Partida Rol por web

Las primeras horas de vuelo estuvieron teñidas de emoción. Sobrevolando el frente frío que cubría toda la costa este de los Estados unidos, poco pudieron ver de tierra los aeronautas.

El ruido de los motores, al principio molesto, fue tornándose monótono. Solamente los profesionales entendían su lenguaje, y este, en las primeras horas, era el tranquilizador ronroneo de un animal saludable. Los vientos eran moderados, los aviones obedecían al timón con docilidad. Durante esos momentos de vuelo sin problemas, en el Shakleton, fue Whitston quien se encargó de llevar el Boeing y Pickwell, más al tanto de los protocolos legales, atendió la radio y otros menesteres como copiloto. El tráfico era bastante denso: el cielo siempre aparecía cruzado por una u otra estela.

Las conversaciones por radio entre los aviones eran frecuentes. En este momento pilotaba el tranquilo DeWitt.

Por entre las nubes, que mediada la mañana se abrieron, se pudieron ver los enormes campos del norte de Virginia, una vez sobrepasados los extensos arrabales de Wasington. El destino de por la mañana era el aeropuerto de Columbia, en Carolina del Sur.

Nils miraba por la ventana todo el rato, al principio, interesado por las vistas. Luego, perdida la ilusión de la novedad, dejó de hacerlo.

No es tan bueno si se consigue tan fácilmente. Prefiero verlo después de escalar durante varios días ¿no es cierto? Entonces la recompensa es grande.

Field tenía los visores especialmente preparados para él en la panza, cola, laterales y cabeza del avión para poner su cámara. Eran zonas desde donde podía sacar bastantes fotografías, con un hueco donde su cámara podía ser alojada en el fuselaje, y desde donde podía jugar con los objetivos con relativa comodidad. Estuvo gran parte del tiempo echado de bruces en el suelo, contra la pared... Tenía bastantes carretes, y no tenía la intención de dejar pasar ninguna foto que valiera la pena.

Sutton, en estos momentos, debía aburrirse mortalmente. La única mujer a bordo se encontraba muy ocupada manejando inexpertamente los mandos, y atendiendo a las indicaciones y enseñanzas de su jefe. Sus habilidades de poco valían en estos momentos, sin un teléfono o telégrafo a mano, y tenía que comprimir sus gestiones en las paradas para repostar que se fueran haciendo. Había ya ordenado demasiadas veces sus papeles. Tenía ya demasiado bien planteado su programa para cuando llegaran a Columbia, más o menos al medio día...

López estaba sentado demasiado rígido al principio. El trato con gente bien no le sentaba. Su tremenda timidez y la experiencia de volar le tenían completamente superado. No abrió la boca. Se quedó en su sillón. Hizo el amago de sacar una novelita del oeste, pero lo pensó mejor y la guardó. Leyó entonces un pequeño folleto divulgativo sobre la Antártida, editado por la Universidad de Miskatonic para niños o para gentes incultas.

Desde el Enderby, Abermale hizo la petición de desviarse ligeramente de la ruta, señalando una curiosa formación nubosa que deseaba observar, y pidió a Field que la fotografiara lo mejor posible. Al parecer, con la ayuda de los mecánicos, había instalado en el fuselaje de los aviones ciertos instrumentos para medir la presión, la fuerza del aire, la humedad... diversos parámetros, con bastante más exactitud de lo que podían conseguir los instrumentos del cuadro de mandos, y estaba sacando partido al máximo de ellos. Hubo también un momento en el que pidió que leyeran las lecturas de alguno de ellos, dando instrucciones detalladas y farragosas sobre cómo deseaba que fueran anotados los resultados que se iban obteniendo. Finalmente el plan de vuelo exigió que por ese tramo se dejaran los desvíos por causas ajenas a la necesidad.

Miles, como de costumbre, toqueteaba el avión, escuchaba atentamente los motores, pedía pruebas con los mandos, maldecía, contaba chistes guarros y procuraba ser lo más malhablado posible. A las dos horas de vuelo sacó unos bocadillos con termos de café y una petaca de Wisky.

