Partida Rol por web

- Hrönn, aquí hay un oso también con el que hablar, y no te olvides de la cocatriz, que si está de nuestro lado nos puede ser de mucha ayuda. – le dije volviéndome desde dónde estaba.

- Oye, aquí hay unos hombres-pez que no había visto nunca. Voy a intentar hablar con ellos. Kes, ¿tú sabes qué idioma hablan los hombre-pez?

Me acerqué a la jaula de los hombres-pez.

- Hola, buenas noches. Por favor, no se confundan por mi aspecto. Vengo disfrazada. Yo y mis amigos queremos rescatarlos. ¿Hablan mi idioma? – les dije probando en común y luego en élfico si el común no lo hablaban, y por último en orco si los otros dos no lo hablaban, por si acaso…

No terminaba de entender los planes de Alatia, ni de que osgo ni de que dracónido hablaba ahora. El osgo era Ollet y ya lo mataron y no recordaba ningún dracónido que se hubiera mencionado ahora… Ya lo aclararían después. Además que dudaba que a Alina y Eladamri les hiciera gracia irnos de aquí sin intentar salvar los huevos del dragón hada…

Los hombres peces casi sin fuerzas se echan hacia atrás, los movimientos que hacen son lentos y parecen premeditados

Kes te asiente, y aún con el dragón y su huevo en sus brazos va hacia tu posición, cerca de los hombres peces

El hombre lagarto interactúa un poco con ellos con gestos y alguna que otro sonido que parecen palabras, los Kuo-toa parecen más receptivos. Kes se gira hacia tí

Ellos quieren, no... Necesitan agua... Son amigos, pero ahora débiles. No fuerza

Alatia si quieres irte, allí está la jodida puerta, desde un inicio dejaste en claro que sólo te preocupaba el dragón hada, yo voy a liberar a tantos como pueda. - le digo a Alatia con severidad mientras me pongo a trabaja en el candado de lis Kuo toa.

Listo para fuera, al peludo no le abro hasta que se calme y respondiendo a tu pregunta Hrönn, Kes ha dicho que su tribu está cerca y pueden colaborar con la defensa de Garaedoth.

Dicho esto me giro hacia Kes y le habló en dracónico, luego vuelvo a hablar en común de forma bastante pausada para hacerme entender.

Nos manda Eladamri, nosotros ayudar a defender.

El pueblo se llama Garaedoth, ahora presta atención, llegando allí, lleva una bandera blanca y pregunta por Bertha, ella no habla dracónico, pero le vas a decir lo siguiente en lengua común.

Nos envía Eladamri, nosotros los ayudaremos a defender el pueblo. Ahora lo diré en común para que lo aprendas y no haya malos entendidos. - digo mirando a Kes a los ojos.

El lagarto te mira a los ojos y repite la frase, parece demostrar cierta inteligencia, ya que la ha captado al vuelo y lo ha repetido casi replicando tu propio tono, aunque evidentemente con claras limitaciones

Oh sí, sabemos dónde está ese pueblo; son muy respetuosos con el bosque. No los hemos defendido porque los asuntos de los humanos no son asuntos nuestros. Pero si ese es  vuestro pueblo buscaré a ese humano que se llama Berta y le repetiré lo que me has dicho. En cuanto reúna a los míos iremos allí o aquí, dónde me marquéis allí iremos

–¡Voy! –dijo Hrönn con el tono áspero que la caracteriza.

 –Es una osa, habrá que tener cuidado con ella. Según Dest, los seres de la otra celda son "monstruitos verdes y chillones". Posiblemente sean cinco. ¿Goblins? Si es así, no me pidáis que trate con esos seres, porque sólo sé hacerlo de una forma, y nunca acaba bien. Por cierto, hay de todo aquí pero... ¿dónde diantres tienen a los humanos? –terminó diciendo con un gruñido.

La dasharii esbozó una sonrisa al escuchar la respuesta del lobo.

–Me gustas, lobo. No te preocupes, no os vamos a tocar. Los perros tampoco. Hay trato, ahora os liberamos.

Y justo después se aguantó la risa cuando el elfo se puso serio.

