Partida Rol por web

Sabes que ahí hay un hechizo conocido como calmar emociones. Es un conjuro sencillo, y con ciertas limitaciones, pero ese hechizo es una versión extraña, demasiado optimizada, como si alguien o algo con demasiado conocimiento lo hubiera refinado.

Y aún así hay magia proveniente de otro plano que emana del propio color del amuleto. No sería sabio vestirlo

Sabes que hay magia en aquel colgante, no es magia de un nivel demasiado alto, pero está demasiado refinado. No sabrías decir a ciencia exacta cual es, pero sin duda debe ser algo que maneje las emociones

Al decirle lo del cuchillo a Nortel el chaval se mira la mano que los empuñaba sorprendido.

No, no. Estaba preparando la comida y todo... Deja el utensilio sobe la mesa. Vente Berta, necesito ayuda allí.

Berta aunque furiosa, parece estar controlando sus emociones bastante bien.

Mi madre decía que las armas no nos harían daño. Que éramos invencibles. 

Dice con tono sosegado.

Nunca dijo que algo hiciese más daño. Aunque ella tenía armas especiales solo para ella... Creo que eran de plata. Con la que casigaba a los traidores. Y siempre que oían que había algún mago husmeando... Enviaba a los más rápidos

Después de ello toma el cuchillo de la mesa y se a con Nottel a la cocina. No sin antes acercarse a Eladamri apoyándose sobre su hombro.

si se os ocurren ideas de alguna comida en especial decidme o pegarnos una voz. Necesito algo para distraerme un poco.

Esa electricidad en sus ojos parece haber desaparecido, aunque no ese extraño color

-Armas de plata, ¿Eh? -murmuró Nornas mientras bebía otro trago de cerveza negra.

- En mi experiencia no hay nada invencible, cielo – repliqué dulcemente – Aunque no dudo de que seas mucho más resistentes a diversas formas de daño que los humanos corrientes. – añadí para no sonar demasiado dura.

Así que era cosa de familia. Miré un poco más profundamente a Nottel. Tres hombres-rata en la sala y tan lejos de la ciudad… curioso.

- Si puedo ayudar con algo de dinero, lo haré con gusto, aunque mi bolsa anda bastante vacía y no sé si una daga de plata para mí sería útil, aunque si pudiéramos fundir las monedas para hacer puntas de flecha de plata para las flechas de mi ballesta, sí que me sería útil – puntualicé mostrando mi bolsa en la mesa con apenas unas tristes 7 monedas de plata.

¿Plata?... Creo... Mi abuelo tenía una daga que recuerdo que no era de acero, podría ser de plata... Yo era muy joven cuando él murió. Pero seguro que está en la caja con sus trastos... Después de cenar os la busco jóvenes.

Y respecto al dinero, os lo daré lo que necesitéis, y hablaré con los demás en el pueblo, si les pido ayuda, nos ayudarán, estoy seguro

La dasharii escuchaba con atención y trataba de seguir el ritmo de la conversación mientras vaciaba su jarra.

–Te agradezco el esfuerzo, Nager. Si nadie la necesita, yo estaría honrada de empuñarla. Aunque nuestro objetivo no son los prisioneros, y si es cierto que esos seres no tienen miedo del acero, no me gustaría encontrarme con un monstruo al que no puedo hacer sangrar allí. ¡Niño! – terminó diciendo, mientras pedía otra con la mano.

Alatia había estado escuchando todo el tiempo interesada, pero sin intervenir. Al final se decidió:

- Hemos obtenido bastante información. Sabemos dónde están, sabemos un camino oculto para llegar a ellos, sabemos que tienen licántropos y conocemos los nombres de sus líderes.

- Por lo que veo en el grupo somos esencialmente expertos en infiltración, podemos hacernos invisibles, disfrazarnos, infiltrarnos... lo que no parece tan claro es nuestro poder de ataque.

- Necesitamos armas de plata. Si no hay plata de nada nos servirá el dinero que podamos ofrecer, no creo que sea cuestión de dinero. Hay que recoger toda la plata que se pueda en el pueblo y ver qué se puede hacer con ella. O bien se paga o bien se pesa y tras la batalla se devuelve a sus dueños, el pueblo tendrá que confiar en nosotros ya que para eso nos ha llamado.

- Si no hay suficiente plata, da igual que ofrezcamos dinero o no, no se podrán hacer armas de plata. En este caso hay que llamar al gremio y pedir que nos envíen armas. En este caso sí habrá que pagarlas o devolverlas tras su uso. Recordemos que los ataques mágicos también son efectivos contra ellos ¿quienes pueden usar ataque mágico? Yo, por ejemplo, puedo.

- Este es el primer punto. Nager, hay que recoger toda la plata que se pueda del pueblo. Una vez sepamos la cantidad tomaremos la decisión adecuada. Por otra parte tenemos que tener presente que en el momento en que pidamos la plata el enemigo sabrá lo que vamos a hacer y podría adelantarse y atacar al pueblo antes de que nos de tiempo a prepararnos. Hay que hacerlo ya.