Piclwell estudiaba el plan de vuelo para todo el trayecto, que tenía pensado que durara más o menos una semana... eso si conseguían que el barco de aprovisionamiento fuera dejando en los diversos lugares de la Antártida que se habían pensado los cargamentos de combustible necesarios para seguir. A las malas tendrían que estar en Rio Grande otra semana más, esperando a que se confirmaran dichos envíos, ya que lo contrario -lanzarse a la Antártida sin saber si tenían el combustible preparado- sería una locura.

Chester estaba emocionado; nunca había tenido a su disposición tal cantidad de equipo, ni una expedición que no solamente le ayudara a manejarlo, sino que además estuviera interesada en obtener toda la información que fuera posible; en general sus compañeros de aventuras mostraban un interés entre educado y aburrido hacia sus explicaciones, pero entre aquellos expertos acompañantes se sentía como en casa.

Repasó de nuevo, extasiado, el plan de vuelo; iban a cubrir miles de kilómetros, deteniéndose en países de los que apenas había leído algo alguna vez, y el sentido de la aventura empezaba a calar en su interior.

¿Se dan cuenta? Vamos a hacer algo que jamás nadie ha logrado antes, hollaremos sitios nunca pisados por otros hombres... somos los nuevos exploradores, señores. ¡Grande es nuestra responsabilidad!

El fotógrafo trató de dotar sus palabras de cierta épica, aunque tras varias horas de vuelo la emoción por la novedad había empezado a desvanecerse.

Perfecto, siga asi. La dejo al mando unos minutos, Comandante Whitston voy a ver como esta "la carga" Y la obsequio con una media sonrisa un poco picarona. Si tiene cualquier problema me lo comunica, estare conectado a la megafonia. Enseguida vuelvo.

Buenos dias caballeros, Me acaban de comunicar que necesitamos hacer una especie de parte diario, bueno, realmente dos partes, en el que contemos las anecdotas positivas de cada tramo que recorramos. Si les parece creo que nos podemos encargar cada dia uno de nosotros, de forma que al final del trayecto hayamos colaborado todos, por supuesto esto es voluntario, aunque creo conveniente que sean los señores Sutton y Field quienes le den un repaso al texto para que quede mejor ante la prensa.

Y ahora en petite comitee.

Si tienen unos minutos necesito hablar con Field, Sutton y Miles, gracias. son solo unos detalles tecnicos, no me llevara mucho. Conecten sus auriculares en esas clavijas, son el canal dos del interlocutor. Bien al tema, ahora viene lo importante. La informacion que les voy a proporcionar se mantuvo en el mas estricto secreto, es concerniente a las dos bases de reaprovisionamiento en la antartida que necesitamos para completar nuestro viaje. 

Esas bases tienen que estar operativas en unos 2/3 dias. Son barcos que salieron desde Australia y que nos tienen que dar la localizacion exacta para llegar a ellas. En esto se encargara usted señor Sutton, una vez entregada la nota de prensa y de forma muy discreta tendra que comunicarse con Nueva york para actualizar estos datos. 

Si llegados a Chile no tenemos confirmacion nos tocara esperar.

Comentarios caballeros, ya saben cualquier aportacion sera bien recibida.

El viaje había empezado y yo esperaba que no tuviéramos ningún inconveniente con los permisos para ir de un país a otro. En principio todo estaba atado, pero si existía el papel era por una buena razón... Después de un tiempo intentando distraer mi mente de forma poco exitosa, me pongo cerca de Nils para hablar con él. - Parece que vamos a tener poco que hacer tu y yo en este avión por el momento. - Le sonrío con cara de aburrimiento. - Si no te importa, me gustaría matar el aburrimiento y la curiosidad de un mismo golpe con una pregunta. ¿Cómo se convierte un guía polar en guía polar? - Ahora mi sonrisa ya es más alegre. Me dedico a conversar con el, mostrando interés por lo que me cuenta. Aunque en muchas ocasiones mi interés es completamente fingido, ciertamente no hay muchas cosas mejores que hacer de momento.

Interrumpo mi conversación con él solo para atender a Dominique. Cuando me asigna una nueva tarea me alegro de tener algo en lo que pensar. - No hay problema, me encargaré de ello. Tengo bastante experiencia en ser discreto. Las mujeres se ponen muy violentas si se enteran de que has pasado la noche con otra. - Digo con una sonrisa pícara.

