Partida Rol por web

Tras el ataque y viendo como las tiendas estaban separadas del resto Sylvanna se acercó en su forma natural para deslizarse por debajo de la tela de la tienda del maestro. Si estaba cansado y herido se dormiría en breve, y sino ella misma le induciría en un dulce sueño mágico para poder echar un vistazo al contenido de la tienda. La gran ventaja de la Orden es que contaba con el secreto de la parma, ser un hechicero de fuera de la orden dejaba a aquel "maestro" indefenso ante las artes de la Bjornaer.

Aprovechas la oscuridad para acercarte a la tienda del maestro, todavia hay cierta confusión en el campamento por lo sucedido y la gente está distraida hablando o mirando hacia las ruinas. Dentro de la tienda ves a un hombre tendido de espaldas sobre una lona, está profundamente dormido y de momento no necesitas hacer uso de tu magia. En el interior te llama la atención varios astrolabios, algunos de ellos extraños para tí a pesar de tus conocimientos. Tras un breve registro llama tu atención un cofre de madera cerrado con un extraño mecanismo, no parece muy pesado y tal vez podrias llevartelo. Intentar abrirlo puede llevarte más tiempo, la escasa luz y el evitar hacer ruido puede complicar la tarea.

La joven Bjornaer sonrió con la inocente malicia de una niña pequeña, sin hacer ruido alguno invocó La Maldición de la Carcoma, un sencillo hechizo que conocía desde sus tiempos de aprendiz. Le resultó muy fácil hacerlo sin moverse ni tan siquiera pronunciar palabra alguna, así podría inspeccionar el interior del misterioso cofre.

La madera se deshace sin apenas hacer ruido, del interior cae rodando una esfera. Instintivamente la cojes antes de que caiga al suelo, es como una pequeña bola de hielo, pero es liger y no está fria al tacto.

Si es lo único que había en el cofre la tomo entre mis garras para volar de vuelta al campamento.

-Viajamos por muchas regiones, ahora tenemos nuestro campamento allí- comenta despreocupadamente mientras señala en dirección al campamento que visteis. -Tenemos que cazar alguna pieza antes de volver, si queréis podéis pasar por el campamento, decid que vais de parte de Eric.

Dicho esto, hace un gesto con la cabeza y se marcha con su compañero.

- Claro, gracias. - les dije con educación - Quizás sea mejor que busquéis otra presa. Aquel jabalí parecía saber apañarselas bien. - les sugerí antes de que se marcharan.

Una vez se hubieron ido, miré al resto del grupo.

- Iré a conocer a ese grupo. - anunció tanto para informarles como ofrecimiento para que le acompañaran.

Anderlius se quedó realmente sorprendido por la facilidad con la que el gigante había cambiado de actitud y había abandonado la pelea.

- ¿Vieron eso? Estaba dispuesto a matarlos a todos y de repente se calmó y sin mediar palabra se fue. ¿Cómo es posible?

Trató de acercarse a las ruinas sin ser visto a ver quién había provocado esa luz y cómo. Después volvió al campamento y descansó.

- Yo te acompañaré Sagittarius, quiero conocer a esa banda. Parecen bien organizados, no únicamente un grupo de magos.

Antes de que sus compañeros se marchasen el águila chilló con fuerza para atraer la atención de sus compañeros, tras lo cual se alejó un poco esperando que la siguieran. Una vez lejos en un lugar más seguro Sylvanna recobró su figura femenina, la desnudez no le causaba rubor, además de que su larga melena de color cristal le tapaba las pechos. Si algo llamaba la atención más que su cuerpo era una pequeña orbe de cristal totalmente perfecta que brillaba en una de sus manos. Se la ofreció a Sagittarius para que este pudiera examinarla.-Se la robé a su líder mientras dormía, creo que uso esto para repeler al gigante, pero no pude verlo bien en el caos de la confusión. El hombre quedó extenuado y una vez dormido tan solo tuve que esperar el momento propicio. Si queréis conocerles y averiguar más yo me quedaré al margen custodiando el orbe, por cierto su líder también portaba un colgante con el mismo símbolo que el hombre del camino.-

La vara vibra al acercar el orbe a ella.

La joven maga sonrió encantado al ver que había logrado recuperar lo que buscaban sin necesidad de entrar en conflicto.

Mijail los había seguido observando la escena. Asintió cuando Sagittarius sugirió ir a conocer al grupo y de igual manera ante la sugerencia de Anderlius. Si... era extraño que de pronto el gigante hubiera detenido el ataque por que si. Pronto sin embargo Sylvanna llegó con la que parecía ser la respuesta. Extendió la mano solicitandole el cayado para echarle un vistazo.

-Como las hadas tienen un extraño sentido de la verdad y la mentira no veo mal que contrastéis la información de ambas partes. Mientras yo la tenga, no me atraparán con ella, eso es seguro, ahora debéis decidir vosotros.-miró a Anderlius y a Sagittarius, al fin y al cabo eran ellos los que iban a correr el riesgo. En cierto modo se notaba que Sylvanna en ningún momento se había dirigido, ni tan siquiera le había dejado tocar el orbe a Caledonia, era obvio que le seguía guardando rencor y su reciente triunfo solo hacia que la mirase desde arriba. Aunque su carácter jovial le impedía lanzarle chanzas, no evitaba que dejase a la Merinita totalmente de lado.

Yo regresaría con el orbe a dejárselo a las hadas.  -fue su posición clara. 

Sonreí y asentí a Sylvanna con esa expresión de “bien, hecho”, lo que me ayudaba a evitar dirigir demasiadas miradas indiscretas al cuerpo desnudo de la Börjnaer; los magi no somos de piedra.

- Muy bien hecho, Sylvanna. Eso parece que es el corazón que buscábamos. Es importante mantenerlo lejos de estos magos, pero devolverlo no será suficiente; nada les impediría regresar a robarlo de nuevo más adelante. – razoné – En cuanto se den cuenta de que les falta se volverán más hostiles. Probablemente nos acusen de habérsela robado al ser unos extraños que llegan a la vez que les falta lo que buscaban, pero necesitamos saber que le robaron ayer al gigante y por qué los han estado robando. – concluí.

- Vinimos aquí a investigar el comportamiento de los magos. Que ayudemos a lor faeri si es compatible no es problema, pero no debe hacernos olvidar nuestro objetivo principal.

Permaneció callado y cuando vio que los demás parecían esperar que continuara simplemente añadió. 

- Mi intención sigue siendo ir al campamento, aunque sea arriesgado.

Asentí a Anderlius.

- Iremos juntos, como habíamos acordado. - le confirmé.

Sylvanna asintió tomando el orde con su mano para luego volver a su forma de águila, en una de sus garras se podía ver la esfera bien apresada. La Bjornaer sobrevoló la zona vigilando siempre a sus sodales desde lejos, quizás no les podría escuchar pero los tendría a la vista en todo momento. Desde la seguridad de la copa de un árbol se quedó posada vigilante, en caso de apuro siempre podría dejar el "corazón" en algún nido abandonado para recuperarlo más tarde.