedo y no puedo hacer, camino con los sentidos alerta, aunque noto la indiferencia de los demás que me cruzo por el pasillo, a mi todo me llama la atención, al entrar en el salón y encontrarme con los demás sacudo un poco la cabeza, noto como un pinchazo de migraña, quizá esté abusando un poco de los sentidos, una vez con ellos creo que puedo relajarme un poco, aunque no del todo ya que todo esto es extraño aún.
Me iba a disponer a hablar con ellos cuando el joven entró en el salón, indiferente ante nosotros, y se dirigió al sacerdote.
Aguardé en silencio, aunque una imagen vino a mi mente de lo que había pasado en la fiesta y hizo que me estremeciera un poco, aunque no se notará a la vista.

Después cuando hablaron y el joven empezó a hablarnos a nosotros, escuché atenta, más o menos dijo lo mismo que me había comentado mi sire, solo espero que tenga la paciencia suficiente, aunque no lo parezca...
Y llegó, llegó el momento de las preguntas, tímidamente alcé la mano antes de hablar, me sentía una alumna en el colegio, casi incluso me atrevería a decir, de primaria sin ni idea de nada.
-Se supone que hay un traidor, y hay que darle... ¿caza? No se cual sería la palabra... Pero... ¿Como se supone que podemos hacer nosotros que no tenemos ni idea, algo que vosotros mismos no podéis?- ni yo misma entendí bien la pregunta que formulé en voz baja, pero si sabía lo que quería decir, habíamos sido elegidos, supongo que por alguna razón más de las que ya sabía, y lo que más temia, es que fuéramos simple carne de cañón.

Mientras el imbécil hacia su acto de “chico-autosuficiente-malo de los cojones de turno”, busque un lugar para sentarme y tomándome un tiempo para ello.

Aproveche el momento para lanzarle una mirada a Karen mientras le alzaba las cejas en un gesto bien conocido entre dos grandes amigas que ella bien podía identificar.

Solíamos usar aquella simple expresión para indicarnos el hastío respecto a los idiotas babosos que nos rodeaban en las discotecas o en las fiestas a las cuales solíamos acudir.

Era el desprecio de rigor usado para los machos pagados de sí mismos que se creían el ombligo del mundo ya fuera por su belleza, su dinero, su poder o una combinación de todas aquellas opciones.

Este tipejo era de la misma calaña, salvo que estaba muerto.

Karen, mucho más educada que yo y sin dudas más diplomática – quizás viendo en mi rostro que comenzaba a aburrirme de la mala forma -, verbalizo algunas dudas cuando el tipejo termino de lamerse su propio y grandilocuente culo.

Lo que Karen quiere decir, dije cuando mi amiga termino de hablar, es si vas a seguir aburriéndonos con tus palabras o nos dirás por donde comenzar a buscar “bonito” concluí todo “simpatías” y con una gran sonrisa felina en la cara.

Si hay algo que no es original en este mundo son las bravuconerias, a saber hay muchas, pero la mayoría de estas hallan su origen en algún punto entre el mono y el hombre, no antes ni después, de eso estoy seguro, la presentación del recién llegado, sin embargo, era una combinación extraña entre marinero a bordo -no que alguna vez yo haya tratado con esos asquerosos alcoholicos- y un jefe de empleados cansado de agachar su cabeza cuando alguién con más poder aparece y desquita esa frustración como mejor puede.

Vamos, era una actitud entre humana y ermitaño bien entrenado.

Pero no era obligación mía decidir eso ni percibirlo, por tanto ofrecí una mirada entre resignada y aburrida, de cuanto él había dicho solo había percibido una cosa importante expresada en dos partes:lo de "traidor al sabbat" y "dañar al arzobispo"

que bien podía traducirse "existe una intriga en contra del arzobispo, vuestro deber y el mio es encontrar la fuente de ello" pero no todo el mundo piensa en ello, quizás había una amenaza velada en todo ello, guarde silencio simplemente elevando una ceja cuando él termino de hablar, sus palabras y el uso que le daba a ellas era asunto suyo, lo que era claro era que más información aparte de ello no habría.

 Me habría permitido bufar, en verdad sentía que una migraña se acercaba, una que para sorpresa mía no me había dado ni con Anticona, lo que creo es mucho decir, en fin, mi rubia compañera me saco de mi abstracción, hablando y pidiendo indicaciones, solo para ser seguida por la morena, que al parecer tenía una lengua demasiado afilada.

Oculte una sonrisa bajo una expresión un tanto extrañada y guarde silencio, en todo caso ambas habían dado en el meollo de la cuestión, como empezaríamos con aquel "grato" deber.  