Vaya, parece que tiene redaños el orejas picudas. Tal vez... –pensó mientras lo miraba con mejores ojos, traviesos incluso.

–Eladamri era tu nombre, ¿verdad? Veo que tienes los dedos de un saqueador experto. ¿Puedes abrir la puerta de los lobos? Quieren ser liberados, prometen no hacernos daño si nosotros hacemos lo mismo. Alatia, si quieres puedes ir tu saliendo con los que vamos liberando. Los lobos, el lagarto, los... hombres pez. Además, estando en la entrada luego podrás tapar la salida de los carceleros, en caso de que vuelvan antes de que nosotros terminemos aquí. ¿Qué os parece?

Coño, tenemos mucho trabajo y poco tiempo. 

–Nornas, ¿podrías tú ir abriendo las jaulas de los otros perros? Sus candados se parten con cualquier golpe. No te preocupes, no te harán daño. Hay uno que no quiere salir, verás que es el único que gruñe.

–Dest, acompaña a Nornas. Asegúrate que tus amigos se portan bien –dijo luego al orgulloso can.

Con esto la dasharii esperaba que el clérigo pudiera trabajar en las jaulas sin problemas, y además evitaba enfurecer a la osa en caso de que aún recordara el olor del perro.

Sin esperar que los demás le confirmaran la forma de proceder, Hrönn se dirigió con interés a tratar con la fiera osa.

Nornas asintió, silencioso, y acompañado por el perro, se dedicó a abrir las jaulas a golpes de martillo. Cuando llegó al can asustado, se preparó para lanzarse santuario si lo atacaba.

Una mano ilusoria con el gesto internacional de “stop” apareció frente a Nornas antes de que pudiera asestar el golpe en el cerrojo.

- Espera – llegó Lya con prisa – Aquí están las llaves. Cuanto menos ruido hagamos mejor. – procedió a abrir las jaulas de los animales para que Nornas pudiera sacarlos mientras ella regresaba a abrir la puerta de los hombres-pez.

- Que salgan. Si pueden ayudar bien y si no son libres igualmente. – le dijo a Kes para que les tradujera si podía.

- Voy a encargarme de esas criaturas verdes… con un poco de suerte podré hablar con ellos usando el idioma de los orcos… y en estos momentos cualquier ayuda creo que es buena… - dijo avanzando para descubrir la sorpresa que les esperaba en las últimas celdas.

Mientras os debatís respecto a quien abrir, y vais conociendo como hay seres que esta misma prisión quieren escapar, otros se resisten por alguna u otra razón. Tal vez el paso del tiempo, tal vez una negación de que todo lo que se está viviendo aquí abajo es parte de, tal vez, un mal sueño.

Mientras Lya sigue avanzando se encuentra con la última puerta de fondo, un portón que no tiene ningún tipo de cerradura, pero que tiene un gran tablón evitando que pueda ser abierta, debería hacer falta cuatro manos, o dos muy fuertes, para quitar el tablón, pero no hay cerradura aparente. Se escucha una pesada respiración desde dentro.

En las dos últimas celdas hay dos prisioneros separados entre sí, un enano, y un humano.

El humano se ha lanzado contra los barrotes suplicando nada más verte, parece que te ha reconocido*

¡Eh, Senit, soy Mike!, ¡del pueblo, eramos vecinos!, ¿te acuerdas? ¡Por favor, tienes que sacarme de aquí, esos condenados me han convertido en una bestia, y además mi esposa está allí arriba, se la llevaron, por favor, ábreme!

Puedes fijarte ver como no tiene vestiduras en la parte superior, y que tiene atado al cuello el mismo medallón que el viejo Nager os enseñó en la taberna.

El enano te observa, analizándote tal vez, parece que ha visto algo en tu manera de andar y de analizar la zona que le ha hecho darse cuenta de que no eres de por allí.

Os vienen unos gritos de furor desde la zona superior.

El lagarto, pese viendo venir a su enemigo, no es capaz de evitar su aliento de fuego, y vuelve a darle de frente. Pero esta vez ha disipado el fuego, haciendo que las pequeñas llamas que le habían dado, se apagasen rápidamente. Le sonríe mientras el dracónido se lanza de frente con un potente grito de batalla, acertando de lleno en su enemigo.

