Partida Rol por web

El franchute seguía hablando, ahora ya se me había quitado la idea del hospital psiquiátrico, mis tripas rugían y como había dicho el tipo era la hora de desayunar y era gratis aunque lo de que podían comprarnos o vendernos eso ya no me gustaba tanto aun así no me gustaba pensar con el estomago vacío y seguí a la japonesita que ahora tenia puesto el pinganillo que la hacia entender ingles.

En vista de que todos comenzaron a abandonar la estancia, yo hice lo mismo. No se me había perdido nada ahí y desde luego no quería quedarme la última, y mucho menos a solas con el tal Frank.

Todos comenzaron, antes o depués, a vestirse con aquellas ropas blancas que estaban en las cajas con sus nombres. Al poco entró un hombre con un acento francés muy pronunciado cosa que dejó clara su procedencia desde el primer momento. Estaba claro que no iban a dejarlos salir de allí fácilmente por lo que decidió hacer lo que le viniera en gana mientras permaneciera en el lugar entrenando su algo conflictivo poder.

Cuando acabó se encogió de hombros y sin más abandonó la sala en silencio, tal como había permanecido desde que se despertó. No es que no fuera hablador pero no se encontraba demasiado agusto en un lugar como ese.

En vista de que todo el mundo decide irse a desayunar decido ir yo también, no tengo mucha hambre pero necesitare energía para lo que me espera así que parto hacia el comedor.

Tras la puerta se encotraba un hombre vestido de blanco, como nosotros, a excepción de su corbata que era de un rojo llamativo. Empezó a soltar un discurso en lo que yo ya había identificado como inglés, así que de poco me estaba enterando, pero de repente noté un agudo pinchado en el oído. Fui a quitarme el auricular cuando me percaté de que ahora podía entender lo que estaba diciendo aquel hombre- ¿Que cojones es esto?¿que clase de tecnología es esta?, Es como si llevara un duende traductor metido en la cabeza- más preguntas se me venían a la cabeza.

Durante mi sorpresa se formó una especie de foro de preguntas, en el que los demás miembros de la sala le hacían las básicas preguntas al hombre de la corbata roja: porque estamos aquí, donde estamos, etc etc... Quise prestar atención , pero el hombre parecía rehacio a soltar mucha información, sinembargo su rostro y su tono de voz parecián los de una persona agradable y simpática, imagino que por pura fachada. Durante sus explicaciones me quede con lo de "comprar personas", algo que me provocó un nudo en la garganta, hasta que explico la excención de los menores -Yo no pienso dejar que nadie me compre, ¿quien cojones lo haría?- solo deseaba salir corriendo por el hueco de la puerta y escapar de allí, pero cuando recordé como me capturaron se me bajaron los humos, no seria tan fácil, y menos si jugamos en su campo.

Así que hice como la gran mayoría, decidí dirigirme al comedor, asi además de llenar el estómago repondría fuerzas y podría planear una mejor forma de escapar.

Casi todo el mundo se marchó de la sala para ir a comer. Al final sólo quedábamos en la sala la chica del pelo blanco y la chica con el peluche viviente. Frank nos había dejado claro que no íbamos a salir de aquí cuando quisiésemos sino bajo sus propias normas. Lo que me empezaba a quedar claro era el factor común entre todos nosotros: teníamos distintos poderes. Algunos por lo visto se lo estaban confesando a los otros. Yo no iba a cometer ese error. Miré a la chica del pelo blanco que protestó por su falta de libertad. ¿De dónde era? ¿Alemania? ¿Dinamarca?

 — Presos, más bien somos presos con muy poca información sobre qué es este lugar  —apunté después de la vaga respuesta que Frank le había proporcionado. La gente se había marchado muy rápido a comer—. Tengo muchas dudas, señor Frank, ¿quiénes sois?  —levanté el dedo índice—. ¿Qué clase de trabajos nos vais a comunicar?  —levanté el dedo corazón—. ¿Y por qué no podemos entrar a los laboratorios  —terminé levantando el dedo anular.

El hombre sonriente responde las preguntas:

- Muy sencillo como le han dicho la Organización Mundial Control y Entrenamiento de Metahumanos... en cuanto a los trabajos, dependerá de sus habilidades y sobre los laboratorios, si ha conocido a un científico alguna vez se imaginara porque no quieren que nadie entre en sus aéreas de trabajo 

Cada vez estoy más segura de que esto es una secta y no nos dejaran salir hasta que no laven el cerebro como quieren. ¿Comprar y vender personas? pero ¿iba en serio?

La mayoria se marcho sin decir nada, yo estaba aterrada y no podía quedarme con tan poco información los veo marcharse comos si tal cosa a desayunar hasta que finalmente uno de los pocos que quedarón la sala por fin hablo.

Esto es un secuestro y mis padres sin duda lo denunciaran a la policia... yo iba a entrar a estudiar medicina en la universidad de Oslo este año, en cuanto noten mi ausencia me buscarán.  Advierto al tipo de la corbata. Ademas, no se a que te refieres con habilidades especiales, aqui el unico especial es Dodo... Digo poniendole a él mi pulsera para reafirmar mis palabras.