Acaricio ligeramente su labio inferior, mirando alternativamente a la bonita fotografa y a la fierecilla domada.

-Les aburriré cuanto sea necesario, “cariño”… +replico en el mismo tono pausado+ Esta situación es una donde deberán usar su cabeza mas que otras veces para estar a la altura. Así que tendrán que escuchar todo e ir encajando las piezas si no desean meter la pata.

Seguidamente paso la mirada hacia la rubia.

-Como dije antes, no es una cuestión de capacidad. Hay sobrada gente mas hábil que ustedes en la ciudad. Pero todos, salvo los presentes, están mezclados de alguna forma o tienen intereses que pueden perjudicar su objetividad. Eso incluye a sus respectivos creadores…

*Y al final nadie espera realmente que tengan éxito. No lo dijo pero viendo sus caras ingenuas no podía pensar otra cosa. Él podía usar su reputación para desviar el golpe, pero ellos… Bah, que importaba. Tendria que trabajarse. Se acordó de una canción que había escuchado en su tiempo por Argentina, y algo sobre la suerte del principiante. Acomodo una mano en la cintura y al hacerlo rozo su bolsillo. La nota... Podia empezar con eso antes de explicarles lo complicado.

-Empezaremos por hacer un viaje a Badalona. Por el momento, hay una persona de interés que debemos encontrar, un tal Victor Linares. Su trabajo será capturarlo en condiciones de ser interrogado. Obviamente no sera sencillo; es un anarquista y un fugitivo. Pero creo que pueden tener una oportunidad, caritas frescas... +decidio, para luego mirar al desgreñado sacerdote+ ¿Hay algún vehículo preparado?

Uiss le respondí mientras sonreía fugazmente, casi puedo sentir un cosquilleo en el vientre, “machote”, acote mirándole la mar de divertida.
En verdad aquel idiota comenzaba a caerme bien y si tenía que admitirlo, hacia un buen esfuerzo para parecer un “chico-duro” aunque la actuación le quedase grande.
Iba a responderle más porque, a decir verdad, vapulear a este tipo de energúmenos me encantaba pero al parecer el “chico bonito” finalmente uso su única y disponible neurona no muerta para dar una info medianamente interesante.
Un lugar y un objetivo.
Bien hecho, pensé, sigue así “hombrecito” si quieres y haces mucho esfuerzo, esa masa putrefacta que tienes dentro del cráneo puede llegar a funcionar.

...

Aunque, si lo meditaba por un segundo, también cierto era que yo depositaba demasiadas esperanzas en los habitantes de este mundo y bien sabido era por todos eso de que "por mas que al mono lo vistan de seda..."

Estaré con ustedes espiritualemente y como apoyo aquí mismo- y mirando a Max dice en voz alta pero casi en un murmullo- y tu recuerda  que ellos son tu familia, nos nuevos pero no tontos...

Y a los neonatos les dice

Suerte, no confien en nadie, recuerden que son sabbat, y quienes no lo son, son inferiores, traten aquellos desafortunados con  extrategia, no son muy fuertes, pero a veces ganarse a los perros es la mejor forma de ganar dando migajas...

Luego de hacer un pequeño rito de unión donde podeis unirse más entre ustedes e integrar a Max en la manada, se dirigen a Badalona.

La OCU ha realizado una encuesta a más de 5.000 españoles de 30 ciudades para conocer el índice de seguridad de cada una de ellas. La ciudad más insegura es Badalona.

Badalona es una ciudad tanto de mar como de montaña. La sierra de Marina, pasa por la parte norte y oeste del término municipal. Cuenta con varias playas y  varios centros nocturnos.  Al rededor de las calles de badalona, de edificios bajos y  calles cortas hay sin número de personas con ropa hortera y de mal gusto, se puede ver  cierto grupo de latinoamericanos bulliciosos, y prostitutas en las esquinas. La venta de drogas es común, así como las pandillas.

Si bien la mayoría de los humanos "de bien" duerme a esas horas en Badalona,  es justo en la noche que el trafico, el crimen, los robos y los secuestros son más evidentes, es como si esa ciudad tomara  una vida macabra por las noches.

Estan cerca a la plaza "de los caidos",  las personas que estan al rededor dan "paradojicamente" una visión de la decadencia del lugar. Una fuente de agua  grande y a dichas horas apagada esta rodeada con todo tipo de personas apestosas y de distintas procedencias.

El problema será localizar la comunidad vampira dentro de ese mundo humano malviviente.