Partida Rol por web

Condiciones de victoria:

Milan:7 Ciudades, 11 provincias, 6 unidades

Venecia: 7 Ciudades, 10 provincias, 6 unidades

Francia: 7 Ciudades, 9 provincias, 5 unidades

Napoles: 5 Ciudades, 6 provincias, 7 unidades

Querido sultán,

Agradezco que me considere tan poderoso como Milán o Venecia. En realidad si dispusiera de todo el poder del Reino de Francia sería sin duda más poderoso. Pero por desgracia la realidad no es esa.

De todas formas, cuestiones semánticas aparte, le aseguro que cuenta conmigo como aliado en cuanto me necesite.

Al Sultán Mehmed Fatih, a los ojos del Papa Pío III,

Sultán Mehmed, demostráis en vuestra misiva una aguda capacidad de análisis político y geográfico, como siempre. En efecto, vuestra alianza contra natura con Pío III me coloca en una situación angustiosa, que puede convertirse en deseperada cuando Francia entre en danza, que lo hará.

No obstante, analizad vuestras propias palabras:

Que no me place regalar la partida a Francia.

Comprended que no renunciaré a la mitad de las tierras napolitanas para que vos no regaléis a Francia la victoria final, pues forma parte del orden natural de las cosas que yo defienda lo mío, y no que deje de hacerlo porque un tercero, aliado vuestro por demás, pudiera salir demasiado beneficiado de vuestra alianza.

Muchos errores y pecados he cometido, sin duda, pero poneos en mi lugar y podréis averiguar mi respuesta. Un príncipe debe pensar antes en su pueblo que en sí mismo, y no puedo dejar la mitad de Nápoles en manos extranjeras. Y si vuestra propuesta es innegociable, poco más hay que decir.

No obstante, mucho me convendría una paz en la que recuperaría mis tierras y os dejaría vía libre en los Balcanes y el Adriático, y volvería a las fronteras originales con el Papa, para no volver a enfrentarnos más; ya os dije alguna vez que la toma de Túnez correspondía a criterios estratégicos y no de simpatía o antipatía por vos. Sin embargo, comprendo que este arreglo no os convenga.

Respecto al Papado, mucho me arrepiento de haber entrado a saco en Roma sin previa provocación, siguiendo una estrategia que demostró ser errónea. Bien preferiría tener las manos libres ahora, y no enfrentadas a las del Santo Padre. Pero Dios juzgará mis pecados, sin duda.

Que el Altísimo reparta suerte,

Alfonso Rey.

Alfonso I:

Las fronteras originales implican que vos devolváis Roma y Túnez.

Túnez vale lo mismo que Bari y Otranto juntas, por lo que en ese caso lo que os ofrezco corresponde a lo mismo que teníais al principio.

Respecto al Papado, al menos Pío III debe recuperar Roma para que volvamos a las condiciones iniciales.

Finalmente la única diferencia entre lo que yo propongo y vos proponéis, es el territorio de Aquila. Esa es vuestra pérdida neta ya que el Papa os devolvería Capua. Por otro lado me habríais expulsado del Mediterráneo, lo cual es una ventaja para vos. Aquila, Bari y Otranto a cambio de Tunez y expulsarme del Mediterráneo y un duradero acuerdo de paz que os dejará libre para arrebatar a Francia Córcega y Cerdeña.

Creo que mi acuerdo inicial (que aún tiene que ratificar Pio III), es de lo más generoso.

Mucho me temo Alfonso que tenéis una visión algo distorsionada y que consideráis Túnez como si fuera vuestra tierra natal y no lo es. Pretendéis que os devolvamos todos los territorios de Nápoles y además conservar Túnez pero eso es un desvarío. Si pretendéis eso es que realmente no sois consciente de vuesta situación.

Devolved Roma. Cambiad Bari que produce 2 ducados y Otranto que produce 1 por Túnez que produce 3. Entonces estaréis en condiciones equivalentes a las de partida.

Pero no son iguales, son más beneficiosas para vos, puesto que Francia quedará vuestra merced. Así que debéis ceder Aquila a Pío por las molestias que le habéis causado, por el dinero que habéis saqueado y estaremos en paz. Saldréis beneficiado con este acuerdo, pero aún así, estoy dispuesto a firmarlo para evitar la victoria de Paris.

No podéis pretender obtener más de lo que se os está ofreciendo puesto que vos habéis iniciado esta guerra y, tras el golpe inicial que obtuvísteis traiccionando nuestra confianza, solo habéis cosechado derrotas.

Vuestra traicción os ha dado una ventaja inicial y practicamente ya la habéis perdido. Tened en cuenta que, a partir de ahora podéis empezar a perder de verdad tanto en el Este como en el Oeste cuando Francia os ataque desde allí. O bien podéis firmar la paz, volver a una situación equivalente a la inicial y seguir creciendo como potencia en el Oeste donde Francia no podrá contra los ejércitos de Nápoles y Milán juntos.

