Segundo Acto: Una noche sin estrellas

El sol muere pronto tras una pequeña e inesperada tormenta de arena que dura una hora, pero luego de su paso la luna del nuevo mundo, ilumina el desolado paraje que siempre cambia tras las oleadas de arena y viento.  En realidad nada de aquello importa porque el Guerrero de la carretera tiempo atrás había encontrado una tienda gasolinera sepultada bajo  la arena por un camino lateral a la misma. Allí sería difícil que los perseguidores les encontrasen porque el grupo pasaría en aquel sitio la noche y al amanecer continuaría el último tramo de su mortal viaje.

En cambio el misterioso guerrero de la carretera luego de algunas indicaciones se alejó hasta una colina para vigilar los alrededores. 

Era momento para descansar, organizar las guardias nocturnas, la defensa de mañana y ahora debían alimentarse con las pocas provisiones que disponían. Habían pasado hambre y sed los últimos días…

El último en llegar a ustedes fue Lupe Culebra, uno de los recientes agregados a la tribu antes del deceso del anciano. Lupe fue uno de los exploradores asignados por el Guerrero de la carretera para examinar el terreno circundante. Los demás no habían vuelto. Lamentablemente no traía novedades más que un desierto interminable.

 Lupe Culebra

El único pensamiento de ahora en más era el siguiente: ¿Quién será el próximo en dejar su vida en la carretera antes de llegar a Edén? Nadie podría adivinarlo.

Tus cosas:

Objetos:

• Bolsa con seis doce latas (de todos los tamaños) que funcionan como terrario para criar “la comida”.
• Cantimplora con ½ litro de agua.
• Betún marrón. 1 lata de 50gr.
• 1 botella de aguardiente Mampoer de 750 cc.
• 1 navaja de bolsillo
• 1 pistola calibre 22 sin munición.  
• Vestimenta para viajar

eso es todo. 

Tus cosas:

Equipo

• Sin alimentos.  (bueno en realidad podrías buscar en el lugar)
• Una cantimplora con un litro medio litro de agua.
• Tres velas.
• Un cuchillo de combate.
• Una antigua máscara antigás y dos granadas de gas lacrimógeno.
• Un escudo policial antidisturbios (antibalas)
• Una escopeta recortada de dos caños mas 24 cartuchos (p/12 disparos simultáneos)
• Vestimenta de viaje.

Eso es todo. 

Tus cosas:

Equipo

• Raciones militares para una semana.  dos días.
• Una cantimplora sin agua.
• Un frasco de 250cc de perfume.
• Un cuchillo de combate.
• Un cable de acero de 3mm.
• Un frasco de veneno de escorpión (15ml. seis dos usos - esta rajado y se perdió gran parte del liquido)
• Un arco ligero con nueve  tres flechas
• Una tonfa
• Vestimenta de viaje.
• Un frasco de 250ml de éter.

Si hubiera sido decisión de Drex no se habrían detenido a descansar, él quería seguir sin parar toda la noche él estar fuera de la carretera lo hacía sentir como un pez fuera del agua. Además el hecho de que el camión se volteara le había quitado muchas víctimas y posibles trofeos, cosa que no le agradó para nada. A esos tontos no se les debería permitir estar al volante son un insulto para la carretera. Sus cabezas habrían quedado tan bien en mi colección...Pensó mientras una expresión de tristeza se dibujaba en su rostro. 

Se sentó en un lugar un tanto alejado del resto pues no se le daban muchos las interacciones sociales comunes. Una vez allí comenzó a acariciar y besar a su motocicleta mientras le decía.-Tranquila Clara. Más besos -Sigues tan hermosa como siempre. Puso su mano justo en la hendidura que la había dejado la ballesta y agregó.- Además me gusta tu cicatriz, te hace ver más ruda. 

Finalmente salimos del lugar y no hubo complicaciones adyacentes. Sparks a mi lado de copiloto, eso sí, inconsciente de momento y atrás se encontraba Bicho, Frank y el Doc. Veníamos recargados y no me causaba mucha gracia, cuanto más peso menos velocidad, más aún considerando el peligro inminente en la carretera. 

Pero como un ángel caído del cielo aparece el guerrero de la carretera, nos da unas indicaciones y nos guía hacia un páramo donde tenemos una gasolinera, como así también un lugar para descansar. Las emociones fuertes del día me generan un bajón tan grande debido al agotamiento de la tensión propia de la situación, disfruto de todo esto pero por momentos desearía un poco de tranquilidad. Son muchos años escapando, sobreviviendo con nada y soportando más de una idiotez.

