Partida Rol por web

Entro y me sirvo un plato de comida.

Camino con desidia hacia el mostrador del buffet, observo una panorámica del comedor que, para ser sinceros, no me aporta mucha novedad ni claridad respecto al asunto de los presuntos asesinatos que se estaban dando lugar en aquel centro penitenciario camuflado de escuela para superdotatos.

El plan era sencillo, tomar un bocadillo de lo que fuese y terminarlo rápido. El día había sido cuando menos raro y, si pudiese, lo borraría de mi cabeza sin pensarlo dos veces.

Dicho y hecho, toma un bocadillo vegetal, triangular, del montón que tenían en una bandeja y me dirigí a una mesa al margen del grupo cuyas caras reconocía y con el cual no tenía especial interés en tratar.

Iñigo se sienta en la mesa, completamente ignorado por la chica pelirroja, en su cara se demuestra su molestia pero no hace nada más.

Come su comida tranquilo, pensativo. 

No hace ningún comentario.

Livia observa cómo Aremi vuelve a pasar de todo el mundo; piensa en ir a sentarse con ella, pero francamente, está demasiado preocupada y nerviosa por todo lo que está pasando como para tener que aguantar además desprecios y malas caras, así que baja la vista y permanece en su sitio, comiendo despacio.

Todavía molesto por el desprecio de Aremi, Iñigo levanta la vista y ve que otra de las chicas que llegó con él come sola a un costado.

Se para con su bandeja y se le acerca.

Hola... Mira entiendo que todos están con la sicosis colectiva por todo lo sucedido, pero me interesa conocer a quienes llegaron conmigo... ¿Te molesta si te acompaño?.

Otro no como respuesta sería causal de suicidio.

Liv levantó la cabeza al escuchar la voz y vio que se trataba de... de... de alguien cuyo nombre no recordaba, pero que había llegado en su grupo. Maldijo la mala suerte de que la hubiese pillado con la boca llena, con un moflete inflado como un hamster y sin saber muy bien si masticar rápido y tragar para poder responder o sencillamente hacerle un gesto para que tomase asiento antes de que pensara que era tan antisocial como su compañera de cuarto. 

Al final lo hizo todo a la vez: Asintió, masticó a toda prisa, le hizo un gesto para que tomase asiento en su mesa y tragó tan apurada que apunto estuvo de atrangantarse. Tomó un buen trago de agua y por fin estuvo lista para hablar.

- Perdona... - Se disculpó sin saber muy bien por qué, sentía que le ardía la cara y que había hecho un poco el ridículo - Soy Livia. Am... Claro que no me molesta que me acompañes, es más, te lo agradezco, es bueno tener a alguien con quien hablar, y más con todo lo que está pasando.

Levanto la vista del plato para responder a Suzuka, pero el alumno llega antes de que responda. Miro al chico con curiosidad, durante un instante, y me vuelvo hacia Suzuka.

- Soy Anke, encantada - le digo al recíen llegado con tono neutro.

Seguro que lo conoce, si no... ¿que hace un desconocido ofreciéndonos ayuda? Si, Suzuka tiene que conocerle.

Mientras como para calmar el hambre que tenía veo que entran Clara y Sarah y las saludo. Quizás Sebastian les hubiera dicho algo más que yo no oí por marcharme de allí con prisa, no quería que se me hiciera tarde para cenar.

-Esto me viene bien cuando no había comido nada desde el desayuno.-

Clara tras echar un vistazo al comedor se dirigió a la mesa donde se encontraba Jack, tras recoger su bandeja de comida. Había llegado al comedor sin apetito, pero cuando le llegó el olor a comida se le abrió el apetito.

- Hola- saludó tomando asiento y dejando sitio libre para Sarah

Suzuka mira a Sergei y dice mientras hace una leve inclinación de cabeza:

- Mu...muchas gracias

Entonces mira a Anke y le explica quien era el ruso:

- El es Sergei... me ha ayudado con el deporte, me ayuda porque soy muy mala con los deportes y le dijeron que me ayudara a hacer ejercicio físico, aunque no lo parezca y sea un poco seco es muy amable...

El chico sonríe levemente y dice:

- Sí, bueno... Señorrrita Suzuka es muy amable y muy torrrpe con deporrrtes como ella decirrr a ti

Se despide con la mano mientras dice:

- Yo alegrarrrme que encontrarrr buena amiga

Estaba algo cansado así que comer algo me vendría bien, por ello tome la bandeja, luego elegi una ensalada y un plato de pescado, más algo de fruta y un zumo. Luego tocaba donde sentarse, justo vi a Liv, por lo que me dirigí a su mesa.

Buenas ¿Qué tal todo? Pregunte.

- No te preocupes. Dice con una sonrisa al ver que Liv estaba algo ruborizada por lo que pasó. - Iñigo Anartz. Dice estrechando la mano por encima de la mesa.

- Te agradezco por no rechazar. Dice riendo. - Ya dos rechazos sería catastrófico para mi ego. Me agrada poder conversar con alguien, la verdad no me he relacionado mucho con gente debido a que intento perfeccionar mis habilidades como prioridad... Además por todo lo que ha sucedido están todos con una paranoia colectiva.

Por cierto, me he percatado que compartes habitación con la chica de pelo rojo... ¿Es así siempre? Digo nuevamente con una sonrisa.

Luego Tommy se acerca a la mesa en donde nos encontramos con Liv. - Que tal, nuevamente. Digo acompañado con un gesto con la cabeza.

Resoplé y rodé los ojos en el sentido de las agujas del reloj cuando aquel tipo, Iñigo, decidió plantar sus posaderas en una de las sillas que acompañaban la mesa en la que yo estaba tomando tranquilamente mi cena.

─¿Es que acaso tengo cara de invitar a nadie a sentarse aquí, o qué coño le pasa a esta gente? ─pensé, mientras dejaba escapar un resoplido y desviaba mi mirada a la cena─.

Por suerte parecía que había percatado mi entusiasmo, y sin más se levanto y se marchó a hablar con Liv. Y lo agradezco, pues lo último que me apetecía en esos momentos era tener delante a nadie, y no era algo personal, disfruto estando sola y eso es algo que nadie va a conseguir cambiar.