Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 0: Prólogo, dimensión paralela.

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23/06/2013, 13:52
Guardián de los Arcanos

Kingsport, Masachusets, 1910. La aventura de la casa de la niebla (infancia)

Eran un grupo de chavales unidos por la necesidad. Para enfrentarse con éxito a la banda más grande del pueblo, unieron sus fuerzas (más consistentes en inteligencia e ingenio que en músculo) y se dedicaron a recopilar información con la que poder hacer frente a los diversos desafíos que se encontraban.

Con mediano éxito, se dieron cuenta de que mucha de la información que recopilaban iba más allá de sus objetivos primigenios, lo que les llevó a fundar una agencia de detectives infantil.

Juntaron bastante dinero, para la edad que tenían, recuperando gatos perdidos y encontrando cosas, amén de algún pequeño chantaje. Ese tesoro lo tenían guardado en la vieja horca, donde se habían ajusticiado a algunas brujas locales, durante la locura de Salem, muchos años ha. Pero sus enemigos encontraron el lugar y, tras duras negociaciones (ellos tenían información con la que hacer daño, por supuesto) el tesoro pasó a ser objeto de una apuesta: si lograban pasar una noche en la casa de la cabeza de Kinsgport, podrían recuperar lo que era suyo.

El camino fue difícil, y, a partir de las zonas habitadas, subiendo la empinada cuesta que llevaba al pie del acantilado que dominaba el pueblo, encontraron mucha vegetación, y un terreno escarpado y difícil. Es más, anochecía, y se dieron cuenta de que eran acechados desde las sombras por algo extraño.

Aquella cosa ignota que les perseguía, provocaba quemaduras de frío. Helaba los huesos, pero parecía retroceder con la luz. Pena que solamente habían llevado unas velas y una lámpara de petróleo, y que debían superar un barranco muy empinado para llegar hasta la casa. Sin embargo no cabía dar macha atrás, ya que la oscuridad se adueñaba de la tierra, y el posible refugio más cercano era su destino primigenio. Se veía, entre los árboles, la oscura silueta recortada por las estrellas, donde la ventana dejaba pasar una ténue luz. Luz era lo que necesitaban, así que siguieron adelante.

Ramiro estuvo en problemas, y Tim también. La subida por el barranco (a la casa, extrañamente, no había acceso más que la puerta, que daba al acantilado, algo que se podía observar con un buen catalejo desde el pueblo) llevó muchos quebraderos de cabeza, pero al final pudieron salvarla, y accedieron a la casa por una ventana. Rompiendo un cristal.

La casa tenía muchas cosas extrañas y exóticas. Una mesa con muchos libros, un diario a medio escribir con pluma de ganso, de un tal William Baine, en un lenguaje arcáico y con un papel viejo y grueso.

Había muchas cosas: Ramiro se interesó por un cuadro, en el que arquitecturas extrañas dominaban una llanura helada conformando una ciudad inmensa, muerta desde hace eones, antigua y medio enterrada en el hielo. Ramiro desapareció durante un minuto o dos, para volver a aparecer espantado y tiritando por el inmenso frío. Los que se quedaron lo habían podido ver pintado al otro lado.

En ese momento, la puerta de la casa (que daba al lado por donde estaba el precipicio) se abrió, y entró un hombre sencillo, de mediana edad, de aceitoso pelo y de maneras antiguas. Los que pudieron ver al otro lado, descubrieron que había venido traído por un anciano en una concha inmensa, tirada por dos delfines y un unicornio, volando por un eter que nada tenía que ver con el mundo conocido. La oscuridad estaba poblada por oscuras y apenas vistas alimañas aladas.

El hombre, que los viejos llamaban "aquel" cuando se referían a la casa, dijo ser el escritor del diario: William Baine. Trató amablemente a los compañeros, aunque los regañó por andar revolviendo en sus cosas, añadiendo que era peligroso saber demasiado. Les contó que vivía ahí desde hacía "un tiempo", que viajaba por las tierras del sueño, desde la desconocida Dyat Leen, por el río Skai. Que había visitado al anciano rey Kuranes y que había pasado muchos años en la desembocadura del Pnath, al borde del mar Púrpura. Las historias duraron toda la noche.

