Partida Rol por web

Más vale una buena boda que un buen entierro (I)

III. Encuentros

Cargando editor
19/02/2014, 21:50
Natxo de Otazu

 

Escucho las palabras de Euxeo. Giro lentamente la cabeza y le miro de arriba abajo:

- Si, estoy bien no os preocupeis. Ha sido....... una noche diferente. Pero está todo controlado.

Respondo mirando a Euxeo, y queriendo hacer general la respuesta al resto del grupo.

Cargando editor
20/02/2014, 11:45
Sancho de Landarria

El Barón miraba a Iñaki, con estupefaccion. Cuando el de Zúñiga le habló con esa cautela, aunque de temas tan serios, le devolvió la vista, como con cara de asco e incredulidad, por lo que estaba diciendo...

Embrujo... -y quedó su mirada fija y perdida en el ya aparecido-. No sabría qué creer... Mas mire cómo se levantaron del suelo aquellos funestos, y ese perro, ¡o lobo! Si: habrá que vigilar a éste...

Luego miró a Ladia.

Desde luego que es lo que haremos. Hemos de continuar -decía decidido, sin perder el porte y la disciplina que su posición ostentaba-, pero no para hablar con esa hideputa, sino para ensartarle las espadas por las tripas en cuanto demos con ella...

Cargando editor
20/02/2014, 11:47
Sancho de Landarria

Mientras el Barón Sancho ordenaba al ballestero ayudar a levantarse a Iñaki, Diego de Zúñiga parecía inspeccionar la zona donde encontraron al viajero. Dio unos pasos y se acercó a la orilla, como movido por la curiosidad de algo. Como si no tomara importancia de lo ocurrido, el Barón mandó entonces recoger el improvisado campamento, pues ya estaba a punto de amanecer (el cielo ya clareaba y el sol saldría en unos minutos), para así poder...

...Retomar la marcha, pues eso es lo que haremos -decía don Sancho por si alguno más tenía la idea de regresar al castilo con las manos vacías-. ¡Soldado! -llamando al ballestero-. Recoge mis petates, y andando. -se lo dijo a su súbdito, pero en realidad iba para todos-.

Cargando editor
20/02/2014, 11:53
Director

Al acercarte a la orilla del arroyo, encuentras en el barro de la misma huellas pequeñas como de pies descalzos, y otras huellas grandes de botas. También viste algo de maleza aplastada muy cerca.

Cargando editor
20/02/2014, 11:56
Director

Mientras te levantabas, ayudado por el ballestero siervo de don Sancho, recordabas aquello que parecía haberte acontecido. Estabas tan aturdido y aún adormilado que no sabías si había sido sueño o realidad, aunque lo que recuerdas (fuera lo que fuera), te sonaba de algo... y mucho. Aquella mujer parecíase a esas que alguna vez escuchaste de boca de algún tarado, pero que no era mujer. Ondinas las llamaban, y contaban de ellas que eran muy hermosas, de silueta de mujer. También que vivían cerca de ríos, fuentes, lagos o charcos y que tan fácil aparecían como desaparecían, atrayendo así la curiosidad de cuantos viajeros pudieran andar cerca...

¿Habríaslo tan sólo soñado o era cierto que te atrapó entre sus brazos?

Notas de juego

Para otra vez me haces aquí las tiradas, en el Offrol no se hacen.

Cargando editor
20/02/2014, 12:06
Sancho de Landarria

El día amaneció tranquilo y radiante. Habiendo recogido el petate, rellenado el agua de algua clara y limpia que corría y habiendoos vestido del todo, os dispusísteis a caminar, bosque adentro. La niebla parecía haberse ido, y el sol asomaba alegre, como si él mismo estuviera de buen humor.

No obstante y como contraste, el grupo iba algo callado. Más bien era silencio total. Si ni el mismo Barón había hecho alarde de curiosidad por saber qué habíale pasado a Iñaki, no era sino porque parecía estar seguro (o al menos eso creía), que se trataba de algo no muy común, algo poco convencional, algo increíble (tal y como los muertos aparecidos o el lobo aquel de grandes dimensiones y ojos profundos...). Y por ende prefería no preguntar, intentando convecerse a sí mismo que el de la capa verde se había perdido, desorientado o simplemente desmayado en plena noche.

