Partida Rol por web

Mijail apareció a lomos de Nemesio pese a la recomendación del guia.

- ¿Sabes joven? Si no queremos que el viaje dure un mes no creo que aqui mi amigo se canse de llevarme.

A los lados se veia que cargaba con un par de cantaros de agua para su montura. Mijail evitó cualquier comentario relacionado con el incidente. Pensó entonces que era buena idea de todos modos llevar a Gabriel, si por cualquier cosa Sylvanna no los veia podría localizar a Gabriel. Se llevó la mano a la boca y dió un silbido largo haciendo que a los pocos segundos apareciera el can que comenzó a dar vueltas alrededor inquieto ante la expectativa de un viaje.

Así la compañia animal quedó a la espera de la salida.

Anderlius escuchó la conversación atentamente, pero no añadió nada ¿Podía quedar algo más que añadir? Únicamente asintió al reparto de vis y a la idea de mantener un fondo común para la alianza. Y aunque él hubiera dejado más parte, no quiso entrar en discusiones.

Después se levantó y siguió a los que iban a hablar con el mensajero, que parecía más interesado en reponer fuerzas que en atender a magos. Al parecer tendrían dos guías pero no demasiadas indicaciones sobre aquellos a quienes buscaban. Al menos la zona no sería desconocida.

- Convendría llevar también tres o cuatro sirvientes que nos puedan acomodar si tenemos que dormir al raso. Es aún pronto, pero después de todo es la naturaleza y es imprevisible.

Cuando ya no queda nada de comida en el cuenco el muchacho se relaja.

-Es una zona poco poblada, en los líndes de la gran area salvaje central. Yo os acompañare hasta el cruce de caminos de Spean donde nos divideremos. Luego como le he dicho a el tenéis algo menos de dos dias de viaje hasta la laguna de la serpiente.

El guia se levanta y os comenta que hará los preparativos para partir al alba. Irá el y dos hombres más como ayudantes.

Ey, que este poli es chaparrito pero si se ve.  -dio del pequeño, pero robusto equino al que todavía no le ponía nombre. 

Es para no llevar a pie cosas de carga y así.  Y este poni llegará a más lugares que cualquiera de nosotros. 

Anderlius asintió complacido. No parecía importunado por la idea de caminar. Cuando acabó la conversación se quedó un momento, por si sus compañeros querían comentar algo más, antes de retirarse a preparar el viaje.

Se dirigió a uno de los hombres de la alianza

- Ordena que preparen raciones para al menos ocho días. Preparémonos para salir al amanecer

Asintió a las palabras de Anderlius. Llevar raciones de viaje les permitiría avanzar más rápido sin tener que buscar comida.

- Nos vemos al amanecer. – dijo a modo de despedida antes de marcharse a preparar las cosas para el viaje.

1-3 muy malo

4-6 malo

7-9 regular

0 bueno

El día amaneció totalmente despejado, algo que levanto los ánimos de vuestros acompañantes poco deseosos de acompañaros en el viaje. El variopinto grupo despertó el interés de los pocos trabajadores que quedaban en la alianza, muchos regresaban a sus casas para pasar el invierno quedando solo los que vivían de forma permanente con vosotros. Rumbo al este el mensajero viajaba a pie llevando de la rienda a su poni, hablaba con vuestro guía, mostrando interés por los lugares que pasabais.

Ya en el segundo y tercer día las cosas cambiaron, con tremendos aguaceros que embarraban el terreno y dificultaban el avance. Durante el viaje no sucedió nada de interés, algunos de vosotros conocíais la zona y lo escasamente poblada que estaba. Al final de la tercera jornada os acercabais a una de las dos vías principales que iban de norte a sur, en concreto a un cruce de caminos de dónde también había una rama que iba al este.

-Bueno, aquí nos separamos- dijo el mensajero.

Vuestro guía os comenta que iréis por el camino principal hacia el norte un día y luego hacia el este hacia la laguna.

Gracias Kendrik.  Recuerda siempre, la libertad es lo más importante de todo.   -Esperaba se le quedara grabado. 

Se despidió y siguió con todos el camino.  Mientras, le preguntaba al guía de Atholl.  ¿Qué historias te sabes de este camino?  

No tuvieron muchas dificultades en notar como una majestuosa águila real les seguía a partir del tercer día, al fin y al cabo el camino era mucho más fácil para la Bjornaer. Los ocasionales aguaceros la obligaron a guarecerse en las copas de los arboles, pero sin mayor inconveniente.

