Partida Rol por web

Más vale una buena boda que un buen entierro (I)

III. Encuentros

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15/02/2014, 05:29
Ladia De Taramundi.

Me acerco, lentamente, con el fin de no despertar a aquellos que se encuentran dormidos, al roble en el que mi compañero de imaginaria se encuentra recostado.

Una vez allí, hablo con voz tenue, para no entorpecer el que algún sonido pueda ser escuchado.

- Iñaki, creo que, después de todos los extraños acontecimientos sucedidos desde nuestra llegada a estas tierras, y, sobre todo, después de lo acontecido esta tarde, con esa criatura parecida a un gigantesco lobo y con los cadáveres revividos, deberíamos hablar. - Hago una pequeña pausa para dar tiempo a que mi interlocutor se centre en lo que acabo de decir. - Creo que Vos sabéis mucho más de lo que nos habéis contado, y os ruego que, por favor, me digáis todo lo que conocéis sobre este asunto. - Hago otra pequeña pausa para dejar que mi dialogador recapacite. - Si antes no dijisteis nada, quizá por temor a ser tachado de loco, o de algo peor, ahora es el momento de poder hacerlo, pues, a parte de mí, nadie más puede escucharnos, y, os puedo asegurar, que yo soy de fiar. ¿Qué es lo que está ocurriendo, Iñaki?. ¿Por qué han aparecido esas criaturas?. ¿Tiene algo que ver la anciana que irrumpió en el castillo?. -

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15/02/2014, 06:11
Natxo de Otazu

Ya había escuchado la conversación de Ladia con el "Noble" y la verdad es que no había sido de mi agrado oir esas palabras. No iba a decir nada que hiciera que ese arrogante se llevara algo de gloria por resolver ese dilema. Y más cuando era algo tan claro que sus obtusos ojos no podían ver.

-Si estamos hablando, no podremos oir cuando llega peligro neska

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16/02/2014, 14:07
Ladia De Taramundi.

- Si hablamos con un volúmen normal de voz, está claro que no oiremos si se aproxima algún peligro, pero no creo que si hablamos susurrando, interfiramos demasiado en nuestra capacidad para poder detectarlo. - digo, alzando un poco la voz, pero no lo suficiente como para que deje de ser un mero susurro, visiblemente enojada por la negativa de Iñaki a querer contarme nada. - ¿Por qué os negáis a hablar conmigo?. ¿No os dais cuenta de que, al hacerlo, ponéis en peligro, inutilmente, nuestras vidas?. Lo que pueda ocurrirle a los nobles me da igual, pero no lo que pueda sucederle a Euxeo, a los soldados, a Vos, o a mí misma. Os lo pido por favor, Iñaki, contadme qué está ocurriendo realmente aquí. ¿Qué tiene que ver Agaliaretph en todo esto?.-

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16/02/2014, 14:57
Natxo de Otazu

Miro a la mujer mientras suelta toda esa palabrería. Parece que no entendía las indirectas, por lo que decido guardar silencio mientras sigo haciendo mi guardia. Controlando que todo lo que se oye, se siga oyendo, y nada nuevo se oiga por nuestro derredor.

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16/02/2014, 20:11
Director

Nada más que decir tenía Iñaki, y a pesar de las indirectas que mostráble a la de Taramundi, parecía ésta no entenderla; o tal vez sí, pero ello insitía constantemente. Sin embargo, el hombre del cayado nada dijo, sino que oteó la negrura y la niebla, y finalmente Ladia se acurrucó con su esposo, sin oder oir nada de la boca de Iñaki, ni una confesión, conocimiento, secreto o aportación. Era el turno de vigilancia de éste.

Notas de juego

Ladia duerme.

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16/02/2014, 20:24
Director

Fue en éstas que Iñaki quedose dispierto, vigilante. Nada se veía, excepto los clamores de los animales nocturnos o el aleteo de la hojarasca moviendose en el suelo, procedente de las hojas de los árboles. Sin embargo, al cabo de unos quince o veinte minutos (y ya en plena y adentrada noche), oístes un gemido bien pronunciado, y en cuestión de un segundo, a una o dos varas delante de ti vístes el espectro de un hombre..., ¡era Ibai, el cazador! Aquella fantasmagórica vision no era sino pálida y desfigurada, ¡horrenda!

En lugar de ojos tenía dos llamas diminutas y danzarinas, como moviéndose dentro del párpado cual potente luciérnaga roja. Sin embargo, al instante desapareció, y en su lugar apareció una hermosa mujer, desnuda, cuyo cabello era largo y dorado, su piel pálida y sus ojos negros y brillantes, acompañados de labios sensuales. Fue entonces cuandos se acercó a tu oído y te susurró... "¡ I-ÑA-KI !"

