Partida Rol por web

- Prrfff... brrrfff... - refunfuñó Lya con un mohín esperando a Alatia - Está en una jaula y a juzgar por la cantidad de collares que tiene sacarlo de ahí es una muy mala idea. - le replicó. Aquello sí que le parecía una locura.

Ya que no le dejaba saquear a gusto, prestó más atención a aquellos collares para identificar a cual correspondía de los que había visto hasta ahora.

En las mesas podían ver materiales alquímicos, herramientas varias, agarres, trozos de cuero, pociones, etc. Aunque lo más llamativo era el libro que mostraba un curioso dibujo de un hombre lobo, a simple vista parecía que explicaba un complejo proceso, había diversas anotaciones hechas a pie de página, parecían ciertas aclaraciones 

La mano de Lya fue detenida a tiempo por Alatia, en cuanto su mano se acercó a los objetos expuestos en la mesa las manos del golem se apretaron con decisión contra sus débiles barrotes, y su cuerpo se elevó un poco aunque se detuvo al momento de que vio que las acciones de Lya fueron detenidas. Los colgantes golpearon contra las rejas; a simple vista parecían los colgantes que utilizaban los bandidos para controlar su condición de hombre lobo, hombre rata, aunque había dos que no reconocíais cuales eran.

Alvina detectó una perturbación en los pensamientos del golem a causa de las acciones de Lya

Robar... ¿Probar?... No hay nadie atado... Son ladrones... ¡Te dije que eran amigos, los conozco!... No te dejes engañar, Pharan estaría aquí... ¿Entonces son ladrones? ¿O amigos?... Nosotros defender... ¡No! ¡Nosotros no! ¡Yo defiendo!

Eladamri siguió buscando entre los libros, valdrían un dineral si los quisiera vender, eran libros bastante complicados de encontrar, y más de uno pagaría una fortuna por poderle echar aunque fuese un vistazo. 

Geografía, historia, corte, etiqueta, código, idiomas... Aunque había un libro con un lomo mucho más cuidado, y sin ningún tipo de inscripción en el mismo. El elfo lo agarró, creía haber encontrado algún tipo de libro mágico, le echó una rápida ojeada y ¡bingo! Parecía una transcripción de los hechizos de, probablemente, Pharan.

Por el estado del libro, no parecía que fuese un libro que tratase con demasiado cariño, había muchas anotaciones, palabras tachadas, hojas arrancadas... Los dedos del mago se movieron a toda velocidad, haciéndose a una idea del poder de Pharan 

- Lya, si tocas algo de la mesa el golem atacará, me lo ha confirmado Alvina, antes de poder llevarnos algo de aquí tenemos que convencerle de que nos lo permita.

Alatia se acercó a la mesa pero sin pretender dar sensación de que iba a tomar algo, mirando al golem que se estaba poniendo cada vez más nervioso. Se separó de la mesa.

- Podemos calmarlo con esos collares – o eso esperaba – si quieres. Decías que estaba sufriendo y es un peligro sacarlo de ahí bajo cualquier circunstancia. Además, confío en que Pharan lo encerrara en algo de lo que no pudiera salir para atacarle y vengarse por todo lo que le ha hecho. – le replicó a Alatia.

Luego pareció dedicar una larga mirada a su cuervo.

- ¿Qué opina Clemence y la Reina Cuervo de esta criatura? - le preguntó mentalmente a Klex. Le extrañaba que todavía no le hubiera pedido que pusiera fin al sufrimiento de esta criatura.

—La criatura se está poniendo nerviosa —comentó la dasharii con la misma intranquilidad—. Si no hay nada importante y tampoco está aquí el portal, lo mejor será que nos vayamos, ¿no?

Hrönn se mantuvo quieta, a la espera de nuevas instrucciones.

«¿Dónde diablos estará ese portal?», pensó.

