Partida Rol por web

El perro levantó sus posaderas del terreno y dando un paso adelante comenzó a inhalar el aire que se colaba a través de los huecos de la barricada. Tras unos instantes empezó a rascar la madera y gruñir con inquietud.

–Oh, si. La jarana ya está aquí –respondió Hrönn, con una sonrisa de oreja a oreja, golpeándose el hombro con la vara de la jabalina–. Demasiado han tardado esos malditos.

La norteña ya venía calenturienta, quizá por otras razones, pero ahora notaba su sangre hervir con ansia por entrar en acción.

–¿Se han tomado una poción? –preguntó entre murmullos mientras giraba su cabeza hacia la hechicera, sin esperar una respuesta, encogiéndose luego de hombros mientras tornaba a fijar la mirada en el puente–. Espero que les conceda la fuerza de un ogro, pues aquí no aceptaremos menos. ¡JA!

- Algo no cuadra. No veo al troll. Solo veo bandidos desharrapados. No veo a Phalan, ni nadie que parezca comandarlos. – volvió a oírse la voz de Lya. Había logrado darle un toque preocupado a la ilusión.

De entre la frondosidad del bosque sale una figura seguida por un pintoresco número de bandidos. Sus ropajes son más exquisitos

No hay duda, ha de ser Pharan. Es un elfo, pero aquellos de vosotros que sois elfos también notáis el engaño, no es un elfo, es más bien humano, ha de ser un semielfo. Se acerca al puente, pero no lo llega a cruzar. Comienza a dar palmadas, hay voces en los alrededores del bosque que comienzan a reir, es un espectáculo intimidante, ya que las risas llegan, pero por culpa de la oscuridad exterior al pueblo no sois capaces de detectarlas del todo bien.

Bueno, bueno, bueno ¡Veis, os lo dije imbéciles! ¡Aquí están nuestros culpables! ¿No os da vergüenza venir a nuestra casa y prenderle fuego? Bueno, qué le vamos a hacer, dadnos al viejo Nager y rendíos, o si no, ¡Preparáos malnacidos!

Se vuelve a reir y las risas escondidas le vuelven a repetir como si se tratase hienas. Extiende sus brazos a modo de abrazo

O si lo preferís, uníos a nosotros, ¡Os daremos todo el poder y la riqueza que deseéis!

Hay una mole que se mueve entre los árboles puede ser el trol, o tal vez se trate de un arma de asedio, por ahora concentrémonos en lo que tenemos al frente y dejemos que vengan a nosotros mientras esperamos los refuerzos, esta es un batalla de desgaste y no debemos dejar que sean ellos quienes la ganen. - le respondo a Lya mientras echo mano del látigo y empiezo a dar indicaciones a diestra y siniestra para los últimos detalles de los preparativos.

Tengo algo preparado para Phalan y el trol, pero primero debo ubicarlos, tenemos suficiente aceite para un trol o dos de ellos, pero el problema es encontrarlos. - pienso mientras veo los frascos de aceite a nuestro alcance.

–Probablemente manden a esos primero para ver cómo están nuestras defensas. ¿Cuántos bandidos dices que ves? 

La dasharii se viró mirando hacia el cielo, en dirección al elfo.

–¿Dónde ves que se acerca algo grande, Ela? Vamos, necesitamos vuestros ojos para orientarnos en la noche –gritó inquieta, a la espera de más información.

Nornas se colocó a distancia igual de todos sus compañeros y rezó a Gond para que e dios les concediera su bendición.

-Dios de la forja, bendice nuestro acero para que tu servidor pueda honrarte mañana con una nueva creación.

De entre la frondosidad del bosque sale una figura seguida por un pintoresco número de bandidos. Sus ropajes son más exquisitos

No hay duda, ha de ser Pharan. Es un elfo, pero aquellos de vosotros que sois elfos también notáis el engaño, no es un elfo, es más bien humano, ha de ser un semielfo. Se acerca al puente, pero no lo llega a cruzar. Comienza a dar palmadas, hay voces en los alrededores del bosque que comienzan a reir, es un espectáculo intimidante, ya que las risas llegan, pero por culpa de la oscuridad exterior al pueblo no sois capaces de detectarlas del todo bien.