No supiste cómo, mas tu cuerpo se movió unos pasos hacia aquella mujer, la cual te besó en los labios y te abrazó con suma pasión. Sin dilación alguna, y creyendo que estabas en algún idílico paraíso (y no en aquel bosque navarro) la dama te condujo hacia la orilla del río, donde, sin palabras y tras unas caricias y arrumacos, hicísteis el amor...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Iñaki, súmate 4 puntos en IRR / resto 4 puntos en RAC

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16/02/2014, 20:38
Soldados del Castillo

El tiempo de guardia pasó, y en aquella hora, muy próxima a la amanecida, el ballestero del Barón de Landarria habria de hacerla. Lo normal es que el del turno anterior lo despertase, o al menos le diera un toque en el hombro para hacérselo saber. Sin embargo, el ballestero se despertó por su propio desvelo, debido al frío que provocaba la niebla. Sus ojos se abrieron algo desorientados, y enseguida acusó su manta, a la cual no pudo volverse a remitir porque tenía que vigilar. Se incorporó, y aún sentado en el suelo, con la manta cubriendo sus piernas cogió su ballesta puesta en el suelo y el carcaj con los virotes, hasta que cargó uno. Luego se izó, se sacudió la hojarasca de las ropas y echo un vistazo al grupo. En esos momentos se percató de que nadie le había despertado, pero no fue lo único; ¿dónde estaba el anterior vigía? ¿Dónde estaba Iñaki?

El ballestero pensó que había ido a mear, o ha hacer de vientre tras algún árbol cercano, más la niebla no dejaba ver tres pasos de "acá a allá", con lo que ir a buscarle para avisarle del cambio de guardia sería inútil, por lo que decidió esperar su regreso. Sin embargo, diez minutos estuvo haciéndolo, y el ballestero comenzó a preocuparse. Fue entonces cuando dio una vuelta al perímetro de la zona (sin alejarse demasiado): ¡¡el extraño tipo de la capa verde no venía!! Tras maldecir una y otra vez entre susurros, pasarse la mano por la frente y levantar en alguna ocasión su ballesta (por pura sugestión), el soldado avisó al grupo.

¡Eh! ¡Despertad! -dijo primero a Euxeo y Ladia, tocándo sus hombros con fuerza-, ¡Don Diego, Don Sancho!, ¡Ese tipo! ¡Iñaki, o como se llame!, ¡No está! ¡¡Despierten!!

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16/02/2014, 20:46
Director

Notas de juego

Iñaki, de momento no postees nada hasta que yo te avise. Mantente a la espera ;)

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16/02/2014, 20:55
Diego de Zúñiga

Desperté con sobresalto, pues realmente había caido dormido como tronco muerto. ¿Había desaparecido aquel que en principio dióme mala espina? ¿Acaso habíaselo llevado el Gaueko en plena noche sin que non diéramos cuenta? Quizá internárase en la arboleda de manera inconsciente et luego non encontrara el camino de vuelta, pues la niebla que cubría aquella fronda non era moco de pavo.

Díle muchas vueltas al asunto, et barajé muchas posibilidades; desde que el Iñaki tuviera algo que ver con aquella viejuna a la que buscábamos hasta que viérase atraido por el Gaueko et sus misterios. Aquel era un hombre raro, parecido a muchos con los que había yo tratado tiempo ha, et aquello intranquilizábame.

Dirigíme a Ladia antes que a nadie, pues por lo que sabía, ella debía ser la última en fablar con el Iñaki. - Decidme mujer, ¿que habedes fablado con Iñaki? Agora non está con nos, et témome que sea cual sea el motivo es mal asunto. -

Esperé su respuesta antes de entablar conversación con el Barón con el fin de idear un plan de acción.

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16/02/2014, 21:11
Director

Notas de juego

Cabe decir (y recordar) que, visiblemente, la niebla aún persiste y que, al dar dos o tres pasos, dejarías de ver a alguien por completo (es muy densa, espesa).

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18/02/2014, 00:55
Ladia De Taramundi.

- De nada puedo deciros que hablé, Don Diego, pues el muy terco nada se digno a contarme de aquello que pudiera saber. Su boca permaneció completamente cerrada durante todo el tiempo que estuve con él, igual que si se la hubieran cosido. - digo, en respuesta a la pregunta formulada por el noble, todavía enojada por el comportamiento del que Iñaki había hecho gala antes - Sólo sé que, cuando regresé al lado de mi esposo, él todavía permanecía en su puesto de vigilancia. Qué ha podido ocurrirle, o dónde se encuentra ahora, es algo que desconozco completamente. -

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18/02/2014, 10:06
Director

El Barón tardó en despertarse. Con el aire señorial que desprendía (y como Barón que era) tenía siempre el sueño profundo, ya se encontrara en su alcoba con la su esposa en un bosque con tanto misterio y neblina... Y fue el úlitmo en levantarse, después de Euxeo, Ladia y Diego.

Tenía aún legañas en los ojos cuando oía nosequé y nosecuántos de ese Iñaki, y de que había perdido algo, o que se había perdido él ¿¡qué diantres pasaba!? Aún con los ojos medio cerrados, vistiéndose como podía y levantándose del suelo con gran pesar (en todos los sentidos), miró hacia un lado y hacia otro, aún siendo de noche, aunque ya algo más clara...