Para cuando amaneció, y pudieron bajar, todo el pueblo andaba buscándolos por el bosque. La historia de la apuesta salió a la luz. Los compañeros recibieron una buena tunda de sus padres, pero todo acabó bien.

Martin's Beach, Masachusets, 1920. Polvo Eres...

Los compañeros se volvieron a reunir tras la Gran Guerra. No es que no se hubieran tratado antes, pero no había habido un fuerte motivo para ello, no tanto como los sucesos que llevaron al siguiente episodio de sus encuentros con lo extraño.

La gran guerra había dejado su huella en todos. Cada uno por su lado, había envejecido, a pesar de que su edad cronológica pudiera desmentirlo. Habían ganado, también, nuevas experiencias, y tenían una profesión con la que se ganaban la vida, mejor o peor.

Aquel que fuera el jefe de la banda enemiga, Martin Helverson, se había convertido en un buen amigo del grupo. Pero había fallecido en la Gran Guerra, en las trincheras, durante la intervención de los Estados Unidos en el conflicto. El motivo de la nueva reunión fue el robo de su cadáver de su tumba en el cementerio de Christchurch, Arkham. Su padre había ofrecido una sustanciosa recompensa por recuperarlo. El grupo decidió, ya que no por la prima, por motivos sentimentales, revivir aquella antigua agencia infantil de detectives. 

Las pesquisas llevaron a nuestros héroes a investigar una serie de robos de tumbas muy similares durante toda la temporada de verano en Clark's Corners, Exxex Falls, Glouchester, Kinsgsport y Manchester. Como dato curioso, en Kingsport las tumbas habían sido abiertas, si, pero estaban vacías de antemano. Se trataba de un pequeño cementerio sin consagrar, precisamente, el sitio donde se suponía que se había enterrado a las Brujas, durante la fiebre de Salem, y estaba cerca del cadalso. Este dato, sin embargo, demostró no tener (aparente) conexión con el asunto que se traían entre manos. Otra posible prima para cobrar era el señor Hamilton Fabry, padre de la mujer cuya tumba fue robada más recientemente (después de la de su amigo, de hecho, y durante sus pesquisas, en Martin's Beach) Los datos apuntaban a una vieja camioneta y dos personas como los autores materiales de los hechos, pero no se sabía nada más. Hablan con varios de los familiares de los desenterrados: el señor Luis Reis y Michael Felder. Este último es el marido de la hija del señor Fabry, un farmacéutico que vive a las afueras de Martin's Beach. Su mujer murió hace varios años, en un accidente de navegación. Por su aliento, durante la visita, se sospecha que se da al wisky con regularidad.

Durante dichas investigaciones, y a tenor del último robo, les llamó la atención una serie de noticias en periódicos locales sobre el llamado "Acechador de Martin's Beach" Martin's Beach es un pueblo costero, pequeño, a pocos kilómetros de Kinsgsport y Arkham, justo al otro lado (pero al norte) de la cabeza de Kingsport, que, en realidad, es el centro de un pequeño triángulo formado por esas dos poblaciones, la costa y el río Miskatonik.

Una noche, uno de los compañeros recibió una llamada: ¡parecía la voz de su fallecido amigo, Helverson! Decía haber muerto, y no sabía dónde estaba, comenzo a describir la casa y los ruidos... el mar... en ese momento la llamada se cortó. Una posterior investigación de la llamada, sin embargo, apunta diréctamente a Martin's Beach. A estas alturas nuestros amigos ya se habían dado cuenta de que dicha población aparecía demasiadas veces, y que era posible que ahí hubiera alguna conexión más profunda, directa o indirecta, con el caso.