Una vez que llego al lugar, me quedo en el auto esperando que Sparks reaccione mientras observo al Doctor como se ocupaba de las heridas de Frank. - Si necesitas una mano te ayudaré, de momento intentaré despertar a éste y cargar el tanque de gasolina. -  le aviso sobre mi proceder y me dispongo a darle cachetadas a Sparks. -Vamos, despierta... Ya has dormido demasiado, es injusto. - bufo enojada, era inadmisible.

Kroon aparcó su vehículo en un lateral de la gasolinera, contra el muro. Abrió la puerta trasera para que Sombra pudiera salir. El animal salió con lentitud y se estiró. Primero los cuartos delanteros y luego los traseros. Luego se sentó y se lo quedó mirando con aquellos ojos amarillos. El hombre pasó su mano sobre aquel pelo negro, acariciándolo. Sombra gruño. Alguien que no la conociera podía pensar que le estaba amenazando. En realidad le estaba "riñendo" por llevarla tanto tiempo encerrada en aquel coche. El hombre la miró a los ojos y asintió y el animal se levantó y se alejó. Con suerte, volvería con algo de caza. 

La había adiestrado para aquello, para cazar. Animales siempre y hombres, solo cuando él lo ordenase. Había hecho un buen trabajo con ella. Se quedó mirando como se alejaba hasta que se perdió en la noche. 

Luego sacó una lona hecha de remiendos burdos de varias telas ajadas y sucias y cubrió con ella el vehículo. No quería que otra tormenta de arena lo dejase inservible. En una bolsa de tela, hecha de la misma forma que la lona del coche llevaba sus escasas pertenencias. Se la colgó al hombro y entró en el pequeño edificio donde pasarían la noche. 

Sabía que lo que en otro tiempo fuera la tienda de la gasolinera habría sido saqueada ya varias veces, pero la comprobó igualmente. A veces quedaba alguna lata despistada, detrás de alguna estantería. Luego de su breve búsqueda fue con el resto. Se sentó en una esquina y sacó una de las latas de paté. Miró la más antigua...caducada hace más de un año.

c

La abrió y comenzó a comerla mirando al resto. Aquella noche no tenía ganas de hablar. 

El guerrero aparece y nos lleva a lugar seguro... o por lo menos bajo cobijo.

En el viaje voy revisando a todos, las contusiones no tardarán en mejorar, el traumatismo me preocupa un poco, pero no parece severo pero los huesos rotos... eso puede ser un problema si no es tratado rápido.

Speedy conduce más lenta y sin brusquedades. Cuando llegamos veo que una pantera sale de un vehículo. ¿Pero esto que es, un zoo?

-Por favor, espera, no lo despiertes, dormido le molestará menos lo que le tengo que hacer... necesito primero ocuparme de estos y sí, necesitaré tu ayuda si eres tan amable... en cuanto terminemos yo mismo te ayudaré con lo de la gasolina... ahora ayúdame a meterlos dentro.- Digo a speedy.

Una vez ahí los coloco encima del mostrador. 

-Necesito que los sujetes fuerte, voy a recolocarles los huesos, sino quizás se suelden mal  y tengan problemas en el futuro.-

Ella sujeta y yo, de un tirón vuelvo a unirlos en su sitio. Más de uno despierta del dolor. Ahora no estoy para quejas

-Bien, ahora necesito que busques algo que tenga más o menos esta forma.- Le indico lo que busco, algo rígido para poder entablillar y que tenga la forma más ergonómica posible, para que los huesos suelden bien y que los pacientes no sufran incomodidades... o no demasiadas al menos.

Termino con eso en menos de 10 minutos, todo un logro.

-Muy bien hecho.- Sonrío a Speedy y le guiño un ojo, intentando ser cortés y halagador, a la gente últimamente le cuesta bastante empatizar y ayudar a los demás cuando están heridos. Eso es que son débiles. Suelen decir... En fin.

-Pongámonos con lo serio.- Saco de mi maletín unos guantes limpios y mi cuchillo-bisturí. Lo limpio como puedo y procedo a retirar el vendaje a Frank. He de hervir estas vendas, no me quedan tantas y se  pueden reutilizar.

-Primero necesito ver si la bala sigue dentro o ya ha salido, además ver si ha dañado algún órgano vital o solo carne y músculo, si ha tocado arteria habría más sangre, eso es bueno... a priori no le voy a cauterizar la herida, mis vendajes están bastante limpios y son buenos, no debería infectarse, aunque lo mantendré vigilado.- Miro a los demás

-Si vamos a encender fuego necesitaría agua hirviendo si es posible... si no me apañaré pero...- No añado nada más y me pongo manos a la obra con el herido.

Estoy en el túnel oscuro, al final esta la gran luciérnaga, pero de repente se envuelve en un capullo y de la crisálida sale ..... ¿el sanador Genmu?.  

