Partida Rol por web

Nager te trasmite que está bastante enfadado, no sientes que esté habiendo engaño ni con sus palabras, ni con su actitud

Observando el dolor en sus ojos, y su molestia no puedo evitar dejar de comer y escuchar su historia respetuosamente. Una vez terminado me tomo algunos segundos para digerir un poco la información y digo:

- Sr Nager, lamento mucho lo que ha ocurrido en este hermoso poblado, y puedo prometerle haré lo que pueda para librarlos de este problema, sabrá ¿cuanto tardaran estos fanaticos en volver al poblado?, y quizás ¿cuantos normalmente envían a recolectar sus insumos? -

Nornas juzgó ese extraño comportamiento como nada mas que enojo y frustracion por revivir los hechos. El clérigo lo dejó correr sion más.

-¿Cada cuanto vienen? La proxima vez podemos estar esperándolos, agarrar a uno y sacarle la ubicación de su campamento.

El Goliath mantenía su semblante adusto mientras escuchaba a sus compañeros. No entendía como Edward podía empatizar con los sentimientos de un completo desconocido. En cambio aquellos que  habían compartido cacería con él se habían convertido en hermanos de caza. Un gran honor entre los de su extinta tribu. 

-¿Dónde los vieron por última vez? Si son bandidos inexpertos debe haber algún rastro en los alrededores-

Aquella comida sosa no satisfacía el apetito de Mohk, quien esperaba pacientemente el festín prometido.

Su rostro hace un gesto de agradecimiento

Vienen más o menos cada... Se pone a contar con los dedos mentalmente. ¿Siete?... ¿Quince días?. Realmente nunca lo sabemos, cuando nos preparamos vienen un día más tarde, cuando no lo hacemos atacan esa misma noche. Hace tiempo que no vienen por aquí, diez días tal vez.

No sabría decirte joven... A veces vienen cinco, otras veces vienen siete... Ah, y a veces vienen con perros muy raros. Pensamos que son de caza, pero... La verdad es que... Nunca hemos visto perros así por la zona.

- Ya veo, si ya han pasado 10 días significa que no tardaran mucho más en venir, debemos estar preparados -

Tomo unos segundos para pensar un poco y comer algo

- Lamento preguntarle esto Sr Nager, pero ¿quedan hombres o mujeres hábiles en combate en el pueblo?. Creo que eso nos ayudaría mucho a combatir, aunque estarían en peligro de ayudarnos-

Nornas no dudaba que, si habían juntado dinero era porque ninguno deseaba combatir, asi que prosiguió con sus pesquisas de cara a preparar el encuentro.

-Díganos, Nager. ¿Se han fijado si alguno de los bandidos era practicante de la magia? Y, por otro lado, qué clase de armas y armaduras llevan? Le pido que haga un esfuerzo por recordar.

Súbitamente la puerta de la posada se abre para dar paso a un elfo de tez un tanto pálida y plateados cabellos, algo en las facciones de este elfo resulta poco común, pues carece de la altivez propia de los suyos, a la vez que su faz denota cierto aire de nobleza, a su espalda lleva una pequeña mochila, su capa negra se encuentra un poco raída.

Buen día tabernero, estoy buscando dónde alojarme y algo de información pagaré bien por ambas cosas. - exclama el elfo mientras deja caer su mochila sobre una mesa, al tiempo que un pergamino se cae de la misma, revelando el retrato de un hombre bajo el cual se puede apreciar el número ciento veinte.

Al notar su descuido, el recién llegado se apresuró a recoger el pergamino, mientras la espada ropera que colgaba al lado izquierdo de su cinto asoma bajo su raída capa, tras recoger el pergamino el misterioso viajero tomó asiento mientras revisaba que todas sus exiguas pertenencias se encontrasen en orden, luego de lo cual echo mano de su violín y toco unas pocas notas para verificar que se encontrase perfectamente afinado.

Era evidente que aquel viejo violín había visto tiempos mejores, pero por el mimo que ponía el elfo en el ajuste de sus cuerdas, resultaba más que obvio que le tenía mucho apego aquel añejo instrumento musical. - ¿Y bien tabernero? ¿Debo esperar todo el día para que me ofrezcas una habitación, algo decente que comer y la información que busco o prefieres que me aloje en otra posada? - sentencia el elfo mientras atiende su instrumento.

Nager iba a responderos, pero el entrar del elfo, alguien totalmente desconocido por el tabernero le mira un momento.

Un segundo muchachos, hay clientes... Os dice Nager levantándose de la mesa

Sí sí claro, adelante por favor. Eladamri puede ver como un anciano con ropas bastante llamativas se levanta de la mesa y va en dirección hacia el recién llegado

Buenos días viajero, por favor toma asiento, me llamo Nager. Le tiende la mano luciendo una agradable sonrisa

Para el almuerzo hay que esperar un poco, pero tengo algo de fruta fresca y tengo té recién hecho, aún está caliente. Orienta su mano hacia la tetera hirviendo en la hoguera

Las habitaciones son 1 moneda de oro por noche, las tenemos que preparar aún, pero puede dejar todo su equipaje detrás de la barra mientras tanto.

Se marcha hacia la parte de atrás a por comida.

Nornas miró al elfo recién llegado y negó con la cabeza ante su actitud. No había otra cosa que el místico despreciara más que la arrogancia y la altivez. Y más hacia alguien que trabajaba sirviendo a los demás, que normalmente, están obligados a no responder a las provocaciones.

