Partida Rol por web

El frio, el frio fue lo que sintieron en un primer momento, pero no solo frio, también un leve dolor de cabeza, no demasiado, como una jaqueca tras un día de demasiada fiesta para aquellos que habían podido disfrutar de una fiesta con ciertos excesos, para el resto, era como cuando no podías dormir bien, como cuando despertabas después de dormir en un colchón demasiado duro, colchón? no era un colchón lo que sentían justo debajo de ellos, poco a poco van tomando consciencia de lo que sucedía, estaban en el suelo, en una sala una sala totalmente blanca, pero, ¿ como habían llegado allí?.

Aquellos que se despiertan pueden ver como toda la sala es totalmente blanca, el suelo, las paredes incluso los espejos que hay a modo de ventana son blancos, y hay dos puertas del mimo color una de ellas tiene una inscripción en varios idiomas, una mesa en el centro blanca con 14 cajas el mismo número de personas que había en la sala, casualidad? seguramente no.

El grupo de 14 personas están todos en la misma situación, en el suelo tirados, algunos duermen otros empiezan a despertarse, solo tienen dos cosas en común, parece que no saben nada y todos están completamente desnudos, no tienen nada, las posiciones que tenían con anterioridad han desaparecido

Abro los ojos lentamente. Al parecer mi ingreso a la organización a la que me habían escoltado no había sido muy placentera, dudo mucho que me haya desmayado yo solo.

La cabeza me da vueltas, y poco a poco voy cayendo en la cuenta de que no siento nada sobre mi piel, miro mi cuerpo y caigo en la cuenta de que estoy totalmente desnudo. ¿Qué mierda estaba pasando aquí?

Poco a poco, me levanto y observo que no soy el único en la sala, mujeres, alguna de las cuales están "muy bien", y hombres por igual. Todos desnudos. 

En cualquier otra situación me hubiese vuelto totalmente pudoroso y buscado algo con que cubrirme, pero en este caso la curiosidad y un sentimiento bastante común en el ser humano... el miedo, comienzan a aparecer.

Observo las cajas al frente mío y lo único que atino, por ahora, es dirigirme hacia allí, esperando que haya algo de ropa.

Me dolía la cabeza, apenas recordaba cómo había llegado allí y ni siquiera que hacia allí. Me moví, el suelo estaba helado “Joder que frio” Me incorpore y pude ver que no estaba solo, pero encima estaba desnudo. Lo peor de la desnudez era el frio tacto del suelo, venia de un clima más bien cálido y no estaba acostumbrado a ello. Aunque más de una vez había estado en la playa sin ropa, solo y acompañado, por lo que no tenía ningún pudor.

Vi a un chico en pie que tomaba dirección a unas cajas, viendo su desnudez supuse que se despertó antes “Bueno no hay nadie más con quien hablar e igual sabe más”

*Eh hola, soy Tommy. Le dije al chico mientras andaba hacia él, mostraba una sonrisa y extendía mi mano para darle un apretón.

Veo que otro de mis compañeros se ha despertado y comienza a levantarse, me dice algo que, por sentido común y escuchar muchas veces a los mediáticos que hablan tan mal al día de hoy en los programas de televisión, queriéndose hacer los yankees en vez de mantener cierto nivel de amor a su patria, que me está diciendo hola, mis sospechas se ven correctas cuando me extiende la mano para saludarme. Al parecer la desnudez no le afecta, y no creo que se haya tocado justamente ahora, así que le extiendo la mía.

- Hola. Luis - digo mientras me señalo con un dedo para dar a entender mi nombre. 

Me despierto con un leve dolor de cabeza, me toco detrás y me duele por lo que supongo que me secuestraron, pero... no soy en único. Alrededor mio veo otras 13 personas, todas desnudas, de distinta etnia y de distintos sexos. Me es irrelevante, ahora quiero salir, pero me fijo en las cajas y en que hay a parte de mi otras dos personas, se saludan. Hola Respondo brevemente, cumpliendo mis reglas. Sin nombres. Agh, kakazaharra, ezin det sinistu arrapatu didatela. Astropoto horiek... ikusiko dute...

Percibir el frío tacto del suelo fue lo que me sobresalto.

En un segundo desperté, algon confuso y asustado, y rápidamente elevé un poco la cabeza para observar lo que había a mi alrededor. Pude ver a varias personas, mujeres y hombres, desnudos y tirados por el suelo de una gran sala blanca.