Rondando la casa de Michael Felder, encontraron a una vecina cotilleando. Tras algún tira y afloja (verbal, por supuesto) demostró estar algo tronada. Parecía haber sido amiga de la mujer de Felder: Virginia, y estaba obsesionada, ya que suponía que ella había muerto, no por accidente, sino víctima de los malos tratos. A lo lejos, tuvieron, también contacto visual con un mendigo manco que pudiera ser el famoso Acechador, que a estas alturas ya estaba acusado de varios casos de animales muertos y el de una niña que apareció muerta y parcialmente devorada. Esa noche, Helverson volvió a llamar, pero esta vez sus palabras eran incoherentes. Si antes parecía más o menos cuerdo, aunque terriblemente impresionado, ahora parecía haber perdido la cabeza.

El asunto comenzó a tomar un cariz todavía más inquietante cuando, intentando penetrar en la casa de Felder, encontraron un gato curiosamente deformado y agresivo, además de... una mano izquierda que se arrastraba sola, justo la mano que le faltaba al acechador.

La parte de arriba de la casa era un desastre de suciedad y botellas vacías. En la parte de atrás parecía haber una zona donde el suelo estaba cubierto de hormigón armado, como si hubiera algún antiguo algibe, bodega o pozo ciego.

Abajo... encontraron un horno con restos de cenizas de cuerpos calcinados, un estrecho pasillo, un depósito de cadáveres, un laboratorio con frascos llenos de cenizas, y los nombres, entre otros, en las etiquetas que los numeraban de su amigo Helverson y de Virginia, además de algunos de los nombres de las tumbas profanadas durante todo el verano. También encontraron el sótano que se correspondía con la zona de hormigón armado, una parte reciente y más profunda que todo lo demás. Una escalera conducía a la oscuridad maloliente desde la que muchas voces distintas lanzaban ruidos incoherentes. En ese lugar perdió la vida Ramiro, a manos de una masa de miembros humanos desordenada y mezclada completamente, que mordía, arañaba, pateaba y gritaba.

Llegó Felder y se ocultaron. En el laboratorio, Felder, sin darse cuenta de la intrusión, habló en idiomas extraños, de manera musical, parecía un tipo de latín corrupto. Uno de los resucitados, un policía bastante nervioso confundió a nuestros camaradas con algo peligroso y les tuvo en jaque durante un tiempo. El gato y la mano también colaboraron para hacer la cosa más confusa y terrible. En el momento más tenso, se escuchó un horrible chillido femenino: al llegar al laboratorio Virginia, recién levantada y completamente desquiciada, destrozaba a mordiscos la cara de Felder que, borracho y bastante trastornado, también, se dejaba hacer diciendo que ya nunca volverían a estar separados y que "lo del barco nunca se volvería a repetir"

Finalmente:

- El policía local pudo ser reducido, se recuperó (hasta cierto punto) de su experiencia. Se retiró y no se ha vuelto a saber más de él, aunque las últimas noticias eran que estaba cuerdo.

- Michael murió debido a las heridas recibidas y a la pérdida de sangre.

- Virginia permanece en un manicomio, aparentemente incurable, atendida por su desesperado y anciano padre que se pregunta si no hubiera sido mejor no haberla recuperado.

- El acechador fue atrapado e, igualmente, internado en un manicomio. Se ha sabido que se cree que es lo que se supone uno de sus antepasados que vivió hace un siglo y pico, en la zona de Essex.

- La bestia del sótano fue exterminada mediante explosivos muy potentes por un grupo de agentes federales. Se cree que fueron los mismos que estuvieron implicados en un feo asunto, en Insmouth, cuando, por causas desconocidas, la armada estuvo lanzando cargas de profundidad cerca del arrecife del diablo.

- Nuestros compañeros, antes de llamar a las autoridades, pudieron expurgar a placer la biblioteca, muy desordenada, y las notas de Felder. Aunque eran necesarios profundos conocimientos de química, farmacología, medicina, ciencias ocultas y latín, de entre varios libros antiguos y sus notas pudieron entresacar el proceso por el cual, reduciendo a las sales esenciales un cadáver, era posible devolverlo a la vida. Era un proceso que requería un laboratorio muy bien equipado, un potente horno, largas horas de práctica con experimentos de muy dudoso éxito (como el gato, la mano o la masa de cuerpos) hasta lograr su objetivo. Además de la salud mental del oficiante, se arriesgaba la de la persona a reanimar. Sería eso, quizá, lo morboso del tema, lo que les decidió al fin a dejar descansar a su querido amigo de la infancia, Ramiro.