Yo puedo usar magia, en cuanto a la plata, pues a mi me bastan unas pocas monedas para reemplazar el cabezal del látigo por una garra de plata en cuyo caso ya contaría con un arma eficiente contra los licántropos que podamos encontrarnos, pero tengan en cuenta que la mayoría de ellos son sólo esclavos, así que debemos intentar evitarlos a toda costa. - digo mientras pongo mi látigo sobe la mesa

Bueno, mientras ustedes deciden cómo vamos a abordar este problema, yo voy a la cocina a ayudar a Berta y Nottel con la comida, quizá la convenza de preparar ciervo con salsa de vino tinto, pero no prometo nada. - añado mientras le entrego mi arma a Nornas, antes de acostarme realizaría el ritual de vinculación de mi foco arcano.

- Claro. Estoy segura de que será muy receptiva a tus sugerencias. – le indiqué con una sonrisa pícara y un guiño antes de marcharse – Me muero por probar ese ciervo con salsa de vino. – no era mentira en absoluto, el hambre empezaba a apretarle el estómago.

Tras dejar relativamente claro el curso de acción, la dasharii no dijo mucho más. Comió algo rápido, preguntó cuál era su habitación y se fue a dormir.

Por la mañana, bien temprano, iría al patio del sótano. Allí trataría de estrechar lazos con el animal, practicando con el perro las órdenes aprendidas la tarde anterior. Con ello esperaría principalmente conducir sus ansias de lucha en pos de la protección del grupo.

En la cocina estaban Nottel y Berta, los dos bastante liados con un plato de comida bastante extravagante, era de cerne, pero el joven le estaba diciendo de ponerla en medio de dos panes, y ponerle queso y alguna que otra verdura. Berta parecía bastante divertida con la situación.

La tensión que se palpaba en la mesa parecía bastante relajada

El perro parece que atiende a tus ordenes. No se le pasa una, y aprende rápido, parecía que la mayoría las conocía, pero tal vez con otro nombre, o con gestos un poco más toscos

Si salimos temprano, llegaremos cuando caiga el sol.

Tengo ganas de volver a luchar. 

Se le ve animado por la idea de poder ir y poder pelear.

¿Por qué queréis ir a por ellos? Yo llevo luchando desde que era un cachorro, y ellos se han encargado de hacer que yo siga con mi "vida".

En cuanto Nornas le dijo que necesitábais cierto dinero Nager se marchó hacia su habitación y volvió con el dinero que el clérigo le había pedido. Asimismo salió de la taberna y volvió con toda la plata que pudo recopilar de los vecinos.

La verdad es que son buenos vecinos, pero desde luego, la tacañería va con ellos. Si necesitáis cualquier cosa estaré en mi habitación, estoy muy cansado. Muchas gracias por todo, de verdad.

Las horas pasan en la taberna entre cervezas y algún que otro golpe mientras Nornas va preparando el diverso equipamiento.

Eso huele tan bien que me lo comería directo de la olla, aunque en pan también me vendría bien, en especial porque me lo podría llevar a cualquier lado. - comento con una sonrisa distendida, uniéndome a la conversación.

Y bien chicos, ¿Hay algo en lo que pueda ayudar? Allí afuera las cosas ya se han calmado, pero siempre le vendrá bien algo delicioso que comer. - añado mientras me acerco a Berta y le acaricio la mejilla, para luego ponerme a disposición de Nottel en la cocina.

+ ¿Has visto? Hasta Ela me da la razón de que tiene que estar rico

A Berta la notas triste, y de capa caída, pese a estar más tranquila y un poco más animada. La caricia en su mejilla le hace sonreír por un poco más de manera sincera.

No quiero estar enfadado con el abuelo, pero lo que ha hecho está muy mal, no quiero... No quiero que vengan ahora a por nosotros.

Resopla un poco.

+ Está mal, pero está preocupado por esto... Como todos, ya lo sabes Berta... Pero tendremos que distraernos un poco, a ver... Qué le podríamos echar a este invento... Ela, ¿alguna recomendación que se te ocurra?

Pues podemos hacer una salsa con una reducción de vino tinto y algunas hierbas para acompañar ¿Qué opinan? Yo creo que eso les va a gustar a todos y va a ayudar a terminar de relajar los ánimos  de todos y los va a enviar a dormir con una enorme sonrisa en el rostro. - propongo bastante animado mientras me acerco al fogón para prender la llama.

Nottel, por favor, ve por el vino más dulce que tengas en la bodega, con ello nos pondremos a trabajar.

Una vez Nottel se va a la bodega, tomo a Berta de las manos y le doy un pequeño beso en los labios. - Todo irá bien, puede que Nagger sea un cabezota pero los quiere y yo me encargaré de que esos sujetos no los molesten.