Partida Rol por web

–No sé hasta qué punto nos podrán detectar si en el lado este sólo hay un guardia que patrulla toda la muralla. Con entrar una vez pasado ese vigía, no deberíamos tener problema si vamos al amparo de la noche y con cautela, ¿no? –respondió a Eladamri mientras se encogía de hombros. –Podríamos subir a la muralla y silenciar a ese vigía, pero el hecho de que no vuelva a pasar, alertaría a los otros guardias de que algo raro pasa.

–¿Esa información es nueva o ya la conocíais antes? –preguntó con gesto sombrío Hrönn, en referencia a los nuevos detalles proporcionados por la elfa acerca de un inminente ataque a Garedoth. –Bueno, en cualquier caso, esto cambia mucho la situación.

–No comprendo bien tu plan. ¿Por qué rescatar sólo a ese ser lagarto y al dragón hada? Cuantos mas prisioneros liberemos, menos carne de experimentos tendrán esos brujos, y menos seres que podrán unirse a sus filas o ser vendidos. El problema será qué hacer con ellos. ¿Los dejamos a su suerte? ¿Intentamos llevarlos a un lugar seguro? Si los llevamos con nosotros, probablemente nos retrasen en nuestra vuelta a Garedoth. Además, al conocer el terreno y disponer de monturas, ellos probablemente lleguen antes que nosotros al pueblo. Todo dependerá del tiempo que tarden en darse cuenta de lo que hemos hecho, pero igualmente tendremos que apresurarnos para llegar al pueblo y advertir a la población una vez liberemos a los prisioneros.

–Si interferir en la lucha de la arena significa arriesgar la misión, no creo que sea buena idea. Además, si los dos humanos se hacen los muertos, no creo que los devuelvan a las celdas –dijo con tono jocoso, tornando luego al semblante pensativo y serio. –¿Cómo alertaríais a esos prisioneros de que los vais a ayudar? ¿Entraríais primero y hablaríais con ellos en las celdas? ¿Y si después de la pelea uno de los dos es llevado ante el brujo, en vez de vuelta a las mazmorras? Ese prisionero podría irse de la lengua para salvar el pellejo o demostrar algún tipo de lealtad. ¿Qué tal si entramos mientras la pelea en la arena está teniendo lugar? Con el ruido exterior, podríamos limpiar la mazmorra de carceleros. Una vez vuelvan los otros guardias con los prisioneros que sea de la arena, los pasamos a cuchillo. Y cuando el exterior esté despejado, nos largamos zumbando. La habilidad de hacerse pasar por otra persona de Lya podría ser de mucha ayuda en este caso.

La norteña era un mar de dudas. Si ya de por sí no le gustaba un pelo que el fuerte estuviera impregnado de un aire embrujado y el número de su grupo era mucho menor que el de los defensores, ahora la amenaza de los bandidos arrasar el pueblo reducía en gran medida el tiempo de acción y las opciones de planificar bien la estrategia.

Y todo eso unido al hecho de que algunos compañeros no parecían querer tramar un plan, sino entrar y ver que pasaba. La dasharii era aún bastante joven, pero ya había tenido bastante experiencia haciendo las cosas a lo loco. Muchas cicatrices de su cuerpo daban buena cuenta de ello. Y en ocasiones le podía llegar a gustar esa forma de actuar, sobre todo cuando se encontraba bajo los efectos del alcohol o algo peor. Pero en este caso la situación pedía a gritos un plan, uno bueno, para tener una mínimas garantías de éxito. 

Hrönn comenzaba a pensar si realmente era buena idea arriesgarse a rescatar a los prisioneros, o si sería mejor dedicar el tiempo que tenían a poner trabas en el camino al enemigo y preparar las defensas o la huida de la población.

- Del vigía oculto seguramente podría encargarme yo con un hechizo para dormir. Eso nos ayudaría a que no se ponga todo el fuerte sobre aviso si nos descubre.