Sagittarius pasó la mayor parte del viaje junto a Kendric y nuestro propio guía para aprender cuantos detalles pudiera sobre el camino que les esperaba más adelante. La lluvia no era una incomodidad excesiva para él gracias a las Plumas de Pato, pero el barro les retrasaba un poco la marcha y hacia que fuese más fatigosa. Le alegró ver a lo lejos la figura de Sylvanna. Ya se acercaría finalmente de nuevo a ellos cuando se sintiera preparada.

- Gracias por tu ayuda, Kendric. Que los dioses y la fortuna te sean propicios. – se despidió de él aprovechando el breve descanso para la despedida.

Anderlius asintió y despidió a Kendric

- Gracias por tu guía hasta aquí. Que tu viaje de regreso sea tranquilo. Di a los señores que iremos personalmente a dar el informe sobre lo que encontremos de las actividades de los magos

Parecía que Kendric y nuestro guía habían hablado durante todo el viaje y era competente así que contábamos con instrucciones precisas para llegar al lugar donde debíamos buscar.

Mijail había pasado el viaje mayoritariamente en silencio. Sus compañeros ya hacían las preguntas por el, así que no había necesidad de preguntar dos veces. No por ello siendo menos descortés con el guía.

Internamente solo esperaba que la tensión existente con Sylvanna no afectara al rumbo de la misión.

Finalmente llegó el momento en el que Kendric los abandonaba. Se bajó de Nemesio y le tendió la mano.

- Que tu viaje sea seco y seguro.

Le dijo a modo de despedida. Una vez se hubo marchado se acercó al borde del camino mirando en la dirección a la que se suponía que tenían que marchar. Apoyó su mano en un arbol y, en un gesto que os sorprendió pues nunca habiais salido de viaje con Mijail, acercó su oreja al arbol.

Tus sentidos sobre la naturaleza te indica que el camino del norte es la vía más segura. Es fácil de seguir y encontrareis varios arroyos donde tomar agua. Al menos durante hoy y mañana el clima no será peor.

Al llegar al cruce de caminos el mensajero dio un apretón de manos al guía y se despidió alzando la mano mientras se alejaba en su poni, evitando con rapidez el gesto de Mijail. El camino hacia el norte era una de las vías seguras del reino, o al menos lo era tras una especie de acuerdo entre los clanes y el rey. Claro está que no todos cumplían ese pacto y siempre había bandidos en cualquier momento.

Os cruzasteis con varios grupos, todos bastante numerosos, pastores con grandes rebaños acompañados de hombres de armas. Os dirigían miradas curiosas mientras alguno conversaba con vuestros acompañantes intercambiando noticias mundanas del norte. Otros grupos más pequeños se apartaba algo del cambio para evitar cruzarse con vosotros.

Se acercaba el atardecer de la cuarta jornada, el cielo se despejaba de nuevo tras un intenso aguacero cuando os aproximabais a una aldea, o al menos a varias cabañas dispersas a ambos lados del camino.

Cerca del camino hay un hombre, cuando os ve se acerca a vosotros con una gran sonrisa y haciendo una exagerada reverencia os saluda.

-Saludos nobles magos, voy a emprender un viaje al sur y no tengo alimento suficiente. ¿Serían tan bondadosos de compartir algo conmigo? - pregunta tendiendo una mano abierta.

Tiene un aspecto algo desaliñado, pero sus ropas están limpias.

¿Estas son todavía nuestras tierras? -le preguntó al guía y sus sodales mientras evaluaba las reacciones a ellos en el camino.  No era muy diferente a cuando era chica. 

Si es así, pues, habíamos de irnos a dar a conocer más también entre estas gentes.  No sólo concentrarnos en los tolerantes a nuestro Don allá cerca del castillo o la costa. 

Lo cierto es que a Caledonia tenía la versión suave del Don, lo que facilitaba su labor como curandera, pero aún así, le tomó temporadas del año pasado aumentar el reconocimiento a la Alianza como algo bueno para la gente del lugar.

Y por eso, al llegar el viajero, lo observó primero por signos de salud, a la vez que sacaba un pan del morral para dárselo.

Tome buen hombre.  A ningún viajero se le niega el pan.   Añadió un trozo de queso.   ¿Agua tiene? 

Se sentó en una piedra, invitándolo a detenerse un momento, y examinando al hombre y sus alrededores también.  Y dígame, ¿que lo trae viajando por acá?  ¿Cual es su nombre?   El mío, Caledonia, buen señor.