Un portal al pasado (1930).

Los compañeros fueron contratados por la universidad de Miskatonic (en la persona del jefe de bibliotecarios, Henry Armitage) para comprobar unos informes de extraños avistamientos en una colina al Oeste de Arkham. Luces en la colina, la locura del Hiram Jones, cuidador del cementerio cercano al lugar, rumores (ridiculizados por el Arkham Advertiser) de embrujos, la visión de un testigo del "lagarto más grande de todos los tiempos", una investigación de las autoridades locales que no tiene resultado alguno, y que piensa que es cosa de alguna broma de estudiantes...

Los investigadores encontraron, tras varias noches sin resultado alguno, una puerta a lo que parecía ser el Cretácico superior. Dicho portal, que tenía aspecto de algunas piedras colocadas de una cierta manera, estaba siendo activado de tanto en tanto, por él iban y venían, sin un orden o esquema aparente, un ceratosaurio y varios seres amorfos que fueron identificados como Soggots por varias consultas en el prohibido Necronomicón. Los compañeros pasaron, finalmente, tras esquivar al ceratosaurio y a los Soggots (en el transcurso de la peripecia, murió uno de ellos, de los compañeros, hubo algunos heridos y Pooster perdió el dedo de un pie).

Los investigadores pasaron al cretácico en varias ocasiones, y se dieron cuenta de que por ahí también había unos seres voladores, con forma de barril, alas membranosas y una cabeza en forma de estrella de cinco puntas, portaban objetos manufacturados y parecían inteligentes, se comunicaban mediante silbidos.

Todo se resolvió poniendo varias cargas en el portal, e intentando cruzar al presente antes de que estallaran, pero el acoso de los varios enemigos ahí presentes provocó que Patrick y Nadine se quedaran atrás al estallar la bomba y quedar el portal destruido.

Tras tres años de profundo estudio, Tim, Alex y Enma consiguieron crear un portal al pasado, justo cinco horas después de lo sucedido, aprendieron el hechizo "crear portal en el tiempo" y recuperaron a sus amigos.

Notas de juego

Nota: para leer con más facilidad, podéis abrir la imagen en una pestaña nueva, con su tamaño real, que es de más anchura.

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11/09/2013, 17:14
Guardián de los Arcanos

Enero de 1933, Kingsport, Masachussets.

Peabody pasea meditabundo por la empinada y estrecha Lee Street. El empedrado está lleno de barro y nieve gelatinosa. Solo de vez en cuando tiene que apartarse a la pared para dejar pasar a un coche, que apenas cabe, de tan angosta que es Kinsgsport. Cuando vuelve a subir, las fachadas de las casas, que se inclinan hacia fuera, con sus anchos aleros, el cielo encapotado del que cae aguanieve, la neblina y las pocas luces que intentan despejar la oscuridad hacen parecer su camino un túnel discurriendo por algún paraje perdido en el tártaro.

De vez en cuando una añosa ventana, cuajada de musgo y líquenes, deja ver parte de la temblorosa luz de un candil de gas, cada vez menos abundantes en estos hogares centenarios.

Peabody ha tenido poca suerte. No tiene trabajo. La crisis golpea fuerte en todo el país. De vez en cuando se tiene que rebajar a hacer chapuzas en casas de los Weiss, los Cabot, los Turner o los Pickering, que le llaman, sin duda conocedores de las dificultades que pasa su familia. Tanto tiempo libre lo gasta estudiando febrilmente, normalmente de noche o, antes de sumergirse en los arcanos de la ciencia pionera, paseando intranquilo por el laberinto centenario y neblinoso, deteniéndose junto a esquinas funginosas para oír la solitaria campana de la boya del puerto o escuchando las conversaciones de los marineros.