- Trepar para encargarse de los otros dos guardias y acabar con ellos sin llamar la atención, me parece más difícil, pero sin el vigía de la campana deberíamos tener más posibilidades de entrar por la puerta secreta.

- Acabar con los guardias de la mazamorra creo que nos parece una opción razonable a todos.

- No creo que hacerlos parecer muertos en la arena sea viable por las razones que Hrönn ha expuesto. Además, no sabemos si los remataran para asegurarse una vez caigan.

- Como propuse, si no podemos persuadir a los prisioneros de que se unan a nosotros o huyan, uno de nosotros puede liberarlos con invisibilidad y dejar que causen caos durante el combate.

- Deberíamos aprovechar el día para avisar en el pueblo y que preparen defensas. Si no conseguimos acabar con los bandidos aquí, podremos retirarnos al pueblo para ayudar en la defensa allí. Con un poco de suerte hasta podríamos lamernos un poco las heridas en ese caso.

- Para acabar con los bandidos podríamos aprovechar la confusión de una batalla entre los bandidos y los prisioneros liberados para acabar con el elfo. Seguramente cuando lo vean muerto los demás bandidos se rindan o huyan asustados.

El dracónido ha pasado por tu lado sin prestarte atención, ha marchado arriba por las escaleras. Los dos hombres que se internaron ha vuelto arrastrando a dos jóvenes de no más de unos 14/16 años, los cuales están haciendo lo posible por agarrarse al suelo, pero no tienen la suficiente fuerza. Sus pechos van al descubierto, y no parece que tengan ningún tipo de tatuaje, aunque si diversas marcas de heridas.

¡¡¡No no no, por favor!!!

Hay algo que llama tu atención... 

Ambos tienen un colgante idéntico al que llevaba Nager, o al menos, desde tu posición, parecía el mismo.

El osgo parece estar dando pasos más lentos, avanzando hacia las escaleras, pero el resonar de cadenas contra el suelo es evidente.

¡Vamos, sucio lagarto!

Está tirando de un hombre lagarto, mucho más fuerte y grande que el otro con el que habías hecho contacto visual, este, al igual que el de menor tamaño, tiene tatuajes, en especial te llama la atención uno de un trisquel en su pecho. Está avanzando sin ofrecer realmente resistencia. Cuando pasa al lado de la jaula en la que está el otro lagarto, mira hacia la jaula. Oyes como de dentro de la jaula se escucha un siseo, y el hombre lagarto grande mira en tu dirección. No parece que te esté viendo, pero sabe aproximadamente tu posición. No sabes si te ha hecho una pequeña reverencia, o fue un tirón del propio osgo el que hizo que su cuello se moviera.

Una vez tenían acordado un boceto de plan, la dasharii se lo trasladó al perro.

–*A partir de aquí no podré concentrarme para entenderte, amigo. Recuerda lo aprendido. ¡Y ladridos los justos!* –murmuró a Dest con una sonrisa.

Hrönn revisó una vez más sus enseres, se acomodó los ropajes y se apartó el cabello de la cara y los ojos. Pensó en portar el escudo que había comprado en Vivine, pero finalmente desdeñó la idea y lo dejó en la espalda. Ya habría tiempo de sacarlo luego de ser necesario. Agarró con fuerza la guja que tanto le había ayudado en su periplo hasta la civilización, y se incorporó.

–Vale, vamos allá –dijo mientras se acercaba al linde del bosque más cercano a la entrada secreta.

La norteña pelirroja aguardó a los demás, y quedó mirando hacia la muralla, tratando de aguzar la vista con la claridad que comenzaba a escasear.

–Supongo que tú halcón te podrá dar una señal cuando el vigía pase, ¿No?

Dest os da un pequeño gruñido

No te preocupes, espero ayudaros, lo de ayer fue... Interesante*

El can se queda mirando esperando a recibir una nueva orden

La noche se nos echaba encima con tanto discutir el plan de acción, pero parecía que por fin habíamos alcanzado un consenso, al menos para los primeros pasos.