Como bien sabéis, Pío III y Mehmed II cumplimos nuestros acuerdos.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

Estimado Pío III

Estoy tratando de llegar a un acuerdo de Paz con Alfonso I. Aunque tenemos las de ganar, toda guerra es incierta y la peste puede arruinar a cualquier nación.

En mi caso, la peste puede dejarme vendido. En el vuestro menos puesto que sois una nación más poderosa, pero entiendo que os interesa el acuerdo de paz para poder ocuparos de Florencia.

Tal vez la peste golpee este año a Alfonso I, pero prefiero no ponerme en manos del azar.

No obstante, si a vos no os satisface el acuerdo de paz, seguiremos hasta el final independientemente de lo que diga Alfonso I.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

Estimado René

Solicito de vos, si podierais hacerlo, que en vuestro movimiento estratégico trataseis de ocupar Western Mediterránean y/o Tyrrhenian Sea con vuestras Flotas.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

He transmitido las ordenes a mis almirantes.

A su servicio,

Rene.
 

Santo Padre,

¿Qué es este despropósito? ¿Acaso el Sultán de los Turcos habla por vos? ¿Ha convertido los Estados Papales en una provincia otomana?

Como os dije antes en mi última misiva, no entregaré mis tierras natales. Aquila no es negociable. Tampoco entregaré Túnez al Turco tan fácilmente. No obstante, sí os entregaré Roma (que como bien habéis visto, abandoné la primavera pasada y en la que no he vuelto a poner el pie) a cambio de Capua, Aquila y la paz entre Nápoles y el Papa.

En vuestra mano está, Santo Padre.

Con las mejores intenciones,

Alfonso Rey

no habla por mí, eso es cosa suya. Creo que se aprovecha de la buena relación existente entre ambos hasta ahora, pero yo hablo por mí mismo y no le pido permiso a nadie. Por contra, creo que habla con miedo de que Francia, Milán o Venecia se acaparen con Europa. Visto lo visto, es posible. Más si nos enfrentamos unos a otros.

Santo Padre,

Celebro que los infieles no se hayan adueñado de vuestro espíritu. Y tenéis mucha razón, nuestras luchas no conducen a nada bueno.

Entonces, ¿qué me decís de mi propuesta de cambiar Roma por Capua y Aquila, unido a una paz duradera?

Quedo pendiente de vuestra respuesta,

Alfonso Rey

Buen Sultán de Oriente,

Bien puede ser que sea una perspectiva equivocada, pero Túnez nos sigue pareciendo una pieza clave para la seguridad de Nápoles, sin la cual no puede aspirar a convertirse en un gran Estado. Insisto, bien puede ser que las cosas pudieran haber sido de otra manera, y no me siento orgullosos de haber traicionado vuestra confianza hace dos años, pero no devolveré la plaza africana a vuestras manos.

No dudo, por mi parte, de la fiabilidad de vuestra palabra y sigo dispuesto, por lo tanto, a pactar una paz definitiva con Turquía a cambio de que vuestras tropas abandonen Otranto y Bari. Mi flota en el Adriático os dejará vía libre y podréis asentaros a vuestro gusto en los Balcanes y al norte de nuestros dominios italianos.

Tampoco entregaré Aquila al Papa, aunque mi declaración de volver a las fronteras originales incluía la devolución de Roma por mi parte.

Aunque con pocas esperanzas, espero que podamos llegar a un acuerdo.

Que cada Dios guarde a los suyos,

Alfonso Rey

Querido Mehmed,

¿Habéis llegado a acuardo con el napolitano o debemos plantearnos qué hacer con él?

Porque entiendo que, en su herido orgullo, querrá recuperar Otranto ahora que tiene rodeada esa provincia casi completamente, lo que puede acabar con vuestra flota hecha astillas.

Lo que no sé es sobre qué bases se sustenta vuestra alianza con el papado y si este año seguirá colaborando con vos u os abandonará a vuestra suerta ahora que ha conseguido dos provincias y se centrará en las tropas de Florencia.

Quedo a la espera de vuestras noticias para plantearme los movimientos en el Adriático.

Atentamente,

Franceso Foscari
Dux

A Francesco I Sforza,

Está claro que Federico ha quedado repudiado por el resto de gobernantes y que han caído en saco roto las súplicas de dinero o apoyos que hizo a todo el que quiso escucharle y que a bien tuvieron hacerme llegar.

Creo que ya es un hecho claro que vos podréis salvar al pueblo de Carintia y y nos al de Slovenia aunque Austria y Hungría costarán un poco más de trabajo, especialmente ésta última debido a sus disposición geográfica.