Y como premio recibe otro potente golpe que le deja marca en la cara. Los dos se apartan mirándose el uno al otro, parece que vuelven a estar en el mismo punto de partida, aunque esta vez jadeantes.

Nadie en las gradas se mueve, y hay cierto clamor, piden sangre y quieren que alguno de los dos caiga.

Bueno si ya están las llaves, me ahorro el esfuerzo para la otras jaulas, pero la duda subsiste. ¿En dónde están los demás prisioneros? - pregunto visiblemente consternado por la falta de información mientras mi rostro se torna serio.

Kes dice que su tribu puede venir a atacar el fuerte o defender el pueblo. No sé que opinaís vosotros, pero creo que si todos en la tribu luchan como lo hace el guerrero que está en la arena, lo mejor es que vengan aquí y nos ayuden a ponerle punto final a esta operación, el problema sigue siendo el mago. - digo mientras cierro los ojos.

El combate va muy igualado, tanto el hombre lagarto como el dracinido están muy cansados, pero eso no les impide repartir buenos golpes, la victoria puede ser para cualquiera, pero cuando la lucha acabe, lo más probable es que esos bastardos vengan a llevarse a alguien más para luchar, así que, lo mejor es que decidan de una buena vez cuál será nuestro plan de acción, luchar aquí o hacernos fuertes en el pueblo.

Personalmente prefiero luchar aquí. - agrego mientras dirijo mi mirada a la dasharii y luego a Lya, para finalmente centrarme en Nornas. - ¿Y bien camaradas? El tiempo no está a nuestro favor.

Su sugerencia de salir de allí con los prisioneros no había sido bien aceptada, quizás confundiendo su preocupación por la vida de los prisioneros y el pueblo con cobardía, pero le daba igual.

- Hay que agrupar a los prisioneros. No tengo ni puedo crear agua para los hombres peces.

Estaban considerando seriamente hacer frente a los bandidos en el fuerte, en su terreno y sin preparación ninguna, pero eso también había considerado que lo daba por perdido.

- Si vamos a luchar aquí habrá que proteger a los prisioneros que no estén en condiciones de luchar. Si escapan sin cobertura caerán ante las flechas de los vigías, además de que darán la alarma.

- Hrönn, si consideras que tus palabras a los perros van a superar el entrenamiento que tienen a obedecer a sus amos, podrían ayudarnos en la lucha, pero si te equivocas los tendremos en contra. Igualmente pasa con los que tengan algún tipo de tatuaje u objeto que pueda controlar sus voluntades.

- Esto es una ratonera, solo hay un acceso y es por las escaleras que hemos bajado, deberíamos subir a la sala de las columnas donde tenemos más espacio y si las cosas se ponen mal incluso una salida. Me preocupa la zona que está cubierta con magia, podría intentar deshacer el conjuro, pero creo que el mago de aquí se daría cuenta enseguida de un conjuro de ese tipo.

- ¿Hay armas para los prisioneros que puedan luchar?

Sin organización estaban perdidos. Alatia consideraba que sus compañeros tenían un exceso de confianza, esperaba que no estuvieran equivocados.

-Estoy de acuerdo en subir a la sala de las columnas, lo contrario seria encerrarnos a nosotros mismos sin vía de escape. En cuanto a las armas... a mi ni me mires, ya he usado mi habilidad divina hoy. Pueden usar las antorchas para defenderse.

En el portón del fondo hay una especie de hueco que se puede abrir y cerrar a la altura de los pies. Probablemente es por donde cuelan la comida para el habitante de aquella celda*

No parece que haya armas, simplemente las correas de los perros y alguna que otra cadena para llevar prisioneros y un látigo de cuero

Mientras andaba hacia el plantígrado, Hrönn recordó las palabras de la hechicera acerca de la cocatriz. Por un momento pensó en volver tras sus pasos y tratar de comunicarse con el siniestro pájaro, pero finalmente prefirió enfrentarse a la osa. Esa gallina contrahecha ciertamente le daba repelús, aunque nunca lo iba a reconocer.