Al llegar al final de la calle, subiendo la colina, termina frente al hospital Congregacionalista, edificio relativamente moderno que domina desde su altura la mayor parte de la población. Desde ahí, antes, se podía ver muy bien la casa en la niebla.

La noche anterior hubo una tormenta eléctrica que los viejos dicen no recordar otra igual. Durante la noche, Peabody estuvo trabajando intensamente. Por la mañana, antes de irse a dormir, había escampado, y salió a desayunar con la gente del puerto, los más madrugadores. Pudo ver que todo el mundo señalaba alarmado hacia la cabeza de Kinsgsport, el imponente farallón que domina la ciudad: la extraña casa en la niebla había desaparecido. Eran las cinco de la mañana.

Cansado y extrañado, Peabody se fue a dormir. Durmió muy mal, acosado por extraños sueños. Durante los mismos, la casa en la niebla seguía en su sitio. La pálida luz de la luna iluminaba el empinado tejado y, en la ventana, se podía ver la mortecina luz de una vela de esperma de ballena.

Ahora, desde la puerta del hospital Congregacionalista, puede ver que la casa sigue ahí... a pesar de lo que haya podido ver y oír esta misma mañana.

Notas de juego

Como eres el único que tiene los deberes hechos, comienzo contigo... mañana seguimos, procura cuidar los destinatarios, ya que estás solo.

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12/09/2013, 18:41
Guardián de los Arcanos

Enero de 1933, Arkham, Masachussets.

Son tiempos duros. La crisis abarca todo el país, y gran parte del mundo occidental. Massachusets, por supuesto, no es menos. Ni la universidad. Montañas de trabajo esperan a Pooster cada día, pero tiene la mitad de personal, y la mitad del suelto. Tiene, además, el doble de alumnos, aunque eso signifique que hay menos profesores, ya que poca gente se puede permitir unos estudios y, cómo no, esta universidad cuenta con menos pupilos.

Y no es por falta de trastornos entre la población que el señor Pooster tenga también poco trabajo en su gabinete privado: es, cómo no, por enésima vez en estos tiempos, falta de pecunio de los posibles pacientes.

A pesar de todo, la vida sigue, y, por supuesto, no falta tiempo para que los diversos departamentos se den al cotilleo. La última fue la renuncia del señor Dyer, las navidades pasadas, dejando gran cantidad de alumnos en la estacada, algunos que tendrán serios problemas para terminar su doctorado. 

La interesante mente del profesor Dyer sufrió un cambio muy brusco a su llegada de la Antártida hace ya dos años. Natural, ya que la tragedia fue enorme, y el fracaso estrepitoso, tras tantas promesas. Se supo que hasta había discutido con el profesor Moore, su más dilecto amigo (y Dyer no pertenece al tipo de gente que hace amistades a cientos), un privilegiado cerebro del departamento de geología. Tirando del hilo (todo el mundo desea enterarse de los pormenores de las cosas, y aunque no se sea cotilla, es inevitable enterarse, al final), se supo que Moore había estado persiguiendo a Dyer a lo largo de los meses. El verano pasado se dejaron de hablar. Dyer, hace cosa de un mes, terminó su muy esperada memoria del viaje malhadado al frío sur y... se largó con viento fresco. Dejó tras de si un tremendo mamotreto, solo asequible para conocedores de por lo menos tres disciplinas importantes: biología, meteorología y geología, aparte otras muchas materias menores.

El rectorado se lanzó, ávido de recuperar sus pérdidas, sobre el trabajo, que ha estado publicándose por entregas desde entonces en varias prestigiosas revistas científicas.

Y todo hubiera quedado ahí, con la deserción de Dyer si no hubiera sido porque mucha gente entre los más informados sospecha que Moore se trae algo entre manos. Parte de ello se sabe por su secretaria, a la que ha despedido de manera fulminante (la nueva, al parecer, es insobornable) Se sabe que todo ello tiene que ver con el trabajo de Dyer.

Todo queda ahí (y lo más normal es que se quedara ahí, ya que el mundo académico rebosa de estas historias obsesivas y de importancia -al fin y al cabo- menor) hasta que al señor Pooster le hace una visita el señor Armitage, director de la biblioteca.