Despierto con dolores en todo el cuerpo, apenas y me levanto para quedar sentado, Genmu y Speedy  hablan y detrás de ellos veo mi bolsa de latas medio vacía ¡¡¡pero ahí están mis crías!!!. Les doy un tremendo abrazo a cada uno (más por haber salvado a mis pequeñas que por haberme salvado a mí) y les planto un beso tronador en cada mejilla -SMUACK,SMAAACK- Gracias, gracias gracias gracias gracias, digo levantándome muy lentamente y voy a revisar mis latas con un tremendo dolor de cabeza (y de brazo y de torso y de columna y.....etc).

Mi tristeza es grande al ver la cantidad de especies perdidas, mis movimientos duelen (mis vendas en cabeza y brazo no me ayudan) me alimento más por la necesidad de contar con otra lata que por hambre, acto seguido busco más latas vacías -que bien! encuentro las suficientes para reponer mi granja- y salgo de la derrumbada estación de gasolina y con la poca luz que hay me pongo a volcar piedras y escarbar en la suciedad para ver que especímenes encuentro en este lugar....

Encuentro cosas muy interesantes y nutritivas, las guardo en las nuevas latas y regreso con una sonrisa en la cara y dos enormes y jugosos gusanos para Speedy: -Mira lo que encontre para tí... bueno para tí y para tu ave....- y volteo para el buen Genmu- Mira sanador para tí- saco una pequeña lagartija aplastada pero con suficiente carne y con los pocos dientes amarillos que me quedan no dejo de sonreír.

-NO SARGENTO!!- una gota de sudor se escurre por su rostro delineando todo el contorno de su rostro -SI SARGENTO!!- Se sacude con fuerza y rechina sus dientes. Con cada bofetada de "Speedy", por alguna razón solo muestra sus dientes y responde con un fuerte -NO SARGENTO, MI HIGADO NO!-

Fuego en sus heridas... en la sangre que corre por su piel... en las memorias de un pasado cruel.

Sparks abre un ojo y ve a la hembra abofeteando -Ya!, ya mujer! Tu vehículo ya estaba demasiado arruinado de todas formas...- Inconsientemente ya sabía por qué razón estaba molesta, recuerda haber dejado aquella máquina como un colador y luego solo oscuridad y confusión. -Mierda, malditas drogas- , -ya venía necesitando una bonita remodelación, luego te ayudaré a tapar el colador- Sonríe satisfecho dando por entendido que no ha hecho nada malo.

-¿Ahg, mierda, por que carajo me duele tanto la cabeza?- lleva su mano a la nuca y observa con recelo a Referred Genmu y luego dirige una mirada electrizante hacia el objeto en su mano -Ten mucho cuidado con lo que hagas con eso niño- 

Luego vuelve a girar su mirada hacia Speedy, estaba furiosa -Hey! nena, no te preocupes... de todas maneras no necesitabas ese auxilio. Tienes dos bonitas llantas ahí, tersas y redondas como deberían ser, toda una obra de arte- Vuelve a morder sus dientes para recibir su merecido cachetaso una vez mas.

-Paaaaaffff!- al menos esta vez si se lo merecía.

Se reincorpora con una mano sujetando su hombro adolorido y el torso desnudo, arquea su espalda para hacer sonar todos sus huesos y se tira al hombro la chaqueta que le había retirado para sanar sus heridas. Inspecciona el lugar en búsqueda de alimentos y algo de equipo extra.

Inspecciona la cicatriz en su vientre sudado y comienza a recitar un párrafo de los textos sagrados.

Como un ciego...
que apunta al ruido de mi cabeza,
como todo, como siempre, como es sin ver...

Hacia el abismo de sed,
que no calma el agua, ni las lágrimas,
como todo, como siempre, como es sin ver.

El rugir de otro motor se escucha llegar a aquella reunión en la tienda gasolinera perdida entre dunas, el mustang llevaba solo uno de los focos delanteros encendidos. Al llegar se escucha bajar al conductor para dar un par de patadas al auto en la parte delantera 
- ¡tormenta de mierda, chingada madre! - se escucha maldecir a Lupe que sigue golpeando el carro.

Cae bastante arena de entre las piezas del carro y dos luces mas se encienden, pero una cuarta se queda apagada. - ¡así esta chingon pinche Bronco! ¡JA JA ! - le dice al auto pasando de los golpes a las caricias y hasta entonces corre a apagar la maquina. 

Lupe lleva su mochila improvisada que no es mas que una funda de guitarra vieja de algo que parece cuero, su pistola y cantimplora al cincho, el cual adorna con una gran hebilla y el machete en la mano enfundado en un cartón pegado con cinta de aislar.

Entra al lugar y mira la escena, se quita la mascara que cubre su rostro.

- Pura pinche arena - les dice con extraño acento para luego escupir un chisguete de saliva por un orificio donde alguna ves hubo un diente.