–¿Luchar aquí o en el pueblo? Aquí, sin duda. Pero coincido con la elfa en que no estamos preparados para asaltar el fuerte, ni para resistir aquí abajo. Estar en la prisión nos ayudaría a eliminar a los carceleros y nada mas. Los lagartos supongo que necesitarán un tiempo en organizarse. No estamos preparados... –dijo sin terminar la frase.

La dasharii quedó por unos momentos parada, reflexionando en medio del pasillo de celdas.

–Sabemos que van a tomar represalias contra el pueblo cuando vean lo que hemos hecho, ¿no? ¿Qué os parece si, además de liberar a todos estos seres y enviar el mensaje para que Garedoth y Vivine se preparen, montamos una emboscada para la cuadrilla que envíen a Garedoth? Si tenemos tiempo para prepararlo, el terreno estaría a nuestro favor, y luego ellos tendrían menos efectivos para defender estos muros. Y si es un contingente grande, al menos podremos retrasar su avance. Pero lo que es ahora mismo, sigo pensando que alguno debería subir e ir sacando a las criaturas por donde hemos entrado. Alvina podría ir avisando cuando el vigía no esté para que vayan huyendo con cautela, por turnos si hace falta. Uno en la puerta de salida, otro en el inicio de las escaleras, arriba.

Hrönn trató de seguir pendiente tanto del debate sobre como proceder como lo que la hechicera iba descubriendo mas allá. Pero al llegar a la puerta de la celda donde se encontraba la osa, intentó aislarse de su derredor y centrarse en lo que podía sentir al otro lado. Antes de comenzar a hablar con ella, procuró ralentizar su agitada respiración mientras se quedaba de cuclillas con una mano pegada a la puerta.

Hola. Mi nombre es Hrönn. ¿Comprendes lo que digo, verdad? Hemos venido a liberar a todas las criaturas prisioneras en este lugar. No queremos hacerte daño. Si prometes no dañarnos tú, podemos abrir la puerta y podrás escapar al bosque. ¿Qué te parece?

- ¿Qué? ¿Este cabrón era vecino tuyo? – repliqué con cara de total asombro a Mike – Oh, vale, mierda, esto empieza a dejar de tener sentido y menos si voy a echar un vistazo ahí dentro… espera un momento, Mike. – le repliqué avanzando hasta el final del pasillo para girar el recodo de la esquina de la celda de Mike, donde quedaba fuera de la vista de todos los demás.

En esa pequeña privacidad recuperé la forma de mi cuerpo como Lya, haciendo que mis ropas ahora me quedaran bastante holgadas.

Regresé frente a Mike.

- Hola de nuevo, Mike. Soy Lya y estos son mis amigos. Venimos a liberaros y si os queréis unir a nosotros para luchar contra los cabrones que os han metido aquí, mejor que mejor. – me fijo en el medallón – Mike, intenta no quitarte ese medallón, ¿de acuerdo? Mira, lo que te voy a decir es duro, pero es mejor que estés al tanto de lo que ocurre aunque es una putada enorme. Procura mantener la calma, por favor. Es muy importante.

- Si no eras un licántropo de alguna forma, ahora esos cabrones te han convertido en uno, y ese medallón sirve para ayudarte a controlar tu furia cuando te transformas. Si te pones nervioso es más probable que te transformes, así que, por favor, mantén la calma.

- Si no eras un licántropo antes los próximos meses se te harán difíciles, pero te presentaremos a unos amigos que te pueden ayudar a entender mejor tu nueva situación y a sobrellevarla mejor. – trataba de mantenerme empática y optimista dándole opciones de futuro – Como mínimo sabrán comprenderte y no estarás solo. Creéme, sé por propia experiencia lo importante que es eso.

- Entonces, ¿puedo liberarte y asegurarnos que no intentarás atacarnos? Luego es decisión tuya si te unes a nosotros para patearles el culo.

Me giré entonces al enano.

- ¿Y tú que dices, compañero? Imagino que entiendes lo que le he explicado a Mike, ¿sí? – le dediqué una sonrisa amistosa.