Y no mostró rostro de disgusto alguno por la pérdida (y no porque no le importara Iñaki, sino porque como súbdito que era, o incluso villano o extranjero, tornó la misma cara como si haciendo de vientre fuera, como si escuchando homilía estuviera, o como cualesquiera otra cosa de común le adviniera). Entonces, según dijo, fue a lavarse un poco al río, haciéndose engullir por la neblina.

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18/02/2014, 10:16
Sancho de Landarria

¡Don Diego! ¡Don Diego! ¡VENGA AQUÍ! -la voz de Sancho de Landarria atravesaba la niebla, y por el sonido no estaba muy lejos-. Enseguida el grupo se guió en dirección de la misma, y a pocos pasos, vio que el Barón estaba en la orilla del rio, que corría velozmente.

Allí todos vieron la escena: Iñaki estaba en la misma orilla, como dormido y hecho un ovillo. Estaba semidesnudo, y sus ropas no estaban bien ceñidas a su cuerpo, como si alguien las hubiera levantado, desatado, etc. Éstas, además, incluidas sus botas estaban llenas de barro.

Notas de juego

Ya podéis poster todos.

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18/02/2014, 10:16
Director

Lo cierto es que no supiste si aquello fue un sueño o no, si fue fruto de tu imaginación, de la sugestión, o de Dios sabe qué; más tu mente pareció ver, en realidad o en sueño, a esa mujer desnuda.

(De momento éso es lo único que podrás asegurar).

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19/02/2014, 09:59
Diego de Zúñiga

- Válgame Dios. Aqueste hombre debe caminar en sueños, pues non encuentro sentido a esto. - Et tras ráscarme la barba ordené a Euxeo; - ¡Euxeo! asistid al omne, recogedle et darle abrigo, pues niebla et agua es caldo de pulmonía. - Miré al Barón algo desconcertado, et encaminéme hacia él...

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19/02/2014, 10:03
Diego de Zúñiga

Acerquéme con cierta intranquilidad al Barón, et fize también que Ladia acercárase. - Don Sancho, aquesto non me gusta. Juraría que nadie ha acercádose a nos durante la noche. Iñaki debiere haber, por su propio pie, acercádose sólo al rio et haberse desvestido. Aquesto huele a embrujo don Sancho, mi olfato es fino en lo que a eso se refiere. - Et antes de continuar dejé un breve instante para que el Barón asimilara lo que le estaba contando. Agora echaba de menos a Malena más que nunca desde que habíamos llegado a las tierras del Barón, pues ella sin duda intuiría mejor que nadie lo que allí ocurría.

- ¿Vos que opinades Ladia?. - Et entre que aquesta respondía recordéle al Barón. - Aquellas manchas de sangre en vuestro castillo, la viejuna que agora diría que es bruja, el extraño comportamiento de Iñaki... son demasiadas cosas extrañas Barón. Non sólo debemos buscar a la vieja, agora habemos de asegurarnos de mantener vigilancia en todo momento sobre Iñaki. Credo incluso que sería recomendable volver agora al castillo et que allí se encargaran de él. -

- Tiradas (1)

Notas de juego

Busco pisadas por la zona, ya sean animales o humanas.

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19/02/2014, 15:14
Natxo de Otazu

Oigo ruidos a mi alrededor. Abró los ojos sobresaltado y veo a la comitiva en círculo alrededor mía. Estoy semidesnudo a la vera del rio ante los ojos de mis compañeros.

Tranquilamente me levanto del suelo y voy hacia mi petate para cambiarme de ropa, mientras intento asimilar lo sucedido.

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19/02/2014, 15:18
Natxo de Otazu
Sólo para el director

Notas de juego

Ha sido una ondina?

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19/02/2014, 21:05
Euxeo De Navallo (CI)

- ¿Os encontráis bien, Iñaki?. ¿Necesitáis que os ayude en algo? - le pregunto a nuestro compañero de viaje, mientras éste se viste.

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19/02/2014, 21:10
Ladia De Taramundi.

- Opino lo mismo que Vos, Don Diego. - digo, en respuesta a la pregunta formulada por el noble. - Demasiadas cosas extrañas están ocurriendo, no sé si provocadas por la anciana que irrumpió en vuestra boda, Don Sancho, o por otro tipo de poderes, pero de lo que sí estoy segura es de que Iñaki ha sabido, desde el principio, más cosas de las que nos ha estado contando. Creo que, tal y como se ha propuesto, deberíamos tenerle vigilado. -

Hago una pequeña pausa para mirar a ambos caballeros.

- De lo que ya no estoy tan segura, es de si deberíamos regresar al castillo en este momento. Quizá, si lo hacemos, perdamos un tiempo precioso para poder encontrar, y hablar, con la vieja. -