No podía distinguir si aquellas personas seguían vivas o no, pero un ligero razonamiento al ver que un par de ellas ya se habían levantado y parecian estar hablandose, me hizo pensar que aún seguían vivas e inconscientes, como ya hacia tan solo un instante.

No entendía nada de lo que estaba ocurriendo, nada tenía sentido y esa ligera jaqueca era algo molesta-¿Porque estaba todo esa gente allí? ¿y porque desnudos?- pensaba mientras me intentaba incorporar

Mi reacción, lo reconozco, fue algo histérica: corrí hacia la pared que tenía más cerca y empecé a aporrearla y a gritar pidiendo explicaciones- Espero que ahí fuera sepan hablar mi idioma- se me vino de repente a la cabeza.

Mientras abro los ojos lentamente siento un fuerte dolor de cabeza y el duro y frio suelo debajo de mi, me incorporo con dificultad y me doy cuenta de que estoy desnudo y que hay mas gente desnuda como yo alli, algunos de pie y conversando y otros tumbados sobre el suelo. -Creo que a esas personas y a mi nos han secuestrado y encerrado- pienso mientras miro a mi alrededor, tambien consigo ver algo que llama la atención sobre lo demas en esa sala totalmente blanca, una mesa con algunas cajas que decido ignorar de momento -La curiosidad mato al gato- pienso para mi. Me acerco al grupo que esta hablando e intento conseguir algo de información primero.

-Hola soy Zack, ¿alguna idea de que estamos haciendo aqui?-

Iñigo se incorpora de a poco al resto, piso helado, voces que en un comienzo no se distinguian. - Que es esto? luz blanca, sombras que poco a poco se van haciendo más nítidas, movimiento de las siluetas, hasta que por último se reincorpora completamente.

En la habitación todos estaban desnudos, algunos ya moviéndose hacía unas cajas, otros aún en el suelo como si estuvieran muertos.

Iñigo, sin ningún pudor, se para y camina entre todos con una prestancia y prepotencia simulando que estuviera solo en el lugar. Si le hablan, no contesta. Solo mira al frente y camina en dirección de las cajas.

De su boca no se oye ningún sonido.

Varios se levantaron, poco a poco parecía que cada uno se recuperaba, salude a todos con la cabeza sin agobiarles, seguramente estarían tan descentrados como yo. Por lo que pude saber era que al menos dos de los chicos no eran de mi país, uno por su acento y el otro porque debía ser ruso o algo así “¿Qué leches habla este tipo?” Me pregunte no entendí nada, pero aun así le puse buena cara.

El chico que se despertó antes que yo debía llamarse Luis. Barbados. Dije señalándome, para ver si al menos averiguaba de donde era, desde luego no de mi isla.

Luego ya transcurrido unos segundos salude a los recién despiertos. Hola soy Tommy. Era una situación surrealista por lo que ser educado me parecía la mejor opción.

Despierto de golpe, en una sala completamente blanca. Me incorporo instantáneamente y miro a mi alrededor.

13 personas. Todos desnudos, incluida yo.

Instantáneamente me viene el golpe de todas las voces. Por ahora son solo 6. Eso ya me aturde, especialmente porque apenas si les puedo entender.

No quiero ni pensar la torre de babel que pueden ser todas. Por ahora solo chicos, parece que soy la primera en despertarse.

Veo miedo. Cierto pudor. Algunos no confían en otros.

¿Dónde estoy?

Uno de los chicos parece realmente asustado. Trato de tranquilizarle. No es fácil sin tener un idioma común, pero al menos puedo conceptualizar, supongo que entenderá inglés.

“Keep calm” “Don`t worry”

Es lo mejor que puedo hacer si no es en japonés.

El suelo está frío, aunque no es peor que cualquier otra baldosa.

Veamos qué hay en esas cajas.

Al parecer el único interlocutor que tenía era el tal Tommy, observo que una de las mujeres también se despierta y otros que hablan en idiomas que no comprendo. Así que de Barbados, con razón habla en ingles.

- Argentina. - le digo.

“¿Argentina?” Vaya sí que éramos de distintos sitios, al menos yo chapurreaba el castellano.

Mi nou se que hacer qui. Dije en mi perfecto castellano. Pude ver a una de las chicas, no estaba nada mal, pero ese no era momento para divertirse. Señale a las cajas. Mellor vir qui es. Luego ande hacia ellas “Debía haber asistido mas a clase de castellano y menos a surfear” Trate de decirme, pero en mi interior sabía que no era así, los momentos en la playa eran sin iguales.

Debido a la baja temperatura del suelo y de que no estaba demasiado bien esos días pues andaba con algo de catarro.