- Esperadme aquí. Iré a disfrazarme de uno de ellos y me encargo yo de abrir la puerta. – les indicó Lya antes de retirarse al bosque para cambiarse la ropa, ponerse la del bandido que habían capturado y que había muerto tan horriblemente durante el interrogatorio… aunque no hubiera sido culpa suya y haber hecho cuanto estaba en sus manos sentía cierta culpa por su final… quizás era la conexión que sentía con él al llevar su ropa y, ahora, al adoptar su aspecto.

A los pocos minutos regresó con la ropa del bandido y el aspecto del mismo que había muerto en la torre. Era idéntico en cada detalle. Tanto que no de ser por la ropa de Lya pulcramente doblada que llevaba en las manos, pensaríais que el maldito había regresado de entre los muertos para cobrarse una venganza.

Guardó su ropa en su mochila y realizó un rápido conjuro que hizo que el aire a su alrededor de iluminara por un instante hasta casi tomar forma sólida y volver a apagarse*.

- Estoy lista. Si me dais la llave, esperaré la señal de Eladamri para ir hasta la puerta. – dijo en la misma exacta voz que tenía el bandido muerto. Si te parabas a pensarlo un instante, era escalofriante.

Habéis tenido suerte, y el guardia está la suficientemente lejos como para no vernos

El resto del fuerte parece que está comenzando a animarse, hay más gente moviéndose por el fuerte. Puedes ver de lo que ya tenéis certeza de que son las mazmorras suben dos bandidos que llevan a unos seis perros bastante excitados. Los llevan a la parte oeste de la arena, parece que los meten en una puerta que da al edificio principal, y allí se pierden.

Después de ello sale un dracónido de escamas rojas, a él no lo has visto antes, y se dirige hacia donde los perros.

Más tarde suben otros dos bandidos, estos más lentos, que están llevando a dos chicos jóvenes que están gritando:

¡¡POR FAVOR, NO DE NUEVO!!

Deberías acercarte más para poder ver más detalles de los mismos. Ves como algún bandido que estaba en la grada se rie y le lanza un escupitajo

Y por último sube el Osgo, casi empujando con las cadenas a lo que parece ser un hombre lagarto bastante grande, 

A lo lejos, desde dentro del fuerte podéis escuchar un grito de:

^{¡¡POR FAVOR, NO DE NUEVO!!} 

Parece que el emisor de aquel grito era joven, o al menos su tono de voz así era

Alvina escucha el sonoro clanc del cerrar de una puerta a lo alto de la escalera. Parece que más o menos se ha quedado sola

Alatia asintió a Lya.

- Le he dicho a Alvina que vaya por el otro lado y así no nos encontraremos sorpresas, pero no se si se ha quedado encerrada en el sótano porque han cerrado la puerta.

Alvina se despide del hombre lagarto que ha quedado encerrado con una sonrisa y regresa por donde ha venido para situarse tras alguna columna desde la cual tenga una visión buena de la sala y de la puerta secreta. Permanece atenta a cualquier cosa que pudiera encontrar y espera que lleguen pronto los demás.

Te despides del hombre lagarto y te despide sonriente reflejando cierta esperanza

Subes arriba, y lo único que parece haber cambiado ha sido que la puerta por la que entraste ha sido cerrada. Aunque para tí no sería un problema, ya que cabes perfectamente por los barrotes.

A tu izquierda tienes la puerta que da hacia la arena, delante tienes el muro desde el que sigue proveniendo aquella magia, y a tu izquierda queda la puerta por la que Alatia y los demás deberían de poder entrar.

No parece que haya moros en la costa

- No hay nadie en la sala tras la puerta secreta, creo que es el momento de intentar entrar.

Alatia se rodea de sombras e indica a sus compañeros que se acerquen.

- Lya, si unimos nuestras sombras podemos llegar a la puerta secreta sin que nos descubran.