Partida Rol por web

La pelirroja agradeció en silencio las indicaciones del elfo. Hrönn hizo ademán de golpear la estatua cuando llegó arriba.

—¿Qué es esto? —dijo, sobresaltada, acercándose luego a la escultura sin llegar a tocarla.

—Nornas, ¿puedes hacer algo con esta falta de luz? Si no, puedo encender esta antorcha —preguntó entre susurros al sacerdote, hastiada de la oscuridad del lugar.

La bárbara dejó pasar a la bruja elfa, aunque no tenía claro que el ardid fuera a resultar esta vez. Hrönn esperó a la respuesta de su compañero, y después se acercó a la puerta cercana a la estatua.

Asentí a la propuesta de aclarar que había arriba y proteger nuestra retaguardia por lo que pudiera pasar. Avancé en el centro del grupo cómoda en esa posición que no me dejaba expuesta delante ni detrás, agarrando con fuerza mi escudo por lo que pudiera pasar y confiando en mi vista y la de Klex* que veían con comodidad en la oscuridad**

Me adelanté junto a Hrönn revelándole lo que era esa sombra.

- Una estatua de ratas. Muchas ratas. Es curioso… - comentó antes de oír la propuesta de Alatia.

- Espera, Alatia. Mejor empecemos por aquí y por la izquierda. Seguramente serán habitaciones vacías, pero mejor nos aseguramos. – le susurré.

- Dile a Alvina que se acerque a esta ventana y le abrimos en un momento. – le avisó mientras se acercaba a la puerta que proponía para abrir con intención de pegar la oreja y determinar si estaba vacía.

Tras perder el elemento sorpresa, mis compañeros optaron por un acercamiento más directo, por lo que inicié la marcha con mi cadena de guerra en la mano.

El lugar parecía deshabitado, pero eso sólo podía implicar que el peligro se encontraba oculto, ya fuera en forma de una emboscada o a través de alguna trampa, así que no dudo en avanzar en vanguardia junto a Hrönn para buscar cualquier posible trampa que pudiera estar esperándonos.

Tengan cuidado con esa estatua, es demasiado peculiar. - digo a modo de advertencia mientras señalo hacia la estatua de las ratas.

- Aquí dentro hay seres que están sufriendo, creo que deberían tener prioridad. - Estaba claro que tendrían que tener cubierta la retaguardia para evitar sorpresas, pero no veía bien ir abriendo todas las puertas una a una mientras habían seres presos o torturados. Para Alatia tenían prioridad.

- Sugiero que me cubráis mientras abro la puerta y veo que hay dentro, por si se abren otras, pero no las abráis por vosotros mismos.

- Alatia, espera, no te anticipes. Pueden ser personas que están sufriendo porque están en el proceso de trasnformación a licántropo y que en cuanto cuando abras la puerta salten sobre ti. Creo que dijeron que a los más fuertes los traían arriba. Hagámoslo correctamente para ayudarles. 

- Quizás la estatua sea algo relacionado con los hombre-rata - le replicó a Eladamri asintiendo a su advertencia.

Alatia asintió a regañadientes, retrocediendo por el pasillo. Seguía considerándolo una pérdida de tiempo mientras había prisioneros sufriendo.

Alvina también puede ver lo que ve Alatia y vuela hasta situarse por la ventana de la habitación que se supone que van a abrri, escuchando a ver si se oye algo dentro.

Es probable que tengas razón, Lya, pero de todos modos voy a revisar cuanta puerta y pasillo tengamos al frente, pues es altamente probable que este lugar se encuentre saturado de trampas pues, en teoría aquí guardan los activos más valiosos, así que no abraís ninguna puerta si no la reviso primero y aún así tengan cuidado, pues puedo equivocarme. - digo con seriedad mientras me aproximo a la primera puerta para buscar cualquier posible trampa que pudiera estar esperándonos.

- Llevas razón - asintió a Eladamri - Te ayudaré con eso.

Tras un exhaustivo análisis de las puertas pensáis que no hay mecanismos de trampas en las puertas, es más, parece que tienen bastante uso, y a primera vista parecen que están desbloqueadas. Menos la puerta de metal, aquella puerta aparte de estar reforzada, se veía claramente que estaba cerrada a cal y canto.

La estatua de ratas es intimidante, son muchas de ellas, amontonadas las unas encima de las otras, pero a fin de cuentas, es simplemente una estatua decorativa.

Abrís la primera puerta, y es Lya la que da un primer vistazo lo que veis es un inodoro con un cubo de agua al lado, parece ser que son los lavabos que tenían en esta planta, mucho más limpio e higiénico que el que pudisteis encontrar en la prisión.

Eladamri es el único que mira con más detalle el ambiente, algo no encajaba, estaba totalmente limpio, las puertas sin trampas, no parecía haber nada real bajo su vista, pero... El largo pasillo tenía... ¿forma propia? Algo así como la silueta de un cubo... El elfo se queda mirando, vigilando... Esa silueta ciertamente parecía cada vez más grande.... ¡se está moviendo, y se está moviendo en vuestra dirección!

En el momento de bordear el edificio puedes ver como una sombra a cuatro patas corre avanza con gran velocidad hacia vuestra el edificio por el que habéis subido. En cuanto vuelves a mirar no lo ves, vuelas rápidamente a la ventana preocupada de que eso llegue hacia vosotros

- Aquí parece que hay poco más que ver, aunque si alguno necesita vaciar la vejiga puede aprovechar… - comento tratando de quitar un poco de tensión a la situación – Oye, que limpio está este cagadero, ¿no? – cayó de repente en la cuenta recordando el inodoro de la prisión.

Una fugaz risotada interna nació en el interior de la salvaje al escuchar el comentario de la hechicera, gracia que fue tragada rápidamente por el mal humor que le suponía no poder ver con claridad.

—Bueno... ¿qué hay de raro en ello? Estos noblecillos adoran tener todo limpio y en orden. Supongo que lo mismo querrán para sus pomposas posaderas —respondió al tiempo que agradecía la poca luz que llegaba a entrar por la ventana del retrete, la cual perfilaba ligeramente la figura de la estatua.

Nornas se sorprendió nada más mirar al pasillo y ver lo mismo que el elfo. Su compañero fue más rápido no obstante informando a los demás, así que el clérigo reaccionó usando su magia para bendecir a Hrönn, a Alatia y a él mismo.

-Atentas! Esa cosa parece peligrosa! Gond, concédenos tu bendición para derrortarla!

Mientras reviso el lugar, logro percibir el movimiento de una sustancia viscosa, había oído algunas historias sobre criaturas compuestas de gelatina que engullían aventureros para devorarlos lentamente, dejando tras de sí sólo huesos.

¡Cuidado, es un Ooze, no dejen que los atrape o los devorará hasta no dejar nada! - grito a modo de advertencia mientras me aparto a un laso de la habitación.

Sin perder tiempo empiezo a salmodiar un conjuro y con un rápido movimiento arrojo una pequeña esfera de llamas hacia el pasillo por el cual venía el condenado cubo, el pequeño proyectil estalla con violencia causando graves destrozos en el lugar.