Tras guardar todo en la mochila, me reúno con el resto del grupo y observo con bastante desagrado a la criatura enjaulada.

Mierda, parece un no muerto hecho de diversos cadáveres, mejor no meternos con esa cosa. - comento bastante consternado.

Si ya terminaron aquí, creo que lo mejor es seguir y destruir los puñeteros portales para poder hacer de este fuerte nuestra base de operaciones.

Encontré cosas bastante útiles y valiosas en la habitación del bastardo de Pharan, así que, cuanto antes terminemos con esto mejor, pues así podremos sacar todo el provecho posible a este botín.

Lo único a lo que no pienso renunciar es a cierto libro de texto que me va a ser en extremo útil los próximos días, lo demás se puede vender con cierta facilidad. - digo tranquilidad mientras veo a Lya llevarse cuanto material alquímico tenía al alcance de sus manos.

Lya no te olvides del cuaderno de investigación que tienes en la mesa, parece importante. 

Lya contestó en elfico a Alatia y Eladamri, mientras se acercaba a Hrönn.

- Alatia, necesito estos componentes y esa criatura sufre. Solo hay una forma de ponerle remedio y lo sabes. – le dijo tranquilamente a su compañera – Además, dejarlo a nuestras espaldas… ahora que nos ha visto puede que decida que debe eliminarlos y que nos encontremos con problemas delante y detrás nuestro. – explicó mirando un poco a Eladamri que proponía dejarlo ahí tal cual como si no pudiera suponerles un peligro.

Cuando lo hubo dicho le repitió a Hrönn en común en un susurro lo que había dicho. Era bastante evidente que intentaba comunicarse con sus compañeros sin que la criatura grotesca pudiera entenderles, aunque tampoco estaba segura de si era capaz de entender el común.

No tengo ningún conjuro efectivo contra esta clase de seres, sea un no muerto o un constructo no puedo dormirlo y una bola de fuego nos mataría a todos, atacarlo lo alteraría y podría romper su jaula.

Así que, ¿Qué propones Lya? Nuestras reservas mágicas están casi agotadas y aún tenemos pendiente el otro asunto. - respondo en elfico con evidente preocupación en mi voz.

Mi lenguaje corporal era claro, no estaba molesto, ni mucho menos, sólo confundido y algo fuera de lugar, pues no tenía como ayudar a solucionar este problema sin empeorar la situación primero. 

—Tran-quiiii-lo,  a-miii-go. Tooo-doo biiiieeenn —fue musitando la bárbara para ganar la atención de la criatura mientras arrastraba sus pies lentamente hacia la puerta, llegando a chocar con Lya suavemente—. Si nos entiende, ¿por qué no le pedís amablemente lo que necesitáis coger y nos largamos?

Porque si se trata de un no-muerto o un constructo, no va a atender a razones, pues tiene una misión que cumplir y esa misión es la razón de su existencia. - le respondo a Hrönn con seriedad.

De hecho, no entiendo como esa criatura aún no se  ha puesto de pie y empezado a repartir manporros como panes. - agrego manteniendo la mayor distancia posible entre la jaula y mi persona.

La voz de Clemence resuena clara en la mente de Lya

No sé que decirte... Muchos de los que hay allí están corrompidos y la Reina Cuervo quiere su esencia, pero otros en cambio no se lo merecen... Aún.

Mucho me temo que queda poco para que todos ellos se transformen en tan solo uno, entonces podré decirte algo claro.

Pero aunque su voz es clara, parece que su respuesta está cargada de dudas, el cuervo te mira curioso

Haz lo que tengas que hacer, al menos con este... "ser"

El golem os mira, pareciendo que os entiende, aún así sus ojos van de un sitio a otro, a veces deteniéndose sobre vosotros, otras veces volviendo a vigilar la mesa.

El gnomo os mira, sin saber realmente donde se coloca él en todo esto

Deberíamos volver aquí más tarde, el portal de arriba debe ser cerrado. Y el otro también, no quiero... Encontrarme a otra de esas mascotas de Pharan.