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12/09/2013, 19:27
(Prólogo) Dr. Henry Armitage

El señor Armitage entra una tarde-noche en la que no ha parado de nevar -dicen que está nevando al nivel del mar-. Todos los sonidos que llegan de la calle están como amortiguados por la resplandeciente lluvia blanca que cae con su manto de silencio sobre los empinados tejados de la centenaria Arkham.

Dentro no es que haga mucho calor, los ahorros en calefacción están comenzando a ser irritantes.

Armitage tose, se abre paso a través de la secretaria y entra en tu pequeño despacho.

Buenos días, señor Pooster. Armitage tuvo tratos contigo durante aquel asunto de las extrañas luces en el campus. Hace bien poco que los compañeros perdidos aparecieron misteriosamente y, aunque Armitage no ha llegado a saber nada, el trato que da a Pooster desde entonces es desacostumbradamente jovial.

Me preguntaba si desearía usted espiar para mi. ¿Le apetece cambiar de aires? He, he, he... verá. Me preocupa el señor Moore. Estoy completamente seguro de que va tras algo que pudiera no ser bueno para él. Se toca la sien. Hay cosas en el cielo y en la tierra que... bien, pero es usted psicólogo, no tengo que contarle nada sobre ciertas cosas ¿verdad? Le estaría muy agradecido si descubriera para mi en qué diantres anda el profesor Moore.

Se levanta. No, no, por favor. No me conteste. No es necesario y no puedo responder a preguntas que, por otra parte, solo podrían ser satisfechas con meras intuiciones sin sentido. Soy un viejo maniático. Solamente, si me hace el favor, esté cerca de Moore, discretamente. Hablaremos en otra ocasión, si lo desea. Ahora debo regresar a la biblioteca. Hay ahí ciertos jóvenes bárbaros que... farfulla.

Se levanta, se despide con mucha educación (y entre risas, queriendo quitar hierro al asunto) y se va.

Notas de juego

Ojo con los destinatarios, que estás solo...

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13/09/2013, 11:25
Timoty Pooster
Sólo para el director

La llegada de este hombre deja preocupado ya al vez avido de saber a Timoty.

¿que diantres habrá querido decir o insinuar con eso de que Hay cosas en el cielo y en la tierra que...??? Igual esw una frase hecha, igual es capaz de saber algo que me oculta y que bien podria interesarme

Timoty se levanta rapido y se acerca al anciano.

Sr. tose, no hay problema, vere como puedo ayudarle en este tema. Tenga cuidado con los barbaros que pueda encontrarse en la biblioteca

Notas de juego

empezando...

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13/09/2013, 14:00
Alexander Peabody
Sólo para el director

Permanezco inmóvil durante unos minutos que parecen eternos, la vista fija en el punto más alto del lejano farallón, invadido por el terrible recuerdo de los sucesos que siendo tan niños nos tocó vivir allí. He vivido tantos horrores desde entonces que me resulta imposible tratar de creer en las casualidades y continuar como si nada hubiera ocurrido, aunque la tentación es fuerte, pues ¿Quién en su sano juicio querría enfrentar esas terribles visiones una vez más?...

Pero no. La casa no estaba esta mañana a la vista, de eso no hay duda. ¿Qué terrible poder, qué desconocidas fuerzas podrían dar como resultado que una cantidad de materia tan considerable desapareciera, o al menos, se hiciera invisible?. Mi primera hipótesis, que hubiera sido destruida, se desvanece, dando paso a otras mucho más inquietantes.

Una descarga desagradable que recorre mi espalda con fuerza me hace por fin salir del letargo, consciente de nuevo del  frío que penetra a traves del viejo abrigo de tejón. Sacudiendo los pies con fuerza contra el suelo, y tras asegurarme por última vez de que la vieja casa sigue bien visible, echo un vistazo alrededor. No se ve a nadie en la calle.

Tras dudar otro instante y comprobar la hora en mi reloj de pulsera, decido regresar sobre mis pasos, bajando Lea St. y tratando de recordar dónde he visto un establecimiento que tenga teléfono. Debo avisar a los demás.

