Partida Rol por web

Vuestro guia y los ayudantes han encontrado otro refugio, seguramente tendreis que pagar algunas monedas debido a la reticencia habitual con los magos.

Sylvanna sigue en forma de águila, mientras Sagittarius os sigue a cierta distancia, algunos de los restantes acompañan al viajero a su refugio. El dueño parece haber aceptado que os quedeis esta noche pero espera un pago a cambio.

El hombre se acurruca en un rincón y comienza a hablaros, sobre todo con mucha curiosidad preguntando a cada uno y cosas de vuestra magia. Se nota que ha tenido contacto con la magia, pero su conocimiento es rudimentario y desestructurado.

Caledonia entró de buen gusto.   ¿En algún lugar nos tenemos que quedar, no?  

Pagó de adelanto sus monedas y continuó una charla amena, buscando saber más antes que revelar mucho.   Es una pena señor que apenas re-iniciando su viaje, la lluvia lo hubiera vuelto a regresar a la posada.  Bueno, a menos que el potaje aquí sea especialmente bueno, jajaja.

 A las preguntas sobre magia, se limitó a hacer lo que hacía siempre en los pueblos de su Alianza: ampliar su buena reputación y dejarlos tranquilos de que serían más ayuda que problema.

Si señor, soy herbolaria y curandera, si.  Uy, si, mucha gente he atendido allá, en las faldas de las Highlands.  ¡Mucho niño nace, jaja, si, bendiciones todas ellas!     Más por allá me muevo, si, al sur de las tierras de los Mac Lean y los Mac Dougall, y un poco al oeste de donde los Mac Gruagach.   Referencias obligadas por conocidas, tres clanes relevantes de la zona, pero no demasiados detalles. 

¿Alguna dolencia aquí?  -Aproveche mis descuentos por hospedaje, ¿eh? jeje.  

Mijail se sentó esperando por la sopa que había pedido.

- Bueno... no todos usamos magia ¿Sabes? Aunque bueno, todos somos magos de un modo u otro...

Dice dando un largo sorbo a su vino. Mira como Caledonia toma las riendas de la conversación y decide dejarla en sus manos. Paralelamente se dedica a observar la taberna.

Con cierta reticencia entré en el cobertizo y me uní a la conversación, aunque revelando menos detalles sobre nuestra propia Alianza que Caledonia, incluso traté de redirigir la conversación cuando podía esta dar demasiados detalles. Traté de llevar la conversación a aquel misterioso hombre que aún no nos había dicho ni su nombre, a su conocimientos de la magia y al mago tan poderoso del que nos había hablado.

Anderlius entró tras el anciano y pagó sus monedas y se acurrucó no muy cerca de él, pero sí claramente a la vista. Desde allí apenas habló, pero le observaba continuamente*, serio y en silencio. 

El pequeño cobertizo apenas os permite tumbaros cómodamente. Vuestro compañero se llama Neakail, presta atención a lo que le cuenta Caledonia preguntando por su milagrosas curaciones. Al cabo de un rato de dar vagas explicaciones sobre el y evitando la mirada de Anderlius termina por empezar a relatar sus últimos días con nerviosismo.

-Estuve hace una semana con el mago del que les hablé. Lleva un colgante con ese símbolo y es el mago más poderoso que he conocido. Por la noche le canta a las estrellas con sus seguidores, algunos de ellos deben tener poderes o alguna habilidad especial como yo. Montaron un gran campamento hacia el este, cerca de un conjunto de piedras antiguas. Ellos ya estaban recogiendo todo para partir y yo vine aquí para proseguir mi camino.

Se toma un respiro para calmarse.

-El busca a otros magos, preferiblemente jóvenes que tengan interés en seguirle. Yo, no estaba seguro de que os interesase.

Al ya prepararse para el descanso, de una manera inconspicua, salió Caledonia a recitar un hechizo formuláico, aprendido de su grimorio, que le permitiría saber si eran espiados por alguien mágico o no.

Revelando el ojo invisible...

Después, regresó con los demás.   Escuchó al viajero que fortuna quizo que encontraran.  Al hablar este del mago, le pidió que si podía acordarse de algunas palabras del canto que hacían.   Usó todo su conocimiento de la Orden y de la magia no-hermética para identificar la tradición.  Claro, sus conclusiones las cruzaba con sus compañeros, de manera discreta.

¿Y qué habilidad tiene usted, Neakail?  ¿Es por estas que llegó allá a quedarse un tiempo? 

¿Sabe hacia donde se dirigían el mago y sus seguidores?

- Hace una semana… - repito tranquilamente con una sonrisa – Han tenido tiempo para mover su campamento lejos… - como indicación a la pregunta de Caledonia, aunque si eran muchos serían fáciles de seguir desde ese conjunto de piedras antiguas.

- Recuerda, ¿Cuántos seguidores tenía cuando lo vio? – sería útil saber a cuantos se podían tener que enfrentar. Una banda de brujos.