Si consideráis mi análisis desacertado, por favor, no dudéis en hacermelo saber.

Franceso Foscari,
Dux

Ante la falta de misivas por parte de Federico, Venecia entenderá que el austriaco ha decidido morir siendo enemigo de cualquier potencia que podría prestarle ayuda y que, en su orgullo, ha abandonado cualquier esperanza de llegar a ver las siguiente nieves.

Rezaremos por su alma.

Querido Francesco,

Me pilláis en mal momento. Esta tarde me lo miro y os hago una propuesta concreta sin falta.

De momento, aplaudimos desde aquí la llegada de los temibles Mercenarios Venecianos y las grandes medidas de ahorro impulsadas por vuestra administración, que os dejan con una bolsa bien repleta. Sois la envidia de los pobres milaneses.

A vuestro servicio,

Francesco I Sforza.

Y por vuestras aspiraciones, dux. Que habéis decidido sacrificar vuestras posibilidades de victoria, negándoos a cualquier paz que pudiera beneficiarnos a ambos, y preferís gastar tiempos y recursos preciosos a cambio de beneficios estériles. 

Podría ahora incidir en los diversos acuerdos que he pretendido y que sólo han merecido o vuestra traición, o vuestro desprecio. Acuerdos algunos que han obtenido el beneplácito de Nápoles y a los que habéis respondido con ataques.

Pero no tengo interés en gastar más tiempo.

Sí, recemos por nuestra alma... pero también por vuestras aspiraciones de victoria. "Requiescat in pacem"

Querido Dux Francesco Foscari

No ha habido acuerdo con Alfonso I.

Sigo colaborando con el Papado que este año recuperará Roma sin la menor oposición por parte de Alfonos I que ya se ha visto obligado a abandonar la Ciudad Eterna. Creo que podemos aspirar a que Nápoles sólo recupere esta año Otranto y echarlo del Adriático. Al perder Roma y recuperar solo Otranto, su capacidad militar se verá reducida.

Francia se ha situado en Tyrrhenian Sea para apoyarnos, pero visto la cantidad de ejercitos que ha creado Milán, imagino que dirigirá todas sus flotas hacia su costa para defenderse.

En Otranto corro el riesgo de que destruyan la flota que hay allí, puesto que ha quedado encerrada. Para evitarlo moveré dicha flota a Lower Adriatic. Os ruego que apoyéis dicho movimiento con una de vuestras flotas.

El ejercito de Albania lo moveré a Ragussa. Me gustaría dejarlo en Albania para apoyar a la flota de Durazzo, pero Albania es un foco de peste. Así que sacaré el ejercito de allí y luego ya veremos.

La flota de Bari apoyará a la flota del Papa en defensa.

La flota de Durazzo apoyará el movimiento de la flota de Otranto hacia Lower Adriatic, aunque dicho apoyo puede ser insuficiente si la flota de Ionian Sea ataca la de Durazzo.

En cualquier caso, tanto si entran en Durazzo como en Bari, las flotas que allí hay se convertirán en guarniciones y seguirán resistiendo.

Mi idea es echar la flota Napolitana de Lower Adriatic en primavera y, en Verano, destruirla sea cual sea el territorio al que huya. El resultado neto que espero este año es que Nápoles pierda Roma, recupere Otranto y sea expulsada del Adriático.

Os agradezco vuestra inestimable ayuda. Confío poder cerrar el Adriático para que vos no tengáis que volver a preocuparos por la frontera sur y así podáis dedicar vuestros recursos a plantar cara a Milán en caso de que decidiera atacaros.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

Teníamos que haberos atacado desde el primer momento, mi estimado Francesco Sforza, pero debemos reconocer que vuestra fama militar es bastante merecida. Supongo que, dadas las circunstancias y disposición de tropas, es imposible llegar al próximo año.

¿Se os ocurre alguna manera de evitar ese final que no implique que debáis traicionarme de inmediato para arrebatarme más porciones de terreno? De ser así, os escucharíamos encantados

Estimado René

Quería agradeceros vuestro movimiento a Tyrrhenian Sea. Sin duda ese movimiento llenará de dudas a Alfonso I.

Por otro lado entiendo que necesitéis dirigir dicha flota a vuestras costas para protegeros de la amenaza de Milán que ha crecido desmesuradamente.

Gracias por vuestro apoyo. Rezaré a Allah para que colme de éxitos a Francia.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

Estimado Pío III

Roma está a vuestra merced. Os felicito.

Francia ha llevado su flota a Tyrrhenian Sea para apoyarnos y llenar de dudas a Alfonso I.

Por otro lado Nápoles ha conseguido llevar una de sus flotas a Lower Adriatic y nos dará algo de guerra, pero confío en que la expulsemos de allí.

Si os parece bien, mi flota de Bari apoyará en defensa a vuestra flota de Aquila.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.