Notas de juego

Estoy un poco oxidado y no encuentro el corrector ortográfico por ningún sitio, jejeje

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13/09/2013, 17:43
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

En tu casa hay teléfono, por supuesto, aunque te cuesta dios y ayuda pagar las facturas es imprescindible para tu trabajo, y para algunos de tus experimentos: de hecho, y gracias a los mismos, todas las empleadas de la centralita te odian cordialmente. Ahora mismo el único que está activo es Timoty Pooster, los demás, como no tienen su historia, todavía no están.

Por cierto que, siempre que postees, procura detallar acciones, de manera que yo pueda avanzar más... por ejemplo, es natural que te sea más bien sencillo encontrar un teléfono. Si te adelantas en algo excesivamente, no te preocupes, ya lo arreglamos editando los post. Así la cosa va más ágil.

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13/09/2013, 21:02
(Prólogo) Dr. Henry Armitage

El anciano asiente en silencio, lanza una risita alegre y despreocupada y sale del despacho agitando una mano, como no dando importancia al tema.

Notas de juego

¿¿¿Sr tose??? Se llama Armitage...

En los avances necesito acciones, si no, no es un avance, aunque el roleo siempre es esencial, of course.

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15/09/2013, 17:54
Alexander Peabody
Sólo para el director

Trato de tranquilizarme y pensar con serenidad en el largo camino de regreso a casa. Dios, ¿Es que ha vuelto a empezar...?. Intento asociar los sucesos de las últimas semanas en un intento de encontrar una pista, algo concreto, pero los pensamientos resbalan, es como si se me escapara algo entre los dedos.

Descuelgo el auricular y presiono dos veces la palanca - ¿Señorita...?, con el Sr. Pooster, en el 34..., si, por supuesto que esperaré...

Notas de juego

La intención es, obviamente, llamar a Timoty y quedar con él y con quienes estén disponibles.

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15/09/2013, 18:19
Guardián de los Arcanos

A la media hora de irse Armitage, el teléfono suena. Es ya tarde, por la noche, son las 17:00 horas calculas sin mirar el reloj. Un montón de trabajos por corregir te esperan en la mesa, y a las 18:00 tienes cita con un cliente en el pequeño estudio de tu casa.

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15/09/2013, 18:22
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Puedes ponerte con Timoty en cuanto quieras. Se supone que suena el teléfono en su estudio. Serán más o menos las 17:00...

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16/09/2013, 21:06
Guardián de los Arcanos

Enma y Patrick han recibido en su casa una tarjeta de Timoty Pooster, en cuyo reverso está escrito, en letra de imprenta:

"Mañana a las 17:30 en el despacho de la universidad"

Así que se encuentran en la entrada del campus, y van juntos a la facultad de psicología, en el área de medicina, donde también hay un pequeño hospital universitario. Patrick lo conoce bien, ya que acude regularmente a terapia con Pooster.

Es ya de noche, y cae una buena nevada. Hace frío, también en el interior del edificio, parece que se ahorra mucho en calefacción, por culpa de la crisis. Todo el mundo va vestido con su abrigo por los pasillos. A esta hora todos salen, y va quedando vacío todo. Al llegar al piso donde está el despacho de Pooster, se cruzan con el director de la biblioteca de la universidad, el señor Armitage.

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16/09/2013, 21:12
(Prólogo) Dr. Henry Armitage

Armitage sonríe para su barbita a Enma.

Buenas noches, señorita Friederick. Hace frío, ¿verdad?

Y luego sigue su camino. Parece haber salido del despacho de Pooster.

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16/09/2013, 21:14
Guardián de los Arcanos

La secretaria sale cuando ellos llegan.

El señor Pooster sigue dentro, si vienen a visitarle. Llamen antes de entrar, buenas noches.

Llaman, si, pero entran ya con familiaridad, antes de recibir respuesta. Dentro está sonando el teléfono. Pooster está sentado tras su abarrotada mesa (trabajos y exámenes formando pilas bien altas, tras las que parece estar parapetado), busca el teléfono, que parece haberse escondido, hasta que lo encuentra en el suelo, donde ha debido ponerlo para hacer sitio.