Bueno, bueno, bueno ¡Veis, os lo dije imbéciles! ¡Aquí están nuestros culpables! ¿No os da vergüenza venir a nuestra casa y prenderle fuego? Bueno, qué le vamos a hacer, dadnos al viejo Nager y rendíos, o si no, ¡Preparáos malnacidos!

Se vuelve a reir y las risas escondidas le vuelven a repetir como si se tratase hienas. Extiende sus brazos a modo de abrazo

O si lo preferís, uníos a nosotros, ¡Os daremos todo el poder y la riqueza que deseéis!

Se pone una mano en el pecho.

No queremos hacerle ningún daño a esta buenas gentes ni a su bonito pueblo ¿verdad chicos?

¡Sí sí sí!

Asienten todos mientras ríen.

Parece que os hace un guiño.

¡Todo esto lo hacemos por el bien común! ¡Kilbo está orgulloso de nosotros!

Más sonidos salen de entre el follaje, son golpes contra los propios árboles o contra escudos, unas pisadas pesadass y sonoras suenan con fuerza en la zona noroeste, cerca del puente pequeño. Ahora lo tenéis claro, toda la orilla contraria está ocupada por esos malnacidos.

¿Y bien? ¿Qué haréis?

De entre la frondosidad del bosque sale una figura seguida por un pintoresco número de bandidos. Sus ropajes son más exquisitos, era el que coronaba el sillón más cómodo en aquella arena en la que enfrentaban a los prisioneros y que pudieron visualizar tanto Eladamri como Alatia.

No hay duda, ha de ser Pharan. Es un elfo, pero aquellos de vosotros que sois elfos también notáis el engaño, no es un elfo, es más bien humano, ha de ser un semielfo. Se acerca al puente, pero no lo llega a cruzar. Comienza a dar palmadas, hay voces en los alrededores del bosque que comienzan a reír, es un espectáculo intimidante, ya que las risas llegan, pero por culpa de la oscuridad exterior al pueblo no sois capaces de detectarlas del todo bien.

Bueno, bueno, bueno ¡Veis, os lo dije, imbéciles! ¡Aquí están nuestros culpables! ¿No os da vergüenza venir a nuestra casa y prenderle fuego? ¡Bueno! qué le vamos a hacer, dadnos al viejo Nager y rendíos, o si no, ¡Preparáos, malnacidos!

Se vuelve a reir y las risas escondidas le vuelven a repetir como si se tratase de hienas mientras azuzan a los perros. Extiende sus brazos a modo de abrazo.

O si lo preferís, uníos a nosotros, ¡Os daremos todo el poder y la riqueza que deseéis!

Se pone una mano en el pecho teatralmente.

No queremos hacerle ningún daño a esta buenas gentes, ni a su bonito pueblo ¿verdad chicos?

¡Sí sí sí!

Asienten todos mientras ríen.

Parece que os hace un guiño.

¡Todo esto lo hacemos por el bien común, para salvarnos! ¡Para salvaos! ¡Kilbo está orgulloso de nosotros!

Más sonidos salen de entre el follaje, son golpes contra los propios árboles o contra escudos, unas pisadas pesadas y sonoras suenan con fuerza al otro lado del puente, pero no veis nada. Cerca del puente pequeño. Ahora lo tenéis claro, toda la orilla contraria está ocupada por esos malnacidos.

¿Y bien? ¿Qué haréis?

Un bandido más fuerte y robusto que los demás sale de entre la frondosidad del puente noroeste, se cruje los nudillos mientras mantiene tensa su mano sobre el mango del arma.

Los perros, y en especial la osa comienzan a hacer fuertes ruidos hacia el vado, oscuro y amenazante. Los pelajes de las bestias están erizados totalmente.

Por el noroeste, viene por el noroeste estén preparados. - comento mientras señalo la dirección.