Bonito día -acertó a decir el Barón Sancho mientras sorteaba unas rocas-.

Notas de juego

Continuamos el viaje. Día 2 de batida.

Cargando editor
21/02/2014, 00:22
Diego de Zúñiga

Bonito, si. - Respondíle al Barón. Quedaba aún trecho por recorrer et ya comenzaba a impacientarme aquella búsqueda. Non veía la hora de dar con aquella maldita viejuna et esclarecer todo el asunto.

Seguí la marcha con paso firme et boca cerrada...

Cargando editor
21/02/2014, 00:24
Diego de Zúñiga

Et en una de esas acerquéme a Ladia cuidando que el resto del grupo non escuchara lo que iba a fablarle.

Muxer, seré sincero con vos, pues habedes ganado la mia confianza. Turbame el asunto de Iñaki, pues tengo la impresión que aqueste non es trigo limpio, et vos puedo asegurar que mi olfato en esos menesteres nunca ha falládome. Habemos de tener bien abiertos los ojos, pues non me placería que llevaramosnos ingrata sorpresa. Yo vigilaré vuestra espalda, et vos la mía. Et en todo momento habemos de tener un ojo puesto en el Iñaki. ¿Que deciís?.

Cargando editor
24/02/2014, 02:46
Ladia De Taramundi.

- Os agradezco vuestra confianza, Mi Señor. - digo, con sumo cuidado de no ser escuchada por el resto de los integrantes del grupo, mientras sonrio, ligeramente, a Don Diego. - La verdad es que opino igual que Vos en que nuestro extraño compañero de viaje no es de fiar, y menos después de lo acontecido esta noche, y en que lo más sensato sería extremar las precauciones con él, para, más adelante, no tener que lamentarnos de nada. -

Miro, con precaución, a Iñaki, y, después, a Don Sancho.

- Mi Señor, ¿no os da la impresión de que hay algo que se nos escapa? - continuo diciendo, aprovechando que tengo la oportunidad de poder hablar con Don Diego sin ser molestada por nadie. - ¿Y si la anciana a la que estamos persiguiendo no fuera la causante de todo lo que está ocurriendo aquí, y sólo quisiera advertir al Barón de que algo malo puede ocurrirle?. ¿Y si quisiera prevenirle, por ejemplo, de su nueva esposa? -

Cargando editor
24/02/2014, 17:47
Director

Te das cuenta que tanto Ladia como Diego hablan en nuermosas ocasiones durante la marcha, bastante entre sí, entre cuchicheos y como distante del resto (incluso Ladia de su marido). Lo que más impresión te causa es que ambos dos parecen tener una actitud de paranoia o desconfianza, tal vez del viaje o tal vez de alguno de sus integrantes, cosa extraña, sin duda...

Cargando editor
24/02/2014, 17:50
Sancho de Landarria

Anduvísteis dos horas de aquí a allá, como avanzando. Sin embargo, algo en vuestras cabezas (y sobre todo vuestros ojos) os decía que algo no era del todo acertado: sin duda alguna que estábais viendo un árbol una y otra vez, el mismo peñascos saliente dejado atrás hasta dos veces, y veíais retamas pisadas de una anchura considerable, no siendo sino frescas, lo cual denotaba que eran vuestros...

Pero qué diantres... -murmuró el Barón parándose, oteando vaga y torpemente el derredor del bosque, y volviendo a caminar-.

Otra hora más. Otra. Sería ya casi media mañana, o tal vez más, cuando vísteis el mismo nido en una rama baja de un alto abeto, pero ¿cómo? Tan sólo tenía una explicación...

¡Perdidos! -reconoció el baarón con su mano en la frente haciendo de parasol, mientras su cintura giraba sobre sí de un lado a otro- Grrr..., creo que... -su culpa era, que en esa ocasion abanderaba la batida-, en fin, que por aquí ni se va a Santiago ni a la Francia... -queriendo decir que estábais más perdidos que una mula en un palacio-. Maldición...