-Descolocada... Si, eso. - pienso al darme cuenta en la situación que estaba metida. Por un lado era la enfermera asistente de Genmu, hacía caso a todo lo que me decía (raro en mi) solo para que mis compañeros estén un poco mejor. No es que el sentido de solidaridad estaba deteriorado por mis traumas del esposo que se suicidó, sino más bien por todo lo que viene aconteciendo que no te permite pegar un ojo en paz. Vivimos en una tierra de nadie y somos arena entre tanto desierto. 

Tras haber solventado eficientemente mis ayudas al Doc, continúo con mi dilema existencial: Sparks y yo. Es un tipo que me parecía atractivo pero por momentos me cuestionaba si estaba realmente loco o era idiota, lo peor de todo es que me resulta encantador y disfruto dándole unas buenas cachetadas por atrevido. -Si cerrara esa bocaza, cuantos beneficios recibiría. - hablo mentalmente, no es cuestión que todo el mundo sepa de mis oscuros e íntimos pensamientos.

Por suerte, lo bueno de la noche es Bicho. Es una persona que vale la pena tomarse un tiempo para comprender su forma de ser, tan abrupta y excesiva de afecto aunque admito bajo mi pesar que sin él muchas veces estaríamos famélicos por la ausencia de un alimento proteíco. No es agradable comer gusanos, pero que mas da... Es la ley de la carretera, sobrevive para contarlo o muere del arrepentimiento. 

-No me agradezcas Bicho, todo bien. Aún así te haré el honor de comer el gusano y Njöror te lo agradecerá. - le respondo luego de su "abrazo y beso pegajoso" mientras me dirijo hacia donde estaba Sparks para comer el gusano delante suyo con cierta actitud "sensual" (aunque de eso nada tenía, pero él sabía captarlo). -La próxima vez que mires mis "llantas" sin permiso la llave inglesa decorará tu bello rostro. Además una cosa... ¿Por qué me decías Sargento? Estás flipado. -  sonrío ante mi comentario y obviamente espero su réplica. 

Busco con la mirada a mi águila pero estaba claro que se había retirado a buscar comida para ambos.

Una vez terminó su sesión romántica con su motocicleta la barriga de Drex comenzó a exigirle alimento. Al parecer el ojo del merodeador no había sido suficiente para calmar su sed y hambre. Sacó una lata de atún y la abrió usando su cuchillo para luego dejar caer el contenido en su boca. No lo saboreo ni lo disfrutó, el atún no era de sus platillos predilectos pero en ese momento no le quedaba otra opción. Luego bebió de su cantimplora y quedó satisfecho. Mañana me aseguraré de traerme un merodeador para cenar, yummm. Pensó Drex mientras se le aguaba la boca por la idea de semejante delicia. 

Si debía dormir no lo haría estando tan desprotegido, así que comenzó a buscar elementos que le sirvieran para camuflarse y en caso de ser atacados mientras dormían eso le permitiría pasar desapercibido y poder defenderse. 

La cena había sido frugal. Todas lo eran desde que había comenzado aquel maldito viaje, pero parecía que había sido suficiente. Cuando acabó tiró la lata a un rincón sin demasiada preocupación y se puso a revisar lo que había encontrado en su registro: una caja de cerillas mugrienta con ocho cerillas y una bolsa empezada con un poco de tabaco de mascar.

Las cerillas podrían serles útiles. El tabaco de mascar le resultaba nauseabundo, pero podía servir para negociar. Se podía dar por satisfecho. 

Se levantó y se acercó hacia donde estaba Genmu curando a los heridos y al cabo de un rato, cuando vio que había acabado, le preguntó.

-¿Qué?¿Cómo van? 
 

Asiento con la cabeza a "bicho" para darle las gracias por la lagartija, la dejo en mi bolsa.

Me voy a poner con el disparo, cuando mi visión se nubla, sufro una arcada, me alejo del herido y me sujeto en una estantería cercana. Con tanta tensión no lo había notado, pero ahora mis piernas tiemblan, mi cuerpo se estremece, me exige sustento, no estoy acostumbrado a días como hoy y ha pasado factura.

Me acerco a mi bolsa y saco la cantimplora, intento no beber demasiado, podría ser malo para el estómago... no puedo, tengo demasiada sed, no dejo una gota. Luego miro la lagartija, y la devoro de dos bocados, pero sigo hambriento, rebusco entre mis cosas y saco mi comida, y la ataco cual perro hambriento.

Cuando termino intento respirar más calmadamente, estoy algo mejor y poco a poco mis fuerzas van volviendo, pero ahora me doy cuenta de que estoy sin nada. Mierda, mierda, !mierda! ¿Qué voy ha hacer ahora?