Después de nuestra reunión me dispongo a realizar un borrador para el informe que debemos mandar en nuestra primera parada:

Saludos desde la punta de la lanza. Esperamos que todo esté yendo como estaba planeado. Nosotros hemos estado disfrutando de las vistas desde las ventanillas de los aviones. Nuestro fotógrafo no ha parado de hacer fotografías desde que hemos salido, espero que haya cogido unas cuantas buenas imágenes. Todo está funcionando como debería y las previsiones son buenas. Si todo sigue así esto solo habrá sido un largo paseo por las nubes. Me alegro de poder decir que hemos empezado a tirarle la caña a esta expedición.

Con los mejores deseos de la expedición de los dementes.

Tras escribir el borrador se lo paso a Dominique y a Chester para que añadan lo que crean necesario y vuelvo a mi conversación con Nils.

Me parece bien, jefe.

Nils congela a Sutton con una de sus miradas. Después de unos cuantos días de trato uno se da cuenta de que lo hace sin intención, pero congelar, congela.

¿Cómo... ? Pues... ¿Subiendo montañas? ¿Yendo al polo? Haz eso suficientes veces y, si sigues vivo, serás guía polar. Pocas explicaciones da más. Está claro que de haber venido su hermano en vez de él, la conversación hubiera sido más amena. Pero este hombre parece como una estatua.

Me parece bien señor Sutton, yo añadiria preguntar como les va a ellos en su viaje por mar y que tambien nos preparen un informe para nosotros. Buen trabajo.

Bien señores, les dejo que disfruten del vuelo, me voy a poner a calcular el rumbo de la antartida, no lo hice antes por seguridad, bueno, hice un estudio previo para la presentacion en Nueva York y ahora voy a sacar el que seguiremos, mas o menos, porque habra que actualizarlo cuando tengamos las coordenadas de avituallamiento.

Tras lo cual doy por terminada esta mini reunion si no hay mas comentarios, cambio mi clavija al canal 1 y me comunico con Whitston.

Comandante, ¿alguna novedad? Si no le importa seguir un poco mas sin mi estare calculando un rumbo en el puesto del radio-operador. 

Saco de mi petate todos los utiles necesarios para calcular el rumbo, anoto coordenadas, tiempos de vuelo, estimaciones de combustible, porcentajes negativos por las inclemencias de la meteorologia y demas. al cabo de calcular tres veces cada anotacion doy por satisfechos mis resultados.

Whitston mejoró su dominio del avión a lo largo de la mañana. Llegando a Columbia, había sintonizado la radio para poder escuchar música, y puso por megafonía lo último que sonaba, Gerald Bright y su Orquesta, tocando la última composición de María Greever, "Cuando vuelva a tu lado"

Cuando llegó la hora de planear el aterrizaje, sin embargo, pidió la ayuda de Pickwell, que tuvo que dejar a un lado sus planos, su regla, su compás, su escuadra y su transportador de ángulos. No hizo falta que tomara los controles por los pelos. No hizo un aterrizaje elegante, pero estabais de una pieza. Ella se enjugó el sudor. El avión estaba parado.

En la sala de descanso, mientras ponían combustible a los aviones y hacían la primera revisión del viaje (Miles y Longfellow estaban, por supuesto, ayudando y supervisando), vinieron varias personas que habían sido ahí citadas. Un representante del banco para cobrar diversos cheques y documentos, y para entregar el efectivo que se iba a usar en el viaje. Había varias divisas, así como una buena cantidad de monedas de plata, y un pequeño lingote de oro. En total 3000 dólares entre unos y otros vehículos. Sutton y Pickwell, como encargados de las gestiones, estuvieron un buen rato firmando varias letras (siempre como apoderados de Starkweather, no en su nombre, aunque daba miedo firmar tantos legajos sin poder leer la letra pequeña). También había dos periodistas, de los que ya tenían firmada una exclusiva con la expedición. Un fotógrafo y un redactor, que hizo una entrevista exahustiva bajo el flash, mientras que López os traía algo de comer del restaurante del aeropuerto.