- Tiradas (1)
Cargando editor
24/02/2014, 17:57
Director

Sin embargo, nadie atrevióse a chistarle nada, por supuesto, ¡él era el Barón de Landarria! ¡de aquestos territorios y de más allá, hasta donde la vista no llegaba entre... abetos, sauces, hayedos, robledales y otras buenas especies forestales...! Que sepan además vuestras mercedes que, en estando así de perdido, por mucho que intentaran situarse, aquello no parecía sino cambiar cada vez, que ninguna pisada nueva dirigía a sitio conocido, sino a bosque, bosque, bosque y más bosque... Y cuando creían reconocer en el cielo el sol, seguir una dirección o incluso dejar alguna muesca en los árboles, que volvían a ver su trayectoria de pasada, quizá unos metros aquí y unos allí, denotando un avance circular, irregular, ¡desarraigado y poco convecional! Que no parecían aquellos valientes sino lo que eran: fornecidos, sabios y aguerridos, sí; mas tan perdidos como la luna cuando se oculta...

Y en éstas que, únicamente parándose para comer las viandas típicas de viaje, aunque os parecieran impropias e insatisfactorias y poco merecidas, fueron estos los momentos para el descanso hasta que, muy pronto, dio comienzo la noche, una vez más...

Notas de juego

Haced todos una tirada de Descubir (PER) o Conocimiento Animal (CUL)

Cargando editor
24/02/2014, 21:53
Natxo de Otazu
- Tiradas (1)
Cargando editor
24/02/2014, 21:56
Diego de Zúñiga
- Tiradas (1)
Cargando editor
25/02/2014, 15:19
Ladia De Taramundi.
- Tiradas (1)
Cargando editor
25/02/2014, 15:21
Euxeo De Navallo (CI)
- Tiradas (2)

Notas de juego

Master, no sé por qué me ha aparecido que he realizado dos tiradas. Por favor, ignora la primera, la que no está oculta.

Cargando editor
26/02/2014, 18:50
Sancho de Landarria

La llegada de la noche os hizo poneros en marcha. Tanto para volver al castillo del Barón como continuando con la batida, teníais que pasar por una previa orientación, y lo cierto es que parecía harto difícil en aquellos bosques navarros. El grupo, cabe decir, que comenzó a escuchar los mismos gruñidos y ruidos que la jornada nocturna anterior, como si fuera una constante cuando caía el sol. Como curiosidad, tanto Diego de Zúñiga como el marido de Ladia, Euxeo, se paraon un instantes. Ambos se quedaron mirando a un lado de la trayectoria por la que iban, como observando un trozo de pradera llena de hojarasca de los árboles...
 

¿Qué pasa? -dijo el Barón al girar la cabeza y notar a los dos allí plantados-

Cargando editor
26/02/2014, 18:53
Director

Está claro que no os parásteis porque sí. Había huellas al lado del camino, sin duda que pisadas. No sabíais si eran de jabalí, comadreja o cualquier otro ser nocturnos. Sin embargo, en estando ya alertados, alzásteis la vista y no muy lejos de allí vísteis reflejos entre los árboles, inmersos en la negrura nocturna. Pronto vísteis dientes y hocico, pero no uno, ¡varios! ¡Eran lobos!

No era aquel enorme ser de fauces tremendas, sino que era una pequeña manada de lobos. Quizá os estuvieran acechando. Enseguida los ojos desaparecieron. ¿Habríanse ido? ¿Tal vez sí?

Cargando editor
27/02/2014, 00:50
Euxeo De Navallo (CI)

- ¡Lobos, mi Señor!. ¡En aquella dirección!. - grito, en respuesta a la pregunta formulada por el Barón, mientras señalo hacia el lugar en el que hace tan solo unos instantes me pareció ver a dichos animales. Animales que de buena tinta conocía, pues varias veces habían acabado con la vida de alguno de mis rebaños.

Cargando editor
27/02/2014, 21:45
Natxo de Otazu

El día había pasado sin novedades. Pero mi cabeza seguía dandole vueltas a la noche anterior. poco a poco iba hilando los detalles mentalmente, pero todavía había algo que se me escapaba. Aunque estaba seguro que daría con ello pronto.

Euxeo de pronto anuncia la presencia de lobos. Si eran lobos, el fuego de la hoguera los auyentaría. Pero..... y si eran otra cosa? Instintivamente, me aferro a mi cayado con las dos manos, y espero a ver las nuevas que acaecen.