Hace un pequeño gesto a sus compañeros, antes de descolgar.

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16/09/2013, 21:39
Patrick O´Malley

Patrick responde al saludo del doctor con un vago ademán y sujeta caballerosamente una de las sillas para que Enma tome asiento, después se derrumba sobre otra de las sillas aguardando a que Timoty termine su conversación. Una nube blanquecina se forma frente a su boca a intervalos regulares debido al frio, y el hombretón no se arrepiente de llevar puestos los mitones.

Notas de juego

¡Ojo con los destinatariooooos!

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16/09/2013, 22:06
Enma Friederick

Con una sonrisa, acepto el asiento que me tiende mi amigo Gracias Patrick

Una vez sentada, dejo el bolso sujeto en el respaldo de mi silla y me arrebujo en mi abrigo, levantandome las solapas para taparme un poco las orejas

Vaya fría que hace aquí. Si que parece que están mal las cosas. digo sin dirigirme a nadie en particular.

Mientra espero a que Timoty cuelgue el teléfono y nos cuente por qué nos ha hecho llamar a estas horas de la noche, miro a Patrick Se te ve bien. Parece que la terapia te está sentando bien.

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17/09/2013, 00:26
Alexander Peabody

Hola, ¿Sí...? - breve pausa, la estática de la linea apenas permite una comunicación clara. Alguien debería arreglar eso, tal vez un condensador que corrigiera la amperancia en ambos extremos... - ¿Tim..., Tim, eres tú?. Soy yo, Peaby. Ha ocurrido algo, ¿Cómo diría?, desconcertante, esa es la palabra.

El caso es que no me he vuelto loco, te lo juro. Esta mañana la casa de la colina, sencillamente, no estaba allí. Serían más o menos las cinco, ya sabes que me gusta ver regresar a los barcos. No me lo he imaginado, la gente que desayunaba en El Ancla a esas horas estaba sobrecogida, primero la tormenta y luego eso; al principio pensé que se habría derrumbado, quizá un incendio debido a un rayo, no sé. Pero ahora sigue allí, al menos podía verla hasta el momento de entrar en casa, hace unos minutos.

Además he tenido un sueño, uno muy extraño, ¿Puedes oírme? - añado, cuando el zumbido se hace demasiado fuerte - Bien. En él sueño la casa seguía intacta, y en una de las ventanas lucía una luz como de vela. Creo que deberíamos reunir a los demás, esto podría ser importante... - finalizo, tras un momento de respiro - Estoy preocupado, Tim, preocupado de verdad.

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17/09/2013, 08:38
Patrick O´Malley

Patrick medio sonrie al oir a Enma y le susurra para no molestar a Timoty la verdad es que no se qué me ayuda más, si nuestras sesiones ó mi amiga dandose unos golpecitos en el bolsillo del abrigo del que sobresale lo que parece una petaca, por cierto, Patrick saca la petaca, le desenrosca el tapón y le ofrece a Enma un trago te ayudará a aguantar este frio, si Timoty se enrolla nos puede tener aquí un buen rato.

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17/09/2013, 10:20
Enma Friederick

Asiento con una sonrisa a la vez que acepto la petaca Muchas gracias. Me vendrá bien digo llevándome a los labios y echando un trago

Aaaggg está fuerte el jodío digo arrugando un poco la frente y meneando la cabeza a ambos lados.

Al contrario que Patrick, que ha mantenido un tono de voz más suave, yo hablo normalmente. Ya es bastante triste que te hagan salir por la noche de casa para ir al frío despacho de la universidad para que encima te tengan esperando. Lo cierto es que la confianza da asco.

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17/09/2013, 19:57
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Si sales al exterior creo que podrás ver que la casa de la colina, la del farallón, está ahí, seguro que la ves.

Estás llamando a su despacho en la universidad... él está en Arkham, a varios kilómetros tierra adentro, así que es complicado que pueda ver la casa desde la ventana ;)