Lo último fue un mozo de la oficina de telégrafos con mensajes de varios destinatarios. De un lado, Marston, el abogado, anunciaba que ya estaba expedito el paso por Haiti, donde el anuncio de hace apenas un mes de que los Estados Unidos van a retirar el año siguiente las tropas que llevaban ahí mucho más de una década, ha aligerado mucho la tensión que existía. Sin embargo, a pesar de la tranquilidad que experimentaron todos cuando se leyó esto, seguía muy vigente el peligro que se vivía en toda la zona.

Y quedan Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Argentina... son lugares donde se supone que la cosa está en marcha, pero no se tiene realmente confirmación de ninguno de ellos.

Sutton expidió varios telegramas e hizo también varias llamadas por radio teléfono... dos horas de agonía casi sin poder comer, y con todo el mundo de los nervios, ya que la ventana de vuelo que estaba en el plan casi se acababa, y de pasarse, no podrían despegar hasta el día siguiente.

Por fin, a la carrera, despegaron los dos aviones, casi por minutos.

Y la península de Florida os recibe, tras un conmovedor anochecer rosado, despejado ya de nubes el cielo. Miami. Las puertas de América, tal y como se le está llamando desde que la compañía Pan American Airwais inició la era moderna de la aviación con los Flying Clippers de Miami Dinner Key. Si por un lado esta región entró en la recesión actual más de tres años antes que todo el mundo (gracias al huracán de 1926), la industria de la aviación está tirando ahora de este estado con brío, de manera que apunta maneras a ser la cabeza de lanza que de esperanzas a la nación.

El clima es considerablemente más suave y húmedo. Comienza a sobraros ropa. El sitio donde vais a alojaros es, en realidad, un hotel de viajantes. Muy barato, pero con una buena caja fuerte. Sutton, una vez más, tiene que trabajar casi a destajo, y se va a la cama ya de madrugada, cuando son más de las 2.

En esta época hay todavía bastante turismo, aunque sobre todo son personas mayores.

Muy temprano, a las 5 de la mañana del día 12, martes, salís al aeropuerto para trabajar en los motores. A las ocho de la mañana estáis volando ya... Os espera el caribe... Port-au-Prince, Haiti.

En la hora anterior y posterior al despegue me dedico junto a la señorita Whitston a los preparativos previos de los aviones, explicandola todo el ritual de comprobaciones, inspecciones y procedimientos. Tambien la instruyo en mecanica, avionica, tecnicas de radio operacion y vuelo, por supuesto. Ayudado por Longfellow, y Miles, que le da la nota sarcastica.

Ya en vuelo me centro mas en rellenar los "huecos" que tiene a la hora de pilotar, centrandome mas en hacerla que se suelte a los mandos, para que pierda poco a poco la rigidez de sus maniobras. En cierto modo tengo admiracion y un poco de envidia al ver que mis explicaciones las "caza" al vuelo, incluso mas rapido de lo que me costaron a mi en su dia...

...Muy bien, asi es, sienta el avion como un objeto vivo que le habla y siente. No lo maltrate con movimientos agresivos y vera que es mas facil dominarlo. Por ahora quiero que lo sienta, se oriente, note si asciende o vira de forma intuitiva. Los instrumentos por ahora estan para asegurarse que lo hace bien, tiempo tendremos para volar fiandonos solo del compas o el altimetro, pero para eso debemos dominar lo que la estoy enseñando. 

La dejo de nuevo a cargo del vuelo, quiero explicar al resto de la expedicion el plan de vuelo de la antartida que termine ayer. Cuando estemos en tierra se lo explicare con mas detalle a usted y a los pilotos del Enderby.

Salgo de la cabina y les hago una señal a los compañeros para que conecten los auriculares al canal 1, Me situo en la pequeña mesa del radio operador y conecto la radio de tal forma que nos puedan oir tambien los expedicionarios del Enderby.

Buenos dias compañeros, esta mañana les he proporcionado una copia del plan de vuelo previsto para la antartida. Como ya habran podido observar todavia no disponemos de la informacion necesaria, aun asi quiero compartir mis calculos.

Los saltos entre puntos seran de unos 1700 Km (en rojo), las zonas ralladas es donde creo que tendremos el lugar de aterrizaje. Los arcos azules muestran la autonomia maxima de vuelo.