Pharan no tardo en hacer acto de presencia, la duda era, sería Pharan o no, sin embargo, decidí jugar mi mejor basa contra aquel maldito esclavista, si todo iba como era debido, lograría anularlo y dejarlo inmóvil a merced de los arqueros, así que, con un pensamiento le ordeno a Sephiroth sobrevolar el campo de batalla en silencio a unos 30 pies de Pharan.

En cuanto vean mi señal quiero que todos los arqueros sin excepción le disparen a ese sujeto. - le digo a uno de los aldeanos para que corra la voz, al tiempo que empiezo a salmodiar un conjuro, el cual hace aparecer una mano de tierra gigante al lado de Pharan e intenta apresarlo.

Ya estaba bien de palabrería. No iba a dejar que ese mamonazo pudiese intimidar a aquella gente.

Klex se internó en la oscuridad que la rodeaba para posarse sobre su hombro.

Un virote de fuego salió de la oscuridad sin previo aviso derechito hacia Pharan.

El cuerpo, la mente y el espíritu de Hrönn de repente notaron un aumento en sus capacidades, mayor rapidez y liviandad. La muchacha se giró un segundo hacia el clérigo y le agradeció en silencio el hecho de haber compartido sus dones divinos.

–¡Hey! ¡Menos palabrería, mamarracho! –gritó Hrönn desde la barricada, hastiada del discurso del medio elfo–. ¡No nos amedrentáis con esa estúpida función! ¡Terminemos con esto!

La norteña sopesó las opciones de lanzar una primera jabalina. Desde luego con su fuerza no tendría problema en hacerla llegar hasta la otra ribera, pero dudaba poder dar a alguno de ellos debido a la distancia.

Finalmente decidió aguardar. Se echó un paso atrás, plantando con firmeza sus pies sobre el terreno, y mientras su mirada se mantenía fija en el puente sostuvo el pesado proyectil preparado para lanzarlo desde que alguno lo atravesara.

Nornas asintió como única respuesta al agradecimiento de la bárbara y luego, mirando hacia el puente, alargó una mano y pronunció una palabra de poder. De repente, con un fulgor dorado, un gran martillo espiritual apareció a 60' de su mano, esperando para entrar acción.

Eladamri intenta utilizar su magia, pero apenas llega al desdichado Pharan 

Mierda

Musita entre dientes

El líder bandido se queda mirando el puente, expectante, pero una sombra se lanza por el puente a gran velocidad, es un osgo gritando, el desgraciado no es capaz de ver que hay algún tipo de trampa, y la trampa de caza de cierra en torno a sus piernas con una gran violencia, se mira a las heridas y un poco de bilis sale de su boca. La primera trampa envenenada había funcionado sobre él.

Los aldeanos se mantienen en sus posiciones, escuchando el grito de dolor del osgo, miran en esa dirección nerviosos.

Los bandidos miran a Pharan esperando instrucciones después del flechazo recibido. Iba a mandar instrucciones, pero no tarda en llegar un segundo flechazo al cuerpo del semielfo.

Pharan echa el cuerpo hacia atrás.

¿Cómo os atrevéis? ¡Despedíos de vuestra mierda de poblado! ¡ATACAD! ¡FUEGO! ¡FUEGO!

Pharan saca su arma y un escudo protegiéndose, da unos pasos hacia atrás.

A su vez, unas flechas de fuego se lanzan contra los campos de trigo, comenzando un fuego que si no es controlado a tiempo, podrá ser peligroso.

Y ahora sí, los bandidos comienzan a avanzar rápidamente por el puente todo lo rápido que pueden. Hrönn lanza unas jabalinas contra aquellos que intentaban correr por el puente, impactando y desequilibrando a uno de ellos.

El puente comienza a temblar por el peso

¿¡Pero qué!?

Gritan los bandidos y los perros gimen mientras caen al río y chocan contra el suelo.

El hombre lagarto carga con paso decidido contra aquel osgo que estaba intentando zafarse de la trampa, el despistado gobliniode recibe un tajo profesional a la altura del pecho; respondiendole con algún tipo de insulto en lo que parecía un insulto que solamente los goblins usarían absurdamente.