Sylvanna se mantenía fuera en la copa de un árbol observando los alrededores por si aparecían desconocidos por si había algún animal en los alrededores con una conducta fuera de lo común.

-Oh si, un grupo numeroso sin duda, alrededor de cuarenta y con varios hombres de armas. Cuando nos separamos me dijeron que iban hacia el norte.

Se queda un rato pensativo ante las preguntas de Caledonia mientras sonrie.

-Yo siempre he sabido que tenia una habilidad especial, él me dijo que eran las estrellas que me hablaban, ahora me gusta salir por la noche para verlas. Si, creo que las estrellas me guiaron hasta donde estaban.

¿Y las estrellas te guiaron hacia nosotros Nekail?  -le sonrió. 

¿A qué vas tú al sur? 

-Si, me guiaron hasta tí. Lástima que tenga que proseguir mi viaje, un pariente me espera cerca de Stirling. Pasaré el invierno con el, pero seguramente en la primavera volveré. Si me decís donde puedo encontraros os buscaré el año que viene.

- Puede buscarnos en Acharacle. – dije adelantándome a Caledonia – Alguno de nosotros suele acercarse a las fiestas de Mayo.

Aquel era un pueblo lo suficientemente cercano a la Alianza como para que nos llegara el aviso en un par de días de viaje, pero no revelaba nuestra ubicación exacta, lo que nos daría tiempo para prepararnos si aquel acababa resultando un problema para la Alianza. Dándole una fecha cuando podernos encontrar, daba a entender que no era cuestión de que tuviéramos lazos con aquel pueblo.

En definitiva, esperaba que fuera una respuesta que dejase abierta aquella puerta, pero no nos comprometiera. Si tenía el Don, quizás pudiera llegar a convertirse en un aprendiz a pesar de su edad.

A mi se me hace que este es el "mago poderoso", bajo disfraz.  -pensó Caledonia. 

Le siguió a Sagittarius la idea.  Y si las estrellas lo llevaron a encontrarnos, lo harán de nuevo, para esas fiestas.  

Claro, siempre puede darnos un pedacito de su tela o un par de cabellos, con eso nos aseguraremos más de saberlo encontrar. 

Se paró a tomar un trozo de pan y otro de queso. 

Ahora bien, con tanto tiempo con ellos, ¿a que se dirigían al Norte?  Que con gente de armas sólo se busca o fundar o conquistar.   ¿Cuales habrán sido las ideas que llamaron a tantos jovenes a su lado? 

Las palabras de Caledonia le dieron una idea. Quizás un águila pudiera atacarle de improvisto y arrancarle un mechón en la contienda. Había animales muy extraños.

Más tare se escabulliría para hablar con Sylvanna sobre ello.

Con las primeras luces del amanecer aparece vuestro guía para despertaros. Neakail se despide de vosotros, parece que no tiene prisa por marchar, mientras que por vuestra parte tenéis un largo camino hasta la laguna de la serpiente.

Una llovizna con viento os acompaña durante todo el camino, vuestros acompañantes aprietan el ritmo mientras el guía confiado avanza sin descanso. Desde el aire Sylvanna avista la laguna, que discurre de forma serpenteante entre dos montes. Seguís las imprecisas indicaciones de Nekail hasta que, ya cerca del anochecer, dais con un conjunto de piedras algo alejadas del lago. Tiene que ser ese el lugar, hay restos de un campamento a un centenar de metros, con multiples huellas y un rastro claro en dirección al noreste.

Mijail se había levantado pronto como era costumbre en el y estaba listo para marchar. El camino no fue largo en exceso lo cual fue de agradecer con la lluvia cayendo sobre ellos de manera constante. Cuando se arrimaron al lago encontraron aquel circulo de piedras.

- Parece que estaban aquí...

Se desmontó de Nemesio al que dejó bebiendo a la orilla del lago y se acercó a mirar el campamento buscando cosas como el numero de huellas, utiles usados y toda información que pudieran darle los restos.

- Mmm...

Va, te ayudo Mijail.  -Lo de Caledonia iba a ser buscar claves sobre las tradiciones de este grupo de magas y magos.   Iba detrás de runas marcadas, ofrendas, muérdagos y bálsamos, restos de papiros, pergaminos, metales o estatuillas. 

Todo servirá para saber quiénes son y qué quieren. 

Obvio, lo primero será saber si no habían dejado ninguna vigilancia, mundana o de otro tipo, en este lugar. 

Sylvanna no continuó con sus compañeros para ella en su forma alada era muy fácil alcanzarlos más adelante, en lugar de ello se quedaría vigilando y observando a Neakail. Aquel hombre era el más interesante de los por ahora descubrimientos de los herméticos en aquellas tierras extrañas.

La despedida fue pacífica por lo que nos fuimos sin una Conexión. Habría que confiar en que Neakail no fuera el verdadero enemigo.

Continúe en silencio tras invocar las plumas de pato para no mojarme. Seguí los pasos de Mijail y Caledonia para inspeccionar la zona y buscar restos de las personas que acamparon allí y su rastro para seguirlos.