La idea es ante todo seguridad, si por ejemplo, estamos volando al primer punto y no lo encontramos disponemos de unos 600 Km para buscarlo y poder regresar si fuera necesario, o jugarnosla e intentar llegar al siguiente punto. Esto se aplica tambien para el segundo punto. Si tienen cualquier pregunta no duden en consultarla, con gusto se la intentare despejar. Eso es todo, buen vuelo.

La aventura del vuelo antártico estaba perdiendo rápidamente su pátina de novedad. Chester empezaba a estar harto de estar encerrado en aquel cacharro, con poco espacio para moverse y que hacía un ruido de mil demonios. El fotógrafo incluso se había cansado de mirar por la ventana y no ver más que nubes, cielo, más nubes... espera, ¿qué era aquello? ¿Era un pájaro, era un avión? Ah no, no era más que otra nube. Al menos parecía que Dominique se lo estaba pasando en grande haciendo de profesor de vuelo de la señorita Whitston. Apuesto a que es otra palanca de vuelo la que le gustaría que agarrara con firmeza... Dominique apareció de nuevo en la parte posterior del avión, sacando a Chester de sus oscuros y algo vergonzantes pensamientos. Planes de vuelo, blablebli, seguridad, Blibloblu... resumiendo: más horas de vuelo por delante. Muchas más horas. Hoorray. Esto más que la Expedición de los Dementes parece la Expedición de los Durmientes - murmuró.

Los primeros indicios de problemas, esa mañana, vinieron de la mano de un comentario radiado del señor Abermale...

Pickwell, sobrevuele esas nubes, puede que tengamos una tormenta tropical.

Efectivamente, los informes meteorológicos de por la mañana daban cierta posibilidad de que se produjeran fuertes tormentas. Todo el mundo rezaba para que no degeneraran en huracanes... pero esta era, precisamente, la temporada en que se producían.

Todo el mundo miró por las ventanillas buscando el mejor ángulo posible, mientras el avión comenzaba a elevarse sobre el cielo azul.

Aquí reinaba la calma. ¿Quién sabría lo que podía estar sucediendo a ras de... ? ¿Tierra?

Estamos sobre el mar, dijo Sorensen lacónico.

Qué, ¿habéis traído traje de baño? ¿a que no se os ha ocurrido? Comentaba Miles. Pero las bromas duraron poco. El avión encontró algunos pequeños baches. Pasada una hora de navegación silenciosa, por delante se pudo ver claramente una enorme protuberancia nubosa, más o menos en el camino del avión.

La radio crepitó. El calmado DeWitt sonó por entre la estática como si comentara un partido: parece que la posición del foco está a unas trescientas millas de la costa norte de Haití, Dominique. Abermale dice que si esta es una tormenta tropical, habría que tratarla de usted... más bien parece un huracán, pero no sabemos a dónde se dirige. La radio va muy mal, por lo menos nosotros hemos perdido contacto con la costa.

El avión todavía se mueve plácidamente en esas capas altas. Un poco más de altitud y habrá que sacar el oxígeno. Las nubes toman formas fantásticas, como de ignotos continentes perdidos en el tiempo, o de esculturas delirantes que, en su imperceptible movimiento, sugieren lugares alejados de todo lo que está vivo y es natural.

Y, sin embargo, nada más natural que este suceso. Y se impone tomar una decisión. ¿Qué hacer? ¿Hacia dónde se desplaza el huracán? ¿Conviene volver a Miami? ¿Y si sigue al avión hacia ahí? ¿Ir a Port au Prince?

Comienza, por cierto, a sentirse calor. El primer bache aéreo digno de consideración sacude a los Boeing, haciendo que la cámara de Field casi salga volando por los aires.

Poco antes de que la cámara casi salte de tus manos, estás haciendo pruebas con el objetivo, por el visor de estribor del avión.