El Goliath miró sobre el hombro aquel individuo que proclamaba sus exigencias. -​​​​​​-¿Acaso es algún compañero tuyo, Gorrión?- Le indicó al bardo al ver al elfo afinar su violín. Por algún motivo la música le agradaba y se mantuvo espectante esperando que los deleitara con alguna canción.

Mientras el grupo observa al recién llegado a la taberna, podéis ver la silueta de una joven que bajaba desde las escaleras que daban a la parte superior, y que se internaba en la cocina con paso decidido. mientras se recogía el cabello. La muchacha aparenta ser bastante joven, tiene la tez pálida y el cabello negro.

Al poco veis a Nager salir de la cocina con un plato de fruta, y con una taza de té para recién llegado, poniéndoselo en la mesa que había tomado, y sin quitarle esa sonrísa le pregunta

Y bien, cuénteme, ¿en qué le puedo ayudar joven?

Verá mi buen señor, llevo un par de semanas viajando, estoy siguiendo la pista de un traficante de esclavos que según me han dicho se esconde cerca de este poblado, ese sujeto y su banda tienen un precio sobre sus cabezas, lord Morrowind ofrece una recompensa por la cabeza de este sujeto. - digo al tiempo que vuelvo a sacar el rollo de pergamino y lo extiendo en la mesa.

Sabrá algo al respecto de este sujeto, cualquier clase de información será bien recibida y acompañada de una moneda de oro, le garantizo que nadie se enterará en dónde conseguí la información. - comento antes de darle un pequeño sorbo a la taza de té. - Muy bueno, en verdad es uno de los mejores que he probado.

Como agradecimiento por tan buen té, por favor permítame tocar una canción, la misma que espero que sea de su agrado y se encuentre a la altura de este té.

Sin esperar respuesta de Nager, procedo a colocar el arco sobre mi violín y empiezo a tocar una melodía que empieza bastante serena, la misma que inspira a cualquiera que la escuche a embarcarse en una épica gesta.

¿Traficante de esclavos?... Dice mirando el rostro dibujado de aquel semielfo en aquel pergamino mientras se rasca la cabeza

No me digas que... Los jóvenes que no volvieron... Parece un poco dubitativo aquí. Gracias por lo del té, lo cultivamos aquí. Responde con una sonrísa de nuevo, aunque esta se puede comprobar que no es tan natural.

Al escuchar a Eladamri tocar la música se queda cautivado y dos cabezas asoman de la zona de la cocina para cotillear y saber quien es el que está tocando aquella melodía.

Deberías quedarte esta noche, tendremos un gran alce que mis amigos de aquí han traído. Dice señalando con el pulgar al grupo. Y probablemente ya todos los del pueblo sepan que esta noche va a haber jaleo por aquí. Se ríe sonoramente

Lo que sí tenemos aquí es un grupo de bandidos. Puede que el tal... Se inclina de nuevo hacia el pergamino. ¿Pha...ran? Esté con ellos. Pero lamento decirle que ellos cobrarán la recompensa por los bandidos, no tenemos muchos recursos, y lo poco que tenemos ya ha sido firmado para ellos

La taberna parece que cada vez está volviéndose poco a poco más animada, diversa gente entra, y Nager os dice "cuando esto se relaje hablaremos, lo siento", y comienza a recibir a las personas que van entrando, parece que casi todos los que van entrando son amigos o conocidos del tabernero.

Entre tanto, dos jóvenes con equipamiento de caza entran, y Lucía al verlos tan solo se levanta del asiento tirando el taburete al suelo y lanzándose en un abrazo con ambos; los tres hablan animadamente, y al pasar un rato Lucía vuelve a la mesa y os comenta que esos dos son sus hermanos, y que parece que han encontrado el rastro de su padre cercano a la zona, pero han de remontarse por el camino por el que vinisteis. Os agradece mucho vuestra ayuda con la patrulla de goblins y os desea suerte en la misión del gremio.

Al salir por la puerta os fijáis que sobre su sitio está su emblema del gremio, pero ella ya ha de estar lo suficientemente lejos como para devolvérselo

Tomo el emblema de lucia en mis manos y lo guardo.

- Compañeros, parece que ahora solo somos nosotros, no pude evitar escuchar que aquel viajero tiene una tarea similar a la nuestra, quizás el podría ayudarnos bien. Claro que no me agrada mucho como trata a los demás, pero algo que he aprendido en mi vida es, nunca sobre estimarse a uno mismo -

- Que opinan, si le preguntamos si ¿está interesado en ayudar?- Veo a Mohk, a Bloodvan y por ultimo al Sr Nornas

- ¿Sr Nornas?, ¿que opina usted? -

-MMM... 

Nornas no parecía muy por la labor. El elfo le había causado una pésima impresión pero se esforzó en tratar de percibir algo de él o de leer su lenguaje corporal, sus ojos... para saber si se trataba alguien digno de su confianza.

Llevas ya cierto tiempo mirando a Eladamri, y comienzas a notar alrededor de él una cierta aura caótica, aunque no lo suficientemente fuerte como para tener que pensar que él es alguien malvado.

Aún con todo, puedes sentir alrededor de él que su esencia lleva consigo una misión bastante noble, o al menos, justa.

Los ojos del erudito cambiaron un segundo a medida que se abría a su percepción interior. Después, su mirada gris volvio a ser la de siempre y dijo:

-No me parece una persona malvada. Tiene pinta de ser uno de esos elfos creidos,  individualistas, caóticos... pero , miradlo bien. Es innegable que hay algo noble en él. Un propósito elevado o algo así... no puedo verlo con claridad. Puede que merezca la pena darle la oportunidad de unírsenos y, si se muestra digno de confianza, puede ganarse el parche de Lucía.