Mira a la bestia, si se le pudiese dar algún nombre y pone cierta mueca de asco, ver a ese tipo de seres no era demasiado común si se pudiese decir de algún modo.

Además parece que nuestro nuevo amigo está cómodo en su jaula, dudo mucho que se vaya demasiado lejos, ¿no?

La luz del día seguía creciendo imparable

La mujer no comprendió la respuesta del elfo, aunque sí le pareció que la segunda parte podría incitar a la criatura a levantarse.

—Estoy de acuerdo con el gnomo, nuestra prioridad son los portales —respondió de forma seca—. Si queréis podemos bloquear la puerta de alguna forma, para evitar sorpresas.

Hrönn se desplazó de la misma forma que como había entrado hacia la salida, despacio, esperando no incurrir en la ira del golem. Antes de salir y con cara de higo seco hizo un gesto reprobatorio a Myroc, al tiempo que le indicaba con la mano que saliera de la habitación.

—¿Es que no entiendes que debes permanecer vivo para cerrar los portales? —le susurró en el pasillo.

Yo no me notaba especialmente privada de poder mágico, pero el elfo debía haber gastado más magia para enfrentarse a esa cosa que vino por la escalera. Asentí lentamente.

- Bien, vayámonos y atranquemos la puerta – aunque dudaba que eso fuera a servir de nada después de que el fuego hubiera lamido esa puerta tanto rato – pero cuando terminemos con los portales deberemos hablar de nuevo de este asunto. No podemos marcharnos con este cabo suelto. – les contestó en elfico y salió despacio de la habitación sin coger nada más.

- De momento tenemos asuntos más apremiantes, pero no quiero dejar esto sin solucionar antes de marcharme – le contesté a Klex con un leve movimiento de cabeza.

Sabes que lo que tienes delante es un golem, pero a diferencia del resto de golems, este golem está hecho de pura carne.

Lo poco que puedes conocer de esta bestia es que debido a su formación de diversos cuerpos humanoides, su unión permite tener una resistencia natural hacia la magia, además de que con sus golpe van cargados con magia, ya que es lo propio que los puede unir a ellos.

Aunque es verdad que hay algo que este tipo de golem teme sobre todas las cosas, y es el fuego

Atrancáis un poco la puerta mientras el golem os sigue mirando con el cuerpo fijo en su posición, sin parecer importarle el estar en una incómoda posición de sentadilla.

Dobláis la esquina con cuidado, atentos ante cualquier nueva amenaza, pero todo parece despejado.

Termináis por subir la última planta cubriendo al gnomo. Llegáis a un pequeño recibidor que termina en una puerta, hay diversas cajas y algunos toneles, tienen algo de comida fresca dentro. Myroc os dice casi en susurros mientras saca algunos de los utensilios que obtuvo en Garedtoh.

Bien, recordad, no digáis "ábrete", ni en común, ni en élfico, ni en gnómico, una vez dada la orden el portal no se va a detener y es instantáneo.

Asintiéndole abrís la puerta, dando paso a una gran negrura, la habitación era una sala totalmente vacía, no había nada ni nadie, el gnomo es el primero en dar un paso al frente, en cuanto pone un pie en el lugar que parecía que estaba el portal el suelo a los pies del gnomo se iluminó 

 iluminando toda la habitación debajo de sus pies.

Veis como se pone de rodillas con las herramientas en sus manos, listo para trabajar. Se detiene y os mira para confirmar la destrucción de su trabajo.

Cuando digáis lo cerraré, de tan solo un golpe puedo hacerlo.

Os ha terminado por decir en susurros

- Ciérralo y acabemos con esto cuanto antes. – le respondió Lya en voz baja. Este sería el portal fácil. Ahora el que le preocupaba era el otro del que podían seguir surgiendo monstruosidades.