Estás siguiendo unas motitas bastante raras. Las intentas enfocar, aunque el avión se mueve mucho. Es en una de las corrientes de nubes más altas. Aparecen por entre los vapores... desaparecen. Has contado seis o siete como mínimo, pero te parece que podría haber más de treinta. Sacas varias fotos. Intentas hacer un zoom, enfocar. En un momento dado miras el objetivo y compruebas lo que ya intuías al tacto. Por el nivel de aumento, esas "motitas" deberían ser bastante grandes, muy grandes, ya que están muy lejos. Son oscuras, de tonos verdosos, quizá irisados, aunque entran y salen de las nubes, y te parece que tienen formas redondeadas y móviles.

Los relámpagos que deben estar produciéndose bajo las nubes iluminan durante un segundo esa zona transparentándola, para mostrarte una textura formada por cientos de esas formas, como glóbulos ondulando a favor de la corriente, arrastrando algún tipo de estela tras de si.

¿Una visión? El sol ilumina la superficie de las nubes, y el relámpago ha podido mostrarte cualquier cosa. Como mínimo, es un fenómeno asombroso.

Mirando a simple vista, comprendes que es imposible que los demás las puedan advertir sin ayuda.

Entendido, vamos a intentar comunicarnos con tierra a ver como esta el panorama. Si esto de complica habria que pensar en modificar la ruta y tomar tierra en Santiago de cuba o kingston, Jamaica. Les tendre al tanto.

Lo intenta. Vaya si lo intenta. Dominique prueba cuidadosamente todas las frecuencias. Parece que suenan algunas voces borrosas, pero es una falsa alarma. Hay un instante en el que se calla la estática y suena por todos los megáfonos del avión (que no estaban conectados) una especie de silbido escalofriante, que hace que la sensación de frío descienda varios grados y que a todo el mundo se le pongan los pelos de punta. Los que tienen los cascos se ven obligados a quitárselos rápidamente para no quedarse sordos. Se quedan durante varios minutos con una sensación horrible de dentera. Pero sea lo que sea que ha hecho sonar todo en la aeronave pasa. Cuando por fin piloto y copiloto consiguen ajustarse de nuevo los auriculares, se está escuchando la voz de Halperin.

...nomeno de naturaleza electro...gnética. Al meno.....so dice el profesor. ¿Me escucháis? Yo ca........edo sordo. No hemos conseg.........actar con tierra. ¿...é hacemos?

Nadie contesta a la radio. Es imposible conocer cuál será la deriva del huracán. Solo cabe que Abermale haga algunas suposiciones... y acierte.

Por el comunicador:

Me voy a acercar lo mas posible al Enderby hasta tener contacto visual, Señor field aproveche para hacer fotos de esta tormenta, al parecer es de las importantes, Señor Sutton, coja papel y escriba la palabra C U B A ? usando una hoja por letra, cuando estemos a su altura pongan una hoja en cada ventana en caso de no poder contactar por radio con ellos. Asi sabran al menos el destino.

Ahi esta el Enderby, reduzca pontencia Whitston hasta estar a su lado voy a intentar comunicarme con ellos, Sutton, todo listo por ahi atras... (tiradas, Radio fracaso. Pilotar Exito) Parece que no podemos comunicarnos, Sutton, que le hechen una mano con el mensaje  y agarrense, voy a ladear el avion para llamar su atencion. 

Doy un poco de potencia para adelantarlos ligeramente hasta coincidir su cabina con la mitad de nuestro fuselaje, doy pequeños giros a derecha e izquierda con el volante, al cabo de tres veces mantengo el vuelo en horizontal y disminuyo la potencia hasta quedarme a su altura de nuevo, esperando cualquier señal del otro avion.

Espero que lo hayan entendido...

Después de la paliza del papeleo de la tarde y noche anteriores, en cuanto entro en el avión intento dormir un rato, pero mi sueño se ve perturbado por algo más que por el ruido del avión. Parece que el viaje de hoy va a ser menos tranquilo... Me empiezo a poner un poco nervioso cuando Dominique no es capaz de contactar por radio, por lo que me alegro de que me de algo que hacer. Sigo sus instrucciones al pié de la letra, y me preocupo por darle una de las hojas a Nils, de forma que note que busco de su ayuda. Yo también espero que lo entiendan...

No tengo el cuerpo para muchas palabras. La verdad es que me siento un poco lento por el cansancio, pero me esfuerzo en mantener la calma y asegurarme de cumplir con lo que me piden.