Me desperté sobresaltada, pensaba que estaba en mi cuarto y que mi abuela había abierto las ventanas, esos días estaba haciendo realmente mucho frío.

Al momento en que vi los demás cuerpos desnudos, unos tumbados en el suelo tal como yo me hallaba y otros de pie, me puse tan nerviosa que pensé en hacerme invisible y así nadie notaria mi presencia, y tampoco verían mi cuerpo imperfecto.

Me quede tumbada y quieta, escuchando lo que decían los que estaban de pie.

"Mierda. Al final te pillaron"

Me dolía la cabeza. Notaba el cuerpo entumecido. Frío, dolor, confusión.

¿Dónde estoy? 

Abrí los ojos, me incorporé un poco, examiné mi cuerpo (desnudo) en busca de golpes u heridas. No parecía haber nada. No tenía nada roto, solo aquella ligera resaca y...

Miré alrededor y vi a los demás. Algunos estaban de pie, escuché que hablaban pero no presté mucha atención a eso, aún no, otros estaban despertándose, como yo, otros aún dormían. Hombres y mujeres.

Mi cabello estaba suelto y caía sobre mi pecho y espalda, aún estaba sentada en el suelo, apoyé la espalda contra la fría pared con los ojos entrecerrados, aquella blancura me resultaba cegadora, encogí las piernas y me abracé a ellas arqueando la espalda para estirarla un poco. Había una mesa, sobre la mesa había cajas. 

Desde mi posición en el suelo, miré a los que estaban despiertos y hablaban, escuché algunas cosas, pero no entendí demasiado, uno de ellos señaló las cajas y enfoqué mi atención en él. En una situación como aquella, en la que no sabía gran cosa, me pareció más inteligente observar primero y actuar después.

Iñigo se encuentra analizando las cajas, él siempre es muy precavido en lo que respecta a seguridad. La forma en que llegaron no fue la más común por lo que abrir de manera irresponsable una caja cerrada para él no es muy viable. 

- ¿Qué contienen estas cajas? Dice analizándolas por los lados o si tiene alguna cerradura o si lleva alguna marca que identifique que va dirigida a alguno de los presentes, por si acaso encuentra su nombre en alguna de ellas. 

Sin abrir ninguna aún, se percata que el resto de los presentes son de diversos lugares, incluso la voz de una chica en inglés resuena en su cabeza. - ¿Telepatía? piensa mirando a todos lados. 

Se aleja un poco de las cajas esperando que alguien abra alguna.

Los golpes y gritos no obtenían respuesta, parecía ser que nadie en el exterior de la sala tenía interés en ayudarme a salir, algo nada descabellado de pensar dada la situación. Por si fuera poco, cada vez más miembros de la sala iban despertandose, así que opté por dejar de formar jaleo, no me interesaba demasiado llamar la atención.

Entonces, una voz en con tono femenino empezó a sonar en mi cabeza, no entendí muy bien lo que decía pero algunas palabras me sonaban de las clases de inglés del instituto, por lo que deduje que se trataba de ese idioma. Sonaban con un tono tranquilizador, como si se estuviera calmando a una fiera, yo no entendía de donde provenía aquella voz, pero por algún motivo conseguio relajarme un poco. En ese momento me fije en que una de las chicas ya se había despertado-¿Provendrían de ella las voces?- se me ocurrió al ver que por un instante se me quedo mirando, como si se concentrara en mi mente. Aquello no tenía ni pies ni cabeza, pero acaso algo lo tenía dentro de aquella sala?.

La tendencia del personal era la de acercarse a la mesa del centro de la sala, sobre la que habían 14 cajas; un conteo rápido y un poco de lógica daban a entender que tocabamos a una caja por persona, así que decidí quedarme junto a la pared de la sala a esperar que transcurriera un poco más el tiempo y ver que pasaba, aún no sabía en quién podía confiar y en quién no...

De momento todos parecian mostrar un caráter sereno y tranquilo, algunos incluso hablanban entre ellos, pero si la cosa se ponía fea, estaba dispuesto a transformarme, aún con todo el dolor que ello supusiera.

Aquellos que se acercan a las cajas pueden comprobar como en todas hay un nombre (el de cada uno de ellos) y en su interior hay una muda de ropa interior de su taya, una camiseta blanca, un pantalón del mismo color y una pulsera similar a las que tan de moda se habían puesto últimamente que sincronizaban con los móviles.

Además un pequeño auricular en la caja de Edvin, Iñigo, Javier, Livia, Luis, Nora