Me giré a los demás para no dejar el tema del plan en el aire.

- Aquí abajo es una ratonera. Tenemos que combatir arriba sin duda. No hace falta disipar el efecto de arriba – aunque dudaba sinceramente que Alatia fuera capaz de algo así – es una mera ilusión; solo hay que atravesarla, sin más.

- Regresar al pueblo tardaríamos toda la noche, más el tiempo que fuera necesario en organizar las defensas. Lo más probable es que nos atacaran antes de estar listos y nosotros estaríamos agotados para presentar batalla. Kes tampoco podría llegar a tiempo. Necesita tiempo para llegar a su tribu, convencerles de que nos ayuden y que lleguen al pueblo o a aquí.

- Además, eso dejaría a los huevos el dragón-hada a merced del elfo mago. Eladamri, por favor, pregúntale a Kes si él o el dragón sabe cuanto hace que se llevaron los otros dos huevos del dragón-hada, para que sepamos si es realista esperar que podamos salvarlos.

- Mi propuesta es hacerles frente a aquí. Prenderle fuego a una parte del castillo, por ejemplo las caballerizas que el heno arde que da gusto y con un virote de fuego la lío en un periquete, y después que los animales se encarguen de los bandidos mientras nosotros hacemos frente al elfo mago. Con el incendio los bandidos estarán en caos. Unos huirán asustados por el fuego y sálvese quien pueda, otros trataran de apagar el fuego por lo que no lucharan y quedaran muchos menos que hagan frente a los animales, que todos juntos serán unos oponentes fantásticos.

- Si llegamos a ver que la cosa nos supera siempre podremos huir y reorganizarnos en el pueblo. Mientras que ellos lidian con el incendio en el castillo y se reorganizan después tendremos algo más de tiempo para organizar las defensas y con suerte varios de ellos habrán muerto de una forma u otra.

- También mientras Kes podría ir a su tribu y quizás le diese tiempo para llegar como refuerzos al final de la batalla para decantarla a nuestro favor o al menos para cubrirnos en la huida y huir con nosotros al pueblo a hacernos fuertes.

El hombre se queda totalmente asombrado

Brujería... 

Le oyes mascullar.

¿Un lican?... ¿Lican qué? Yo gané una pelea allí arriba y luego todo fue... Borroso, y aquí me desperté con esto al cuello

El enano te mira con seriedad, entendiendo lo que dices

+ Nuestra sangre es resistente, y son pocos los que ceden a ello. Yo que tú me lo pensaría dos veces antes de abrirle la jaula a ese tipo, con la voz del semielfo se despierta, y con la voz del semielfo se duerme, como si de la luna llena se tratase. Él es un hombre lobo.

Enano mentiroso, ¡Yo no soy nada de eso!

El otro se lanza contra los barrotes con cierta furia incontenida, pero rápidamente mira a Lya y cambia a algo más amigable. El enano da un suspiro y vuelve a hablar

+ Yo no os daré problemas si es lo que os preocupa, y os podré ayudar en la medida que pueda, pero no esperéis demasiado, no soy más que un mero... Comerciante digamos; pocas veces he tomado un arma, y las veces que lo he hecho no han acabado bien para mí

Se descubre el torso, y lo único que puedes ver es un torso rechoncho y peludo. Se ríe un poco mientras se lo va cerrando de nuevo; desde luego, te transmite el mismo deseo de querer salir que te transmite Mike

Hola Hrönn

La osa se acerca a los barrotes a olerte

Eres extraña, tienes nuestra esencia y puedes hablar conmigo; además... noto que llevas una pesada carga contigo. Pero eres fuerte, y tu esencia, aunque débil aún, formas parte de nosotros; no estás sola. 

Da vueltas en la celda

Yo quiero salir de aquí. Han utilizado mi... Nuestro poder para crear cosas que no deberían existir. Y yo debo de acabar con ello antes de que surgan más. Tus amigos no sufrirán daño si tú hablas en sus nombres; pero aunque tú misma me infundas respeto, y creo que puedo confiar en ti, si ellos me hacen algún mal a mí... a tí, no tendrán descanso