El aquero desde el árbol acalla los gritos del osgo de un flechazo bien dado. Aunque totalmente magullado, el goblinoide parece que va a seguir presentando batalla.

Lo sigue el clérigo del gremio, se acerca conjurando y recitando algún salmo mientras se acerca a uno de las barricadas construidas con toneles, uno de los bandidos que está en el agua comienza a gritar.

¡FUEGO FUEGO!

Y mientras el fuego iba creciendo el guerrero del gremio avanzaba impasible hacia el osgo, aprovechando toda su superioridad numérica, pero su lanza es un arma bastante complicada para utilizar en un rango corto

La osa y los perros se echan hacia atrás mirando hacia el vado mientras que una figura encapuchada muy alta anda por encima del mismo con suma tranquilidad.

Se quita la capa desvelando el cuerpo masculino moreno muy grande y musculado, lleva un colgante como los demás licántropos.

No necesitaré esta mierda nunca más.

Se lo quita del cuello y lo tira a su espalda, hacia el agua del río. Comienza a transformarse en algo aún más grande, se está convirtiendo en un oso de grandes dimensiones.

Más flechas llegan al cuerpo del semielfo, quien ni con su escudo ha conseguido detener demasiadas flechas

Los gritos llaman la atención de los aldeanos cercanos, que se lanzan contra el oso

¡A por el oso!

Sus herramientas o su forma de luchar es ineficaz, todos tienen bastante nerviosismo aunque se hubiese lanzado de frente, ya que aquella bestia les imponía

Un gran martillo espiritual invocado por Nornas espera a ejercer la acción por la que ha sido invocada. Los pobres desgraciados que estaban en el bajo río mientras recibían el golpe del clérigo del gremio, comenzaban a escuchar campanadas que iban subiendo la intensidad. Marcando que su hora había llegado.

¡No! ¡No! ¡Nuestra hora no ha llegado!

Esa aberración Lya, acaba con él, no dejes que escape.

Aquella ilusión en la que conociste a Clemence y a Klex parecía que se hacía real, sabes que aquel hombre oso es tu primer objetivo.

Ver retroceder a Pharan fue todo un gusto para mi, por lo que aproveche su momento de distracción para descargar toda mi artillería sobre él, una tras otras las palabras y gestos tomaban forma en el campo de batalla, al tiempo que la esencia misma de la magia se canalizaba a través de mi persona y sin perder tiempo descargue dos poderosos conjuros de proyectil mágico sobre quien consideraba la mayor amenaza para el pueblo.

Seis saetas arcanas salieron desde mis manos buscando impactar en el cuerpo de Pharan, mientras el caos reinaba entre las filas de nuestros enemigos. Si conseguíamos derribar a Pharan, lo más probable era que los bandidos se desmoralizaran y nos daría una importante ventaja para el desarrollo de la batalla.

- ¡Tened cuidado con ese monstruo! Manteneos en la oscuridad para que no os pueda ver. – les indiqué a los aldeanos mientras cargaba mi ballesta.

- ¡Aquí hay un cambiaformas con forma de oso! – avisé al resto de compañeros antes de invocar una maldición sobre el hombre-oso y disparar la ballesta automáticamente.

Debía confiar en que los aldeanos pudieran aguantar un poco antes de poder intentar atrapar al hombre-oso.

Alatia observaba la situación desde los ojos de Alvina. La situación en el puenta parecía controlada, incluso con Pharan recibiendo bastante daño. A la muchacha le preocupaban sobre todo los licántropos ya que las armas de los campesinos poco podrían hacer frente a los mismos, eran el objetivo principal.

Escuchó como Pharan nombraba a Kilbo casualmente mientras que para los demás bandidos simplemente oír su nombre les producía un terror incomprensible.

Alvina, sobrevuela por detrás de las líneas enemigas. Intenta localizar algo que se nos escape, sobre todo algún ser con mucho poder.

Por el vado la situación se complicaba por la presencia de un werebear. Las armas convencionales no le harían daño, por lo que usó sus conjuros. Era un buen objetivo para empezar, por lo que concentró sus disparos en él.