El hombre mira a Sarah y asiente:

- Conoce al doctor Dowyerk? * le aseguro que le sorprenderá cuan agradecido puede estar de tener a una estudiante con sus calificaciones... en cuanto a la policía... sí, bueno, nosotros somos una organización dependiente de Naciones Unidas por lo que la policía es lo de menos, sus padres serán informados debidamente de su marcha a una de las organizaciones de la citada ONU donde será alumna del doctor Dowyerk como acabo de decir

Señala a Dodo y dice:

- Pero también le enseñaremos a conocer realmente quien es Dodo y porque esta con usted y como evitar que suceda lo que sucedió en el centro comercial, creo que es un buen trato no?

Su sonrisa, aparentemente casi falsa, como si nos mirase a todos con desafecto, me estaba poniendo nervioso. Su acento francés aún más. Parece que aquella chica de Oslo iba a tener un trabajo de ayudante del doctor. 

— Entonces, ese doctor... ¿Experimenta con nosotros? ¿Nos sacáis el cerebro e intentáis averiguar como funcionan nuestros "dones"? —hice el gesto de las comillas con los dedos— ¿Cómo se mantiene esto económicamente? ¿Quién esel jefe? —la cantidad de preguntas que tenía incrementaban conforme Frank hablaba más.

Caí en la cuenta de que era probable que incluso tuviésemos un chip GPS dentro del cuerpo por si nos escapábamos. O que ya habrían experimentado con nosotros. ¿Cómo sino habíamos conseguido los poderes?

Ante las preguntas del chico el hombre no puede evitar una carcajada y dice:

- Perdone, pero... creo que ha visto demasiadas obras conspiratorias, como he dicho nos financia Naciones Unidas, y para que íbamos a extraerles el cerebro? qué utilidad tiene eso?. No, como he dicho simplemente queremos que no se produzcan escándalos ni problemas, conoce los comic de Xmen? pues imagínese lo que podría pasar en la realidad si se descubre que cierta cantidad de personas bastante bajo en comparación con la cifra mundial pueden desarrollar poderes.

Aquí hay una chica, por cierto, la chica mas cándida y amable del mundo que es capaz de multiplicarse varias veces en diferentes versiones de sí misma, que crees que pasaría si no estuviera aquí para enseñarle a controlar sus poderes y para que aprenda a no mostrarlos en público?

Cuando pensaba que ya tenía calada a esta secta de secuestradores el tipo de la corbata me sorprende, me quedo con ojos como platos. Miro a mi compañero incredula cuando sigue protestando ¿acaso no oyo lo mismo que yo?

¿El doctor Dowyerk esta aquí? pero... ¿como va a admitir como alumna a alguien que ni siquiera hizo primero de carrera? pregunto incredula para acto seguido recriminar a mi compañero. Dowyerk tiene prestigio internacional no se rebajaría a experimentar con humanos... ademas la ONU tiene que seguir ciertas reglas... ¿Pero por que no lo digeron antes? Digo sin entender nada.

Luego miro a Dodo.

¿Que quieres decir con conocer realmente a Dodo? Dodo es Dodo nada más... Digo sin darle demasiada importancia. En cuanto a lo ocurrido en el centro comercial... nada de amigos para Dodo, ya aprendi la lección, los otros no son tan amigables como él... Digo con una risa nerviosa.

Livia escuchó la conversación sin interrumpir en ningún momento, Alex le llamaba la atención porque, tras escucharle hablar, sabía que era español, como ella, y muy probablemente Madrileño, como ella. Podía parecer una tontería, pero cuando te han llevado a un lugar desconocido, con gente desconocida y te dicen que no vas a salir de allí hasta que ellos estén satisfechos con tus progresos, tener cerca a alguien de tu mismo entorno resulta tranquilizador. 

A pesar de todo, ella seguía sintiéndose ajena a todo aquello, hacía tan solo unas horas era una simple chica que llevaba una pobre vida en algún lado del mundo, y ahora... ¿qué era ahora? ¿Qué iba a ser de ella? No podía esperar que su padre fuese a denunciar su desaparición, en realidad de él no esperaba absolutamente nada, así que todo dependería de ella.

- Yo nunca he hecho daño a nadie - Dijo al tipo de la corbata antes de darse la vuelta para marcharse de allí.

Al tío aquel le importaría una mierda, desde luego, pero ella quería dejarlo claro. Nunca había usado su don para herir a otros, ni para causar mal a nadie, de hecho solo había acudido al control mental si realmente estaba desesperada, o se había visto obligada por las circunstancias. 

Conocía los riesgos. 

Mientras  caminaba hacia la puerta, pensaba en la parte buena de aquella situación. Al menos tenía un techo bajo el que cobijarse, cama y comida. Eso ya era bastante ¿No?

El hombre mira a Sarah y le va respondiendo con tranquilidad:

- Eso es algo que usted tiene que tratar de conseguir, seguro que necesita asistentes, de hecho siempre se está quejando de que no tiene suficientes asistentes. Sobre Dodo, si no estamos equivocados usted es capaz de invocar seres, pero no es algo que yo conozca realmente... le pondremos en contacto con alguien que pueda ayudarle con ese asunto... aquí hay varios invocadores 

Miré a Frank y a la chica según hablaban. Yo tenía mas preguntas pero Frank solo respondería a lo que le interesaría responder, en el futuro encontraría las respuestas. Supongo. Salí de la sala y me despedí de la rubia y su mascota con un gesto de la mano.